JUANJO MORALES EXPLICA LA MASONERÍA Y EL DISCURSO ANTIMASÓNICO
El periodista, profesor e historiador de la masonería Juan José Morales Ruiz publica ’Palabras asesinas. El discurso antimasónico en la guerra civil española’ (Masoneria.es). Aquí explica los orígenes, la expansión de las logias y la relación de Franco y el franquismo con la masonería.
-¿Qué es la Masonería? ¿Cuáles son sus principios y qué pretende?
Parece una pregunta muy sencilla (por lo menos en su formulación) pero la respuesta es más complicada. Y es que, como dice el profesor Ferrer Benimeli,- sin duda el mayor especialista de la historia de la Masonería, en su libro: El contubernio judeo-masónico-comunista -, “una de las dificultades mayores que supone hoy día el hablar o escribir de Masonería española radica, no tanto en saber lo que fue o hizo -que en parte ya sabemos- sino en tener que desmontar previamente una idea errónea o una auténtica deformación popular en lo referente a la Masonería”.
Todavía resuenan en los oídos de muchos españoles los ecos de aquellas campañas antimasónicas que atribuían al contubernio “judeo-masónico”, asociado al comunismo, al separatismo y a la anarquía, una acción despiadada de destrucción de nuestro país. La Masonería fue responsabilizada de la guerra civil, de la pérdida de nuestras colonias, de la decadencia española, etc. Fue perseguida por el franquismo, que consiguió su sistemática destrucción, y exilio, y la convirtió en un auténtico paradigma del mal.
En mi libro recojo por ejemplo la definición que sobre la Masonería, aparece en las Constituciones del Grade Oriente de España, publicadas en 1871. Allí se proclama que “la Masonería tiene la perfección de los hombres, y por lo mismo, los Masones españoles admiten los diversos Ritos, Grados, ideas y sistemas sociales establecidos, siempre que ellos no atenten a los principios morales, filantrópicos y fraternales”. Este a partidismo se justifica porque la Masonería es “una escuela de ética que persigue un fin exclusivamente moral y que opera en el campo libre de la filosofía y de la enseñanza”.
Cabe preguntarse entonces ¿por qué fue tan perseguida?, y ¿cómo pudo construirse ese mito del contubernio y de la conspiración judeo-masónica? Debería quedar claro que la Masonería no tiene nada que ver con toda serie de leyendas con que, en algunos países como el nuestro, se le ha rodeado, y donde el sólo nombre de masón evoca a misas negras, profanación de hostias, asesinatos de niños, culto a Satanás, venganzas sangrientas… y todo ese cúmulo de fábulas que han llegado a cobrar consistencia y ser creídas sin más desde la más tierna infancia, por obra de educadores cuya ignorancia sobre el tema no les ha impedido deformar sistemáticamente generación tras generación.
Este proceso de mitificación, de falsificación de lo que es la Masonería, es fundamental a la hora de estudiar con rigor y académicamente el discurso antimasónico en el bando franquista durante la guerra civil, y después durante el franquismo, hasta la muerte de Franco, porque ha producido en el público una falsa “definición” de lo que es de verdad la Masonería, y ha calado tan hondo en la sociedad española, que se hace muy difícil superar.
¿Por qué desde el principio nació envuelta en misterio y en cierta oscuridad?
Creo que lo del misterio y la oscuridad son algunos de los ingredientes más eficaces con los que se elaboraron las campañas antimasónicas desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Eso, junto al “secreto masónico” y al “juramento masónico”, logró que incluso, entre gentes medianamente cultas, la Masonería sea algo oscuro, secreto, demoníaco, diabólico, perverso, como una reencarnación del mal... En el siglo XVIII, la Masonería fue perseguida, sobre todo, porque era identificada con los movimientos enciclopedistas, liberales y progresistas que darían más tarde lugar a la Revolución Francesa. Y curiosamente esta persecución se produjo, en los países y gobiernos más dispares
Surge en Inglaterra. ¿Cómo se propagó por Europa, cómo evolucionó a la luz de las guerras, de los conflictos, de los avances sociales o de fenómenos como La Revolución Francesa o la Guerra de la Independencia’?
