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Antón Castro

Músicos

PRIMER DISCO DE ROBERTO MIRANDA RIVARÉS Y ELENA GARCÍA

PRIMER DISCO DE ROBERTO MIRANDA RIVARÉS Y ELENA GARCÍA

El violonchelista zaragozano Roberto Miranda graba su primer disco

En ‘White Album’, adapta temas de música actual con la violinista Elena García, con quien forma el dúo CaboStrings, que trabaja en México

 

 

A los 7 años, cuando iba a empezar a estudiar guitarra en el conservatorio (la rasgaba desde los 5), Roberto Miranda Rivarés (Zaragoza, 1987) oyó en televisión una pieza de Bach interpretada por Mstislav Rostropovich. Le impresionó, y le dijo a sus padres, Maribel y Roberto, que quizá fuese mejor elegir el violoncello. Acabó los estudios superiores en Zaragoza, con los maestros Ángel Luis Quintana y con David Apellániz, y partió a Manchester a realizar un máster de cuatro años. Al concluir se halló en una encrucijada: ¿se dedicaría a la enseñanza, opositaría para ser instrumentista en una orquesta o se haría concertista?

Nada era fácil. Y el azar casi decidió por él. Un día, en Internet, vio un anuncio donde pedían ocho profesores para crear en Baja California Sur, en La Paz (México), una orquesta de niños. Era un proyecto social, promovido por la Fundación Azteca, cuya idea era "cambiar el arma por un instrumento musical".

Los ‘hits’ en versión clásica

Allá se fue y coincidió con siete profesores españoles, entre ellos la violinista Elena García (Madrid, 1988). "Teníamos alumnos de 7 a 18 años y los niños, hasta entonces, no habían estudiado música. Ese plan duró dos años, de 2013 a 2015, y cobrábamos unos 400 euros", recuerda.

"A Elena y a mí nos apasiona tocar. A través de diversos contactos empezamos a hacerlo en eventos privados, en bodas, en hoteles de lujo, donde podíamos. Con dos instrumentos como los nuestros, no es fácil hacerlo en acústico. Tuvimos que aprender a amplificar el sonido, a ecualizarlo, a mezclarlo. Con la orquesta, dentro de nuestra labor tutorial, habíamos desarrollado algunas actitudes que nos vinieron muy bien, entre ellas la paciencia". Elena y Roberto formaron el dúo CaboStrings y decidieron trasladarse a Los Cabos. "Esa zona, que está en esa punta donde el Mar de Cortés se une con el Pacífico, es la que les gusta a los norteamericanos para veranear. Mientras los europeos eligen casi siempre Cancún, los vecinos de Estados Unidos prefieren estas costas un tanto vírgenes y desérticas, con muchos kilómetros de largo", dice. Allí vive ahora.

El violoncellista zaragozano Roberto Miranda graba su primer disco

Roberto y Elena tenían clara una cosa: ofrecerían conciertos de música clásica para violín y piano, pero su apuesta iba a ser otra también: coger canciones conocidas y adaptarlas para sus instrumentos. Así nació su primer álbum: ‘White Album’ (2018), que consta de doce temas, algunos tan conocidos como ‘Havana’, que ha popularizado Camila Cabello, ‘Perfect’ de Ed Sheeran y Beyoncé, ‘Échame la culpa’, el tema de Luis Fonsi y Demi Lovato. O ‘Feels’, al que ha puesto su voz Kate Perry.

"Nuestro proceso es laborioso. Elijo el tema, lo oigo, selecciono la melodía principal, compruebo las diversas melodías secundarias, las escribo… Esa tarea suele llevarme unas diez horas". Una vez verificado si el tema se puede adaptar y funciona bien, "nos equivocamos muchas veces", empiezan a grabar en diversas pistas los instrumentos. Y luego se mezcla. Por ello quien oye el álbum puede tener la sensación de que está escuchando una orquesta, instruida en la música contemporánea. "A nosotros nos interesa mucho la música clásica, y lo que hacemos es adaptar canciones o temas que forman parte del imaginario moderno de la gente, y lo transcribimos a nuestra línea de trabajo". A veces, dada la complejidad de la versión, la presencia de las diversas melodías, no es fácil reconocer la pieza. "Yo creo que hacemos una labor de difusión de lo clásico pero a la inversa. Elegimos un tema popular y lo trasvasamos con nuestros ritmos. Tenemos muchos seguidores. Actualizamos el repertorio cada semana, a partir de listas internacionales como Bilboard List EE. UU. y los BBB Chart del Reino Unido".

El violoncellista zaragozano Roberto Miranda graba su primer disco

Pequeña película de la canción

CaboStrings tiene unos 10.000 seguidores en Facebook. Con cada canción graban un vídeo, que dirige y monta Gustavo Jasso. Ahora tienen doce en la red con más de 100.000 descargas cada uno. "Nosotros escuchamos sus sugerencias y todo lo que dice Gustavo, pero el guión es nuestro. En ocasiones pueden ser como pequeñas películas, donde Elena se baña desnuda, como en una película de Alfred Hitchcock, y yo incluso muero. Nos importa mucho otra cosa: estamos instalados en Los Cabos, y hacemos promoción de sus paisajes, algo que los mexicanos agradecen mucho. Son muy patriotas", matiza.

Roberto Miranda Rivarés asume que lo que hacen, desde el prisma de la música clásica, no puede no estar bien visto. "A mí me apasiona la música clásica y mi instrumento. La interacción entre Elena y yo es constante; está viva. Hay diálogo. Buscamos el sonido más puro y elegante, y las nuevas posibilidades instrumentales de vanguardia", añade.

 

CONCLUYE LA QUINCENA MUSICAL

CONCLUYE LA QUINCENA MUSICAL
La Quincena Musical cierra su 79 edición con 6 llenos absolutos y un 91% de ocupación del Auditorio Kursaal

  • El Auditorio Kursaal se ha llenado en 6 ocasiones: “La Creación” (2 y 3 de agosto), Rotterdams Philharmonisch Orkest (24 de agosto), Budapest Festival Orchestra y Orfeón Donostiarra (27 de agosto), “Amoria” (29 de agosto) y WDR Sinfonieorchester de Colonia y Orfeón Donostiarra (1 de septiembre).
  • Se refuerza la apuesta por la producción propia: la Quincena ha coproducido la ópera “La italiana en Argel” presentada en esta edición, ha promovido el espectáculo “Itsasotik eskolara” estrenado en la Jornada Infantil e impulsado “Adio”, el montaje de Kukai para Arantzazu, entre otros.
  • La Quincena se reafirma una vez más como un importante punto de encuentro en el que entidades culturales locales entablan relaciones con orquestas e intérpretes internacionales que derivan en nuevos proyectos: es el caso de la presencia de la Escolanía Easo en “Amoria”, de Katia y Marielle Labèque. 

