LA TESIS ROBADA
La noche se quedó pegajosa. Una luna caliente de oro viejo acariciaba las antenas y los tejados más altos. Descubrieron de repente que no les funcionaba internet y decidieron ir a uno de los bares con terraza donde había wi-fi. Aprovecharían para tomar algún refresco y ultimar algunos trabajos: ella seguía fascinada con el mundo literario de García Pavón y quería redondear algunas canciones para grabarlas. Y él llevaba muchos meses, acaso años, trabajando en su tesis de literatura sobre Luis de Góngora: había acumulado muchos folios y de esa labor iba a depender su retorno a las clases en Nueva York. Buscaron acomodo y abrieron sus portátiles. El tiempo pasó de prisa en medio de su afán. Les dieron las once, las doce, la una; les dieron las dos, y los dueños del bar con terraza en la Magdalena les recordaron que era hora de cerrar. Tan inspirados estaban los dos –ella, con la música, con su blog; él, con las metáforas gongorinas-, que decidieron quedarse un rato más, en un banco, hasta donde llegaba el wi-fi. Y en ello andaban, tan absortos y tan confiados, que no tuvieron tiempo de reaccionar: tres sujetos aparecieron de golpe, lo redujeron a él hasta dejarlo inconsciente, desmayado sobre el suelo, y les arrebataron los ordenadores. Ella vio sus caras, su determinación ruin e, inerme ya, aún recibió una patada. Nada pudo hacer. En la rueda de reconocimiento todo eran sombras borrosas, cuerpos y rostros indefinidos. ¿Qué ocurriría luego? ¿Venderán los ladrones de inmediato los ordenadores o tendrán la curiosidad de mirar sus tripas y sus archivos? A lo mejor descubren esa interminable tesis doctoral y optan a una plaza de profesor de literatura española en Nueva York. O mejor aún: dejan un cedé en el mismo bar con una nota: “Robamos ordenadores, pero no nos interesa Góngora. Les devuelvo la tesis y el pendrive”.
*La fotografía es de Brigitte Lacombe. ¿Adivinan quiénes son ellos en este retrato de 1975? Este texto apareció ayer en 'Cuentos de domingo' en 'Heraldo de Aragón'.
6 comentarios
Niggerman -
La foto es sencillamente impagable. ¡Ay, los setenta!
Emilio -
Ups, se me adelantaron.
Antonio Serrano Cueto -
A Minerva -
Abrazos. Antón
Minerva -
Creo adivinar ciertos rasgos, pero me despista la relación con el texto, debo confesar.
JESUS -
Saludos y calor para todos