ELÍAS MORO: EL ARTE DE PENSAR
ELÍAS MORO CUÉLLAR: LA ORGÍA DE LA LITERATURA
Elías Moro Cuéllar es poeta, narrador y uno de esos autores a los que les interesan todos los géneros: el aforismo, el dietario, los juegos de palabras, los rescates de la memoria. Parece un heredero de Georges Perec, Ramón Gómez de la Serna y Cristóbal Serra. Ha publicado varios libros y es, además, un animador de escritores, un sembrador de amistad. Dentro de poco aparecerá un Dietario suyo en Isla de Siltolá –el sello sevillano de un raro gaditano que ama las palabras y sus temblores: Javier Sánchez Menéndez-. Ahora trabaja en un nuevo volumen, sin título aún, que es muy suyo: frondoso como un bosque, aleatorio como las tempestades y a la vez abierto a todos los horizontes como una ventana de libertad. Elías, además, en los últimos años se ha convertido en un aragonés converso: es un señor casi gigante, padre de dos hijas, jugó al baloncesto mucho tiempo, es madrileño del Rayo, viven en Mérida y entre sus mejores amigos, por citar algunos, se cuentan Julio José Ordovás, José Luis Melero o Fernando Sanmartín.
11 FRAGMENTOS
Elías Moro
La adulación es la interesada paciencia del mediocre, del servil y, en último término, del canalla y el traidor.
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Siquiera sea por una simple cuestión de antigüedad en el oficio -aunque no sólo por eso-prefiero, de todas, todas, las putas a las beatas.
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Cuando le eres infiel a alguien, que sepas que también te estás engañando a ti. Y se me ocurren pocas cosas peores que ser traidor y desleal consigo mismo.
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Cada vez estoy más convencido de que literatura y vida van de la mano. Y es que cada vez me ocurre con más frecuencia haber leído un párrafo cualquiera o encontrarme en una situación dada, y, al poco, experimentar casi lo mismo en el quehacer cotidiano o leer algo semejante en cualquier libro que me caiga en las manos.
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Ten cuidado con todo lo que dejas atrás mientras sigues en pos de la codicia sin parar en mientes. No lo dejes a su albur. Sé concienzudo y sepúltalo bien hondo si no quieres que un día eso que creíste muerto y enterrado salga de su tumba dispuesto a cobrarse, descarnado y vengativo, las cuentas pendientes, los desprecios y humillaciones que tan alegremente le infligiste.
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La lucidez es un puñal que, para nuestra desgracia y vergüenza, sólo sale en contadas ocasiones de su funda.
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¿Que qué me llevaría a una isla desierta? La fotografía de una isla desierta.
Para no olvidarme nunca de donde estoy.
O de cómo y por qué he llegado hasta aquí.
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Empieza a preocuparte por tu sentido del gusto cuando te relamas con el repollo hervido, la pescadilla al vapor sin sal y el yogur desnatado.
Aunque más que preocupante, yo diría que el desaguisado ya no tiene remedio.
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Hoy me siento como en un bodegón de Morandi: un poco desastrado y como difuso, con todos mis asuntos a punto de caerse por un extremo de la mesa, de la vida.
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Siempre buscando hacer daño, el cínico dispara sarcasmos.
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¿Por qué se dice “guerra civil” si todas las guerras son fratricidas?
*Las tres fotos son de Edouard Boubat.
3 comentarios
Carlos Medrano -
Elías -
¡Y esas hermosas imágenes, tan evocadoras, tan sugerentes!
Abrazo agradecido.
Jose Maria Souza Costa -
Yo soy brasileño, y tengo un blog, muy simple.
Estoy lhe invitando a visitar-me, y se posible, seguimos juntos por ellos.
Fuerza, Alegría y Amizad.
Ven para acá.
http://www.josemariacosta.com