La Quincena Musical de San Sebastián clausurará esta tarde su 79 edición con el último concierto sinfónico, el segundo protagonizado por la WDR Sinfonieorchester de Colonia en la presente edición. La Orquesta alemana interpretará hoy el “Réquiem” de Berlioz acompañada por el Orfeón Donostiarra y el tenor Maximilian Schmitt, bajo la dirección de Jukka-Pekka Saraste. Este concierto pondrá fin a una edición que un año más ha superado las 90 propuestas, entre conciertos y actividades paralelas. 

El Auditorio Kursaal ha sido, también en esta edición, uno de los espacios fundamentales de la Quincena Musical. El Auditorio ha registrado 6 llenos absolutos y se ha alcanzado un 91% de ocupación. La recaudación total de taquilla asciende a 952.000 euros brutos, En cuanto al número de espectadores, cerca de 37.000 asistentes disfrutaron de las distintas propuestas de esta 79 edición. 

De entre las propuestas programadas en el Auditorio, destacan los éxitos obtenidos por las dos representaciones de “La Creación” de la Fura dels Baus (2 y 3 de agosto) que inauguraron la edición del festival con todas las entradas agotadas. También registraron llenos absolutos el concierto de la Rotterdams Philharmonisch Orkest (24 de agosto), el ofrecido por la Budapest Festival Orchestra y el Orfeón Donostiarra (27 de agosto) y el estreno de “Amoria”, el proyecto más reciente de las pianistas Katia y Marielle Labèque, que repasa 500 años de música vasca y reúne en torno al dúo a un nutrido grupo de músicos vascos. También el concierto de hoy sábado de la WDR Sinfonieorchester de Colonia y el Orfeón Donostiarra con el que se clausura la 79 edición ha colgado el cartel de entradas agotadas. 

La segunda propuesta escénica de esta edición supuso la recuperación de un título de Rossini en el 150 aniversario de su muerte: los días 11 y 13 de agosto, la Quincena Musical presentó la ópera “La italiana en Argel” en una coproducción de la propia Quincena, el Teatro Colón de Buenos Aires y el Festival de Verano de San Lorenzo de El Escorial. La nueva versión de Joan Anton Rechi trasladaba la acción a la década de los 40 y presentaba una especie de representación dentro de una representación con tintes de revista. 

El Auditorio Kursaal ha sido, asimismo, un lugar de reencuentros, celebraciones y momentos para el recuerdo. El sábado 18 de agosto la Orquesta Sinfónica de Euskadi y la Coral Andra Mari abrieron el ciclo sinfónico de esta edición bajo la dirección de Christian Zacharias, un asiduo de la Quincena que regresaba en su doble faceta de pianista y director. El 22 de agosto, la NDR Elbphilharmonie Orchester de Hamburgo volvía a San Sebastián treinta y cinco años después de su primera y única actuación en el festival; bajo la dirección de su principal director invitado, Krzysztof Urbanski, al final del concierto la NDR sorprendió al público con la interpretación del “Agur Jaunak”. La Rotterdams Philharmonisch Orkest (24 de agosto), junto a su titular Yannick Nezet-Seguin, que se despide ahora de la que ha sido su orquesta en los últimos diez años, se reencontró con el público de la Quincena en el contexto de la gira internacional con la que conmemora su centenario; la Quincena quiso sumarse a la celebración con la interpretación del “Zorionak zuri”, y su equivalente en neerlandés, por parte de la Escolanía Easo. También la Budapest Festival Orchestra, que ofreció sendos conciertos los días 27 y 29 de agosto, es una orquesta habitual en la Quincena, no en vano revisitaba el festival por quinta vez en la última década; en el primero de los dos conciertos, su director, Ivan Fischer, agradeció la acogida del público con la versión original de la “Danza húngara nº4” de Brahms, a la que pusieron voz los músicos de la orquesta. El espectáculo “Amoria” resultó una exitosa recopilación de música vasca que ha supuesto el encuentro sobre el escenario de las hermanas Labèque con músicos vascos como el contratenor Carlos Mena o el grupo Hegiak y la Escolanía Easo; este primer proyecto de las pianistas con esta agrupación coral parte de su colaboración de Sir John Eliot Gardiner en la Quincena de 2016: Katia Labèque narró en la presentación de “Amoria” que fue él quien les habló de la Escolanía Easo, “el mejor coro infantil del mundo”, en palabras del director británico. Esta anécdota viene a confirmar la relevancia de la Quincena como punto de encuentro entre coros locales y artistas internacionales. 

El Teatro Victoria Eugenia ha acogido en esta edición tres citas muy diferentes entre sí: un recital a cargo del pianista francés Alexandre Tharaud, con obras de Couperin, Debussy y Satie (6 de agosto); el concierto “Diálogos célticos” en el que Jordi Savall y Carlos Núñez profundizaron en las raíces célticas de música tradicional de Escocia, Irlanda, Euskadi y Galicia (20 de agosto); y el espectáculo de danza “Les nuits barbares” de la Compañía de Danza de Hervé Koubi, un ejercicio de fusión de las diferentes culturas que han poblado la zona del Mediterráneo a lo largo de los siglos (28 de agosto). Tanto “Diálogos Célticos” como “Les nuits barbares” merecieron una gran acogida por parte del público, que agotó las entradas para ambos espectáculos. 

Avance de la programación de la 80 edición de la Quincena Musical de San Sebastián

En 2019 la Quincena Musical de San Sebastián alcanza su edición número 80. Para celebrarlo, se viene trabajando ya en el diseño de una programación que incluirá, entre otros, los conciertos de la London Philharmonic Orchestra, bajo la dirección de Juanjo Mena y con el pianista Javier Perianes, y la Orquesta de París y el Orfeón Donostiarra, dirigidos por Daniel Harding. La ópera elegida para su representación en la próxima edición de Quincena es “Madama Butterfly”, de Puccini, en una nueva coproducción con el Festival de Verano de San Lorenzo de El Escorial.

VIDEO 79º Quincena Musical
https://www.youtube.com/watch?v=f_2asfkb-3A (descarga en https://we.tl/t-t5JbIIfJuo )
FOTOS 79º Quincena Musical
https://www.flickr.com/photos/quincenamusical/albums (copyright: Quincena Musical) 
*Nota de prensa de Vera Zatopkova. 
*Las hermanas Labèque, en un retrato de Brigitte Lacombe, para Figaro.

PUX PUBLICA 'LOS RESTOS DEL DISFRAZ'

Alfonso Vicente-Gella: "En los 80 a veces Zaragoza hacía pensar en Woodstock"

Su nombre artístico es Pux y a la vez da nombre a una banda que publica ‘Los restos del disfraz’, un álbum pop de 8 canciones de amor y desamor.

Antón Castro Zaragoza Actualizada 31/08/2018 a las 16:30
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https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/08/30/alfonso-vicente-gella-los-veces-zaragoza-hacia-pensar-woodstock-1264291-1361024.html
  
  
  
 
Alfonso Vicente-Gella publica 'Los restos del disfraz'.
Alfonso Vicente-Gella publica 'Los restos del disfraz'. illermo Mestre

¿Desde cuándo le interesa la música?