1717 es el año que suele darse para señalar el inicio de la masonería moderna. En esta fecha, cuatro logias londinenses fundaron la Gran Logia de Londres. Unos años más tarde, en 1723, fueron redactadas las "Constituciones de Anderson", que contienen las formulaciones de los fines de la masonería, en las que se basan la mayor parte de los masones, todavía, hoy.
En ellas se afirma que ya no se trata de construir la catedral de piedra. El edificio que se construirá será la “catedral” de la Humanidad, en honor del Gran Arquitecto del Universo. En el siglo XVIII el francmasón estará marcado por una doble finalidad: el perfeccionamiento del hombre, y la construcción de la Humanidad.
De Inglaterra pasó a Francia, Italia, España y Alemania, entre otros países europeos, y también a Estados Unidos. La masonería británica conservó una estructura fiel a sus Constituciones, mientras que en el resto se produjo una proliferación de obediencias y la introducción de grados, multiplicidad de ritos y ceremonias de iniciación. Por eso, hablar de Masonería resulta un auténtico anacronismo, ya que existen muchas masonerías independientes unas de otras, y dentro de estas mismas se da una variedad extraordinaria de ritos. Entre los especialistas ha habido, no obstante, una tendencia a establecer una división entre la Masonería anglosajona y la latina. La primera es calificada de "regular", y sólo admite como miembros a "varones que creen en Dios y en la inmortalidad del alma y de los que recibe fidelidad a los compromisos sobre el Libro Sagrado de una religión".
La Masonería latina, durante el siglo XIX, experimentó algunas variaciones en el orden ideológico y práctico que se manifestaron, por ejemplo, en un marcado carácter laico y anticlerical, que en algunos masones derivó, incluso, hacia un sentimiento antirreligioso o un profundo agnosticismo. Y eso nos conecta con fenómenos sociales y políticos, como la Revolución Francesa, o nuestra Guerra de la Independencia, en los que se denunció la participación de los masones en la caída de los absolutismos, la destrucción del antiguo régimen, y el triunfo del liberalismo y la revolución. Pero conviene tener en cuenta que hubo masones en ambos bandos.
¿Por qué Fernando VII desarrolló una feroz campaña siempre contra los masones?
Durante el reinado de Fernando VII se desarrolló un intenso combate contra la "incipiente" Masonería española. El régimen absolutista fernandino se orientó de una manera decidida contra el constitucionalismo, el liberalismo y la masonería. Al mismo tiempo que desaparecían las logias creadas por militares franceses al abandonar el territorio español, se cerraron las que habían constituido la primera Gran Logia Nacional de España. Este movimiento represivo se acentuó a partir de enero de 1815, en que restablecida la Inquisición, un edicto de Fernando VII prohibía y condenaba la masonería. Y a este edicto siguieron múltiples disposiciones legales antimasónicas. La policía y la Inquisición colaboraban estrechamente en la persecución contra los masones. Algunos de éstos se presentaron voluntariamente ante el Santo Oficio, otros fueron denunciados, y todos los que pudieron emprendieron el exilio.
Los absolutistas de la primera época fernandina atribuían gran parte de los desórdenes constitucionales a los masones y otras sectas, mezclando, en ellas a los judíos para atemorizar a quienes aún sabían poco de estas sectas misteriosas. Los masones fueron perseguidos por su posición favorable a la libertad. Y en esta cadena de prohibiciones y persecuciones, conviene tener en cuenta una serie de documentos pontificios publicados por los Papas contra la masonería y los masones, desde el siglo XVIII, y que tuvieron una influencia decisiva. Probablemente la encíclica más determinante por su influencia en la persecución de los masones durante el siglo XIX, y después en el siglo XX en la España de Franco, fue la “Humanum Genus” de León XIII, publicada el 20 de abril de 1884.
¿El masón es alguien que se siente fuera del sistema, es un revolucionario encriptado o un conspirador, es un filántropo?
