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Antón Castro

RAMIRO GAIRÍN, DOS POEMAS

En la foto, Luis Borrás, Ramiro Gairín y Javier Delgado.

La editorial madrileña Vitruvio publica El mar en el buzón, el nuevo poemario de Ramiro Gairín (Zaragoza, 1980).

El día 6 de junio, este miércoles, en horario de tarde, de 18:00 a 21:30, tendrá lugar la ‘presentación en sociedad’ del nuevo libro de poemas del zaragozano Ramiro Gairín, El mar en el buzón (Ed. Vitruvio, 2012). El autor firmará ejemplares de su nuevo poemario en la Feria del Libro de Zaragoza, en la caseta de la Asociación Aragonesa de Escritores. Se trata de una colección de poemas en prosa que despliegan a dos personajes, dos figuras poéticas, y que cuentan con un desarrollo temporal a través del cual se va desovillando una historia, con principio y final. La obra se constituye, por tanto, como un todo unitario, en el que cada pieza construye el conjunto. El libro fue finalista del Premio de Poesía Isla de Siltolá.

Para aquellos que conozcan al poeta, cronológicamente se sitúa entre Pintar de azul los días laborables (Islavaria, 2010) y Que caiga el favorito (Prensas Universitarias, 2011). Y también literariamente; en lo que a tono, estilo y tratamiento de los temas se refiere. El autor volverá a la Feria el sábado, 9 de junio, por la mañana (a partir de las 12); firmará ejemplares, en la caseta de Prensas Universitarias, de su anterior poemario, Que caiga el favorito.

Blog de Ramiro Gairín:

http://haciaotrasaventurasmashermosas.blogspot.com/

 

Cuelgo aquí dos poemas en prosa del libro de Ramiro Gairín.

 

1 

 

 

Cuando hablan los amantes el lenguaje se limpia, no es ningún secreto. Las palabras renacen, cargando con sus dunas; debajo está su forma. Cuando nombran al mundo dos amantes pronuncian los objetos, todos y cada uno. Antes de recogerlas los serenos, las palabras son cosas y las cosas palabras. Son nubes de palabras los silencios.

 

Si los amantes hablan del hogar, todas las casas se vuelven hogueras. Cuando evocan sabores no se tira comida, hay pueblos a las puertas de los supermercados. Cuando dicen desdén las calles se anestesian. Cuando dicen su patria las patrias se atomizan, son las patrias las camas donde irradian el calor de su espalda.

 

Si los amantes hablan del amor, el suyo viaja sobre las ciudades. Y es al alba cuando su mano tibia, miel de pájaros secos, desciende sobre hombres y mujeres y acaricia su nuca mientras duermen o penan, y les arranca un orgasmo mínimo, apenas apreciable, que cambia para el día que empieza el signo de sus actos.

  

2

  

La habitación se mece cargada con palabras. Pensamos que podían estallar los pulmones; han caído a la almohada como peces. Hablar de vientos limpios que levantan los labios, de la suerte de ser invulnerables, de nuestro parentesco con dioses olvidados. Que nada tiene nadie a cambio de los hechos.

 Lo ya dicho mil veces cuajaba en los muñecos, en la ropa doblada, como un billete roto cada frase. El ácido sonido de la nieve, que desclavija sueños. Hacer un cuenco de aire con las manos, un hueco en la corteza del árbol rumoroso. Y decir en voz baja, dentro del agujero, de qué no respondemos, que queremos que ocurra esta mañana.

 Ha salido a tocar los primeros peinados. El frío de los coches; las baldosas perfectas. Cuando llame a la puerta traerá el humo del día, los pasos con que se hacen las paredes.

 

 

*Las fotos son de Vivian Maier.

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