MARCOS CALLAU: TRES POEMAS
Marcos Callau, poeta y cinéfilo, me envía tres de sus últimos poemas. Poemas de amor, poemas urbanos, poemas que desgranan sentimientos, pérdida, dolor y una constante melancolía. El poeta exalta lo que ama y canta lo que pierde.
VIEJO AMOR FRENTE A FRENTE
Si languidecen trenes suburbanos
de buscar tu dirección, sin ojos, sin manos
Si de sueños insanos
en vela
me mantengo y el beso se congela
Si en la ciudad crece el hielo
de edificios que se clavan al cielo
Solo, a merced de un bravo acantilado
cuando un viento sucio pasa por mi lado
con dolor
me devuelve el sabor
de las más turbias noches
el temor de consagrar más derroches
Cuando zozobra un barco en el mar
o un jirón de niebla envuelve tu mente
Cuando tiembla el asfalto bajo mis pies
y sientes tambalear tu vida, desvanecer
en un reloj de arena, al revés
Es entonces la pasión, la caricia urgente
es la rutilante estrella al palpitar
es el viejo amor, frente a frente.
RECUERDOS DE EXPOSICIÓN
Era el tiempo en que las verdades
morían en labios de la mentira
el tiempo en que volaba bajo
el pájaro negro del progreso
Era el tiempo en que daba tanta vida
que se secaba
el amor verdadero
Y una vez ahí,
el alacrán resucitó del veneno
para morder la manzana equivocada
Era junio, cierzo y polvo
Una exposición de ruina y polvo
y unos ojos donde reinventé
lo imposible
Después, te fuiste
Y fueron noches de alcantarillas
de taxis ocupados
Yo ansiaba la luz verde
pero me quedé
en el rojo parpadeante del neón,
tu burda imitación lumínica.
Es seguro que al frío de la noche
siempre recordaré
tus tibios labios mentirosos.
ÁNGELES DE CIUDAD
Te pasan, de largo
Te miran, te clavan
y no te rozan
Pero su huella es tan honda
como el suspiro
de un beso
que no cubrió el vacío
Se deslizan, no pisan el suelo
ni hollan más caminos
que los habituales,
conocidos por tu piel,
desbocados a tu corazón.
Son ángeles de ciudad
habitantes de un segundo
que llenan todo tu mundo
partiendo después a un lejano lugar
Son flores de un día
nacidas del asfalto
deshojadas en mi buhardilla
marchitas, bajo un sol tan alto
Son la absurda travesía
de la luna azul cobalto
por tu piel blanca y sencilla
cuando te fugas de un salto
Son un callado tranvía
que nunca se desvía
El sol en la celosía
de tus labios, mi ambrosía
Son los frutos del pecado
la Virgen de la Piedad
Adán y su bocado
Eva y su dulce maldad
Son el juego tan complicado
del amor y la verdad
el abrazo deseado
de la muchacha de al lado
la pasión etérea
de los ángeles de ciudad.
Todas las fotos son de Angela Bacon-Kidwell.
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