En absoluto. En todo caso, y a pesar de lo que se denunciaba en el discurso antimasónico, pertenecer a la masonería no supone que el masón sea un conspirador, ni siquiera un revolucionario. De hecho en el caso de España la masonería ha tenido miembros de muy distinta escala social. Recientemente el Profesor Javier Alvarado ha publicado un libro sobre la presencia de la nobleza en las logias masónicas españolas (Masones en la nobleza de España. Una hermandad de iluminados). Y otro (Monarcas masones y otros príncipes de la acacia), rigurosos trabajos historiográficos que han desmontado el mito del carácter republicano de la masonería española en el siglo XX.
Debemos tener en cuenta que para entrar en la masonería, de acuerdo con las Constituciones de Anderson, vigentes desde el siglo XVIII, hay que ser “un varón, libre y aceptado”. Ello impide, el acceso a las mujeres en la masonería británica. Pero, en la masonería de influencia francesa, la masonería “irregular” se admite a las mujeres, hay logias mixtas, y logias sólo de mujeres.
¿Quiénes fueron famosos masones? Pienso por ejemplo en Mozart y ‘La flauta mágica”.
Aunque es verdad que Mozart fue introducido en la masonería por su padre. Y hubo y hay personajes famosos. Sin embargo, no hubo tantos masones prominentes. Este es uno de los “mitos” más repetidos, sin ningún fundamento, todavía hoy. La idea de la presencia de masones entre la gente más influyente, tanto en España, como a nivel internacional, muchas veces ha sido propalada, incluso por los propios masones, como si por un exacerbado afán proselitista, pensaran que tiene alguna ventaja. Lamentablemente, esta falsa (por exagerada) creencia ha provocado muchas veces la persecución de la masonería, basada en la existencia del tristemente famoso “contubernio-judeo-masónico”, dando pábulo a algunas teorías de la conspiración. Además esta tergiversación favorece una cierta curiosidad que provoca, de tanto en tanto, la publicación de informaciones sensacionalistas con pretendidas listas de masones que ocupan los partidos políticos, los gobiernos, e incluso el propio Vaticano.
¿Por qué hay o hubo una asociación de la masonería con el satanismo y la brujería?
Uno de los "casos más curiosos, y al mismo tiempo más grotescos" de la dura polémica que enfrentó a la Iglesia católica con la Masonería, a finales del siglo XIX, y que dio origen a la leyenda del satanismo masónico es el de Léo Taxil, que escribió numerosos libros sobre la masonería luciferina y tuvo bastante influencia en los círculos eclesiásticos, a pesar de que en el "Congreso Antimasónico de Trento" confesó que se trataba de una superchería y que era todo falso. El satanismo se utilizó frecuentemente en la elaboración del discurso antisemita, y en la persecución de los judíos y los masones, basándose fundamentalmente en Los Protocolos de los Sabios de Sión, otra obra completamente falsa.
Caro Baroja en su Historia sobre los Judíos en España, señala que, "a comienzos del siglo XIX,- y también durante la segunda mitad del siglo XVIII -, se confundía a los judíos, a los masones, a los protestantes y a los liberales, con todo supuesto enemigo del catolicismo. Judío = liberal = masón. He aquí, unas ecuaciones que aún tenían vigencia para la masa carlista hace poco en las aldeas del Norte". Caro Baroja recuerda que fue precisamente Napoleón en Chamartín, el 4 de diciembre de 1808, y no su hermano José Bonaparte, como rey de España, quien llevó a cabo la supresión del Tribunal del Santo Oficio, considerando que la Inquisición era un acto "atentatorio a la soberanía". Este acto de "impiedad" fue secundado por las Cortes de Cádiz que se oponían a "Pepe Botella", pero que en este caso, coincidiendo con los afrancesados, decretaron el 22 de febrero de 1813, la abolición del tan temido y odiado Tribunal.