Desde toda la vida.

¡Hombre!

Sí, sí. En los años 80, en Marianistas, estudiaba con Enrique Bunbury y con Juan Aguirre, de Amaral, y ya escribía canciones. Toqué en un grupo que se llamaba Buenos Modales, y viví el esplendor del rock de los años 80. Toda aquella movida de Zaragoza a veces hacía pensar en Woodstock. Me decía que componía para mí mismo, que era una cosa privada. Era como un autoengaño.

Disculpe. ¿Estudió con Bunbury?

Sí. Recuerdo que parecía un chico tímido, y quizá lo fuera, pero lo elegíamos delegado de clase. Se enfrentaba a los profesores cuando hacía falta y defendía a los compañeros. Entonces ya era un líder, le gustaba el rock duro y tocaba la batería.

¿Cómo era Juan Aguirre?

Igualmente tímido. Iba siempre de negro y participaba menos de la vida estudiantil.

Hablaba usted del autoengaño.

Sí. Durante muchos años me negué la pasión por la música, el gusto por escribir canciones y componerlas. Estudié Derecho, y ahora trabajo en una oficina hasta las tres. Me quedaba tiempo; a partir de los 40 decidí recuperar algo que amo. Ya no quiero dejar la música nunca más.

¿Qué hizo?

Entre otras cosas, grabé, con distintos músicos, mi primer disco: ‘Ya no tiene remedio’ en 2014. Y ahora, sale el segundo.

Perdón. Estoy un poco confundido. ¿Cómo se titula el álbum: ‘Pux’ o ‘Los restos del disfraz’?

Ja, ja, ja. Pux es como me llaman a mí desde hace muchos años. Me puso ese nombre la novia de un amigo, y desde entonces soy Pux, un apodo que incluso me gusta. El disco se titula ‘Los restos del disfraz’ y lo hemos trabajado Ricardo Pérez y yo. Yo he compuesto las canciones, y toco la guitarra y el bajo, como él, pero es un disco de los dos, con Fernando Font, Nacho Flores, Mariano García, David Molinero y Belén Estaje. Creo que Ricardo asume generosamente el proyecto Pux.

De acuerdo. Usted es sobrino de la poeta, ya fallecida, Pilar Vicente-Gella. ¿Qué le debe, cómo le marcó?

No lo sabría decir muy bien, pero es de mis familiares el único con inquietudes artísticas. Ha sido importante.

Hace algún tiempo usted hizo una canción y un vídeo: ‘Marcela en su barra de bar’; era sobre la tolerancia, la convivencia, la libertad. ¿Va por ahí el álbum?

No, no. Esa canción, de ecos latinos, fue un verso suelto. Algo especial que hicimos con mucho entusiasmo. El vídeo agradó y se divulgó. Al principio yo no sabía nada de esto, pero he aprendido. Y me gusta mucho todo el mundo de las redes sociales. Tengo un espíritu de colaboración amateur, de convivencia, de llamada. Ahora acabamos de hacer otro vídeo.

¿De qué tema?

‘Tres minutos más’. Es un homenaje al vinilo y a la fuerza del rock y de la música. Cuenta la historia de un joven abatido, desesperado, al que una canción de un roquero amado le salva la vida. Creo que con nuestra generación se mueren un poco los discos y los CD. Todo está en internet, y ¿a quién le interesa un disco?

¿De qué escribe usted?

Como el 80% de las canciones, escribo de amor y desamor, de relaciones humanas. Cuido los textos, pero no soy un cantautor ni un poeta. He aprendido que a veces con menos se da más. Huyo de la afectación y el barroquismo.

¿Tiene maestros?

Este es un disco de pop y de tonos medios. De entrada, sin duda, mis maestros son Los Beatles. Y luego The Kinks y The Who. Mi canción preferida es ‘Waterloo Sunset’, por decirle una. Y de los nuestros me impresiona Cuti Vericad: es un musicazo, talentoso, con carisma, un auténtico animal escénico capaz de cantar 41 canciones de Elvis Presley como acaba de hacer en Las Armas. Interpreta de manera genial y sabe presentar muy bien las canciones. No conozco nada igual.

¿Y usted?

Ahí voy, a mi ritmo. Con ganas de contar historias. El álbum lo hemos grabado en el estudio Séptimo Cielo de Chechu Martínez, sin prisa, a lo largo de 2017 y lo presentaremos el 7 de septiembre. Ese sosiego fue muy estimulante para mí y para todos.

 

'AMORIA', HOY, 29, EN EL KURSAAL

'AMORIA', HOY, 29, EN EL KURSAAL

 

KATIA Y MARIELLE LABÈQUE PRESENTAN HOY, 29,

EL KURSAAL, ’AMORIA’, MEMORIA SONORA DE EUSKADI

Acompañadas por un nutrido grupo de intérpretes vascos, las pianistas labortanas repasarán 500 años de música vasca

El Auditorio Kursaal acogerá mañana miércoles 29 de agosto (20:00 horas) la presentación del último proyecto de las hermanas Katia y Marielle Labèque, “Amoria”, que recoge 500 años de música vasca y al que han dado forma y grabado en disco junto a conocidos intérpretes del País Vasco. “Amoria” se presentará en directo en la Quincena Musical de San Sebastián, que quiere así otorgar un renovado protagonismo a la música vasca en su escenario principal. Junto a las pianistas labortanas estarán el contratenor Carlos Mena, la violagambista Elena Martínez de Murguía, el quinteto Hegia, formado por el cantante y percusionista Thierry Biscary, los txalapartaris Harkaitz Martínez de San Vicente y Mikel Ugarte (Oreka TX), el cantante Eñaut Elorrieta (Ken Zazpi) y el percusionista Ander Zulaika; así como los coros infantiles Escolanía Easo y Araoz Gazte Abesbatza, que dirige Gorka Miranda.

Las hermanas labortanas Katia y Marielle Labèque, el dúo pianístico más famoso del mundo, se presentan a sí mismas como “dos pianistas inconformistas imposibles de encasillar”, con un repertorio que “esconde ciertas contradicciones y hasta sorpresas”. Sus interpretaciones abarcan una amalgama de los más diversos estilos musicales y tienden a saltar de clásicos como Bach, Brahms, Liszt y Mozart a “clásicos” del siglo XX como Stravinsky, Bernstein o Takemitsu, dando cabida también a compositores contemporáneos como Thomas Adès o Philip Glass. Grabaron su primer disco para dos pianos en 1970, pero dieron su salto a la palestra internacional hace casi treinta años con un repertorio inesperado: una grabación de la “Rapshody in Blue” y otras piezas de Gershwin que vendió medio millón de discos y que la revista Gramophone saludó con verdadero entusiasmo, alabando “el ritmo embriagador de las interpretaciones”.

