ALEJANDRO ALAGÓN: DE LA EMOCIÓN
Recibo esta conmovedora carta del poeta oscense Alejandro Alagón: “¡Hola, Antón! Soy Alejandro Alagón y te escribo desde la Clínica Guttmann, un hospital de rehabilitación neuronal situado en Badalona. El día 3 de septiembre contraje matrimonio con mi mujer y esa misma noche su hijo pequeño, Ibrahim, sufrió una terrible caída que requirió dos intervenciones quirúrgicas y de la que se va recuperando poco a poco. Pasó cinco días en coma, una semana en la UCI y tres meses en el Hospital Lozano Blesa de Zaragoza. Ahora estamos en esta clínica de Badalona continuando el proceso de recuperación que se antoja largo pero esperanzador. Durante el proceso de convalecencia en el Lozano Blesa escribí un poemario que acaba de ganar el XV Premio Mario Ángel Marrodán en Portugalete (Vizcaya). Se llama ‘Conversaciones con Ibrahim’, en alusión a las circunstancias de comunicación que vivimos las primeras semanas, ya que sólo movía el párpado derecho. Un parpadeo significaba sí y dos no. ‘Conversaciones con Ibrahim’ fue mi particular manera de explorar el miedo, las vivencias, las esperanzas que se viven en estas situaciones. Durante la entrega de premios hace diez días leí dos poemas. Uno de ellos es éste. Describe el proceso terapéutico de la música, su importancia en el proceso de recuperación”.
ODA A CAMARÓN
Por Alejandro ALAGÓN
Aconsejan los médicos que escuches una música
que te resulte grata, alguna melodía
que indique un nuevo rumbo y evite la rutina
de ojos desconectados de la realidad,
el sopor, el letargo, las sólidas columnas
de esta fiel somnolencia que se adhiere a tus párpados.
La voz de Camarón resucita, obediente,
desde el disco compacto y su carisma ayuda
al joven Ibrahim a evitar los abismos,
los profundos barrancos de una baja conciencia
y el peligro de pérdida en ese laberinto
oscuro de neuronas heridas y averiadas.
Maestro soberano de voces ancestrales,
origen y principio de tantos creadores,
fiel cantaor que invoca solitarios misterios:
Ahora te pedimos que ayudes a un amigo
a abandonar las sombras que encuentra en su trayecto.
Vocaliza despacio intensas emociones
que encaminen su espíritu por la senda adecuada.
Arrincona sus miedos, retira sus temores
bajo el dosel de palmas, aplausos y guitarras.
Acompáñale ahora en esta travesía
con tu voz prodigiosa hacia nuestro horizonte.
Escoge en ese mágico rincón de tu garganta
el remedio seguro que ignoran hoy los médicos,
el ritmo poderoso de lo desconocido,
la pócima secreta que dejará perplejos
sus rostros, sus semblantes, su agudo pesimismo.
*La primera foto es de Darcy Padilla; abajo, un retrato clásico de Camarón de la Isla.
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