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Antón Castro

JAVIER AGUIRRE RETRATA A LABORDETA Y SU ÉPOCA

JAVIER AGUIRRE RETRATA A LABORDETA Y SU ÉPOCA

[Este es el texto del profesor Javier Aguirre que abre el libro colectivo sobre José Antonio Labordeta que se presenta el próximo miércoles en el Teatro Principal: José Antonio Labordeta: creación, compromiso, memoria (Rolde / SGAE / Gobierno de Aragón, 2008).]

 

En la primavera del año 1974 se publicó Cantar i callar, primer LP de José Antonio Labordeta. Fue un tiempo en el que la mayoría de los jóvenes inquietos de aquellos años vivíamos fascinados por movimientos y actitudes que traspasaban nuestras fronteras y que experimentábamos con un sentimiento de exótica lejanía. En contraste con la oscura realidad oficial en la que todavía naufragaba nuestro país, los leves y retardados destellos que nos llegaban del exterior siempre nos parecieron de una belleza y luminosidad inalcanzables.

 

Fue una época agitada, esperanzada, ingenua y creativa en la que se fundían sin más criterio que el de la rebeldía inocente y acrítica los relatos de Kerouac con el maoísmo, el festival de Canet con el Viejo Topo, el sonido de la Costa Oeste con la revolución cubana, las manifestaciones en formación de los black panthers con los desvaríos de la antipsiquiatría, y los discursos de Allende con el Canterbury Sound. Y todo lo abordamos con la pasión del que necesita creer sin

fisuras, como solo saben y deben creer los jóvenes, con la pasión del que asume sin reservas que solo vale el todo o nada.

 

En la primavera del año 1974 se publicó Cantar i callar. Y con él, muchos de nosotros descubrimos que existía Aragón, nuestra tierra, una tierra dura y hermosa que, fascinados por lo foráneo, se nos mostraba casi tan ajena como el desierto del Kalahari. En el proceso de recuperación de nuestra conciencia de comunidad Cantar i callar fue, sin duda, el acontecimiento cultural más importante de toda la transición. Cantar i callar supuso para una buena parte de la juventud aragonesa el descubrimiento de su país, de su cultura, de su dilatado pasado, de sus problemas endémicos; y también supuso una invitación a participar en la construcción de su futuro. Con Cantar i callar muchos jóvenes aragoneses tomamos conciencia de cuestiones tan evidentes como la despoblación, la dureza de la emigración, el problema del agua o la destrucción y olvido de muchos de nuestros símbolos de cohesión social. Descubrimos que había que aragonizar nuestra actividad reivindicativa, y atender a nuestra realidad más cercana sin renunciar por ello a todos aquellos grandes proyectos globales que nos hermanaban con el resto del mundo. Todo eso y mucho más se lo debemos en gran medida a José Antonio Labordeta.

 

Con el paso de los años, hemos podido comprobar que los cambios habidos en España y en nuestra comunidad desde la instauración del sistema democrático, con todas sus luces y sombras, han sido notables. En el caso de Aragón no ha sido, desde luego, un camino fácil: ahí están para recordarlo las todavía recientes manifestaciones masivas en contra del trasvase del Ebro o la constitución de la plataforma «Teruel Existe» por el reconocimiento de la dignidad de una tierra y sus gentes, expresiones concretas de un malestar más profundo que en ocasiones ha puesto en entredicho el peso de nuestra tierra en la España de las autonomías.

 

Es innegable, sin embargo, que tras tres décadas de sistema autonómico el aspecto de nuestras ciudades y pueblos ha mejorado considerablemente, que el nivel económico de todo nuestro territorio ha aumentado a niveles impensables hasta hace pocos años, que la participación ciudadana en lo público hace tiempo que se asumió con normalidad, y que el acceso de las nuevas generaciones a la cultura y a la educación no tiene precedentes en la historia. Esos y otros muchos hechos son la constatación de que Aragón se ha integrado en los modos de vida más avanzados que, en grandes términos, nos emparentan con el modo de vida europeo.

 

En todo ese largo proceso de reconstrucción material y espiritual de nuestra comunidad, la presencia de José Antonio Labordeta ha sido permanente. Desde distintos medios e instituciones, su voz siempre ha sido la voz de Aragón. Como cantautor y poeta, José Antonio Labordeta ha sabido plasmar en sus versos la realidad de una tierra olvidada. Como personaje mediático, ha sabido trasladar a todos los foros las reivindicaciones de una comunidad que no siempre tuvo la oportunidad de dejarse oír. Como político, ha sabido plantear propuestas concretas que han reportado a nuestra comunidad notables mejoras. Como artista, como político y como personaje mediático, la contribución de José Antonio Labordeta al proceso de reconstrucción del Aragón del siglo XXI ha sido impagable.

 

Por todo ello, Rolde de Estudios Aragoneses (REA ) ha querido dedicarle una obra colectiva. No se trata de un homenaje. Se trata simplemente del agradecimiento expresado desde el REA por todo el trabajo realizado durante tantos años. Y se trata también de una necesaria aproximación al estudio de los numerosos aspectos que conforman su vida y su obra. Para ello hemos contado con un gran número de amigos, procedentes de muy diversos ámbitos, que desde el primer momento aceptaron con ilusión el reto que suponía un proyecto de esta magnitud. En el trabajo han participado artistas plásticos, dibujantes, poetas, escritores, profesores y profesionales que han querido mostrar su afecto y dar a conocer, desde el profundo conocimiento, diversos aspectos de una obra que ya pertenece a todos los aragoneses. Desde Rolde de Estudios Aragoneses queremos agradecer el esfuerzo e interés mostrado por todos ellos, y mostrar asimismo el deseo de que este libro suponga un punto de partida para futuros trabajos sobre un hombre y un aragonés excepcional.

 

Javier Aguirre

 

2 comentarios

Víctor Juan -

Hola José María,
Con permiso de Antón me permito indicarte que puedes reservar tu invitación en Rolde de Estudios Aragoneses

Moncasi, 4 entlo. izqda.
50006 Zaragoza
Tel. y Fax: 976 372 250

rolde@rolde-ceddar.net

Saludos

José María -

Soy un gran admirador de Labordeta. En 1974 estaba en Barcelona y fui a un concierto clandestino de José Antonio en un Colegio Mayor. Me gustaría asistir al homenaje del día 26. ¿Tienes alguna invitación? Si es así, me la mandas al instituto por medio de Jorge. Gracias y un abrazo.