Tras sus sonadas colaboraciones con artistas como Madonna o Sting, Katia y Marielle Labèque han llevado a cabo diversas iniciativas en el campo de la creación contemporánea. En esa línea crearon su propia casa discográfica, KML Recordings, y en el año 2005 fundaron la Fundación KML, destinada a la investigación y el desarrollo del repertorio para dos pianos a través de encuentros de artistas de diferentes ámbitos de la creación. En esa filosofía se ubica, precisamente, “Amoria”, con el que quieren rendir tributo a sus raíces repasando 500 años de música vasca, abarcando desde figuras renacentistas como Joanes Antxieta al compositor donostiarra contemporáneo Alberto Iglesias, que ha escrito una pieza específicamente para ellas. Entre estos dos extremos, las Labèque han seleccionado a autores de todas las épocas como Bernardo Zala Galdeano, Pablo Sarasate, Aita Donostia, Jesús Guridi o Gabriel Olaizola, así como piezas populares como ‘Haika mutil’, que cantará Eñaut Elorrieta. La pieza central del programa, sin embargo, será la transcripción para dos pianos y percusiones vascas del “Bolero” de Ravel, que ya grabaron en 2007 en su disco dedicado al compositor de Ziburu y que en esta nueva versión ve reforzada la presencia de la txalaparta. 

Para el estreno en directo de “Amoria” de este miércoles 29 en la Quincena han querido reunirse con los artistas que lo han hecho posible. Entre los intérpretes de música antigua destacan Carlos Mena, al que las hermanas Labèque definen como “el mejor contratenor del mundo”, y la violagambista Elena Martínez de Murguía, a la que conocieron por su trabajo el frente del Ensemble Diatessaron. La raigambre popular la aportarán los componentes del quinteto Hegiak, el nuevo proyecto del antíguo miembro de Kalakan, Thierry Biscary. Biscary es colaborador de las Labèque desde 2006, cuando participó en aquella primera versión del “Bolero” de  Ravel con txalaparta. Desde entonces, ha tocado con ellas en múltiples ocasiones y ha sido uno de los agentes clave en que el proyecto de “Amoria” haya sido posible. Junto a Biscary, forman Hegiak el cantate de Ken Zazpi, Eñaut Elorrieta; los dos componentes del grupo Oreka TX, Harkaitz Martinez de San Vicente y Mikel Ugarte, que también han actuado con las Labèque con anterioridad; y el percusionista Ander Zulaika, colaborador de artistas como Lou Topet o Rafa Rueda. A todos estos destacados solistas se les sumarán las voces de la Escolanía Easo y Araoz Gazte Abesbatza, que ya fueron protagonistas de la Jornada Infantil de la Quincena Musical el pasado 21 de agosto con el espectáculo “Itsasotik eskolara”.

El disco que recoge el proyecto “Amoria”, que ha sido grabado entre los estudios de Elkar (Donostia), el Convento de Santa Cruz de Azkoitia y la casa de las Labèque en Roma, salió al mercado el pasado viernes 24 de agosto, publicado por el prestigioso sello Deutsche Grammophon. 

Entradas.
 Las entradas para el concierto se pueden adquirir en la Web y en las taquillas del Kursaal y Teatro Victoria Eugenia.  

“Amoria”
Miércoles 29 de agosto, 20:00h. Auditorio Kursaal

Katia y Marielle Labèque, pianoforte y piano
Carlos Mena, contratenor 
Elena Martínez de Murguía, viola da gamba 
Hegiak (Thierry Biscary, Harkaitz Martínez de San Vicente, Mikel Ugarte, Eñaut Elorrieta, Ander Zulaika, voces y percusión)
Escolanía Easo / Araoz Gazte Abesbatza (Gorka Miranda, director de los coros)

Programa: 
Bernardo Zala Galdeano (1675-?): CON AMORES LA MI MADRE 
Balere Artxu Idiart (1780-?) (Arreglos: Francisco Ibáñez): SARABANDA 
José Gonzalo Zulaika “Aita Donostia” (1886-1956): AGOTA OÑAZEZ 
Jesús Guridi (1886-1961): DESKALABRATUA NAIZ (ELEGIACA)
Maurice Ravel (1875-1937): DEUX MÉLODIES HEBRAÏQUES (Kaddish, L’enigme eternelle)
Alberto Iglesias (1955): DISCRET CHARME AUX ARBRES
TONO AL NACIMIENTO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (anónimo)
Gabriel Olaizola (1891-1973): HAURTXOA SEASKAN
Jesús Guridi: AVE MARIA
II
HAIKA MUTIL (anónimo)
Pablo Sarasate (1844-1908): PRIÈRE OP. 17
Pierre Borcadarre «Etxahun iruri» (1908-1979): DE TREVILLEN AZKEN HITZAK
Harkaitz Martínez de San Vicente (1975) / Mikel Ugarte (1973): BATERAN
Thierry Biscary (1976): ELURRA IRUÑAN, 100 ALARGUNEN DANTZA
ARGIZAZI EDERRA (anónimo)
Maurice Ravel: BOLERO

 

http://www.labeque.com/press/4/amoria-bolero

'LA ITALIANA DE ARGEL' EN LOS 150 AÑOS DE LA MUERTE DE ROSSINI

'LA ITALIANA DE ARGEL' EN LOS 150 AÑOS DE LA MUERTE DE ROSSINI

https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/08/22/gioachino-rossini-compositor-que-ganas-vivir-ahuyenta-tristeza-1263024-1361024.html

 

Se cumplen 150 años de la muerte de Rossini

 

“La música de Rossini me da ganas de vivir,

es fresca, divertida y ahuyenta la tristeza”

 

Se cumplen 150 años de la muerte de Rossini

 

El director de escena Joan Anton Rechi monta ‘La italiana de Argel’, compuesta en 18 días de 1813, en la Quincena Musical Donostiarra.

 

 

 

Antón CASTRO 

SAN SEBASTIÁN. Gioachino Antonio Rossini (Pésaro 1792-PassyParís1868) es uno de los grandes compositores de ópera de todos los tiempos. Ocupó la cima a principios del siglo XIX, en la estética del ‘bel canto’, con Verdi y Puccini, entre otros; de extrema dificultad vocal, cayó luego en el olvido y sería recuperado años después por la barcelonesa Conchita Supervía y por Maria Callas. Se cumplen ahora 150 años de su muerte, y su obra sigue recuperándose: ahí está ‘La italiana de Argel’ (1813), que acaba de representarse en el Kursaal de San Sebastián, dentro de la Quincena Musical Donostiarra, con dirección de escena de Joan Anton Rechi (Andorra la Vieja, 1968), que ya había montado, en 2011, ‘El barbero de Sevilla’, la obra maestra un músico que estaba fascinado por España sin haber estado nunca en nuestro país. La dirección musical es de Paolo Arrivabeni; el reparto lo encabezan Mariana Pizzolato, Nahuel di Pierro, Santiago Ballerini, Joan Marín Royo, Sebastià Peris, Arantza Ezenarro y Alejandro Acuña. Colaboran la Orquesta Sinfónica de Euskadi, dirigida por Oriol Rolch, y el coro Easo.  

