HA MUERTO FRANCISCO CARRASQUER
ADIÓS A FRANCISCO CARRASQUER,
HOMBRE DE LETRAS Y DE ACCIÓN
El pasado martes, a las once de la noche, en Tárrega, falleció el escritor, profesor, periodista y agitador cultural Francisco Carrasquer Launed (1915-2012), de filiación anarquista. Combatió en la Guerra Civil –fue miliciano, jefe de centura, jefe de brigada-, conoció el campo de concentración en Francia, fue acosado por los nazis, regresó a España y estuvo varias veces en la cárcel, y finalmente partió a La Sorbona y más tarde a Holanda, donde haría el grueso de su carrera. Allí trabajó en la radio y dio clases en la Universidad de Groninga y de Leiden. Fue un hombre activo: editó poesía y narrativa propias, dirigió revistas, hizo muchos programas culturales, tradujo a autores holandeses al español, publicó poesía y se especializó, sobre todo, en la obra de su paisano y casi vecino Ramón José Sender, a quien le editó ensayos, le hizo ediciones críticas de ‘Imán’ y de ‘Réquiem por un campesino español’ y preparó una antología poética. Además publicó un libro sobre ‘Ascaso y Zaragoza’ y un libro de semblanzas: ‘Pondera que algo queda’, que publicó su gran amiga Marisancho Menjón. El funeral será el sábado en Tárrega. Francisco Carrasquer recibió el Premio de las Letras Aragonesas en 2006.
Uno de los libros que más le henchían de orgullo era su antología poética ‘Palabra bajo protesta’ (IEA, 1999). Amaba la poesía, la filosofía, la historia, y había tenido una historia tan intensa, tan dolorosa y tan apasionante, a la vez, como el mismo siglo XX.
RESCATE DE UN TEXTO
“Con Ascaso vivo habría cambiado
el curso de la Guerra Civil”
Francisco Carrasquer publica en Alcaraván un libro de las vinculaciones entre el líder anarquista y Zaragoza
Como si de José Saramago se tratase –recuerden que en “Historia del cerco de Lisboa” un personaje cambiaba una palabra y con eso la historia-, el libertario, poeta y ensayista Francisco Carrasquer (Albalate de Cinca, Huesca, 1915) se ha zambullido en una especie de juego, o de reescritura de la historia, en su nuevo libro: “Ascaso y Zaragoza. Dos pérdidas: la pérdida” (Alcaraván / DPZ), donde se pregunta, y responde, qué hubiera pasado si en vez de Durruti, fuese Francisco Ascaso el responsable de la columna anarquista que se dirigió al frente de Aragón en los primeros días de 1936 y se quedó en Bujaraloz, “en vez de dirigirse sin dilaciones a Zaragoza, ciudad que fue decisiva porque desde ella maniobró el general Mola, donde residió. Durruti no tenía ni la inteligencia ni el dinamismo ni la personalidad de Francisco Ascaso. Y él lo sabía. Desde que este se murió, Ascaso fue alcanzado por un disparo en la frente en el cuartel de Atarazanas, se vieron sus incapacidades”.
Francisco Carrasquer conoció al líder anarquista de Almudévar, que ha retratado no hace mucho tiempo Pepe Cerdá en la muestra “Los últimos modernos”. “Fue el protagonista de actos fantásticos. Recuerdo en particular dos: en la plaza de san Jaume se subió a una farola como un simio y arengó a la gente y la hizo detenerse en su avance; y en un mitin de la FAI en Barcelona, en el último congreso de la FAI, hablaron García Oliver, Ricardo Sanz, Durruti y luego Ascaso, que hizo un resumen estremecedor”, señala el autor y dice que el libro también quiere ofrecer una visión crítica del anarquismo español. “La importancia de los anarquistas es absoluta. Total. Sin ellos no se hubiera controlado Barcelona. Estábamos preparados desde hacía una semana. Yo estaba en el Ateneo de Las Corts. Salimos a la calle armados y eso sorprendió al ejército nacional. Nosotros salimos a la calle zumbando, pegando tiros y les hicimos correr, justo lo que no pasó en Zaragoza porque Durruti, cosa que no hubiera hecho Ascaso, insisto, se detuvo en Bujaraloz en vez de partir hacia Zaragoza”.
¿Cuáles fueron, entonces, los errores del anarquismo? Francisco Carrasquer lo tiene claro. “En primer lugar, crearon un ejército regular en vez de un ejército guerrillero. Eso ya lo tenían los nacionales. Desde la órbita anarquista es incomprensible. En segundo lugar, la decepcionante participación de los anarquistas en el gobierno, López, García Oliver y Montseny, que se apartaron del comunismo libertario. Y en tercer lugar, los abusos de autoridad en algunos ayuntamientos, lo cual no quiere decir que las colectividades en Aragón no funcionasen ejemplarmente”, señala.
Se deshace en elogios para el político anarquista de Almudévar, Francisco Ascaso: “Lo conocí. Admiré su valor, su inteligencia y entereza. Durruti siguió a Ascaso simplemente. No había quien lo parase. Estoy convencido de que su presencia hubiese ayudado a cambiar el curso de la Guerra Civil”. A pesar de su admiración, Carrasquer es consciente de que Ascaso, con Durruti y Torres Escartín, entre otros, participó en el atentado contra el cardenal Soldevila en Zaragoza: “Estoy en contra de la revolución cruenta. Así no se gana nada. Ahora ya no soy anarcosindicalista. He expresado mi idea de una sociedad nueva en ‘El grito del sentido común’ (Libertarias), donde defiendo una nueva manera de pensar: la calidad de la vida debe estar fundada no en el poseer mucho, sino en poseer lo menos posible con la máxima eficacia, evitando ser esclavos de las cosas”.
El libro de Carrasquer sobre Ascaso –“no era solamente un rebelde, no; Ascaso era un auténtico revolucionario”- aborda otros asuntos de política ficción, lo que pudo ser y no fue, y habla del grupo “Nosotros” o “Los solidarios”, y resume pequeña parte de la historia de España, de la que él ha sido un importante protagonista.
*Texto de 2003. Coincidí en muchas ocasiones con Francisco Carrasquer, en Huesca, Zaragoza, le publiqué artículos en ‘El Periódico de Aragón’ en el suplemento ‘Rayuela’ y ‘La Cultura’.
2 comentarios
kornar -
José Joaquín López Pardos -