CRÓNICA DE TRES ENCUENTROS
La bella rotonda del Gran Hotel es como el segundo plató de Borradores. Ayer grabamos (este plural encierra también a Diego, un activo operador de cámara, y a Yolanda Liesa, nuestra ayudante de realización, una mujer dulce, trabajadora y talentosa) allí dos entrevistas: a Mercedes Yusta, profesora zaragozana de Historia en la Universidad de París y autora de ‘Madres coraje contra Franco’ (Cátedra), libro que presentó ayer en Cálamo, y a Eva Armisén y a Marc Parrot, que acaban de publicar un álbum ilustrado, ‘¿Qué me está pasando?’ (Lumen), que se presentó en Ámbito Cultural.
Mercedes Yusta recordó la importancia de la Unión de Mujeres Españolas en su doble lucha desde el exilio: en ese contexto, sobre todo en Francia, a partir de 1945, con todas sus vinculaciones con las organizaciones antifascistas y comunistas, antes de convertirse en un satélite del comunismo en la órbita de la Guerra Fría, y recordó a mujeres como Neus Catalá o a la guerrillera Margarita Sánchez. Mercedes Yusta también habló de su colaboración clandestina sobre todo en las cárceles y en la esfera de la guerrilla. Dijo que le gustaría seguir trabajando sobre los maquis, tras el libro ‘La guerra de los vencidos’ y la publicación de su tesis doctoral, y reveló que ahora no escribe poesía sino relatos cortos. Mercdedes Yusta, madre de Maya (que cumplía cuatro años el lunes, y lo celebró en tres ciudades: Valladolid, de donde es su padre Javier Martín, en Madrid y en Zaragoza), está muy feliz con su trabajo, acaba de cambiar de distrito universitario, y con su residencia en París.
Eva Armisén y Marc Parrot son una pareja muy simpática. E hiperactiva. Marc hace sus propios discos, escribe canciones para otros, produce (ha colaborado con Facunda, un personalísimo grupo que tiene una bonita voz: la de Nieves Arilla) y además realiza una gira que conmemora los 50 años de la nova cançó. Eva siempre anda de aquí para allá con su pintura expresionista y naïf, claramente narrativa, sobre las cosas cotidianas. Marc cantó tres temas de su álbum, que incluye un cedé. Y uno de los temas lo cantó en catalán. Se dio la feliz casualidad de que en ese momento no entró nadie en el gran salón de espejos.
Durante muchos años, nuestra embajadora en el hotel fue Clara Lorén, hija del escritor y médico Santiago Lorén, que llegó a cedernos una suite para grabar una entrevista: recuerdo especialmente las que hicimos con Jean-Claude Carriere, el escritor y cineasta de Buñuel, y con el filósofo Gustavo Bueno. Ahora, nuestra embajadora, también encantadora y afectuosa es la bilbilitana Arancha Moliner. Gracias a ambas y gracias a todo el equipo del Gran Hotel, ese espacio para la leyenda donde otro guionista de Luis Buñuel, Julio Alejandro, se sentía como en casa: como en una habitación de espumas donde por la noche se oía el rumor del mar.
*Por la mañana, me cité con Agustín Sánchez Vidal, que prepara su tercera novela, saldrá en febrero en Espasa Calpe, y que acaba de jubilarse de la enseñanza a los 61 años, que no aparenta, tras 38 años ininterrumpidos dando clases. Agustín, me decía, ha sido muy feliz en la enseñanza, ha aprendido mucho de los alumnos, percibe que tienen un agudeza audiovisual estupenda. Y lo ha dejado porque como a otros se lo han ofrecido (cuando se llevan 35 años en la enseñanza y se han alcanzado los 60 años), y porque tienen en mente algo que le apasiona: contar historias. Seguir contando historias. Me trajo dos bellos regalos: un libro del fotógrafo Alfonso y las crónicas culturales del poeta Gerardo Diego, acaso el gran virtuoso del 27. El domingo saldrá una entrevista extensa con Agustín en ‘Heraldo domingo’. [Esta foto de Agustín Sánchez vidal es de Esther Casas, a la que el escritor admira mucho. Ayer conoció a otro fotógrafo especial: José Miguel Marco].
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