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Antón Castro

RELATO DE NAVIDAD

RELATO DE NAVIDAD

Isabel y Carmen rondan los 80 años. Carmen solo habla en gallego e Isabel es silenciosa. Las dos trabajan sin parar: a Carmen le gusta ordenar los cuartos, dar de comer a los perros, ver la tele y encender el fuego a mediodía. Isabel tiende, plancha, cocina, organiza el mundo íntimo como su máquina de coser. Se desvive por todos. De vez en cuando, mientras desayunan, cuentan sus historias. Isabel nació y se crió en Ejulve, y allí pronto vio que un joven, Leoncio, iba a ser para ella. Era listero de mina, masovero, muy inteligente con los cuentos y las cuentas, y conocía como nadie el secreto de los bosques y las mejores poesías de la lengua española. De vez en cuando, las compañeras querían ponerle a prueba: le decían que Julia, Clarisa o Blanca intentaban flirtear con su novio. Como si nada. Hasta el teatro jugó a su favor: un día representaron una pieza que anticipó su propia historia; dos jóvenes, primos segundos entre sí, empezaban a enamorarse. Carmen cuenta que su primer novio fue un monaguillo, que cantaba canciones y que la acompañaba en algunas noches a la verbena. Aquel joven se trasladó un día de domicilio y aquello fue el fin; años después, casado y padre, salió de paseo hacia el mar con su mujer y una hija. Sin que mediase razón alguna, se arrojó en un helado mar de invierno que tardó algunos días en devolverlo. A aquel primer amor lo sustituyó otro campesino, Benito, que había vuelto del servicio militar en Melilla y que recorría la comarca, de cantera en cantera, a lomos de una bicicleta. Sería el hombre de su vida. Isabel y Carmen son viudas. Cada mañana, tras el desayuno, oyen poemas de Lorca, de Salinas, de Szymborska, de Pilar Martínez, de Charles Simic, de Ángel Guinda, de Neruda, de Chantal Maillard. En estos días de Navidad, más que nunca, todos los poemas hablan por ellas y por sus ausentes.

*La foto es de Harry Benson.

2 comentarios

Fernando -

Gracias por este relato, emocionante y húmedo como estos días de navidad.
Fuerte abrazo

gema -

Me encantó y emociono este relato al leerlo ayer en Heraldo de Aragón.
Enhorabuena, lo mejor del domingo.