ENTREVISTA A RAFAEL NAVARRO
Rafael Navarro (Zaragoza, 1940) se pasa al color y a la fotografía digital en la muestra ’A destiempo’ que se expone desde ayer en el Paraninfo, donde, además, muestra una cincuentena de obras de su colección personal con piezas de Willy Ronis, Jean Dieuzaide, Bellocq, Álvarez Bravo, Thomas Ruff, Korda, García-Alix o Andrés Serrano, entre otros.
¿Por qué has dado ese paso al color y a la técnica digital?
El color hace algunos años que me iba rondando por la cabeza y me frenaba la dificultad para controlar todo el proceso al tener que recurrir a laboratorios externos. Cuando decidí empezar a trabajar con sistemas digitales me pareció el momento oportuno para hacer ambos cambios a la vez.
¿Cómo te has sentido, qué ha sido lo mejor y lo más incómodo?
Lo incomodo es volver a tener que aprender nuevas técnicas cuando ya peinas muchas canas, lo mejor descubrir nuevas posibilidades de canalizar tus deseos de expresión.
En la muestra se ve que también has descubierto el PhotoShop. ¿Te ha aportado algo especial más allá de una faceta técnica?
En ninguna de las piezas expuestas hay una intervención “radical” del PhotoShop. Son todo tomas directas, jugando con reflejos en vidrios, encuadres concretos, etc. La herramienta se ha utilizado solamente para pequeñas correcciones y ajustes, pero en ningún caso se ha rehecho la composición o se han agregado sujetos a las imágenes.
¿En qué medida esta muestra es una prolongación y un ensanchamiento de ‘Testigos’, tu mirada sobre la naturaleza que vimos en el MICAZ en el pasado año de 2010?
El planteamiento es diferente, aquí hablo de vivencias o no-vivencias personales, pero inevitablemente han salido de la misma cabeza y supongo que conservan un cierto aire de familia.
Se insiste una y otra vez que no eres un fotógrafo narrativo. ¿Cómo seleccionas las imágenes, cómo las encuentras, qué te interesa?
No me resulta fácil contestar a esa pregunta, porque no conozco la respuesta fehaciente. En ocasiones promuevo una situación y trabajo sobre ella, otras veces es la propia imagen la que se manifiesta y pide ser registrada. Hay siempre una frontera virtual entre lo intelectual y lo instintivo. Y, en mi caso, suele ser mejor el resultado cuando la parte instintiva predomina sobre la intelectual.
¿La fotografía para ti es un estado de ánimo, una necesidad, una imposición casi inconsciente de tu forma de ser? Te invito a decir que significa para ti la fotografía, qué te permite mostrar…
Hace algún tiempo recuerdo haber escrito:
Para mi la fotografía es un medio.
Un medio que me permite hablar allá donde no encuentro las palabras.
Un medio con el que busco en mi subconsciente, aflorando contenidos, sentimientos escondidos.
Un medio que me permite crear objetos que contengan valores sutiles inteligibles para otros.
Un medio que me deja respirar mi libertad.
Viendo la muestra podría decirse de inmediato: Nuevas fotos de Rafael Navarro. ¿Existe un estilo Rafael Navarro? ¿Cómo sería: estaría marcado por la factura impecable, por el perfeccionismo, por la plasticidad, por la sorpresa, por la atmósfera?
Yo no puedo responder a eso. Supongo que la fuente es común para todas ellas y eso debe de notarse. Para mi sería una gran satisfacción que suceda, pero la palabra la tienen en este caso los espectadores.
¿Por qué te preocupa tanto deslocalizar las fotos, por qué te inclinas hacia la abstracción?
No me gusta vincular las sensaciones que trato de expresar en mis fotografías a personas o lugares concretos. Esto limitaría su lectura a mi entorno y lo que intento es que cada espectador pueda amueblar el escenario con su propio bagaje personal y sentirse identificado.
¿No te has decantado mucho hacia la pintura con el uso de plano superpuesto, amagos de veladuras y transparencias?
Si tal cosa ha sucedido no ha sido intencionado, pero no me molesta en absoluto.
¿Existe, de partida, una búsqueda de una fotografía intemporal, fuera del tiempo?
En mi caso si. Trato de evitar referencias temporales por las mismas razones que he comentado antes.
¿Tiene claro el fotógrafo lo que quiere contar?
Si el fotógrafo soy yo sí y no. Lo que mas me interesa de usar un lenguaje plástico es que me permite comunicar sin necesidad de concretar. Puedo sugerir mas que decir. Y esa aparente ambigüedad es la que me permite dejar que el lector de las imágenes tenga que penetrar en las mismas si quiere llegar a buen puerto en su apreciación. Hay quien se queda en una lectura superficial y se limita a pensar que son hermosas. Hay quienes buscan más códigos de lectura. Y esos son los que más me interesan y para los que trabajo.
¿Cuál es el encanto de una pared, un hueco, un ángulo? ¿Se puede hablar de emoción, de hermosura?
