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Antón Castro

ALEMANIA VENCIÓ Y CONVENCIÓ

REGATE EN EL AIRE 

 

EL elaborado triunfo del método

 

Lionel Messi se ha quedado sin su Mundial. Lo tuvo en sus botas, como lo tuvo Higuaín. Quizá Argentina nunca jugó en Brasil mejor que anoche: fue durante muchos minutos más peligrosa que Alemania, resultó más centelleante al contragolpe y con tres o cuatro toques se planteaba cerca del área de Neuer. Higuaín gozó de una oportunidad clara, Messi repitió en el inicio de la segunda parte, incluso Palacio, pero más allá de esas anécdotas tan específicas, el equipo creció y creció, fortaleció su defensa y mostró un plan de control y de ataque.

Ayer, el doctor Sabella pareció tenerlo más claro que nunca: dijo que Argentina, para ganar, tenía que hacer un partido perfecto. Casi lo hizo pero le faltó el gol. Había que cerrar las vías de creación de Alemania, había que atorar la circulación de balón, presionar a sus medios, y así lo hicieron y se vieron las carencias germanas: es un equipo un tanto esquizofrénico, juega al pase en corto, al tránsito rápido, al amoroso cuidado del balón pero le falta un poco de imaginación y fantasía. Y eso se percibió en dos de sus mejores jugadores: Tony Kroos, que pasó con más pena que gloria, falló en un despeje de cabeza hacia atrás, y resultó blando en dos claras ocasiones de gol, y en Özil, que es un interior de lujos, exquisito, pero ralentiza el juego; ante equipos como la aguerrida Argentina lo embarulla peligrosamente. Anoche corrió y corrió, más de 14 kilómetros, apenas uno menos que el bregador indesmayable Schweinsteiger, que ha adquirido barniz de héroe por su entrega, su corazón y la sangre derramada.

Argentina es una feroz competidora. Rinde mejor cuando va de víctima o cuando se enfrenta a un bloque poderoso. Alemania había sido el equipo más sólido, pero el elenco celeste desnudó sus carencias. Le puso en apuros atrás, sobre todo a Hummels, que es un buen jugador para sacar el balón e incluso para rematar, pero lento y despistado en defensa, Messi e Higuaín estuvieron a punto de quebrantar el choque. Pérez, Biglia y Mascherano, de nuevo Mascherano en labores de sacrificio y contención, detuvieron la triangulación de la media alemana; es justo recordar que Khedira no salió y que se lesionó pronto su recambio Kramer. Y el cuarteto defensivo –brillaron con luz propia Garay y Demichelis- eclipsó durante muchos minutos a Klose y a Müller, que estuvo irreconocible.

Messi vino y apenas se quedó. Los alemanes le temían. Les demostró que había razones para el miedo o, cuando menos, el respeto. En algunos instantes desafió a correr a Hummels y le venció con claridad. A medida que avanzaba el choque aparecía y desaparecía, era el astro intermitente. Quizá por eso no ganó Argentina: porque su capitán no podía más o le faltó la grandeza –o la constancia o la fuerza física- de las grandes ocasiones.

En la prórroga, Alemania fue superior. Respondió mejor físicamente y encontró un poco de juego. Si hubiese ganado Argentina, en esta ocasión, tampoco habría sido injusto. Al menos durante los 90 minutos reglamentarios: ahí el partido fue vibrante, tenso, con alternativas, fue el partido jugado de poder a poder por dos equipos antagónicos. El gol lo marcó uno de las promesas alemanas, Götze, que en el fondo bien podría considerarse el Iniesta alemán: es sutil, tiene clase y regate, y marcó un gol precioso, que nace de las botas de Schürrle, pero sobre todo nace de su habilidad y de su precisión.

El triunfo de Alemania es, sobre todo, el triunfo de Joachim Löw, un entrenador sensato, que ama la belleza, la plasticidad, las buenas maderas. Ha tenido paciencia, no se ha puesto nervioso, nunca ha perdido la elegancia y ayer el fútbol le premió. En el fondo, con variaciones, su Alemania se parece a la de 1974 y a la 1990. Es el primer combinado que vence en América. 

 

*Este artículo se publica hoy, recortado, en mi sección de Heraldo de Aragón.

La foto la tomo de aquí:

https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-3e316fc34b2960a6c7631e7a45615259.jpg

1 comentario

Inés -

Excelente análisis.
Saludos