DE '40 AÑOS CON FRANCO'. VV. AA.
España es un país apasionante: por la complejidad de su historia, de intrincados matices, por esos períodos tan contradictorios como la posguerra y la Transición que han hecho correr ríos de tinta y siguen dando pie a monografías, estudios, análisis y rescates de personajes, de hechos y de convulsiones, conocidas, secretas o semiocultas. Otro buen ejemplo es el libro ‘40 años con Franco’, en el que Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea y uno de nuestros historiadores más activos, aquí y en el extranjero, coordina a otros nueve estudiosos reconocidos para ofrecer una visión de conjunto, que desciende a los detalles, a las paradojas, al dolor e incluso a lo que parece inverosímil. Ellos son, siguiendo el índice el volumen, Paul Preston (retrata a Franco con datos y sin piedad), Ángel Viñas (aborda la la gloria, la sombra y la crisis), Borja de Riquer (se centra en la crisis de la dictadura), Carlos Gil Andrés(elabora algo así como un ‘dramatis personae’ de la época), Mary Nash (analiza a las mujer bajo el franquismo), José-Carlos Mainer, Agustín Sánchez Vidal, Enrique Moradiellos (estudia la bibliografía sobre el régimen y los libros a favor y en contra de Franco) e Ignacio Martínez de Pisón.
El autor de ‘El día de mañana’ y ‘La buena reputación’ firma el epílogo ‘Cuarenta años sin Franco’, donde se pregunta: “¿En qué momento empezaron a pasar cosas? Digamos que para mi generación eso ocurrió en 1975, el año de la muerte del dictador”. Dice que el otro acontecimiento “de la historia colectiva de nuestras vidas” fue el frustrado golpe de estado de 1981. Añade: “Si tuviera que decir cuál de esas fechas me marcó más, elegiría sin duda la segunda. En febrero de 1981, yo era un joven de veinte años que estudiaba cuarto de Filología Hispánica en Zaragoza. A diferencia de quienes nos llevaban cinco o diez años, mi generación no había vivido la agitación política de las postrimerías del franquismo”. Las cosas cambiarían de golpe.
Como se ve, Pisón es uno de los cuatro aragoneses que participan en el volumen. Casanova firma el prólogo y un artículo muy sólido sobre la dictadura que salió de la guerra. Dice: “Esa cultura de la crueldad y de la indiferencia hacia el considerado enemigo se convirtió en una seña de identidad de las dictaduras de toda Europa en los años treinta y cuarenta”.
José-Carlos Mainer escribe de ‘Letras e ideas bajo (y contra) el franquismo’. Con su estilo inconfundible, y su poética tejida de referencias, de títulos, de hechos, de autores y de pensamientos cruzados, estudia cómo “la cruzada de Franco quiso iniciar un mundo nuevo” también en literatura. Y recorre cuánto pasó, lo que se escribió y la suspicacia de la censura; recuerda que Ernesto Giménez Caballero fue “el verdadero inventor del fascismo español”, analiza las revistas literarias, el paso de una literatura imperialista y de elogio al régimen a una literatura “menos triunfalista”, ‘una literatura de posguerra’, desmenuza algunas revistas (‘Escorial’, ‘Vértice’, ‘Actualidad española’, ‘La Codorniz’), se fija en personajes como Pemán, Torrente, Ridruejo, Laín Entralgo, García Serrano o Cela, de quien dice que “había sido uno de los vencedores de la contienda y sus éxitos se explican por la entusiasta colaboración de la prensa domesticada y por sus propias habilidades para el exhibicionismo”.
Y Agustín Sánchez Vidal, con su mirada caleidoscópica y brillante, analiza el cine franquista con todas sus líneas: el cine imperialista y sentimental, la aparición de Berlanga y de Azcona, películas como ‘Surcos’, las dificultades de Saura y su tenacidad, y el estreno de películas como ‘Cría cuervos’ de Saura y ‘Furtivos’ de Borau. ‘40 años con Franco’ es el tema de una exposición que pronto organizará el Ayuntamiento de Zaragoza, con el propio Julián Casanova y Amparo Martínez al frente.
LA FICHA
40 años con Franco. Varios Autores. Coordinación: Julián Casanova. Crítica. Barcelona, 2015, 405 páginas.
La foto de Julián Casanova la tomo de aquí.
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