ÁNGELA GONZÁLEZ EN IBERCAJA
La Obra Social de Ibercaja inaugura mañana jueves, 12 de abril, a las 20 horas, la exposición “Irrevelante”, de Ángela González, en Ibercaja Patio de la Infanta (San Ignacio de Loyola, 16). La muestra podrá visitarse hasta el próximo 27 de mayo y se complementará con una conferencia el día 26 de abril, que impartirá la propia artista bajo el epígrafe 'Irrevelante, lo que no se puede descifrar...'
'Irrevelante' es el título de la muestra que, como explica la artista aragonesa, nace de la reutilización de dos términos: “irreverente” e “irrelevante”, formando un reciclaje léxico que subraya uno de los últimos sentidos de este trabajo. La exposición se compone de 16 piezas que Ángela Gónzalez ha creado para esta ocasión, se trata de obra reciente, realizada en los últimos seis meses. Uno de los elementos característicos que protagoniza su pintura es el uso de soportes reciclados como base de sus cuadros, la pintora forja sus creaciones a partir de elementos de la vida cotidiana. Puertas, persianas y suelos de madera adquieren una nueva vida en la obra de la joven artista, que realiza sus creaciones con técnica mixta y en una gama cromática en la que predominan blancos, negros y rojos, con algún trazo de dorado.
LA PINTORA: ÁNGELA GONZÁLEZ
12 /09/1980, Zaragoza.
Su concepción vital es clave para entender su obra. Su vida líquida en términos de Bauman se concibe como ritual de autoconocimiento y sanación a través del arte. La formación autodidacta y el viaje, interno y externo, desembocan en una técnica que vuelve su mirada a la obra de Tápies, Jackson Pollock o Miguel Ángel Domínguez como demuestran sus exposiciones, todas individuales, más destacadas: Desencuentros, 5ª edición del festival Cultura Pop, Círculo de Bellas Artes, Madrid, octubre de 2010, Abriendo Paso, en el restaurante 24 Kilates de Zaragoza, inaugurada el 4 de enero de 2011 o Irrevelante, en la Sala Propuesta Arte Joven IberCaja, en el Patio de la Infanta (12 abril 2012- 27 mayo 2012).
LA MUESTRA: “IRRELEVANTE”
Por Marta DOMÍNGUEZ
Profesora y poeta aragonesa que reside en Sevilla.
Irrevelante ofrece de manera velada la carga simbólica del duelo: cruces como un réquiem, salpicaduras que dicta el inconsciente.
Ángela González, artista por instinto y plenamente autodidacta hace de la propia vida un camino de proyección artística mostrándose a sí misma como encarnación de muchos de los valores de la posmodernidad.
Su vida líquida, siguiendo la terminología de Zygmun Bauman, transcurre en un constante viaje exterior a partir de cuya experiencia proyecta interiormente y canaliza como en una suerte de ritual. De esta forma su peregrinación es a todas luces un proceso de aprendizaje que más tarde materializa en su obra, ella es en sí misma obra de arte en perpetua evolución.
La pintora forja ideas a partir de elementos de la vida cotidiana. Matérica y atemporal, otorga nuevos significados a los objetos que ensambla en una obra de reciclaje en el que el soporte no es convencional: puertas, persianas, láminas de suelo. El propio título de la muestra nace de la reutilización de dos términos “irreverente” e “irrelevante”, reciclaje léxico que subraya uno de los últimos sentidos de este trabajo.
En una de sus muestras anteriores, Ángela González ya nos sorprendía con una serie de puertas que abrían paso a rincones inhóspitos del subconsciente. Puertas transformadas o renombradas con exquisitez, al igual que los otros elementos mencionados a través de un trazo contundente que aunque fuese en el aire cobraría materia.
En esta exposición continúa los cauces del abstracto, con un cromatismo restringido y recurrente, el blanco, el rojo y el negro, sin olvidar el ocre, que arroja un halo de luz a lo terrenal y al sentido ancestral y místico de la creación humana.
Angelita es símbolo en estado puro y rito, como desvelábamos anteriormente, siguiendo ciertos cánones del arte de vanguardia. Sus cruces son reminiscencias no siempre conscientes de Antoni Tápies, el dinamismo del pincel o el goteo del pigmento son guiños al mismísimo Jackson Pollock, recuerdos tanto en la técnica del “dripping” como en su automatismo nacido del propio estado psicológico.
Esta última idea conecta de lleno con la concepción que tiene del arte como vía de escape. Su necesidad de creación como expurgación o vómito se ajusta a la definición de Ernesto Sabato del proceso creador. En última instancia el arte es para la artista aragonesa una sanación profunda del alma.
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