EDUARDO MENDOZA Y JAVIER MARÍAS: HUMOR Y AMOR PARA NIÑOS
[Alfaguara publica en la serie ‘Mi primer’ dos cuentos de ambos: ‘El camino del cole’ del barcelonés y ‘Ven a buscarme’ del madrileño]
Han sido muchos los escritores que han escrito para niños. Muchísimos. Escritores cuya obra mayor parecía pensada para adultos: desde Leon Tolstoi a Dino Buzzatti, desde Jules Renard a José Saramago, por ejemplo. La lista sería inacabable: el propio Saint-Exúpery alcanzó la celebridad con ‘El principito’, un libro más bien menor y lleno de buenas intenciones, de sentido poético más bien naïf, y tuvo menos fortuna con otros libros como ‘La ciudadela’ o ‘Vuelo nocturno’. La editorial Alfaguara ha empezado a publicar una colección titulada ‘Mi primer…’ Aunque la idea no es exactamente nueva, en la serie ya se han editado sendos volúmenes de Arturo Pérez-Reverte y Mario Vargas Llosa. Días atrás aparecían dos nuevos títulos: ‘El camino del cole’ de Eduardo Mendoza, con dibujos de Daniel Montero Galán, y ‘Ven a buscarme’ de Javier Marías, con ilustraciones de Marina Seoane Pascual, una editora, escritora e ilustradora a la que vimos hace algunos meses en el palacio de Montemuzo con una antológica de su obra.
Son dos cuentos muy diferentes. Uno, el de Mendoza, más humorístico y el otro, el de Marías, más sentimental y evocador. Mendoza, como si estuviera en la atmósfera de su personaje Gulp, cuenta la historia de una niña, Inés, que hace todos los días el camino al colegio y para no aburrirse convierte a sus vecinos en personajes imaginarios. Eso le da mucho juego, le permite jugar con los cuentos tradicionales, y así aparecen personajes como La pobre Fifí, el Ganso Pablo, el besugo Eladio, aunque el personaje más logrado es el portero de un edificio de oficinas, el señor Atunes, al que convertirá “en un bandido mexicano temido en todo el mundo” que deambula de noche haciendo fechorías como si estuviera en una película. Inés, algunas noches, se desvela con sus tiros: se asoma a la ventana y lo ve corriendo de aquí para allá con su sombrero, los cinturones cruzados llenos de balas y una inmensa sonrisa de pícaro desvelado. El trabajo de Daniel Montero encaja perfectamente con la visión humorística, y en ocasiones festiva, del cuento.
Javier Marías cuenta la historia de Héctor, que tiene una hermana menor, Marina. Los solían llevar a casa de sus abuelos, una casa que estaba muy cerca del inicio de un misterioso bosque. Un día decidieron traspasar una marca que les ponía la abuela, el límite de hasta dónde podían llegar, y se encontraron con una caja que dentro tiene la foto de una hermosa niña y una carta. La carta se dirige hacia el desconocido que la lea con un ruego: “Cuando leas esto, por favor, ven a buscarme”. Y ahí, en realidad, empieza la auténtica aventura, se abre una caja china que le llevará directamente a la hermosa Celia y una especie de círculos concéntricos en torno a los primeros amores. Al primer amor de verano. La obra de Marina Seoane es evocadora y delicada. Dos libros muy distintos, de humor y amor, de fantasía y acción, de dos autores en plena madurez. Eduardo Mendoza sigue disfrutando del éxito de ‘Riña de gatos’, la novela con la que ganó el premio Planeta, y Javier Marías acaba de publicar una de sus mejores novelas de amor: ‘Los enamoramientos’ (Alfaguara).
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