¿En qué consisten las logias y cómo funcionan? ¿Cuáles son sus símbolos claros? A veces da la sensación de que siguen un orden jerárquico y militar…
En relación con el término “logia” baste decir que sirve para designar el lugar donde realizan sus actividades los masones. También, se suele utilizar, indistintamente, el nombre de “templo” o “taller”. En un sentido más amplio, se utiliza el término logia “en plural”, para designar las comunidades masónicas de base. Las logias constituyen el principio organizativo fundamental sobre el que los masones desarrollan las actividades de “iniciación” y formación, y el resto de los “trabajos masónicos”. Las Logias son la estructura sobre la que se desarrolla la masonería en todos los países. En relación con el funcionamiento de las logias, creo que en la actualidad hay algunas cuestiones masónicas que son un tanto anacrónicas. Por ejemplo, esta idea de una sociedad organizada a partir de diversos grados, y muy jerarquizada, por más que sus dirigentes sean elegidos democráticamente. También puede resultar chocante el carácter de una organización “discreta”, en una sociedad abierta, cada vez más comunicativa.Por otra parte, sobre los signos, los símbolos y los ritos masónicos, recomiendo un libro reciente del profesor Ferrer Benimeli que se titula “Aproximación a la masonería a través de sus lemas y divisas”.
¿Qué pasó con la Masonería en la Guerra Civil española? Pareció el emblema del mal al que había que descuartizar.
Sí. En mi libro trato de dar una respuesta al tema de la represión de los masones. El título (Palabras asesinas. El discurso antimasónico en la guerra civil española), me parece significativo. Desde el inicio mismo de la contienda civil, de cuyo inicio se cumplieron en 2016 ochenta años, la prohibición, la condena y la represión de la masonería se convirtieron en uno de los objetivos, que tenía además la virtualidad de unificar a los distintos militares que protagonizaron el golpe militar. Y durante la postguerra y todo el franquismo, los masones (aunque los pocos que salvaron la vida, habían huido y vivían fuera de España) eran la justificación de la permanencia de Franco en el poder, porque repetía a marcha martillo, que “la masonería nunca se rinde” y que no se podía bajar la guardia porque se trataba de un “enemigo invisible”, y por eso tan temible. La represión fue de una brutalidad tremenda. Hablando del Holocausto, Primo Levi escribió: "Se comprendere è impossible, conoscere è necessario".
¿Cuáles son los hitos claves, las proclamas antimasónicas?
En un libro anterior (La publicación de la ley de represión de la masonería en la España de postguerra (1940) que publiqué en 1992, pero que creo que todavía está vigente, desgraciadamente, recogía una frase de Franco publicada en el periódico Arriba, con el pseudónimo de “J. Boor”, el 3 de mayo de 1951. Decía: “Si la masonería no descansa en sus actividades criminales, forzosamente hemos de ponernos en plan de combatir quienes, por conocerla, nos hemos convertido en fieles guardianes de nuestro solar frente a sus ataques. No hemos jamás de olvidar que entre las fuerzas derrotadas de la anti-España por el Movimiento Nacional Español ocupaban un puesto principal las fuerzas masónicas de nuestra Patria, que, aunque reducidísimas en su número eran, sin embargo, las patrocinadoras de todas las traiciones y las que realmente habían abierto las puertas de la patria a la invasión comunista y a su enseñoramiento de nuestro solar. Los que crean que la masonería se da alguna vez por vencida se equivocan. Hija de la maldad, su espíritu demoníaco sobrevive a la derrota y encarna en nuevos seres y en nuevos territorios. Hemos de desconocernos al sol de la gloria y del resurgimiento, si queremos librarnos de la sombra inseparable de las asechanzas masónicas”. Todo el mundo era sospechoso. Todo el mundo era culpable, si no se demostraba lo contrario. Lo que era bastante difícil.
¿Qué es lo más que te ha sorprendido en tu trabajo: el odio, la mentira o ese temor casi inhumano o persistente contra la Masonería?
Todo. Sobre todo el lenguaje del miedo. Un discurso de muerte, de venganza y exterminio. Recuerdo lo que decía Elie Wiesel hablando del Holocausto: "No todas las víctimas de los nazis fueron judíos, pero todos los judíos fueron víctimas de los nazis". De la misma manera, parangonando a Wiesel, se puede decir que no todas las víctimas del franquismo fueron masones, pero todos los masones (españoles) fueron víctimas del franquismo.
Sugieres que Azaña era masón o simpatizante. También lo fueron Cajal y Francisco Albiñana. ¿Cuál es el relato de la incomprensión, de la violencia y de la persecución de masones que más te ha conmovido?