“A mí me gusta hacer Rossini de manera trepidante y fresca, divertida. La música de Rossini me da ganas de vivir, te sube la energía, ahuyenta la tristeza. Me gusta darle un punto de locura, que ya tiene el original, con ecos de la comedia del arte. Escribió ‘La italiana de Argel’ en 18 días para Venecia porque se frustró otra representación. La noche del estreno el público se reía a carcajadas. Rossini lo comentó luego en una de sus cartas. ‘Yo estaba pensando que estos venecianos estaban más locos que yo’. Cuando vamos a la ópera pensamos que solo puede ser solemne, y nos olvidamos de que algunas de las piezas han sido concebidas como divertimento para entretener al público”, dice Rechi, que pasó de ser actor a director de escena de ópera, donde se siente absolutamente feliz.

“La ópera es un inmenso trabajo de equipo, un empeño coral. La ópera se acerca al arte total. Lo tiene todo: música, canto, danza, teatro, escenografía, estilismo, vestuario. Y poner todo eso en marcha es complejo y apasionante. A veces oyendo un aria te emocionas hasta las lágrimas. Cada vez más la gente agradece que los cantantes hagan bien su canto, desde luego, y que actúen también. Y aquí sucede”, agrega Rechi.

De reminiscencias cervantinas, de entrada, ‘La italiana de Argel’ es una producción en la que han intervenido el Teatro Colón de Buenos Aires, donde se han hecho seis funciones, el Festival de verano de San Lorenzo del Escorial y la Quincena Donostiarra. Patrick Alfaya, su director, dice que un montaje así puede rondar los 250.000 euros; logró el lleno absoluto en sus dos representaciones.

“Cuando te hacen el encargo te pones a trabajar. Lo primero es documentarse bien. Conocer al compositor, su época y las circunstancias de la pieza. Para mí fueron claves dos elementos: Argelia era para Rossini un territorio exótico, como algo muy mítico que no estaba muy lejos, pero que era como el lejano Oriente. Él tampoco estuvo allí como tampoco Bizet estuvo en España. Y otro aspecto fue la composición misma de la pieza: es una de sus primeras obras cumbres, tenía 21 años y la compuso como un mecanismo de relojería. Fue probando cosas, cambiando y probando números, y afinando en los ensayos. Cuando empezaron a ensayar, la pieza no estaba acabada”. A Rechi le daba la sensación de ‘La italiana de Argel’, con sus mudanzas y su aspecto bufo, que tenía “el aire de esas películas musicales de los años 40 y 50 de Broadway y de las compañías itinerantes que estrenaban en provincias o en diversas giras. Y a la vez tiene un punto de la película ‘Casablanca’ y de ese período de entreguerras en que casi todo el norte de África se convirtió en un paraíso de expatriados, de gente que hacía negocios oscuros; había casinos, historias de amor románticas. Entonces había una serie de teatros y algunos de ellos pertenecían al estado español, como el Teatro Cervantes de Tánger”.

Con todo ello, con la idea de la revista española también en la cabeza, la evocación de los pintores Delacroix y Klimt, Rechi se dijo: “¿Y si fuéramos una compañía de revista que representa ‘La italiana de Argel’, con un vestuario que recuerda esa época de ‘Casablanca’, donde los hombres van con esmoquin y creamos una función de teatro dentro del teatro, con muchas cortinas?”, dice. Así creó una escenografía que fuera fácil de llevar, que se doblara, se metiera en un baúl de mimbre. “Y de ahí esta idea del decorado que sube y baja, el telón de lana dorado, con mucho brillo, con elementos evocadores y que tuviera ese aire árabe falso?”, matiza.

El espíritu de Rossini, burlesco a menudo, está muy presente incluso en los anacronismos. Suena la música de Vangelis de ‘Carros de fuego’. “Es una pequeña gamberrada. Él también hacía referencia a otros compositores: a ‘La flauta mágica’ de Mozart o a ‘El viaje de Reims’ de Beethoven’. Esos guiños son un modo de acercamiento a su poética”, insiste Rechi, que montó hace poco ‘El trovador’ de Verdi, que sucede en la Aljafería de Zaragoza, con los ‘Desastres de la Guerra’ de Goya como elemento escenográfico; estableció un paralelismo entre la historia cruel del poeta Manrique y la terrible atmósfera de la Guerra de la Independencia captada por el pintor.

“Yo creo que existe una conexión entre Rossini, Puccini y Verdi. Hacían la música contemporánea de su tiempo. Eran italianos, fueran más o menos exóticos, hablaban de la sociedad de su momento. Y los tenemos muy presentes, y a Rossini muy especialmente por su efemérides”, dice Joan Anton Rechi, que montará en breve una nueva ‘Madame Butterfly’ de Giacomo Puccini.

LA QUINCENA MUSICAL DE SAN SEBASTIÁN ATRAVIESA EL ECUADOR

LA QUINCENA MUSICAL DE SAN SEBASTIÁN ATRAVIESA EL ECUADOR

La 79 Quincena Musical atraviesa el ecuador y prepara un desembarco sinfónico de lujo 

§  Grandes orquestas internacionales
Las agrupaciones  NDR Elbphilharmonie de Hamburgo, Filarmónica de Róterdam, Orquesta del Festival de Budapest y la Orquesta Sinfónica de la WDR de Colonia pasarán por el Auditorio del Kursaal. El ciclo sinfónico del festival arranca con el concierto de la Orquesta Sinfónica de Euskadi dirigida desde el piano por Christian Zacharias.

§  Estreno mundial de Amoria
Llega el debut de Amoria, el nuevo proyecto de las pianistas de Baiona  Katia y Marielle Labèque, que reúne obras de compositores vascos desde el Renacimiento hasta nuestros días.

§  Teatro Victoria Eugenia 
El violagambista Jordi Savall y el gaitero y flautista Carlos Núñez presentan Diálogos célticos. La Compañía de Danza Hervé Koubi cerrará la programación en esta sede del festival.

Cinco grandes orquestas, el estreno de Amoria, el proyecto conjunto de Carlos Núñez y Jordi Savall y el estreno en España del espectáculo de la compañía Hervé Koubi se podrán disfrutar durante los próximos días de la 79ª Quincena Musical de San Sebastián. El sábado 18 de agosto, la Orquesta Sinfónica de Euskadi, dirigida por el pianista Christian Zacharias, da inicio a este final sinfónico en el Auditorio Kursaal, seguida de la NDR Elbphilharmonie de Hamburgo (22 de agosto), la Orquesta Filarmónica de Róterdam (24 de agosto), las doble cita con la Orquestas del Festival de Budapest (26 y 27 de agosto), Amoria (29 de agosto) y las dos fechas reservadas para la Orquesta Sinfónica de la WDR de Colonia (31 de agosto y 1 de septiembre). En la otra gran sede del festival, el Teatro Victoria Eugenia, tendrán lugar la presentación de Diálogos célticos y la actuación de la Compañía de Danza Hervé Koubi.

