INMACULADA MORENO, POEMAS
[La pasada semana conocí en Cádiz a la poeta Inmaculada Moreno. Asistió al curso sobre la lectura en Cádiz y habló con amigos como Manuel Borrás, editor de Pre-Textos, o con Luis García Montero, que se acordaban de ella y de sus libros, aparecidos en Renacimiento o en Hiperión, entre otros. Hoy, Inmaculada me ha enviado una selección de su obra. Una foto de Rossina Bossio.]
DE DONDE LA HOGUERA VERDE (2011)
AUTOBÚS DE CERCANÍAS
El bufido mecánico
y el cacareo breve: Pound love
daban paso al paréntesis,
su mecido sin ritmo.
-Could you please-
sombrero, guantes y zapatos
color crema,
el bastón tan brillante.
Afuera graznan las gaviotas.
Se desplazan las casas y las tierras:
la vida, que se aparta a nuestro paso;
y en una de esas casas
hay gatos y un jardín
con narcisos y hortensias.
El paréntesis bufa nuevamente
con lenta languidez de desperezo.
Un flequillo planchado
tercamente caído sobre el ojo,
la chaqueta arrugada con escudo
- Don´t give a damn-,
la mirada perdida justo al borde
de la ventana,
donde se sueñan siempre
los besos con saliva
y su calor de sangre;
y al arrancar oscilan un segundo
la mochila de libros,
el bastón tan brillante,
la cabeza pesada
-barba de cuatro días-,
las piernas separadas.
Una onomatopeya -Asshole-,
y se cierran las puertas.
Afuera, en algún sitio,
una esposa y un piso oscuro
huelen a margarina y a cerrado.
El semáforo urge
como un guardia sin piernas
y el paréntesis sigue,
en su noria de asfalto y herbazales
del bullicio al bullicio.
QUERIDA MÍA
Querida mía:
Las noches, sus bandadas
de cuervos y de sueños
aleteando negros y graznantes;
el infierno que es sordo, la locura
ocupando mi frente y la garganta;
las horas como hilos
de arena en un reloj inacabable,
y yo estoy dentro.
Un agujero negro, la razón.
La marioneta de mi cuerpo;
el mundo inalcanzable,
tras un cristal blindado;
las palabras que surgen
como dentro del agua,
o las palabras que retumban;
el guiñapo que está
flotando dentro de esa agua;
el aire que se vuelve
un cañonazo, sólido en el pecho;
y ese derrumbe incontrolado
que el esqueleto oculta.
Este dolor sin sitio.
Querida mía,
nunca nadie más bello y más ausente.
Ahora sé
que durante toda mi vida
me ha acompañado el miedo
a que ya nunca más
estuvieras.
(16 de abril 2011)
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Inma M -