Azaña fue iniciado en una logia madrileña pero, como él mismo cuenta en sus Memorias no le dio la menor importancia, y no pasó de ahí. Cajal se inició de joven, pero se dedicó sobre todo a sus trabajos de investigación neurológica que le valdrían el Nobel de Medicina en 1906.
¿Qué sucedió con los masones aragoneses?
La represión en Aragón fue muy dolorosa. El profesor José Antonio Ferrer Benimeli, le dedicó uno de los tres volúmenes de su Historia de la Masonería en Aragón. Como sucedió en otros territorios españoles donde triunfo el golpe militar desde el primer momento (el caso de Mallorca fue muy emblemático, cómo describiría Georges Bernanos en su obra famosa de Los grandes cementerios bajo la luna, en 1938) en Zaragoza, algunos testimonios son impresionantes.
En el franquismo, la masonería fue elevada a la categoría de máxima perversidad… ¿Qué se dijo, grosso modo? Cómo se le combatió?
Un ejemplo: “La masonería es una conjunción criminal y perversa, secreta y arteramente extendida por toda la tierra, para destruir la sociedad, la familia y la propiedad cristiana en provecho de la avaricia, la ambición y el odio de herejes y judíos; y en España se introdujo traidora y alevosamente, para envilecerla y destruirla. La masonería es radical y sustancialmente antiespañola, y fue siempre instrumento de los enemigos de nuestra Patria”. La publicación de este tipo de discurso represivo no es tan siquiera comparable con el producido en la Alemania nazi contra los judíos, pues cesó de difundirse, cuando los nazis pensaron que la cuestión estaba resuelta con su exterminio.
La legislación contra la masonería durante el franquismo se concretó en una serie de leyes como La Ley de Responsabilidades Políticas (1939); la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo (1940); y la Ley de Seguridad del Estado (1941), por poner tres ejemplos concretos. La represión de la masonería duró hasta la muerte de Franco.
Tras la democracia, aún tardó mucho en ser legalizada. ¿Aún seguía levantando suspicacias y ronchas?
Todavía pesaba muchísimo la mala imagen de la masonería repetida hasta la saciedad por la propaganda franquista. Y entre otras cosas por eso se tardó más tiempo en su legalización que en el caso del partido comunista. La masonería en la actualidad está tratando de funcionar como cualquier otra asociación. En 2017, la Gran Logia Española desarrolla una campaña de reconocimiento de la honorabilidad de la masonería entre las instituciones, y la ciudadanía. Pero, naturalmente, la huella de las campañas antimasónicas del franquismo, perdura sobre sociedad española. Estamos muy lejos de llegar a la situación de otros países, donde funciona con absoluta normalidad.
¿Se ha quedado ahora, con menos de 5000 personas, en tierra de nadie?
Me parece que hay demasiada leyenda urbana sobre los masones y la masonería. Por ejemplo, cuando se trata de cuantificar su número. Los propios masones dicen que habría en España cerca de 5000 masones. Son demasiados. Puede que confundan el deseo con la realidad. Y por añadidura, no parece de verdad que entre ellos destaquen los principales líderes de la sociedad española, tanto a nivel económico, empresarial, político, intelectual, etc. Los masones merecen un respeto, pero no debemos hacer un mito. No creo que la masonería sea más interesante que una ONG, como, por ejemplo UNICEF, que desarrolla una magnífica tarea en defensa de la infancia. La masonería en otros países es una asociación como cualquier otra de fines similares. Y así debería ser España.
- Por último, ¿cómo definirías el estado de la cuestión en torno a la masonería?
- Creo que la masonería sigue estando estigmatizada por la propaganda de extrema derecha. Forma parte de los mitos constitutivos de las teorías de la conspiración que tanto éxito tienen a nivel editorial. Falta mucho rigor a la hora de hablar de la masonería. Parece que cualquier cosa vale. Por eso veo que siguen siendo necesarios rigurosos estudios históricos sobre este tema en nuestro país.
2 comentarios
VicenteSánchezSánchez -
Jorge Cortés -