DOMINGO VILLAR, ESTA TARDE, EN LA CASA DEL LIBRO
Domingo Villar, autor de ‘La playa de los ahogados’ (Siruela), visita hoy Zaragoza para presentar la segunda aventura de su inspector de policía Leo Caldas, que ya había aparecido en su primer volumen ‘Ojos de agua’ (Siruela). Leo Caldas es policía y aficionado a la radio, melancólico y taciturno, ensimismado y más bien pesimista, y cuenta con un ayudante aragonés de Zaragoza, Rafael Estévez, que no siempre le entiende. Que no entiende el peculiar carácter de los gallegos. Este caso, ambos deben enfrentarse a un extraño caso: la muerte de un marino gallego de bajura, que es arrastrado a la orilla con las manos atadas. Tras este suceso, se cierne un extraño silencio sobre el pueblo que Caldas debe esclarecer. Caldas y Estévez. En esta ocasión, Caldas anda algo aquelado: su padre está enfermo (por cierto, Domingo, que se define escritor de la lentitud, dedica su libro a su padre, que fue bodeguero), su colaboración con el programa de radio ‘Patrulla en las Ondas’ le fatiga más de la cuenta; eso sí, le siguen gustando mucho los vinos, los percebes y los berberechos, y halla acomodo en su taberna favorito, Eligio. El libro tiene algo de reportaje sobre la vida de los marinos gallegos, quizá sea más explícita esa característica que ninguna otra. Domingo Villar, un vigués que reside en Madrid y que está casado con una turolense, ha conversado con muchos marineros. A medida que avanza la novela, en medio de un silencio tenso, irrumpe con mucha fuerza una mujer: Rebeca la Primera, que se fue a por tabaco y no volvió…
Hace algo más de un par de años, la bella e inteligente Silvia Meucci me habló de Domingo Villar. Estaba fascinada con su primera novela, ‘Ojos de agua’ (Ollos de auga; Domingo escribe siempre en gallego y se traduce luego): tuvo buen ojo. El escritor ha recibido varios premios y ha sido traducido a seis idiomas.
Domingo Villar presenta esta tarde, a las 19.30, su novela ‘La playa de los ahogados’ (Siruela, 446 páginas) en la Casa del Libro. En la foto, una mujer de Vigo retratada por el gran Pacheco.
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