RETRATOS DE JOSÉ MIGUEL MARCO / 7
Ángel Guinda (Zaragoza, 1948) es poeta, traductor, crítico literario y ahora profesor de literatura recién jubilado. Ultima sus memorias literarias y avanza un nuevo poemario, tras el estupendo libro ‘Poemas para los demás’ (Olifante. Los Papeles de Trasmoz).
Para algunos este es uno de sus mejores poemas. Para mí también. José Miguel Marco lo retrató de perfil: un perfil clásico, de poeta romano o medieval casi, como Cecco Angiolieri, al que tradujo en Olifante.
NO
Soy un claro interior, el porvenir
de una puerta que siempre está atrancada.
La trampa de vivir y ver morir.
Contra la destrucción de la conciencia
bramo, reviento, clavo en Dios los codos.
Soy un zarpazo roto de paciencia.
Una luz que, arañando los escombros,
borra la niebla y sigue hacia adelante.
Un hombre con la sombra hasta los hombros.
Como hambre y bebo sed con todos
los condenados a escarbar la nada.
Esto no es un poema, es un desplante.
Profundamente grito un no rotundo.
Yo no quiero vivir en este mundo.
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