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Antón Castro

AL AMOR DE MERCÈ RODOREDA

AL AMOR DE MERCÈ RODOREDA

 

Hubo un tiempo en que quise ser lector.

Pensaba que antes de escribir había

Que conocer muchos libros, otras palabras,

Viajar de página en página con personajes,

Adentrarse en el universo cincelado de los otros.

Registro los bolsillos de mi memoria

Y el desorden de mis estantes.

Y aquí están los libros de Mercè Rodoreda.

La primera imagen que me viene a la cabeza

Es la de Colometa que mira el cielo

Mientras el mundo se deshace

en el movimiento y la música de una verbena,

en la cambiante luz de un barrio.

Me acerqué a ella a través de “La plaça

Del Diamant”, pero luego fui accediendo

a todos sus libros. Uno tras otro. Los leía

en cualquier sitio: en la piscina, en los buses,

mientras cenaba cuando era cajero de bingo,

en la alta noche, cuando paseaba

a mi azafranado perro Pluto a la sombra

de la torre mudéjar de la Magdalena.

De sus novelas pasé a sus cuentos:

Piezas de una escritura bellísima,

Intimista, casi sincopada, difícil sin duda

En su facilidad y en su aparente espontaneidad,

Vidas de mujeres que exhibían sus temblores,

El calor de su inocencia y el desgarro.

Vidas de mujeres de seda y fuego, mujeres

Indómitas, bravías como el mar,

Vulnerables como el rocío que despierta la mañana.

Acumulé sus libros: uno tras otro,

Sus imágenes. Vi la novela “Aloma”

Por capítulos, interpretada por Marta Angelat.

Vi a Mercè Rodoreda, en reportajes y entrevistas,

 Y me gustaba su voz aguda y a la vez sensual,

Su pasión por las flores, su energía,

Su amor océanico por Armand Obiols.

Elegí, como favorito, el relato “Amor”:

La historia de un hombre que entra

En una mercería para regalarle

Unos calzones a su oronda compañera.

Por entonces nació mi hija, apenas unos meses

Después de la reedición de la novela “Aloma”:

La historia de una adolescente, más bien solitaria

Y ensimismada, que ama a un hombre mayor.

Casi como le sucedió a la propia escritora.

Y decidí, decidimos, a modo de homenaje

A la misteriosa y lírica Mercè Rodoreda,

Que así iba a llamarse la niña: Aloma, Aloma.

 

*El pasado 10 de octubre se cumplía el centenario del nacimiento de Mercè Rodoreda. Nació en 1908 y falleció en 1983. Edhasa acaba de rescatar “Todos los cuentos” y “La plaza del Diamante / La calle de las Camelias”. Esta foto pertenece al archivo de Edhasa y la reproduzco aquí por cortesía de Raquel Reguera, del gabinete de prensa.

2 comentarios

Gemma -

Bonito homenaje, Antón.
Cuando vuelva a BCN, tengo que hacerme con sus cuentos completos. ;-)

Cuando cursaba el bachillerato, leíamos por aquel entonces "Mirall trencat" (Espejo roto) y, claro, "La plaça del Diamant". Por extraño que parezca, era una escritora que fascinaba a los jóvenes. Imagino que seguirá siendo así.
Un abrazo

Fernando -

hermoso poema historia...abrazos.