La Orquesta Sinfónica de Euskadi actúa por vez primera bajo las órdenes de Zacharias. El pianista regresa al festival seis años de su última visita en su doble condición de pianista y director. El programa, de corte clásico, agrupa dos obras tan dispares como la Sinfonía nº 49 La Passione, de Joseph Haydn, y el rara vez escuchado Réquiem en do menor, compuesto por su hermano menor Michael Haydn. Para la ejecución de esta obra, la orquesta estará acompañada por Andra Mari Abesbatza y un elenco de solistas entre los que destaca la donostiarra Clara Mouriz. En medio, entre Haydn y Haydn, el Mozart más intenso representado por su Concierto para piano nº24, en el que se podrá disfrutar, una vez más, del hondo y siempre personal arte pianístico de Zacharias. Para este programa la soprano donostiarra Elena Sancho-Pereg ha sido sustituida por la soprano Alicia Amo.
 
La siguiente formación que este año recala en el ciclo sinfónico del Auditorio Kursaal es la NDR Elbphilharmonie de Hamburgo, que desde 1986 no había vuelto a San Sebastián. El programa diseñado para la ocasión contempla la bucólica Sinfonía nº2 de Johannes Brahms, y una selección de los cantos populares alemanes a los que puso música Gustav Mahler que se podrán escuchar en la voz del barítono Christian Gerhaher, uno de los mayores intérpretes de este repertorio. En el podio, un director cada vez más solicitado, Krzysztof Urbanski, actual director titular de la Orquesta Sinfónica de Indianápolis, Estados Unidos, principal director invitado de la NDR Elbphilharmonie de Hamburgo, y que ya ha dirigido orquestas como Filarmónica de Berlín, Sinfónica de Londres, o Filarmónica de Munich.

Otra destacada batuta, Yannick Nézet-Séguin, que en apenas unos años se ha situado entre los directores de orquesta más valorados y reconocidos del siglo XXI, dirigirá a la Orquesta Filarmónica de Róterdam dentro de su gira de despedida como director titular de la formación holandesa, a la vez que se celebra el 100 aniversario de esta orquesta. Presentará un programa que arranca con los aires clasicistas de Mozart, representado por su bien conocida Sinfonía nº 35, Haffner; se adentrará en el universo romántico de Franz Liszt y su Concierto para piano nº2; y concluirá con la siempre comprometida Sinfonía nº 4, de Piotr Ilich Tchaikovsky. Al teclado, como solista del concierto de Liszt, uno de los más relevantes pianistas americanos, Yefim Bronfman, poco habitual en los escenarios españoles, pese a su destacada carrera internacional.

Las dos siguientes citas sinfónicas programadas para el Kursaal están protagonizadas por la Orquesta del Festival de Budapest que, al igual que en sus anteriores visitas a la Quincena, actuará bajo las órdenes del maestro Ivan Fischer. En la primera de las dos citas la orquesta ofrecerá un original programa vinculado a la música de su país, Hungría, y en el que incluye una obra del navarro Sarasate. En su segunda intervención, la formación húngara contará con el apoyo del Orfeón Donostiarra para interpretar las Vísperas Solemnes del Confesor, de Mozart, además de la Sinfonía nº4 de Gustav Mahler.

Otra formación que ofrecerá un doble programa es la Orquesta Sinfónica de la WDR de Colonia, que será dirigida por su titular Jukka-Pekka Saraste. El programa del primer día abordará una de las obras capitales del siglo XX y una de las más innovadoras de toda la historia de la música: La consagración de la primavera, de Igor Stravinsky. En la primera parte del concierto se escuchará el romántico y temprano Concierto para piano nº1, de Brahms, que interpretarán junto al pianista Igor Levit. El segundo día, la orquesta alemana ofrecerá el sobrecogedor Réquiem, de Hector Berlioz, dramáticamente subtitulado por el propio compositor francés como “Gran misa de muertos”. Se trata de una de las composiciones más impactantes del compositor y en su interpretación en el festival se sumarán las voces del tenor solista Andrew Staples y el Orfeón Donostiarra.

La oferta del Auditorio Kursaal se completará con el estreno del nuevo proyecto de Katia y Marielle Labèque, “Amoria”, con el que el dúo de pianistas de Baiona rinde homenaje a la música vasca en sintonía con el hilo conductor de esta edición: el mito y la tradición. El repertorio seleccionado para tal efecto recoge obras de compositores vascos que van desde Juan de Antxieta (1462-1523) hasta Alberto Iglesias. Para llevar a cabo esas versiones, Katia y Marielle Labèque contarán con la participación del contratenor Carlos Mena, el grupo Hegiak, compuesto por el percusionista Ander Zulaika, los virtuosos de la txalaparta Harkaitz Martínez de San Vicente y Mikel Ugarte o el cantante de la banda Ken Zazpi, Eñaut Elorrieta, entre otros.

Tras el primer concierto ofrecido por el pianista Alaxandre Tharaud, llegan al Teatro Victoria Eugenia dos pesos pesados de la música: el violagambista Jordi Savall y el gaitero y flautista Carlos Núñez, que presentan su proyecto Diálogos célticos. La tercera y última cita en esta sede del festival será ofrecido por la Compañía de Danza Hervé Koubi. El coreógrafo francés de raíces argelinas y su compañía presentarán en España el espectáculo Les Nuits Barbares, un tributo a los pueblos bárbaros olvidados a través de réquiems de Mozart y Fauré, música tradicional africana, cultura hip-hop y capoerística.

Esta edición de la gran cita musical del verano donostiarra está dedicada al diálogo entre mito y tradición y su reflejo en la música. Compuesta por  93 las propuestas musicales incluidas en la programación de esta edición que arrancó el pasado 2 de agosto y finalizará el 1 de septiembre. La Quincena continúa asimismo desarrollando sus habituales ciclos paralelos: Música Antigua, Jueves de Música en San Telmo, Órgano, Jóvenes Intérpretes, Quincena Andante y Quincena Infantil.
* Las pianistas Katia y Marielle Labèque. 

LA GRAN NOCHE DEL FOLK ARAGONÉS EN PIRINEOS SUR

El folk aragonés revalida en Pirineos Sur su vigencia, 40 años después de Chicotén

 

 

·     Colectivo Chicotén presentó su disco "Ver para creer", un recorrido sonoro por las 33 comarcas aragonesas en homenaje a Chicotén, en el 40 aniversario de su lanzamiento

 

·     El final de la actuación en el Anfiteatro de Lanuza con el “Canto a la libertad” de José Antonio Labordeta fue uno de los momentos más emotivos del festival

 

·     Carmen París, La Ronda de Boltaña y músicos de Ixo Rai! o Hato de Foces se unieron en un concierto cargado de emoción para hacer un repaso a los grandes éxitos de la música folk aragonesa

 

·     El contrapunto más vanguardista lo puso la banda Maut, que volvieron a demostrar su pericia para mezclar electrónica y tradición

 

Sallent de Gállego. 28 de julio de 2018.  Pirineos Sur es el festival de música de raíz por excelencia en España y tras haber realizado un recorrido sonoro y rítmico por casi los cinco continentes, finalizar con una noche dedicada al folk aragonés, en casa, servía el broche perfecto. El apoteósico “Canto a la libertad” de Labordeta interpretado por el Colectivo Chicotén y buena parte de las figuras más importantes del género solo fue la guinda de una noche en la que se reivindicó la relevancia del patrimonio cultural de Aragón. Su pasado, presente y futuro.

