ALEJANDRO AURA: ADIÓS A UN GRAN POETA DE MÉXICO
[Javier Espada, director del Centro Buñuel de Calanda, nos da esta mala noticia antes de a dormir.]
Estimados amigos,
De forma excepcional os comunico el fallecimiento de Alejandro Aura y comparto con vosotros el profundo vacío que acaba de dejar entre todos sus amigos, asumiendo que este mensaje llegará a muchos que le conocisteis y habéis gozado de su hospitalidad, de su generosidad, de su poesía y de su profundo sentido del humor.
Se ha ido sin dejar de luchar día a día contra esa enfermedad sin solución, que ha peleado como un caballero, con elegancia y tenacidad, pero sobre todo, viviendo, escribiendo el libro de poesía "Se está también aquí", publicándolo, primero hoja a hoja y luego ya como un libro de papel.
Sin rendirse creó un blog desde el que todos los días nos regalaba un poema mientras iba desgranado sus opiniones, su vida, escribiendo, luchando y creando
http://www.alejandroaura.net/wordpress/
Su lucha ha terminado, quedan los sabores de las ricas recetas compartidas en su casa, su cocina de corazón y nostalgia. Su casa convertida en un trozo de México en Madrid y siempre abierta. Sus agradables sobremesas y sus conversaciones, su carga de humanidad risueña, su cultura profunda y brillante, su amor a México, su país, su compromiso con la cultura entendida como un derecho, en fin, todos sus logros.
Siempre ha colaborado con el Centro Buñuel. Suya fue la idea de la publicación del libro de Claudio Isaac "Luis Buñuel a Mediodía". Hace un año escaso nos deleitó con la presentación de su libro de poemas, con ingenio, humor y su capacidad para cautivarnos con su verbo.
Ha sido hoy, en Madrid, y como su amistad ha sido para siempre.
Escribió este poema titulado DESPEDIDA
Así pues, hay que en algún momento cerrar la cuenta,
pedir los abrigos y marcharnos,
aquí se quedarán las cosas que trajimos al siglo
y en las que cada uno pusimos nuestra identidad;
se quedarán los demás, que cada vez son otros
y entre los cuales habrá de construirse lo que sigue,
también el hueco de nuestra imaginación se queda
para que entre todos se encarguen de llenarlo,
y nos vamos a nada limpiamente como las plantas,
como los pájaros, como todo lo que está vivo un tiempo
y luego, sin rencor, deja de estarlo.
¿Se imaginan el esplendor del cielo de los tigres,
allí donde gacelas saltan con las grupas carnosas
esperando la zarpa que cae una vez y otra y otra,
eternamente? Así es el cielo al que aspiro. Un cielo
con mis fauces y mis garras. O el cielo de las garzas
en el que el tiempo se mueve tan despacio
que el agua tiene tiempo de bañarse y retozar en el agua.
O el cielo carnal de las begonias en el que nunca se apagan
las luces iridiscentes por secretear con sus mejillas
de arrebolados maquillajes. El cielo cruel de los pastos,
esperanzador y eterno como la existencia de los dioses.
O el cielo multifacético del vino que está siempre soñando
que gargantas de núbiles doncellas se atragantan y se ríen.
Lo que queda no hubo manera de enmendarlo
por más matemáticas que le fuimos echando sin reposo,
ya estaba medio mal desde el principio de las eras
y nadie ha tenido la holgura necesaria para sentarse
a deshacer el apasionante intríngulis de la creación,
de modo que se queda como estaba, con sus millones,
billones, trillones de galaxias incomprensibles a la mano,
esperando a que alguien tenga tiempo para ver los planos
y completo el panorama lo descifre y se pueda resolver.
Nos vamos. Hago una caravana a las personas
que estoy echando ya tanto de menos, y digo adiós.
POEMA QUE COLGUÉ AQUÍ EN ENERO DE 2008
SONETO DE LOS REYES MAGOS
Iban Gaspar, Melchor y Baltazar
comiéndose en el campo una paleta
mientras se platicaban la secreta
ilusión que tenían de llegar
a no muy bien sabían qué lugar
que traían anotado en su libreta
a donde les dijeron que es la meta
de reyes que se tiran a viajar
sin saber a dó van ni quién los guía
sino que una noche como aquellas
tomando unos mezcales potosinos
dijeron entre muchos desatinos
que habían de alcanzar a las estrellas
y parece que hoy va a ser el día.
Alejandro Aura
2 comentarios
Magda -
Un abrazo para ti.
Martín Bolívar -