LUIS DEL VAL PUBLICA 'ESTAMOS DENTRO'
El narrador y locutor publica 'Estamos dentro' (Espasa), una novela de amor, denuncia e ironía sobre el mundo de la televisión.
"Mi primer contacto con televisión fue absolutamente surrealista: tenía catorce años, no se veía la tele en Zaragoza, me llevaron al Paseo de la Habana, que lo enseñaban como si fuera la quinta maravilla del mundo, y vi la emisora de televisión que no veía en Zaragoza. Más tarde, empecé a redactarle guiones a Eloy Arenas en '625 líneas'; como no había entonces ni fax ni correo electrónico, yo escribía el guión, lo mandaba por correo postal y a los cuatro o cinco días lo veía en la tele, representado". Así nació el interés de Luis del Val (Zaragoza, 1944) por la tele. Ha conducido 'Aquí un amigo' en Aragón Televisión, y ahora es contertulio, los jueves, de 'Sin ir más lejos', el programa que conducen Jesús Nadador y Susana Luquín y que dirige Jorge Gallardo.
¿Qué quería expresar con 'Estamos dentro' (Espasa)?
Me quería explicar a mí mismo por qué ha pasado lo que ha pasado. Leía ensayos y más ensayos, y nadie me lo explicaba.
¿Qué ha pasado, pues?
Ha habido una perversión, exactamente igual que en la política: lo que era un medio, como la galaxia Gutenberg, la radio de Marconi, se ha convertido en un fin en sí mismo. El fin es estar o aparecer en la televisión. Pero yo no intento hacer moralejas ni ensayo filosófico. Soy novelista, cuento historias, creo personajes.
¿Entonces, qué quiere contar?
Yo cuento una historia de los amores de un presentador, Juan, y una presentadora, Katy, que están ahí, en medio de la multitud de los personajes que se mueven en una emisora de televisión.
Son casi antagónicos: uno es sociólogo y la otra una joven burguesa de Barcelona, que se convierte en un fenómeno de masas…
A mí en las novelas me gusta hacer un poco de contrapunto. Y aunque la lucha de clases haya desaparecido, la igualdad de oportunidades la deshace la diferencia de clases. No es lo mismo ser un presentador de televisión, hijo de una camarera de Carabanchel, que ser una presentadora, hija de un famoso arquitecto de Barcelona. Me interesa ese contrapunto, y la diferencia de valores éticos, y esa ha sido una elección tomada con premeditación y alevosía.
¿No quería reflexionar sobre el país y sobre la corrupción?
Antes había empresas y empresas periodísticas, que tenían una determinada ética; esa empresa periodística quería ganar dinero, por supuesto, pero había una ética, una forma de ver el mundo. Ahora hablar de la empresa periodística es hablar de empresa, el apellido periodístico le pesa mucho y se ha desprendido de él.
¿Y?
Lo importante es hacer caja con programas que conciten la atención y seduzcan a millones de personas. Para eso se transgrede y se hace demagogia, se fomenta el mal gusto y se halagan los bajos instintos populares. No importa nada más porque el objetivo son los beneficios.
El libro está lleno de historias paralelas, de meandros...
Hay muchos meandros sí en 'Estamos dentro' porque la vida es compleja. Somos poliédricos en la vida y en nuestras relaciones, y yo no me imagino la vida como si fuera un cómic. Cuando me pongo a escribir intento ser fiel a la vida y la vida es compleja.
¿Adónde vamos?
Yo creo que vamos a internet. Quienes consigan dentro de tres años un 10 % de audiencia se darán con un canto en los dientes. El éxito de una emisión será la descarga de un instante.
¿Y qué va a pasar con tanta telebasura, sensacionalismo y 'casquería', tan reaccionarios?
Yo tengo mucha confianza en la sobredosis como poder profiláctico. La abundancia del calzoncillismo de los año 60-70 en nuestro cine produjo un crecimiento de los cineclubes. Eso ocurre en las series: funciona una de policías, se multiplican, la gente ve una más y sale corriendo. Hemos trasladado la murmuración de las calles y los patios de vecinos a la tele con gente más conocida.
*Luis del Val, escritor, periodista, rapsoda y otras muchas cosas, presentará su libro el próximo día seis en la Feria del Libro de Zaragoza y firmará ejemplares. Esta entrevista se publicaba ayer en 'Heraldo de Aragón'.
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