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Antón Castro

PEDRO M. DOMENE ESCRIBE DE 'LA LEYENDA DE LA CIUDAD SUMERGIDA'

[Pedro M. Domene, un estupendo crítico literario en diversos medios, publica esta generosa nota sobre 'La leyenda de la ciudad sumergida', con ilustraciones de Javi Hernández, aparecido en el sello Nalvay, donde se había publicado también 'Él niño, el viento y el miedo'. El libro se presenta mañana, a las 19.00, en el colegio Pedro I de Barbastro.]


La leyenda de la ciudad sumergida, Antón Castro

Ediciones Nalvay, Huesca, 2014. 118 pp. 13,95 € 

Pedro M. Domene 

Los gallegos, dicho con enorme respeto y cariño, creen en leyendas, misterios y supersticiones, quizá porque Galicia, tierra mágica y ancestral, mantiene en su literatura aun hoy en día el mundo de las fábulas y de los mitos, fruto por otra parte de la imaginación popular y de la exclusiva dedicación de sus escritores. Y, también, por eso, por las páginas de sus libros desfilan meigas y mouras, trasgos, peregrinos y la Santa Compaña, y en igual proporción héroes y villanos, demonios y espectros; historias y leyendas que se contaban a la luz del fuego, cuando ya el sol se escondía y comenzaba a reinar la noche, y es así como se han transmitido de generación en generación.
Antón Castro es gallego, de Arteijo, La Coruña (1959), y comparte imaginación y pluma conÁlvaro Cunqueiro y Wenceslao Fernández Flórez, porque sus libros más fantásticos se pueblan de lugares mágicos, con seres extraordinarios, animales que hablan y finales felices. Autor de cuentos y novelas, su dedicación al mundo de la literatura infantil y juvenil le han llevado a publicar, Jorge y las sirenas (2009), que se describe como un cuento sobre el poder de la imaginación, el amor a las sirenas y a los libros, El niño, el viento y el miedo (2013), en cuyas páginas se cuentan historias cotidianas y de asombro que suceden a cualquier hora del día, pero sobre todo a partir de la medianoche cuando los paisanos se reúnen en torno al fuego, y hablan de ahogados, del mal de ojo, de mujeres que ven al demonio, de los primeros viajes o de esos lugares donde todo puede ocurrir; todo ante la atenta mirada de un niño de ocho años que recibe una armónica de Montevideo, acaso el primer regalo de su vida; y ahora La leyenda de la ciudad sumergida (2014), la historia de una búsqueda, la que obligará al niño Esteban a salir de su pueblo, Baladouro, amenazado de quedar sepultado por la lluvia como otras tantas ciudades de las que le han hablado, y seguir las huellas hasta encontrar el Nubeiro y conseguir convencerlo de que cese la lluvia en su amada villa. Esteban está bendecido desde el mismo día de su nacimiento, cuando el ciego Cidre le anuncia a Sabela Camelle que su hijo, a medida que pasen los días, se volverá un poco brujo, y cuando le corten el pelo y lo echen en una tinaja se convertirá en oro; además, el viejo Cidre le entrega un libro rojo con letras invisibles y asegura que solo él podrá leerlo, y cuando lo aprenda de memoria será capaz de arreglar las mayores catástrofes, curar heridas y vivir las aventuras más increíbles. En realidad, Esteban inicia un viaje de ida y vuelta, aunque apenas sabe que la solución estará allí mismo, en una cueva cercana, más cerca de lo que nunca llegó a pensar. Pero Antón Castro establece un auténtico laberinto y una curiosa geografía a lo largo de sus páginas que el niño deberá recorrer hasta que llegue a su destino, caminos, bosques, bibliotecas, personas que descifran enigmas, que enredan la historia y la salpican de leyendas y misterios y el curioso encuentro con García Buño da Listera, un sabio y campesino de Vilarnovo, que le proporciona la solución al protagonista a través de sus múltiples conocimientos y lecturas.
El estilo literario de Antón Castro se impregna de lirismo, de cierto sosiego y de mucha nostalgia, acaricia las palabras en sus textos, recrea personajes, les asigna curiosos y llamativos nombres y muestra una extraordinaria sensibilidad ante la belleza de los entornos naturales de su tierra que guarda en la memoria, y con su enorme corazón recrea en la lejanía, y así convierte sus historias en amenas lecturas que despiertan nuestra imaginación. En un apéndice final, se publica un “Bestiario de Baladouro”, dibujado en blanco y negro, por Javi Hernández, quien ya se había ocupado de las ilustraciones de El niño, el viento y el miedo (2013), y observamos como recrea con sus lápices las cualidades de cada uno de los seres o quizá el retrato imaginado, en muchos casos, de niños, perros, gatos o meigas, y esta es una manera de comprender el sentido último del libro.
*Este texto del escritor y profesor almeriense Pedro M. Domene se publica en el blog 'La tormenta en un vaso'. El enlace es
http://latormentaenunvaso.blogspot.com.es/2015/02/la-leyenda-de-la-ciudad-sumergida-anton.html

 

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