TRES POEMAS DE FRAN PICÓN
Francisco J. Picón acaba de publicar el poemario ‘Alambique de vestigios’. Me envía algunos poemas. Cuelgo aquí estos tres que forman parte de una selección de poemas que va a leer en Mallorca próximamente. Fran tiene este blog:
AVANCE SIN PAUSA
Somnoliento y perdido,
deambulas por los rincones
de tu existencia,
en busca de una sonrisa
derrochada en algún lugar
de entre las sombras
del pasado.
Caminas,
a través de las ruinas
que pueblan los sentidos,
esperando saborear
el aliento de un minuto
compartido
Las distancias
sólo coexisten en las fronteras
de las arrugas de la piel
y las ausencias se asientan
en los meandros de un cuerpo,
lacerando de vacíos
el ocaso de tus sueños
Si decides mantenerte
adormecido o despejado,
en el fondo, no importa.
Las saetas de un tiempo
perdido prosiguen
su avance sin pausa,
mientras, en el olvido,
se acomoda la orla
de tu sonrisa,
perfilada en los labios
del ayer.
FOTOGRAFIA DE SOLEDADES
Una caricia clandestina,
de un viento anónimo
fustiga los cristales
de la claraboya
entornada,
en espera de silencios
sin nombre
ni distancias
En la buhardilla,
solitaria y lúgubre,
una sombra
abandona el claroscuro
del íntimo fortín
para exhibirse
a la intemperie
de la edad
Un halo
de pérfida abulia
transita los pasajes
de la ambigua
cotidianidad
Frente a la medrosa
estampa indolente,
una esquiva mirada
disimula el iris
demorado del hastío
tras de una persiana
velada y gris
Se suceden instantes
bizantinos,
colmados de ripios
y lamentos
en el bulevar incoherente
de la rutina
Entretanto
los vidrios del ahora
se empañan
con el vaho de las prisas,
mientras la corriente,
mimosa,
abandona su caricia
en un escondrijo del ayer
METÁFORA Y LIBÉLULA
Aletea frenética
una libélula solitaria
entorno a las diáfanas
gotas de vida
del arroyuelo otoñal
Un exiguo rumor
de silbidos y brisas
se desvanece
en el silencio
del paraje
huraño del tiempo
Ráfagas de un sol
jadeante y medroso
requiebran las sombras
de la hojarasca
incipiente
Un estruendo
resuena en el horizonte
dinamitando
la quietud de una tarde
descalza de razones
La aterrada libélula
abandona la tangible
protección del vuelo
en busca
de un resuello
incombustible y perenne
en sus pupilas
Mas la inquebrantable
avaricia depredadora
de una lengua viscosa
descoyunta
el soporte del futuro
a lomos de un hoy
desalmado e insaciable
… ya no resuena
el revoloteo nervioso
sobre el cauce
del riachuelo
…ya su reminiscencia
se ahoga
en las tinieblas
de la noche…
Las cuatro fotos son del gran fotógrafo del paisaje Ansel Adams.
1 comentario
mayte -
Quien conoce a Fran, olvida la separación entra ambas cosas, porque los versos van integrados en su forma de vida.