EDUARDO DE LA CRUZ Y BEULAS
“Beulas es como un predicador bíblico que
muestra la belleza del paisaje que le rodea”
“José Beulas ha puesto los paisajes de Huesca en el mapa”
Eduardo de la Cruz es un madrileño con vínculos en el Altoaragón. Ha realizado ya varios audiovisuales. Acaba de terminar ‘Beulas, el explorador del horizonte’. Aquí explica sus características y sus claves.
¿Por qué un documental sobre el pintor José Beulas? ¿Qué tenía de particular el artista para usted?
José Beulas es como un predicador que ha cambiado ’La Biblia’ por los pinceles y va por el desierto mostrando la belleza del paisaje que le rodea. Ha puesto los paisajes de Huesca, y especialmente los de los Monegros, en el mapa. Su obra está repartida por todo el mundo y, sin embargo, muchos oscenses desconocen su existencia y la donación que hizo a la ciudad de Huesca de su colección. Este trabajo es algo que estaba por hacer y hemos querido rendirle tributo en vida.
-¿Cuáles han sido sus pretensiones, sobre todo en comparación con otros proyectos anteriores como el río Ara, ‘La lluvia amarilla’ de Llamazares o el documental sobre Ricardo Compairé?
Dar voz, a través de las personas de su entorno, a la obra de este artista. En este caso, los realizadores hemos sido Amalia Sesma y yo.
¿Qué ha aprendido de él?
Beulas es un privilegiado. Ha perseguido una ilusión y la ha alcanzado plenamente. Con su pintura, ha sido capaz de sintetizar y nos ha conmovido. Como dice el pintor y profesor Fernando Alvira en el documental: “Es tan importante lo que pinta como lo que deja de pintar en sus lienzos”. Como persona, destaco su proximidad, sus ganas de vivir y seguir con los proyectos que le rondan por la cabeza. Y algo en lo que coinciden las personas con las que hemos trabajado y que nosotros mismos hemos experimentado: su generosidad.
¿Cuáles serían sus etapas y cómo están reflejadas?
Del realismo a la abstracción casi absoluta. José, comienza pintando lo que ve, incluso utilizando fotografías de Ortiz Echagüe o Adolf Zerkowitz. En su estancia en Roma, se decanta por el paisaje y evoluciona hacia una impronta personal fácilmente reconocible. Llega a esa especie de expresionismo abstracto similar al de Mark Rothko, una línea por horizonte, para dar un paso atrás hasta desarrollar un estilo propio.
-Roma, Madrid, Huesca... ¿Cuál es su auténtico refugio?
Blanes, Torla,... Aunque recuerda todos y cada uno de esos lugares con emoción y cariño, su refugio es la Naturaleza, el mar, el campo, la montaña, el desierto... “El hombre está hecho para vivir en la Naturaleza”, dice.
-El término: Beulas, pintor de paisaje, ¿sería el más exacto, el que mejor le define?
Casi me quedo con una idea semejante: Beulas, paisaje vivido, soñado.
-¿Quiénes han intervenido?
Mucha gente. En ‘Beulas, el explorador del horizonte’ intervienen el arquitecto Rafael Moneo, que ha diseñado el CDAN, el pintor Antonio López, el profesor y académico Fernando Alvira, la pintora Julia Dorado, Montse Navarro de la galería A de Arte, la pintora Isabel Quintanilla, el escultor Francisco López, Antoni Solà, alcalde de Santa Coloma de Farnés, el propio José Beulas, su compañera Quimeta Camï, Cristina Mato, de la galería Ansorena, Antonio González, director del CDAN en funciones. La narración es de Manuel Galiana, con el que he trabajado en otras ocasiones. Y el guion es de Amalia Sesma.
-¿Qué ha significado Huesca, la provincia, los Monegros y la capital para Beulas?
José se instala en Huesca al conocer a quién sería su mujer, María Sarrate. Lleva allí toda una vida, más de 70 años, desde 1944, cuando hacía el servicio militar, y esos paisajes cercanos han sido para él como descubrir una veta, el filón de una geografía que pasaba casi desapercibida, que estaba por descubrir.
-¿Cómo ha sido la colaboración con la guionista Amalia Sesma?
Amalia ha elaborado el guión a partir de textos de poetas como José Hierro, Gerardo Manrique de Lara o Salvador Espriu. Algunos de sus poemas son la pieza fundamental sobre la que gira este audiovisual. Como le he dicho también ha intervenido en la realización. La pieza dura 37 minutos.
Todos los rodajes tienen un anecdotario. ¿Con qué se quedaría de este?
Nos quedamos con el entusiasmo que han demostrado todas las personas que han querido participar en este documental y demostrarle a José Beulas, nonagenario ya, nació en Santa Coloma de Farnés (Gerona) en 1921, su cariño, con su aportación. Cuando visionamos el trabajo junto a José y Quimeta, en su casa, él se emocionó. Se empeñó en que tenía que pagarnos por todo el tiempo empleado y la dedicación. Al final tuvimos que ponerle un precio: fueron dos vasos de agua. Ha sido una experiencia intensa y maravillosa. Y pronto empezaremos a moverlo.
*La foto de Eduardo de la Cruz es de Amalia Sesma.
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