VICTORIA DEL GARRAPINILOS 6-3
GARRAPINILLOS 6- EL BURGO 3
[El Garrapinillos vence a El Burgo de Ebro y se coloca líder en solitario, con dos puntos de ventaja, tras la derrota del Anento A Mesa Puesta y la derrota del Movera. El equipo rojillo logra su sexta victoria consecutiva.]
José Antonio Melendo, el fotógrafo, me anunció que iba a venir a hacerle fotos al Garrapinillos. Jugábamos contra uno de los equipos fuertes de la categoría: El Burgo. De poderío físico, con buenas cifras: dos victorias, tres empates y una derrota. En total nueve puntos. Durante la semana hemos tenido, como suele ocurrir con la llegada del mal tiempo, algunos resfriados. Anoche, cuando teníamos que descartar a un jugador, el centrocampista Alberto Luna me llamó para decirme que no podía jugar.
La tarde exhibía un abanico de luces: el sol aparecía y desaparecía, y con él una luz especial, a veces tamizada, a veces casi invernal. Cuando apareció José Antonio, me dijo: “Tenemos una buena luz para la fotografía”. Y para el fútbol, pensé yo. Estrenaba objetivos y creo que una cámara nueva. Me enseñó, mientras calentaban los chicos, las fotos que hace a modelos despampanantes en hoteles de Zaragoza y Huesca. Con su picardía lenta, susurró: “Algunas son menores de edad, pero están realmente bonitas y posan muy bien”. El campo estaba estupendo: en su apogeo, recién cortado el césped y con algún que otro presagio: en las porterías ya asoman las calvas, en el centro se multiplican los primeros baches, pero en las bandas está bien, como una alfombra doméstica, no como La Romareda que es maravillosa. Al final, tras solventar algunas dudas, jugamos así: Sergio Calvo; David Mateo, Jorge Beltrán, Jorge Blasco, Dani Pequerul; Diego Rodríguez, Kike Alcubierre, Enrique Romero; Óscar Cambra, Eduardo Pirri y Eloy Mateo. Quedaron en el banquillo, y dispusieron de minutos, Jorge Rodríguez, Fran, Jaime, Jesús Ángel y Alberto Rubio. Este año montamos un sistema sencillo y clásico: el 1-4-3-3. Exige mucho trabajo a los medios, mucha pelea, mucho control de balón y mucha creación, pero también logramos ser más peligrosos arriba, marcamos más goles.
El Garrapinillos se plantó pronto en el campo y tomó las riendas del choque. El Burgo realizó algunas escaramuzas de ataque, sin demasiado peligro, buscando sobre todo su extremo izquierdo. Arriba tenía delanteros peleones. Hoy, por el centro, Jorge Beltrán y Jorge Blasco fueron dos torres; Mateo fijó su posición en el lateral derecho y Dani Pequerul se iba arriba con cierta generosidad, o quizá con alguna despreocupación, pero logró ir remontando. Poco a poco empezaron a llegar los goles. Marcaron Óscar Cambra, Jorge Blasco y Eloy Mateo en dos ocasiones. Con ese resultado nos fuimos al descanso. Todo había funcionado a la perfección: el equipo había controlado el centro del campo (estuvieron a gran nivel, otra vez, todos, Diego, que no para, Alcubierre, que se fue entonando y acabó madurando su posición de eje, Quique Romero, luego Fran...), había entrado por las alas y por el centro. Y había jugado como se sueña: con calidad, con tensión y con eficacia. Con sacrificio y con constancia.
En la segunda parte, Mateo dejó su sitio a Jaime, que es un jugador que crece día a día; no es un defensa, pero es polivalente y tiene una buena salida de balón. Y Fran relevó a un enfriado Enrique Romero, que cada día va a más: dispone de más minutos y posee una enorme clase. Y luego entró Jorge Rodríguez por Pirri, que lo intentó todo, pero no logró marcar. En la segunda parte, el Garrapinillos siguió jugando a su ritmo, desbordando al contragolpe, tiró peligrosos saques de esquina, Fran falló un cabezazo a bocajarro, Blasco un remate con el pie, pero también El Burgo se vino arriba: en la segunda parte se colocó 1-4; marcó Eloy el quinto y ellos redujeron distancias con su segundo tanto; Jorge Rodríguez marcó un espléndido gol desde la derecha (miró al cielo, elevó las manos y pensó en Félix Romeo, con quien ha comido tantos fines de semana, con quien ha discutido tan menudo de fútbol), y El Burgo redondeó su tentativa de remontada con su tercer tanto. Al final, Garrapinillos 6 (con tantos de Eloy Mateo, tres, Óscar, Jorge Blasco y Jorge Rodríguez), El Burgo 3. El partido fue realmente bonito: los ‘rojos’ de San Lorenzo no bajaron la guardia: siguieron buscando el gol y un claro triunfo hasta el final del choque.
Da gusto ver tantos goles, algunos maravillosos (un golazo de falta de Eloy, por ejemplo, el gol de Jorge Rodríguez al final, etc.) y da más gusto aún ver al equipo serio, compacto, imaginativo en muchos momentos, y con ambición de victoria. Da mucho gusto ganar así con tanto público en el campo; entre ellos, algunos componentes del grupo Voyeur o el pintor Lalo Cruces. Para el final, si no mienten los resultados que nos han ido diciendo, tras la derrota del Movera y del Anento A Mesa Puesta, el azar de los domingos reservaba una agradable sorpresa: el Garrapinillos se coloca líder, con dos puntos de ventaja sobre el segundo (Anento) y tres puntos sobre el tercero (Movera). Lo mejor, más allá de lo que dice la tabla de la clasificación, es la ilusión del colectivo, de los veintidós jugadores, y de la afición. El campo de San Lorenzo disfruta con su equipo, con este equipo de Primera Regional, y con todos los demás de categorías inferiores, ocho más, creo.
José Antonio Melendo hizo muchas, muchas fotos. “Capté todos los goles del Garrapinillos y también los que recibió el Garrapinillos”, dijo con su bondadosa sonrisa. El domingo, otro choque apasionante fuera de casa: Anento-Garrapinillos. Eso sí, regresa Javier Lacabe, que hoy estaba excluido por acumulación de tarjetas.
*En la foto de Archivo de Aloma Rodríguez, Diego Rodríguez pelea por un balón cerca de Óscar Cambra.
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