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Antón Castro

VILLAGRASA, HOY, EN ÁMBITO CULTURAL

VILLAGRASA, HOY, EN ÁMBITO CULTURAL

ENRIQUE VILLAGRASA PRESENTA EN ÁMBITO: ‘MUDANZAS DE LA VOZ’

Esta tarde, a las 19.30, en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés, Enrique Villagrasa (Burbáguena, Teruel, 1957) presenta su nuevo poemario: ‘Mudanzas de la voz’, un libro sobre la poética del silencio, donde el autor habla de amor, de memoria, del miedo, dialoga con una especie de alter ego en torno a la construcción de la poesía, a la manufactura más íntima del poema. Por ejemplo, se lee: “La nada habita,/ concupiscente, / en el no ser / de tu poema”. O dice: “El último verso / de la estirpe del silencio”.  O irrumpe un haiku como este: “Los trinos callan. / Los pájaros conocen / lo que tú sufres”. En el acto, Enrique Villagrasa, crítico de poesía también y vate traducido a diversas lenguas, estará acompañado del editor Raúl Herrero, de la poeta e investigadora Almudena Vidorreta y del escritor Antón Castro. (Las fotos son del fotógrafo Raphael Mazzucco, que también suele pintar sus instantáneas, muy elaboradas).

 

Copio aquí el poema favorito del libro del propio poeta:

 

EL MIEDO

Por Enrique Villagrasa

 

De tanto miedo, miedo no siento,

y es que ritos al miedo

desde el inicio del mundo.

 

El miedo mueve el mundo.

Es la fuerza negra de mi poesía,

la que no puede travestirse,

la que junta a los débiles.

 

Un inmenso pánico en cada poema:

¿es eso el miedo?

¿Y tú me lo preguntas?

Miedo eres tú.

Porque entre lo que parece

y lo que está dentro

el umbral es el miedo.

¿Y el dintel?: tu terror.

 

Además, pensar la vida en prosa

es una manera de definir el miedo.

Es una forma de dejar pasar lo más vivo.

Tú poeta, nunca tendrás paz,

-yo no tengo paz,

-tengo miedo.

Ahí, pues, tienes el pebetero

donde arde tu pavor:

                                 incienso de tu religión.

 

Volver, regresar. ¿Hay olvido

en el noviciado del miedo

o el olvido del novicio es miedo?

Ya es tarde para filosofar. Medianoche.

Pero decidme por último:

dónde ocultaré mi miedo,

porque mi miedo no es fácil de esconder.

 

¿Tú, ya has visto, cada noche,

cuándo el sueño y su luz,

a la hora que el miedo te arropa

a esa vieja araña húmeda que está

en el ángulo oscuro del  techo de la habitación?

 

El miedo no está marcado en mi frente.

Todo se repite y el miedo acaba

con el resplandor de la mañana.

Voy a seguir, voy a volver,

viviré sin miedo,

aunque el epitafio final no está escrito.

 

 

Un rescoldo de miedo remueve

el saber telúrico del poema.

Tus restos quedarán perdidos

en el osario de Burbáguena.

Así, pues, miedo al miedo,

en las puertas de noviembre,

en la casa del pueblo.

 

              

Poema de “Mudanzas de la voz”, en la colección ‘Los libros del señor Nicolás’ (Libros del Innombrable, pp. 30-32, Zaragoza, 2011)

 

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