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Antón Castro

30 AÑOS CON ÁNGEL GUINDA

30 AÑOS CON ÁNGEL GUINDA

Hace más de treinta años, en Zaragoza, había un poeta con leyenda, un poeta desconcertante, visionario, maldito, que departía con sus jóvenes discípulos en el bar Balmoral, que comía en el restaurante Benjamín y que tenía un gato llamado Baudelaire. Ángel Guinda vestía de negro y ya entendía la poesía como una prolongación de la vida, como una morada y como un instrumento útil para transformar el mundo. El rapsoda Luis Felipe Alegre, de El Silbo Vulnerado, aparecía de cuando en cuando por El Ángel Azul con un nuevo manuscrito de Guinda en los bolsillos. Entonces, más que un poeta grave y vitalista a la vez, irónico y lírico, Guinda era un poeta transgresor, casi un pícaro que se asoma al mundo con escepticismo y un fogonazo de sátira. Poco después, El Silbo estrenaría un espectáculo como ‘Más margen, malditos’, con textos de Leopoldo María Panero, Ramón Irigoyen y ‘El almendro amargo’ de Guinda. Aquel espectáculo fue una conmoción. Casi a la par Ángel Guinda sería juzgado por blasfemia, por escribir uno de sus versos de descreído en las paredes del café de la Infanta. Más tarde, como si necesitase refugio de sí mismo, de la ciudad y de las torvas maneras de algunos de entender la libertad de expresión, Ángel Guinda se fue a Madrid: para seguir viviendo, escribiendo y amando con nuevo frenesí. Ha escrito con conciencia e iluminación, con respeto a la tradición y con la mirada puesta en los nuevos caminos. Ha escrito con lucidez y con humor, con chispa y sentido del juego, y con ese sentido dramático que procede de la infancia y de su orfandad mitológica: cuando él nació falleció su madre. Ángel Guinda encarna, entre nosotros, una cierta idea de poeta popular, es entrañable, próximo, apasionado: para él la poesía es el aire. El aire, la luz, el sueño, la crítica y las cosas de cada día.

 

*Ángel Guinda acaba de recibir el Premio de las Letras Aragonesas de 2010. Este artículo apareció ayer en 'Heraldo de Aragón'. Creo que esta foto es de Columna Villarroya.

1 comentario

José Luis de la Vega -

La poesía de Ángel guinda tiene una característica que la hace ser diferente de lás demás, y es, y ahi va mi pregunta: ¿Cómo se puede escribir una poesía que traspase los límites de la propìa poesía? ¿Hasta donde puede llegar tanto conocimiento? ¿De donde surge esta obra dilatada, ferviente, apasionada y dedicada al hombre de la calle, al hombre del mundo que Ángel guinda lleva en su corazón?.Una obra solidaria y enorme que a todos nos repercute en la emoción. Enhorabuena maestro. Ya sabes tu lo mucho que te quiere este mono