MACHADO, SORIA Y DOS POETAS
Abdul Hadi Sadoun:
“Oh viajera hacia Soria // no olvides traerme // los pañuelos del hechizo // por si la noche me despierta// y me acaricia la brisa”
Subhro Bandopadhyay:
“No logramos ni luz ni sombra pura dentro de la memoria, sólo se crea una armonía y la lamemos como la hembra animal a su cría. Todavía no puedo escribir, no puedo decir con fuerza que todo es vacío sin ti”.
DOS POETAS EN SORIA Y EN OLIFANTE
TRAS LAS HUELLAS DE ANTONIO MACHADO
Subhro Bandopadhyay es de Kolkota (India), donde nació en 1978, maneja cinco idiomas, y es biógrafo de Neruda en bengalí. Abdul Hadi Sadoun es iraquí, nacido en 1968, profesor de literatura árabe en la Universidad de Madrid y traductor de español. Ambos tienen en común su amor por Antonio Machado y Soria, y a la vez inauguran una nueva colección en Olifante: la beca Internacional Antonio Machado. Subhro Bandopadhyay, seudónimo de Subhransu Banerjee, biólogo, investigador y traductor del jefe de Estado de Bengala, publica ‘La ciudad leopardo’ (Olifante, 100 páginas), en edición bilingüe (en la traducción ha contado con la ayuda de Violeta Medina). Y Abdul Hadi es autor de ‘Siempre todavía’ (Olifante, 160 páginas). Los dos han residido en Soria casi seis meses de 2008 y de 2009 respectivamente. Los dos libros están prologados por la poeta Amalia Iglesias.
Subhro Bandopadhyay recuerda que fue su padre quien le puso en contacto con Pablo Neruda, cónsul en la India. Su lírica lo condujo hacia los poetas del 27: Alberti, Lorca y Miguel Hernández, que “aunque no es de este grupo exactamente me conmovió con ‘Vientos del pueblo’. Yo soy un serrano al que un día llevaron a Calcuta y por eso me siento identificado con un libro como ‘Marinero en tierra’ de Alberti”. Más tarde, descubrió que Zenobia Camprubí Aymar había traducido, con ayuda de Juan Ramón Jiménez, poemas del bengalí de Rabrindanath Tagore. “Gracias a Juan Ramón y a una canción de Paco Ibáñez, ‘Tus ojos me recuerdan las noches de verano’, descubrí la obra de Antonio Machado. De algún modo, por él y por mi estancia en Soria redescubrí las piedras perdidas de mi niñez y de mi adolescencia. Yo tuve y tengo la sensación de ser un refugiado en Soria”, dice el poeta indio. El suyo es un poemario de misteriosos acentos marcado por una obsesión: las imágenes. Declara: “En ‘La ciudad leopardo’ hay como una especie de república de las imágenes. El libro tiene dos partes: una inicial donde aparecen los personajes de la India en el entorno soriano, yo vine de Calcuta a Soria y traje mis fantasmas y los instalé allí. La segunda parte, ‘La ciudad leopardo’, es como mi interpretación personal de Soria. Un día me subí a un lugar alto y miré hacia abajo: la ciudad, con sus contrastes de luz y de sombra, me recordó a un leopardo, que no es una animal que dé miedo: es un entrañable felino del entorno y un símbolo de luz brillante”.
Abdul Hadi Sadoun es un exiliado político que huye de la guerra desde Bagdad. Descubrió a los Machado en una traducción al árabe en Damasco, y se quedó fascinado, más con el autor de ‘Campos de Castilla’. Optó a la beca y le fue concedida. “He pasado más de cinco meses en Soria, y así nació ‘Siempre todavía’. La ciudad y la provincia han sido como un descubrimiento. No me sentí extraño ni fuera de lugar. Me sentí renacer de nuevo ante el Duero, entre los fantasmas de Machado y Leonor, y todo ese mundo ha sido el anzuelo de mi libro. Para alguien como yo, marcado por el destierro y por el exilio, Soria ha sido como el edén, el paraíso”. Si la poesía de Subhro Bandopadhyay tiene algo metafísico, la de Abdul Hadi es una poesía cotidiana “que festeja las cosas, los colores, los paisajes, los símbolos de la vida y de los animales. De algún modo allí me he curado un poco de las sombras de la soledad, del destierro, del dolor y de la guerra”. Abdul, enamorado de las letras españolas, revela que lee todos los años a Cervantes y que otro de sus poetas favoritos es Vicente Aleixandre.
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