 

La música folk aragonesa es rica, variada y está muy viva. Una inquieta y valiente escena musical la lleva manteniendo vigente con el paso de los años. Pero si existe un año cero en el género, es la publicación del primer disco de Chicotén en el 77. Su legado fue tan importante que ahora el Colectivo Chicotén le ha rendido homenaje con un disco, “Ver para creer” (a su vez, con título homenaje a Hato de Foces), que vinieron a presentar con sus mejores galas a Pirineos Sur.

 

El Colectico Chicotén ya puede presumir de un imponente plantel de músicos (Joaquín Pardinilla y Ernesto Cossio, a la guitarra, Alberto Artigas al laúd, Fletes a la batería, Toto Sobieski al bajo, Juan Luis Royo al clarinete, Miguel Ángel Fraile con las gaitas y flautas y Carmen París a las voces), pero es que al escenario  flotante se subieron unos invitados de lujo, en una de esas estampas que son difíciles repetir.

 

"Pasapeanas” y “Albada de Beceite”sirvieron casi como una dulce introducción. Sin grandes aspavientos, la banda encabezada por Pardinilla desplegó su buen hacer y su gran conocimiento de la música tradicional. Con "Santa Agueda”hizo acto de presencia la siempre querida Carmen París y dejó su inconfundible sello jotero y potentes cuerdas vocales en“Fandango de mora” y “Venimos de las olivas. Fue en este momento cuando también aparecieron Olga Orús y Salvador Cored para revivir por un momento a la importante banda oscense de  folk de los 80- Hato de Foces-, con“Villancico y aguilando.

 

Una vez finalizaron la presentación de "Ver para creer”encararon una segunda parte en la que resonaron algunos de los éxitos del folk aragonés más importantes de los últimos 30 años. Si existe una formación que ha triunfado en cada plaza de pueblo y ha sonado en todas las fiestas patronales es Ixo Rai!. Por supuesto, la banda de Zaragoza regaló a un ansioso público las infalibles“Carta de amor”y "15 de agosto", con algunos de sus miembros originales (Jota Lanuza, Alfonso Urbén y Flip).

 

Se le sumó a la fiesta otro de las formaciones imprescindibles: La Ronda de Boltaña. La banda, formada en los 90, lleva recorriendo toda la geografía aragonesa y española portando con orgullo la tradición del cancionero popular y son todo un referente institucional. Con ellos llegaron dos preciosos momentos no exentos de cierta épica“O viento rondador”y“Maziello".

 

Llegó el momento de los bises. Nadie se quiso perder esa foto: todos los músicos que habían intervenido en esta noche irrepetible se unieron para cantar “Ver para creer” y “El canto a la libertad”, ese himno que nos dejó para la posteridad José Antonio Labordeta y que las cerca de mil personas que se acercaron a Lanuza abrazaron y cantaron con todo su alma.

 

Maut, el folk electrónico aragonés para arrancar la noche

Pero la noche comenzó por el final, por el futuro del folk aragonés, el que no tiene inconvenientes en mezclarse con la electrónica más vanguardista. Maut es el máximo referente en este género y volvió a subirse al escenario flotante de Lanuza por segunda vez (lo hicieron ya en 2013). Aunque la electrónica y las bases programadas marcaron los ritmos, no faltaron ni los instrumentos tradicionales (el chicotén y el acordeón) ni las guitarras y bajos para otorgar matices y riqueza sonora.

 

Comenzaron con ritmos más calmados, cercanos al house, casi lounge, para ir calentando el anfiteatro (“Degallau”, “Jer jes”, “Leciñena”). Fueron subiendo las revoluciones, pero sin prisa, dejando respirar las composiciones, cada una reivindicando pueblos y estilos musicales de Aragón. Las enigmáticas imágenes que acompañaron su  actuación resultaron un contrapunto perfecto para ese viaje sonoro aragonés.

 

Pisaron el acelerador y subieron volumen para dejar constancia de su fuerza escénica (“Muxonet”, “El grito”) y no perdieron la oportunidad de versionar brevemente a sus queridos Asian Dub Foundation (a quienes telonearon en las últimas fiestas del Pilar y que parten de premisas muy similares). Y en una noche tan especial, de mucha hermandad, no quisieron despedirse del público de Pirineos Sur sin acordarse de todos los miembros que han pasado por su formación.

 

 

PREVIA DE HOY, DOMINGO 29 DE JULIO

 

El festival llegará mañana a su fin y lo hará precisamente con el espectáculo de uno de los Premios Pirineos Sur de este año: Josan Rodríguez, en la categoría de Integración por “su valentía y superación”, según explicó Miguel Gracia, presidente de la Diputación Provincia de Huesca el día de la entrega del reconocimiento. Mañana a las 20 horas en el Patio de las Escuelas se podrá disfrutar de su proyecto de danza integrada Canela Fina y también de la actuación de Chocolat Circo Music. Ambas propuestas tienen en común que se expresan a través de la música, la danza y las artes circenses y buscan nuevas formas de expresión.

 

Además, Josan Rodríguez- que sufrió un accidente que le provocó graves secuelas- es uno de los grandes seguidores de Pirineos Sur, asiduo años tras año, y es todo un ejemplo del carácter diverso e integrador del festival oscense. El presidente de la DPH también quiso dedicar el premio “para ese público entregado, ese que ha crecido con nosotros”.

 

Josan Rodríguez, que se mostró muy emocionado en la entrega del Premio, lo compartió con “toda la gente que me acompaña cada día para que tenga ganas de levantarme al día siguiente”. Reconoció que “como en Pirineos Sur, ha habido días de sol, días de lluvia y hasta de granizo” pero invitó “a gozar hasta el final del Festival”, que en esta ocasión, llegará de su mano.

 

Josan Rodríguez ha publicado recientemente su libro “El equilibrista. Otra forma de caminar”, en el que narra su historia personal de superación desde un punto de vista diferente.  El autor pretende que sirva de ayuda a otros y que a la vez acerque la realidad de la diversidad funcional a la sociedad.

 

Tras una larga hospitalización, rehabilitación y aprendizaje, Josan es un apasionado de la vida, los viajes, la música y la cultura. También colabora con un programa de radio, ha publicado varios relatos, participa en tareas de voluntariado e imparte charlas motivacionales en centro educativos.

