ELÍAS MORO, HOY, EN PORTADORES
Elías Moro Cuéllar (Madrid, 1959. Afincado en Mérida desde hace más de dos décadas) es un escritor bastante peculiar. Es ante todo un gran lector: curioso, atento, con un inefable sentido de la amistad. Aquí en Aragón su mejor amigo era y es Fernando Sanmartín, que viaja mucho a Extremadura a dar recitales y a ofrecer diversas lecturas. Elías ha ido ensanchando su campo de afectos, y ahora se cartea a menudo con Pepe Melero, con Olga Bernad, con muchos, con Cristina Grande, que figura en el capítulo de agradecimientos finales de ‘El juego de la taba’. Se cartea y les sorprende, nos sorprende, con un envío: libros que expurga, libros que quiere dar en muestra de cariño, libros que rescata para nosotros, pequeñas plaquettes, etc.
Elías Moro regresa hoy a Zaragoza –hace algún tiempo presentó otro volumen en Antígona, la estupenda librería de Pepito y Julia- con un nuevo libro: ‘El juego de la taba’, un libro que se ha ido forjando en su blog. Ha crecido como un cuaderno de apuntes, como un inventario de ocurrencias y vivencias, como un manual de aforismos, como un árbol de pequeños cuentos y de citas, casi como un autorretrato. ‘El juego de la taba’ (Calambur) es un árbol frondoso que lo emparenta con autores como Cristóbal Serra, Robert Walser, los diarios de García Martín, algunos textos de Fernando Sanmartín o de Juan Carlos Mestre. ‘El juego de la taba’ es un libro delicioso (frugal, inagotable, de exquisitos aromas), que se puede abrir por cualquier parte, por cualquier página. Por ejemplo, en la 144 encuentro: “La poesía no se escribe con certezas, sino escarbando en las heridas”. O “Abrimos la caja de Pandora todos los días sin faltar ni uno”. En la siguiente hallo: “Los días pasan por nuestra vida dejándonos a la intemperie”. Abro la 73 y leo: “El mar ha olvidado sus naufragios, pero recuerda los cuerpos”. O, si retrocedo un poco más, descubro: ELLA “Tiene una rosa abierta sobre el pecho, la cabeza apoyada en la mano izquierda, y una mirada entre púrpura y soñadora, como hacia dentro, encima de un chispazo de sonrisa”.
Elías Moro es un gran mujerista, está embrujado por la belleza femenina, está literalmente fascinado por los pequeños gestos y matices de la vida. Esta tarde, a las 20 horas, con la presencia de Elías Moro, claro, y de Fernando Sanmartín y otros amigos, presentaremos el libro ‘El juego de la taba’ en Los Portadores de Sueños, el coqueto local con estanterías de cartón de cuento de Eva y Félix. Poeta, narrador, ensayista, divagador de susurros, coleccionista de emociones, zahorí de tesoros y de corrientes de fábulas, Elías Moro tiene otro libro muy bonito que se titula ‘Me acuerdo’, donde rinde homenaje a Georges Perec y al arte de fabular en sí mismo. De fabular y de recordar.
El juego de la taba. Calambur. Madrid, 190 páginas. Presentación: Jueves, 26, a las 20.00 en Los Portadores de Sueños. Con el autor y Antón Castro. [Esta foto es de Jorge Armestar y la he tomado del blog Las afinidades electivas de Agustín Calvo Galán.]
Antes de editar esta nota, que también puede verse en mi facebook, rescato otro apunte que me recuerda que este libro tiene mucho humor:
"Era un hombre tan pequeño -en todos los sentidos- que no le cabía la menor duda".
3 comentarios
Mariano Ibeas -
En fin, todo no puede ser.
Un abrazo
Mariano Ibeas
Antonio Rivero Taravillo -
Javier Sánchez Menéndez -