Cualquier sujeto es capaz de emocionar, depende del tratamiento que se haga del mismo. Es evidente que esta afirmación es demasiado categórica, pero con mas o menos matices, creo en ella.
¿Miras el mundo con angustia, con melancolía, hay en tu obra como una mirada doliente y elegiaca como sugiere una de las autoras del catálogo?
Reconozco que mis fotografías no son, precisamente, divertidas. Pero supongo que yo tampoco debo de serlo mucho…
Hablemos de la colección: de esa cincuentena de fotos de grandes maestros internacionales, españoles y aragoneses. ¿Cómo ha sido la aventura del coleccionista de fotos ajenas, qué has aprendido de esos cuadros?
Mi colección yo no la considero como tal.En su casi totalidad proviene de intercambios efectuados con otros autores que he ido conociendo a lo largo de los últimos cuarenta años. Y, por supuesto, la contemplación de dichas imágenes a aportado valores que en mayor o menor forma han influido en mi visión de la Fotografía.
¿Cómo podríamos definir el espíritu de la colección?
Para mí, más que una colección es una especie de libro de bitácora de mis deambulares por el mundo de la fotografía.
¿Son estas las fotos que has elegido o las que te han elegido a ti?
En muchos casos han sido ellas las que me han elegido o más bien seducido. Eso cuando yo he decidido que imágenes quería. En otros casos he propuesto al propio autor que fuese él quien decidiera que piezas deberían irse conmigo.
Cuéntame alguna anécdota bonita: por ejemplo, ¿cómo llega a ti ‘La buena fama durmiendo’?
Este caso es una prueba de la gran generosidad de un autor al que he admirado desde siempre y a quien tuve el honor de conocer y tratar en varias ocasiones: D. Manuel Álvarez Bravo. Estando en La Habana, durante los III Coloquios Latinoamericanos de Fotografía, y durante la inauguración de una exposición de D. Manuel en el Museo Nacional de Bellas Artes, le comenté a su esposa que me gustaría adquirir un tiraje de dicha obra. Ella dijo que había que hablarlo con D. Manuel y cuando, unos minutos mas tarde, lo tuvimos cerca y le comentó mi deseo, él me propuso abiertamente un “change”. Para mí, que por aquel entonces tenía un reconocimiento público bastante limitado, fue una sensación muy hermosa y me sirvió para poder valorar la calidad humana de aquél hombre al que ya admiraba por su trabajo. El año pasado, durante una estancia en México, volví a ponerme en contacto con su viuda y le prepuse hacer un trabajo en su casa y estudio, como homenaje a D. Manuel, cosa que acepto y que le agradezco sinceramente. El trabajo ya está realizado y espero poderlo mostrar dentro de poco tiempo.
Hay en la muestra un campo de afinidad a través del desnudo y del paisaje. ¿Quiénes son los fotógrafos que te conmueven especialmente: Willi Ronis, Clergue, García-Alix?
Cada autor tiene su personalidad y sus obras una serie de matices que, inevitablemente te atraen en mayor o menor grado. La lista de autores que creo han podido influenciarme, incluso a nivel subconsciente, es demasiado amplia.
Has dicho alguna vez que una de las fotos que más te conmueven y que te parecen perfectas es la de Stravinsky tomada por Arnold Newman. Explícanos por qué?
La considero uno de los mejores retratos que se han tomado en toda la historia de la fotografía. Es perfecta la composición, la expresión del compositor, la postura, el ambiente creado, todo ello hacen sentir la mano de un gran maestro.
¿Qué reflexión te merece la fotografía aragonesa de los últimos 30 años?
Circunscribiéndome a la fotografía creativa, que es el campo en el que me muevo, se ha realizado un gran esfuerzo, por parte de los autores para conseguir que sus obras sean de la máxima calidad y por parte de las galerías y espacios institucionales para valorar dichas producciones y exhibirlas convenientemente. No obstante el recorrido es muy largo y todos tenemos que continuar, cada uno en nuestra labor, trabajando duro para conseguir avanzar todo lo posible.
¿Queda por hacer alguna reivindicación de la fotografía o ya es una de las Bellas Artes de veras?
En algunos campos muy retrógrados todavía hay reticencias, pero creo que es una batalla ganada universalmente hace ya mucho tiempo.
*El retrato de Rafael Navarro es de Carlos Moncín, jefe de fotografía de ’Heraldo de Aragón’. Ayer publicaba un reportaje-entrevisa con Rafael Navarro en la apertura de Cultura: esta es la entrevista completa.
ALGUNAS OBRAS DE LA COLECCIÓN
'El desnudo provenzal' de Willy Ronis.
'Elena mar. Odalisca en mi patio' de García-Alix, de 1987.
'Stravinsky' por Arnold Newman.
'La buena fama durmiendo' de Manuel Álvarez Bravo.
'Che Guevara' de Alberto Korda.
1 comentario
Pau Llanes -
Te leo, Antón... y disfruto siempre que puedo. Las jacarandas florecen aqui... La ciudad es un escándalo azul violeta...
Pau