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Antón Castro

FERNANDO BELTRÁN: POESÍA Y EMOCIÓN

FERNANDO BELTRÁN: POESÍA Y EMOCIÓN

FERNANDO BELTRÁN: EL POETA QUE SE

ATREVE A NOMBRAR LOS SUEÑOS

 

Ayer fue un día bastante especial para mí: por la mañana entrevisté a Ángela Abós, conversamos durante dos horas y media sobre su vida y la importancia de la cultura y de la palabra, y a las seis me encontré con uno de esos seres absolutamente entrañables, un poeta en los versos, en el arte de nombrar las cosas y un poeta de la amistad, del afecto, de la pasión por existir, invadido siempre de pequeños detalles: Fernando Beltrán, que acaba de publicar ‘El nombre de las cosas’ (Conecta), algo así como “una biografía profesional”, llena de detalles, de matices, de ingenio, de arrebato por el lenguaje. Fernando Beltrán, ovetense nacido en 1956, se fue de casa a los 17 años: quería ser poeta y a ello ha dedicado su vida. Un día descubrió que podía bautizar las cosas, las empresas, los proyectos, los sueños ajenos, y así fueron naciendo nombres como Opencor, La Casa Encendida, Faunia, Amena o, entre otros muchos, muchísimos, ahora La Gavia, que se ha convertido en mucho más que un nombre comercial de un centro comercial: es un barrio, es una estación, es una esfera del mundo.

Fernando ha escrito muchos poemas, ha recogido su obra completa en Hiperión en el volumen ‘Donde nadie me llama’, y tiene muchos amigos zaragozanos: Julia Millán y Pepito Fernández, de Antígona, “mi librería preferida del mundo con Cervantes de Oviedo: son espacios que son como un libro infinito”, de Ángel Guinda y de Ángel Petisme, sus hermanos de Zaragoza. Y además es un gran amigo de Amancio Prada o Juan Carlos Mestre, y de un montón de seres humildes que le sirven el café por la mañana o la comida al mediodía. Es un enamorado de las mujeres imposibles que pasan. Y es un lector de grandes poetas: César Vallejo, Pablo Neruda o García Lorca, grandes nombradores. Fernando Beltrán es uno de esos seres transidos de humanidad y de cercanía, un Poeta de la emoción y del alma que ilumina cuanto toca, cuanto mira, cuanto designa. Su libro ‘El nombre de las cosas’ (Conecta, 2011) es uno de los mayores elogios que he leído nunca de la palabra, de la poesía, del verso, de la imaginación y de las cosas que todos hacemos a diario y que están cargadas de sentido y de una magia inaprensible. [Esta foto la tomo de ‘La voz de Asturias’: la ha realizado Graciela del Río]

1 comentario

Marisa Lanca -

Hoy le han hecho una entrevista en la radio pública. Me ha sorprendido gratamente. Trataré de conseguir "El nombre de las cosas", ya que el tema me atrae, me atrae, me atrae...