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Antón Castro

PALABRAS DE VÍCTOR VILLANUEVA SOBRE 'EL PASEO EN BICICLETA'

 

 

PRESENTACIÓN DE ANTÓN CASTRO

 

[Por Víctor José VILLANUEVA BLASCO. Activista cultural y miembro de la Asociación La Masadica Roya, que gestionó la presentación de ‘El paseo en bicicleta’ (Olifante) del escritor en Andorra, en el seno de la Feria del Libro]

 

Me hace mucha ilusión presentar a Antón Castro porque, además de haberme parecido “El paseo en bicicleta” uno de los mejores poemarios que he leído en los últimos tiempos, Antón es un aragonés de origen gallego. Hace apenas unos meses que he vuelto a Teruel tras seis años de aventura gallega. En los agradecimientos de mi tesina escribí “Marché grumete aragonés para hacerme marino gallego”. Algo se me ha quedado de aquella maravillosa tierra, porque últimamente me han dicho varias personas que hablo con ese deje gallego expresado en el abuso de los tiempos verbales pasados… Y pienso si será porque es en el pasado donde hallamos sentido para el presente, si será porque no queremos que ese pasado, nuestras raíces, nuestros recuerdos, caigan en el olvido víctimas de este sistema del capital, que a través de la precariedad laboral y de la funambulista economía familiar nos lleva asfixiados hacia un futuro incierto, colocándonos los bridones del miedo como se colocan a los animales para que no puedan ver nada más que lo que tienen delante. Quieren que seamos seres productivos al servicio de la economía.

 

Erich Fromm planteaba “¿Por qué hemos de tener individuos enfermos para conseguir una economía sana?” Hay crisis, sí, pero es una crisis social. Nos están robando la capacidad y la ilusión para soñar, nos están arrebatando nuestra capacidad “creadora”, nuestra potencialidad de desarrollo personal y social.

 

Decía Gabriel Celaya en un poema suyo que lleva por título “La poesía es un arma cargada de futuro”: “Cuando ya nada se espera personalmente exaltante… se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo… poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día… porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quienes somos…”.

 

Bien, Antón se nos presenta a sí mismo en este poemario, con sencilla claridad, con transparencia. Y lo hace a través de sus recuerdos, poniendo su pasado en el verso, y haciendo del verso la memoria de unos valores humanos, los suyos, probablemente los de quienes compartieron y formaron parte de su vida, probablemente los de muchos de los que hoy estamos aquí para arroparlo en la presentación de su libro. Unos valores poseedores de esa capacidad creadora para evocarnos los sueños y andar hacia las utopías redefiniendo qué es lo importante. En “El paseo en bicicleta” encontramos que lo importante es lo sencillo, y lo es porque nos genera bienestar. En este poemario, lo importante son los momentos compartidos

 

con la familia, como en el poema El pescador y su hijo (p. 17),

 

“El padre miraba al hijo embelesado, y de vez en cuando le enseñaba a quitarle el anzuelo al pez. No te preocupes. No le haremos daño y quién sabe si volverá a comer”.

 

 

son esos momentos compartidos con la naturaleza, en Avituallamiento I (p. 21)

 

“Envolvente, un paraguas de ramaje me cubre y alivia mi respiración. Se me escabulle la miel de las higas por las manos y dentro de la boca”.

 

o como los que expresan la vivencia y el sentido del tiempo en los espacios rurales, Mares de maíz (p. 27)

 

“El maíz se eleva, tiembla, se enrosca sobre sí mismo, se encharca y se copia en las acequias. Evoca otro tiempo, quizá otra vida, una felicidad lejana, la ausencia de prisa: la arcadia sencilla del labrador que desaparece. Yo fui un niño perdido en la soledad del maizal: allí a recaudo de todo, soñaba”.

 

momentos, también, con la persona amada, en El cartero de Jacques Tati (p. 29)

 

“…era nuestro primer domingo de amor lejos de la ciudad: habíamos hecho muchos kilómetros en bicicleta. Se tendió sobre el césped, con su interminable cabello al viento y los ojos chispeantes. Hay mujeres que beben toda la luz del mundo y la concentran en la mirada como un cielo limpio”.

 

*La foto es de Julia Fullerton-Batten.

 

1 comentario

gonzalo villar -

en hora buena y bajo el diáfano rodar de las bicicletas.