Blogia
Antón Castro

JAVIER SÁNCHEZ MENÉNDEZ: PROSA

JAVIER SÁNCHEZ MENÉNDEZ: PROSA

JAVIER SÁNCHEZ MENÉNDEZ:

POESÍA, PASIÓN Y CONCIENCIA

Javier Sánchez Menéndez (Puerto Real, Cádiz, 1964. Este retrato suyo es de José Ríos) es un señor generoso y apasionado, fiel a sus amigos, fiel a la palabra y fiel a sí mismo. A su poesía, a sus lecturas, a sus viajes. Se ha convertido en uno de los grandes editores de poesía de España en poco tiempo. Es curioso, refinado, tiene muy buen gusto y entiende que hay muchas poéticas, muchos autores, diversas formas de la honestidad, y que como editor puede abrir veredas hacia las montañas, sendas hacia el mar, pasadizos hacia el corazón de la tierra y la intimidad. También es poeta: autocrítico, exigente. Un buscador del poema perfecto y contenido. Y a la vez es seguro. Acaba de publicar un libro muy especial: tiene algo de diálogo consigo mismo y con una sombra que le acompaña, quizá sea una amada ideal, quizá sea la poesía misma, quizá sea la conciencia. Se llama ‘Teoría de las inclinaciones’ ( Los Papeles del Sitio, Sevilla, 2012. Otra preciosa edición) y es uno de esos libros donde el escritor piensa, se retrata, confiesa sus lecturas y sus pasiones (Juan Ramón Jiménez antes que Cernuda, Luis Rosales, Antonio Colinas...). No siempre es complaciente. La sinceridad es una de sus virtudes, el lujo de quien se afirma en cada gesto. Dice que “La poesía, por encima de ‘dios’, del amor y de la propia vida, es una forma de búsqueda de la pureza y de la esencia que lleva a un único camino”.

Confiesa Javier Sánchez Menéndez de sí mismo:

“Soy un conjunto de manías. Un cubo de extravagancias, de locuras. Ironías las máximas, las mínimas, es el furor que llama, con nudillos gastados, a la puerta del alma. No se debe hacer caso al cuerdo en un país de locos.

Te imagino desnuda. Sin porte pero con libros en las manos. De ti he dejado de saber, de conocer, de sentir. El viaje está planificado. La alegría la dejé ayer en la maleta. La esperanza se ha convertido en desencanto”.

 

*La foto es de José del Ríos Mons.

0 comentarios