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Antón Castro

MARILYN: UNA CRIATURA VULNERABLE

[MARILYN MONROE: 50 AÑOS DESPUÉS]

Este domingo se cumplen 50 años de la enigmática muerte de Marilyn Monroe (1926-1962), uno de los mitos de Hollywood: un icono sexual, una criatura vulnerable y una actriz especial que siempre quiso aprender. Aquí coloco algunas de las fotografías que le hicieron grandes fotógrafos. Podría ser una primera entrega...

Marilyn por Richard Avedon. Fotos de 1957.

Dos fotos de Eve Arnold.

Dos retratos de Cecil Beaton.

Marilyn por Milton H. Greene, con quien fundó una productora.

Dos retratos de Bert Stern.

 Quizá no exista en la historia del cine una actriz tan compleja y fascinante como Marilyn Monroe. Alguien la definió como “la rubia tonta que más leyó en la historia del cine”. Siempre andaba con libros entre las manos. Poemas de Rainer Maria Rilke, novelas y relatos de Tolstoi, Dostoievski, Hemingway o el ‘Ulises’ de James Joyce. También le interesaba Goya y se retrató leyendo una biografía suya. Quizá no sean fotos naturales, podría decirse, pero responden a una curiosidad real, a un deseo constante de formarse. Era una criatura asombrosamente fotogénica. Dijo la fotógrafa Eve Arnold: “Nunca conocí a nadie con un don natural como el suyo ante la cámara”.

El interés por la lectura es anterior a su encuentro con Arthur Miller. Una vez estaba leyendo ‘El principito’ de Antoine de Saint-Exúpery y subrayó una frase que se haría famosa: “Lo invisible es esencial a los ojos”. Su marido de entonces, el gran jugador de béisbol Joe di Maggio, le preguntó: “¿Qué quiere decir eso?”. Marilyn fue un fenómeno de la naturaleza. Empezó como modelo y poco a poco, con esa “ambición rubia” que exhibía, fue haciéndose con un sitio en el cine con películas espléndidas. Quizá la mejor sea ‘Con faldas y a lo loco’ de Wilder; ‘Vidas rebeldes’ de John Huston fue casi una premonición. Los directores la veían como un animalillo rebelde, un poco descontrolado, vulnerable y candoroso, pero a la vez radiante, de una carnalidad apabullante, un volcán de lascivia casi a su pesar.

Iba de amor en amor, y eso le llevó a tener relaciones con Marlon Brando, Tony Curtis (de quien se quedó embarazada probablemente), Elia Kazan, Frank Sinatra o, entre otros, con José Bolaños, su último amante. Escribió diarios y poemas y aforismos como se puede leer en ‘Fragmentos’ (Seix Barral, 2010), dictó su biografía al guionista Ben Hecht, fue perseguida y acosada por Hoover (por sus relaciones con Kennedy y con los comunistas mexicanos).

Murió de una sobredosis de barbitúricos, aunque su muerte sigue siendo un enigma. Dulce, desesperada, enemiga de sí misma y de su cuerpo, necesitada de protección y de cariño, le decía a su amigo Monty Clift: “No hagas nada. Solo abrázame”.

2 comentarios

Manuel Pereira Valcárcel -

Fermoso retrato, Antón. Marilyn sempre un primeiro plano.

la bella tica -

el amor en soledad..no sirve de nada