MUNDIAL DE BERLÍN.6. SANYA RICHARDS
Sanya Richards, una jamaicana nacida en 1985 y nacionalizada estadounidense, es la gran reina de los 400 metros lisos de los últimos tiempos. Había bajado 36 veces de los 49 segundos, rivalizada con la inolvidable Marita Koch, y ha realizado una impresionante temporada de mítines. Hasta el momento se le resistía la medalla de oro, en un campeonato del mundo o en una olimpiada. Hasta hace un instante: ganó con absoluta autoridad en una carrera limpia en 49.00 exactos y se quita fantasmas de su cabeza. No quería ser la nueva Marlene Ottey, la campeona sin medallas de oro, la mujer del maleficio. Sanya Richards es joven, ha superado a Allyson Felix, que pasa un pequeño calvario de marcas, y ha probado sobre la pista que es la mejor del momento en esa durísima carrera de los 400 metros.
Ha realizado una carrera segura de principio a fin. Salió bien, tomó el mando pronto y en la segunda curva decidió acelerar y poner tierra por medio. Tiene un correr acompasado y potente, prodigioso de técnico, espléndido en elegancia y precisión. Entró luminosa y feliz, con un gesto de rabia, sombras fuera parecía decirse, con esa belleza radiante que la caracteriza. Detrás, venían la diminuta jamaicana Shericka Williams, plata en Pekín el pasado año, que realizó 49.32, y la rusa Antonina Krivoshapka, que firmó 49.71. Fue una carrera preciosa: los 400 son durísimos pero ahí se han forjado corredores como Marita Koch, Alberto Juantorena (que también corría 800), Félix Sánchez, Jarmila Kratochvilova, Michael Johnson, Marie-Jose Perec o, ahora, Wariner, entre otros muchos.
Anoche, por cierto, Kenenisa Bekele, el mejor mediofondista del momento, ganó el oro en 10.000: dejó que Fadese marcase el ritmo, que estirase la prueba, hasta que ambos se quedaron solos. En la última vuelta, Bekele aceleró y realizó una de sus finales espléndidos, de zancada menuda, vivaz y segura.
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