DOS POEMAS DE ANTONIO LUCAS
[Antonio Lucas acaba de publicar su poesía en un volumen en Visor: ‘Fuera de sitio’. El periodista del diario ‘El mundo’, editor de Francisco Umbral para Círculo de tiza, me envía dos poemas: ‘Hombre a oscuras’, que pertenece al capítulo final de inéditos, y ‘Fuera de sitio’, que pertenece a su libro ‘Los desengaños’ y que da título al conjunto de cinco libros y 360 páginas.]
HOMBRE A OSCURAS
[A Vera y Jesús Ruiz Mantilla]
De la noche recuerda lo que no ha sido el sueño.
Tu cuerpo y su cuerpo, el cataclismo de abrazos.
Las voces de afuera.
La vida creciendo con su infernal abalorio
y su ruido en nosotros.
Va para un año que estamos aquí
sin avistar aún naufragios,
y somos despacio la fundación de otra selva,
el caldero que acoge lo que dos se descubren,
las palabras rehenes,
el contigo que avanza de mi noche a tu lumbre.
Te he visto a mi lado, rumbo ciego a deshoras,
enmudecer como un pecho.
En redonda unidad
dibujar una infancia
para amarme otra vez
o hasta odiarme despacio.
Este íntimo hambre de saber que aún no duermes,
pero estás a mi lado.
Esta arteria de sombra.
El sanar en lo oscuro la herida del día
con secreta herramienta de voces,
con cruda progenie de manos.
Qué falta de ti en lo callado del cuarto.
Cómo insiste el idioma en lo que nunca se ha escrito.
Hay certezas que calman sin ocupar el espacio,
y calientan los vientres,
y retardan la nieve en la provincia del daño.
Hay una esbelta piedad en la nunca aprendido,
mundos de sol donde ya no amanece.
No muy lejos de ti un hombre respira con casera intemperie.
Su insomnio es amor,
lento oficio y remedio.
Aceptar la pendiente de una luz que se apaga
es su sólo ademán de estar quizá solo.
Y pregunta a su sangre.
Y responde a sus ecos.
Y es un árbol vibrando.
Y al callar se rebela.
Y se sabe memoria
de otras noches en vilo
extrañando en lo hondo (con ojos abiertos)
un contorno templado,
un nocturno calor o lingote de cuerpo.
Y es el más alto don ese estado de alerta,
ese tiempo tan quieto.
Pues quien no conoció la tristeza
ignora que amar no hace ruido.
(Inédito)
FUERA DE SITIO
Imagina que el tiempo sólo es lo que amas:
unas pocas palabras, unos seres exactos,
unas horas muy lisas, una playa (quizá)
donde el daño no acecha.
Imagina la vida como no lo es ahora,
no quiero decir como algo perfecto,
sino un resplandor, cierto abril de muy lejos,
un tributo al azar sin otro destino
que el confín fugitivo de un eco sin rostro.
Y después cualquier cosa.
Con qué precisión va la edad hilvanando el espino.
Y qué extraña la urgencia de ir en pie hasta la ola,
celebrar lentamente que aniquile mi huella,
mi escritura de hombre, mi certeza de surco,
ser la alta misión de lo que nunca concluye
como no cierra el mar su recado en la orilla.
Pero no es estar quieto la razón ni la meta,
sino un querer más pequeño, una conquista más clara:
ver la vida llegar de su noche a tu noche
en un cuerpo ajeno,
pronunciar su silencio,
abrazar su alambrada,
desear su vacío,
delirar sin camino, sin mapa, sin fuego,
hasta el tiempo sin tiempo
del país que no haremos.
(De Los desengaños)
*La foto es de Begoña Rivas.
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