 

Música para sanar

 

Después de 16 días intensos, llenos de emociones, ¿qué mejor para relajarse que un concierto para sanar la mente? Carlos Barona ofrecerá una sesión con cuencos tibetanos y de cuarzo, tambores, cajas de armónicos, campanas, flautas nativas y cantos guturales para llevar la mente de los asistentes a una desconexión total.

 

Será entonces cuando se conectarán los sonidos de las plantas. Gracias al sistema Music of the Plants se captan los biorritmos de las plantas traducidos en una gama de sonidos naturales que varían con cada espécimen e interactúan con el entorno. 
 
“Yo con mi música lo que logro es la desconexión y es entonces cuando sale la sanación”, explica el propio Carlos Barona, que es el segundo año que imparte talleres y realiza conciertos en Pirineos Sur. “Estoy muy contento con la respuesta, en total habrán más pasado unas 60 personas y todas han finalizado sabiendo realizar cantos armónicos”. La cita será a las 17 horas en el Polideportivo de Sallent, con entrada libre hasta agotar aforo.

 

 

Casi 200 personas pasarán por los talleres de Vuelta con el cuaderno

 

Hace casi diez años nació “De vuelta con el cuaderno” y desde hace tres no es raro encontrarse en las primeras filas de los conciertos de Pirineos Sur a muchas personas con unas extrañas luces en la cabeza y dibujando. Ahora, forman parte del festival y este año ya se han celebrado tres talleres y mañana será el último, impartido por Sara Lugo y Julio Casado. En total, se estima que habrán pasado por sus clases casi 200 personas.

 
“No es nada fácil hacer este tipo de dibujos porque la gracia está en captarlo en el momento, hacerlos rápido. Normalmente, los colores y los detalles los finalizamos al día siguiente”, explica Sara Lugo. “Normalmente espero un rato para fijarme en los gestos y movimientos de los artistas y cuando los tengo, los intento plasmar. Luego hay elementos, como los instrumentos, que ya los conoces y sabes dibujarlos de otras ocasiones”. El que quiera aprender más sobre este divertido arte, puede acudir al taller que se celebrará a las 18 horas en los Mercados del Mundo. “La música me hace dibujar mejor”, concluye Lugo.

 

 

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ELENA MARTÍNEZ CANTA A ÁNCHEL CONTE

ELENA MARTÍNEZ CANTA A ÁNCHEL CONTE

Elena Martínez pone música y voz

al intimismo lírico de Ánchel Conte

 

 

‘Zarré os uellos’, íntegramente en aragonés’, abraza la música popular, la canción de autor y el pop

 

Elena Martínez vive en Calamocha, donde trabaja de panadera, y en verano lo hace en Luco de Jiloca. Es cantante y guitarrista, y ha pertenecido a grupos de folk como La Birolla, Loba Parda o Venambre, y también fue cantante de Mallacan; en alguno de ellos llegó a ejercer de percusionista con panderos, panderetas y pitos, y también tocó la zanfona. Ahora publica una edición de 500 ejemplares de su primer álbum: ‘Zarré os uellos’ (‘Cerré los ojos’).

“El aragonés pertenece a nuestro patrimonio cultural. No tiene colores ni banderas, y cada vez se habla menos. En Calamocha y Luco no está vivo como lengua, aunque se dicen muchas palabras aragonesas. Tengo amigos del Sobrarbe y de Zaragoza que hablan en esta lengua y me pareció oportuno rendirle un homenaje en mi primer disco en solitario”.
Si durante años, Elena Martínez pensó en centrarse en varios poetas en aragonés, con el paso del tiempo decidió elegir solo a Ánchel Conte. “Su poesía me resulta conmovedora. Me llega muy adentro. Cogí todos sus libros, desde 1972 hasta los últimos. Los leía e iba seleccionando textos. Hace dos años hice la selección definitiva e incorporé ‘Mai’, que había adaptado Gabriel Sopeña”.

Dice la cantante que eligió poemas de una emoción especial, que pudieran ser cantados y que pudieran tener un estribillo. “Con ‘Mai’, son doce canciones. Me he dejado ir libremente, buscando sentimientos, belleza, atmósferas. No tenía una idea de entrada, pero al final creo que queda un disco unitario donde hay de todo”. Quiere decir que hay amor y desamor, erotismo y sensualidad, paisaje, sentimientos, miradas al pasado, denuncia y afición a las palabras.

“La poesía de Ánchel Conte es de un gran intimismo. Es de esas líricas que conmueven y que llegan al corazón. Decidí abordarla con libertad, poco a poco. Yo creo que hay tres polos claros de inspiración y de trabajo en ‘Zarré os uellos’: el influjo de la música popular aragonesa, pienso en Biella Nuey, en La Orquestina del Fabirol o en O’Carolan, entre otros grupos, pero también me interesan muchos folclores como el vasco; me marcó Oskorri, por ejemplo. Me interesa mucho esa orientación y está en el disco. Y está la canción de autor, pienso en Silvio Rodríguez, en Labordeta, en Mísia, la cantante de fados, en Tracy Chapman, y también en la cantante húngara Márta Sebestyén”. Subraya que también hay otra orientación, vinculada al pop.

Elena Martínez dice que el álbum, que se fue haciendo poco a poco, con intuiciones y ráfagas de inspiración, en ratos perdidos, ha contado con la colaboración de Roberto Montañés, “que tiene estudio en Luco de Jiloca, y lo grabamos allí”. Roberto Montañés es uno de los integrantes del dúo Los Gandules. “Roberto ha sido clave. Sobre todo en los arreglos y en el acompañamiento musical. Cogíamos un tema, le llevaba la línea melódica a la guitarra y de repente me decía que le metiésemos un violín, o cosas así. Es un hombre con talento y muy generoso. Yo había pensado usar solo guitarra o acordeón, y él ha sido decisivo para que tenga otra sonoridad”.

Elena Martínez no quiere teorizar sobre nada, ni sobre política ni sobre la lengua. “El aragonés está condenado a desaparecer. Es una lengua llena de musicalidad. Mucha gente me pregunta por qué canto en aragonés. También es un homenaje a Aragón y a su riqueza”, señala, y confiesa que habló mucho con el poeta Ánchel Conte por teléfono y por ‘mail’. “Con todo, aún no nos conocemos”, revela.

Ánchel Conte, consultado por HERALDO, confiesa: “El disco de Elena me ha gustado porque creo que la música se ajusta perfectamente al poema, sin estridencias. Es como un recitado en el que música y poesía se complementan. Hay momentos en que al oír la canción me viene a la memoria el momento exacto en que escribí el poema, el estado de ánimo en que nacieron los versos. Raramente releo mis poemas; sin embargo sé que el disco lo voy a oír con frecuencia. Es curioso cómo la música ayuda a resucitar el pasado”, dice, y reflexiona sobre el actual momento del aragonés: “En este momento tiene un apoyo institucional y eso ha ayudado mucho a que se reactive: escuelas, editoriales, discos... Ver el sello del Gobierno de Aragón en el disco es estimulante”.