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Antón Castro

GUÍA DE LA NOVELA NEGRA

Detectives, criminales y malas calles:

Errata Naturae toma el pulso al género policial

 

Héctor Malverde publica una ‘Guía de la novela negra’ que recoge 150 autores y otros tantos libros de todo el mundo

“Es necesario volver a la novela negra para decir las cosas de siempre, pero sin titubeos: la violencia, la traición, la muerte, la ciudad, la corrupción, la noche, la seducción, la jaqueca, el desamparo, la soledad, el sexo, la infamia, el misterio, la literatura… Nomenclaturas todas para un mismo desconcierto, que decía Julio Cortázar”, escribe el enigmático Héctor Malverde, seudónimo de un profesor apasionado, en su introducción al libro ‘Guía de la novela negra’ (Errata Naturae). La editora Irene Antón decía, el pasado sábado en Ejea, a HERALDO: “A mi socio Rubén Hernández y a mí nos pareció que era el momento de tomarle el pulso al género, a los autores y a las novedades, ver de dónde procede tanta inquietud y analizar fenómenos como el de la novela negra nórdica”. Y ahí aparece Héctor Malverde, un profesor universitario e investigador de autores “más formales o canónicos como Kafka, Proust, Bernhard o Mann”, que ha confeccionado una guía o “una mapa del género con muchas sorpresas”.

El libro no tiene voluntad de exhaustividad, es más bien “una apuesta personal en mitad de la jungla”. El antólogo elige un único título de cada autor (solo con Ellroy escoge dos): lo cuenta, lo recrea o lo interpreta a su modo, con humor, y confecciona una pequeña biografía de los escritores; aquí los hay de todos los países: anglosajones, latinoamericanos, africanos, españoles, neozelandeses, norteamericanos, chinos, etc.

La lista arranca con ‘Los primeros en llegar a la escena del crimen’, y bajo este enunciado se agrupa a los primeros creadores de novela negra: desde Edgar Allan Poe y su Auguste Dupin, pionero de los investigadores, a Wilkie Collins y su novela ‘La piedra lunar’ o a Charles Dickens, autores que sitúa al lado de Arthur Conan Doyle y Sherlock Holmes, “el detective de ficción más famoso de todos los tiempos”. Entre ‘Los sabuesos más clásicos’ cita a Nicholas Blake (se llamaba Cecil Day Lewis y era el padre del gran actor), G. K. Chesterton y ‘El padre Brown’, Agatha Christie y sus criaturas, el extraño Geoffrey Household o Ngaio Mars, aquella neozelandesa que compaginó el teatro con la novela negra. Raymond  Chandler y Dashiell Hammett han sido dos de los grandes artífices de los ‘Hardboiled’, los tipos duros, chulos y solitarios, malquistados con ellos mismos, con sus damas rubias y con el mundo. Con ellos están nombres célebres como James McCain –autor de una novela que llevaron al cine Luchino Visconti, Bob Rafelson y Gay Tarnett: ‘El cartero siempre llama dos veces’-, Ross McDonald u Horace McCoy, sin olvidar a Joe Gores, creador de numerosos productos televisivos, entre ellos, ‘Kojak’, ‘Magnum’ o ‘Remington Steele’; aquí el autor confiesa su pasión por la actriz Stephanie Zimbalist, y también por Jessica Lange y Rita Hayworth.

Los autores españoles se suman en el capítulo de ‘Detectives privados y malas calles’: ahí “el detective soso de Eugenio Fuentes” convive con el Charlie Parker de John Connolly, con el Isidro Parodi de Borges & Bioy o con la Kinsey Milhone de los abecedarios del crimen de Sue Grafton, por citar algunos ejemplos de esos seres que “visten gabardina gris ajada o tal vez trajes hechos a medida. Los hay melancólicos y los hay excesivos. ‘Private eyes’ para todos los gustos”.

El apartado de ‘Los agentes de la ley’ abarca a comisarios, inspectores, policías e “incluso guardias civiles de toda la vida”, como Bevilacqua y Chamorro de Lorenzo Silva. Por ahí corretean los personajes de Andrea Camilleri, la pareja Bleichert & Blanchard  de James Ellroy (de quien se dice: “es un cabrón despiadado y un hijo de la grandísima puta y el tercer escritor más perverso de la historia”), el inspector Mattei de Dürrenmatt, el inspector Sejer de Karin Fossum, la gran escritora noruega. En esta parte figuran grandes narradores como P. D. James, Donna Leon, Henning Mankell, Ian Rankin, Georges Simenon, Leonardo Padura y Petros Márkaris, entre otros, pero también muchos españoles como García Pavón, González Ledesma, Giménez Bartlett, Guelbenzu, el ya citado Silva o Domingo Villar.

El volumen contempla tres capítulos más: ‘Médicos, forenses y otros admirables intrusos’, donde destacan títulos de John F. Bardin o el ‘Santuario’ de William Faulkner, donde el abogado Horace Benbow investiga la violación de Popeye a la joven Temple en la que, consideraba André Malraux, “es la irrupción de la tragedia griega en la novela policíaca”. Y aquí figura Stiegg Larsson que ha redactado con ‘Millenium’ una “buena ficción policial, entretenida y ágil, con personajes sólidos e historias bien construidas”. Otro epígrafe es ‘Cuando el crimen se cruza en tu camino: los amateurs’, al que asoman Eduardo Mendoza, Norman Mailer, Andrés Trapiello o Elmore Leonard. Esta guía de temas, atmósferas, ciudades, libros y autores se completa con un puñado de asesinos de Graham Greene, Patricia Highsmith, Manuel Vázquez Montalbán y su ‘Tatuaje’, o una novela de título inolvidable: ‘El asesino dentro de Jim Thompson. Dice el autor: “Murió en 1977. Una errata en el anuncio de su funeral propició que no asistieran al sepelio más que un par de gatos y algunos familiares y amigos”.  

 

 

PLINIO Y SUS AHIJADOS 

La lista de autores españoles es amplia en el libro. El primer citado es Eugenio Fuentes y su novela ‘El interior del bosque’, protagonizada por el detective Ricardo Cupido. García Pavón creó al guardia municipal Plinio, que habría inspirado a Carvalho, de MVM, a Bevilacqua de Silva y también a Toni Romano de Juan Madrid. Dice Malverde: “Todo en Pavón es un acierto: Tomelloso como telón de fondo, el paisaje rural de la España de los 50 y 60, la complejidad del investigador sagaz y delicado que es Plinio y su perfecta combinación con el veterinario don Lotario”. Petra Delicada es la abogada de Alicia Giménez Bartlett, Mariana de Marco es la heroína de Guelbenzu, y González Ledesma es el creador de Méndez, “un hombre con métodos algo heterodoxos que podría ser un perro o un rastreador callejero”. De Domingo Villar destacan ‘La playa de los ahogados’, la segunda aventura de Leo Caldas y de su ayudante aragonés Rafael Estévez.

2 comentarios

maxi balsa -

Es de agradecer tanta informaciòn de esta rama de la literatura que mejora con el tiempo.SOY UN ENAMORADO DE ESTE ESTILO.

Diego -

Vaya, vaya, parece una interesante guía para novela negra de verdad y de la buena. de la que hay que leer con un vaso de wiskey y un revolver bajo la almohada.

Gracias por la reseña