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Antón Castro

COMIDA NAVIDEÑA EN CALAMOCHA

COMIDA NAVIDEÑA EN CALAMOCHA

Desde hace casi una década, José Luis Campos y su mujer Mari Carmen organizan una fiesta navideña en su preciosa casa de Calamocha. Una casa con vistas, donde todo ha sido medido al detalle, una casa grande con rincones, con bodega, con gimnasio, con una estupenda explanada-jardín. Los anfitriones son gente educada y afectuosa que sabe vivir y compartir su felicidad. Hacia las dos, José Luis y Mari Carmen recibían a sus invitados –este año éramos en torno a una docena: Luis Alegre, Félix Romeo, Andrés Cuartero, José Luis Jiménez, Meler, Santiago Vegué, Ángel Artal, algunos familiares próximos; faltaban algunos amigos que siempre acuden: Miguel Mena, por ejemplo, y este año se recordó y se lloró a un clásico inolvidable: José Antonio Labordeta-, y lo hacen con un sinfín de sorpresas: un espléndido vermú, una salmuera al hielo y a partir de ahí un exquisito menú que se paladea con mucha tertulia, con muchas anécdotas, muchas risas, algún que otro grito y cariño a espuertas. Así, lentamente, en un clima estupendo, fuimos comiendo gambas y langostinos, tostas de foie y de bacalao, ternasco y merluza, varios tipos de postres, algunos de ellos preparados con gran primor por Mari Carmen y sus nenas: Sara y Miriam. Algunos se atrevieron con licores y el champán; el vino que mandó fue el Tierra de Cubas de Santiago Vegué de Cariñena.

Fue un día estupendo. Un clásico navideño en nuestras vidas. José Luis y Mari Carmen cada vez lo hacen mejor. Es un rito, una afirmación de la amistad, son magnánimos a más no poder. Andrés Cuartero, como si presagiase lo que iba a ocurrir en Barcelona, en el campo del Espanyol, elogió el gran fútbol del Barcelona. Hubo sorpresas y regalos: Ángel Artal Burriel llevó para todos la reedición de la ‘Guía nocturna de Zaragoza. Zaragoza de noche’ a la que ha puesto un prólogo estupendo, que es un ejercicio de erudición, de pasión por el lenguaje y por fascinación ante la vida sumergida y amorosa de la Zaragoza del pecado, una guía que solo pretende “regocijar a cachondos, ser solaz de disolutos y divertimento para bibliófilos”. Félix compró discos y libros para toda la saga, Luis llevó un vino que porta su nombre, Luis Alegre, y que es de la Rioja, creo, y yo les entregué ese libro espléndido sobre Teruel que coordinó Pedro Rújula, hace algunos años, y que fotografió Peña Verón...

José Luis y Mari Carmen agasajaron a sus invitados con buen vino de Cariñena y un jamón de Calamocha. Es su aguinaldo de afecto. Presidió la botella que la denominación de origen ha dedicado a José Antonio Labordeta y sonaron algunas de sus canciones.

*Esta foto familiar es de August Sander.

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