'CHAS', SEGÚN EDUARDO LABORDA
MARCIAL BUJ ’CHAS’ (1909-1959), VISTO POR EDUARDO LABORDA
Sabíamos poco de Marcial Buj ‘Chas’ (Zaragoza, 1909-1959), humorista, caricaturista y periodista, que trabajó en varios períodos en HERALDO. Hijo de reportero que estuvo en la batalla de Alhucemas (allí lo retrató, en 1925, Manuel Arribas), hizo un poco de todo: exponía en el Casino Mercantil, asistía a las tertulias de cafés como el Niké o el Jauja, “mezcla de salón de té, bar americano-coctelería y restaurante marinero”; acudía a restaurantes como Borsao o Ruiseñores, y a hoteles como Florida o Regina; participaba en las ceremonias de la Cofradía de las Barbas en el Canal Imperial y frecuentaba a otros creadores como Luis Mata, Manuel Bayo Marín, con quien rivalizó amistosamente, y Manuel del Arco, al que se parece mucho en su pasión por el dibujo y las entrevistas vertiginosas. Sentía una especial atracción por los cementerios y por el mundo del circo, con el payaso Ramber a la cabeza. El pintor y escritor Eduardo Laborda le dedica el volumen: ‘Chas. De Salduba a Las Vegas’ (Iris Lázaro editora), que continúa la generosa tarea emprendida con ‘Zaragoza. La ciudad sumergida’ (2008) y ‘Bayo Marín. Entre luces y sombras’ (2010), y con su obra plástica y cinematográfica. Eduardo Laborda es, con su compañera Iris, algo más que un coleccionista o un curioso: ama la historia artística de la ciudad en todos sus frentes, la rastrea, la desmenuza, la dignifica y la ordena. De ese esfuerzo y de los golpes del azar nacen sus publicaciones, elaboradas con generosidad y con auténtica obsesión por las imágenes. En ‘Chas’ se ha soltado un poco más la mano para mezclar el sueño de la ficción con la realidad, trabajada hasta el último detalle en horas y horas en la hemeroteca. Por eso el volumen está lleno de acontecimientos, de chistes gráficos e historietas, de fotografías inéditas (como la de Cecilio Navarro, de rostro aniñado), de seres increíbles como ese Saturnino Gutiérrez que lo mismo falsificaba billetes que entradas de fútbol, el fotógrafo Antonio o ‘Abelmi’, que introdujo en Zaragoza “los gélidos aires neoyorquinos”, y aún vive, cerca ya de los 90 años. Chas se casó con Maruja Arnal, “soñadora, discreta y elegante”, y halló solaz en la prensa: la pianista Pilar Bayona no le soltó prenda acerca de sus enigmáticos amores y en el Gran Hotel, en 1956, Dalí le dijo que “Zaragoza es piramidal, sólida, eterna”. ¡A ver quién supera eso!
*Este texto se publicó el pasado domingo en Heraldo de Aragón, en la serie ’Cuentos de domingo’. Portada del libro que edita Iris Lázaro.
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