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Antón Castro

GUILLERMO BUSUTIL Y A. CARVAJAL, PREMIOS DE LA CRÍTICA DE ANDALUCÍA

GUILLERMO BUSUTIL Y A. CARVAJAL, PREMIOS DE LA CRÍTICA DE ANDALUCÍA

A. J. LÓPEZ / Ideal de Granada

A Guillermo Busutil le lleva su tiempo «perseguir una frase». Un luego otra. Y otra más. Y así hasta componer una historia. Y luego otra. Empleó, por ejemplo, unos dos años en tejer las trece narraciones que componen ’Vidas prometidas’, el primer libro de relatos que obtiene el Premio Andalucía de la Crítica en las dieciocho ediciones que lleva celebradas.

«Ya era hora de que el género tenga un reconocimiento análogo a la novela. Además, me parece muy destacable que la distinción sea para una obra editada por una firma independiente», comentaba ayer el escritor malagueño tras conocer el fallo del jurado. En sus primeras palabras, además, se acordaba Guillermo Busutil que la firma que ha llevado ’Vidas prometidas’ a las librerías: Tropo editorial de Zaragoza.

Esa distinción a pequeñas editoriales periféricas ha sido un denominador común en los galardones dados a conocer ayer por la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios. Así, la obra ’Un girasol flotante’ de Antonio Carvajal que se alzó con el premio en la modalidad de poesía lleva el sello de KRK; mientras que ’Los que miran el frío’ de Francisco Onieva, declarada mejor opera prima, está editada por Renacimiento.

En su lectura del fallo, el jurado destacó de ’Vidas paralelas’ la «mirada cervantina de profunda humanidad» y la «contemporaneidad indiscutible» que ofrecen unas historias. Textos «que hablan sobre asuntos actuales como la crisis económica, la soledad de la tercera edad o la violencia de género», en palabras del escritor malagueño.

Apuesta por la reflexión

Busutil también reivindicó su obra como «una apuesta por la reflexión». Al mismo tiempo, el autor de libros como ’Moleskine’, ’Nada sabe tan bien como la boca del verano’ o ’Drugstore’ se mostró «muy agradecido» por haber obtenido una distinción «ante competidores y amigos de la talla de Justo Navarro o Antonio Muñoz Molina».

El Premio Andalucía de la Crítica, promovido con la colaboración de la Junta de Andalucía y de la Obra Social de Unicaja, carece de dotación económica, pero cuenta con un amplio prestigio en el sector. Los galardonados en esta edición número 18 recibirán el próximo 8 de junio en Córdoba una estatuilla del escultor Andrés Alcántara y reproducida por la Escuela de Mármol de Andalucía.

 

*La foto de Guillermo Busutil, que ha publicado su libro en el sello Tropo y que pasó por Los Portadores de Sueños y por ’Borradores’, es de su mujer Pepa Babot.

 

DIÁLOGO SOBRE ‘VIDAS PROMETIDAS’ (TROPO)

DE GUILLERMO BUSUTIL

[Guillermo Busutil acaba de recibir el premio Andalucía de la Crítica por su libro ‘Vidas prometidas’, que ha publicado el sello aragonés Tropo. El libro se presentó en Los Portadores de Sueños. Entonces, conversé con Guillermo para HERALDO y publicamos esta entrevista. Reproduzco aquí la portada de Óscar Sanmartín Vargas.]

 

 

 

Guillermo Busutil (Granada, 1961) es un escritor de libros de cuentos perfectamente unitarios de tono, de tema, de atmósfera, de aliento simbólico. Hace unos días, en compañía del escritor Félix Romeo, presentaba en Los Portadores de Sueños un nuevo volumen: ’Vidas prometidas (Tropo. Zaragoza, 2011), que consta de trece relatos largos y de otros quince, «que funcionan como anuncios publicitarios y a la vez como microrrelatos».


¿A qué se debe esta pasión, casi obsesión, por el cuento?

Nace de mis propios orígenes de escritor: por una parte, como autor nacido en los 60, fue muy importante para nosotros la narrativa latinoamericana del ’boom’, y ahí había muchos cuentistas: Borges, Cortázar, Bioy, Felisberto Hernández, que es anterior y mi favorito, Juan Rulfo. Y por otra parte, están mis raíces rurales.


Explíquese.

Yo nací en Granada, y me crié en el Albaicín y en el pueblo de Víznar, conocido porque en su barranco dicen que fue fusilado García Lorca. Allí, se contaban muchas historias y cuentos: de miedo, de lobos, de ahorcados, de aparecidos tras la tormenta o la lluvia. Mi abuelo tenía un molino de aceite en las afueras del pueblo y allí, probablemente, estuvo Lorca antes de ser asesinado.


Con esos mimbres, tenía que ser escritor. ¿No?


Empecé a escribir desde muy joven. A los ocho años ya escribía relatos, pequeñas novelas del oeste: hacía un ejemplar único y lo vendía en el colegio por diez o quince pesetas. Los compañeros lo compraban a escote.


Eso lo cuenta en el primer cuento, ‘Estrella sin ley’. Ese joven, fascinado con las películas del Oeste, con Giuliano Gemma y con un joven en moto, en una Bultaco, es usted.


Esencialmente soy yo. Y en el cuento -sobre la amistad, el amor, la complicidad y los sueños-, también se rinde otro homenaje al cine y a sus héroes: el joven que se marcha después de haber dado un escarmiento a los malos se parece un poco al Alan Ladd de ’Raíces profundas’.


¿Le marcó el más que probable hecho de que García Lorca estuviese en el molino de su abuelo?


En cierto modo. A los 14 años, cuando llegó el verano, yo iba corriendo al pueblo a encalar la casa con el secreto afán de encontrar un poema inédito, algo de Lorca. Lo que fuera. Y con quince años también me apunté a los trabajos en el río para encontrar vestigios de la Guerra Civil: encontramos un máuser, casquillos de bala... Hay otro cuento autobiográfico en el libro.


¿Cuál? ¿’La siesta de Odiseo’ quizá? ¿La historia del abuelo que le leía las aventuras de Ulises y de Moby Dick a su nieto?

Ese relato es esencialmente real. Yo debía ser un poco bala: había matado dos gallinas y mi abuela me ataba a la pata de la mesa. Una vez, cuando vino un circo, me escapé y me extravié dos horas entre las jaulas de los tigres y los leones, hasta que una trapecista dio conmigo. Mi abuelo me leía después de comer y hasta que bajaba el sol libros extraordinarios: primero viajaba conmigo por el diccionario y luego él me leía a Homero, a Melville y su ’Moby Dick’, a Stevenson y ’La isla del tesoro’. Ahí digo que «el aburrimiento es el pecado más grave».


¿Cuál es el espíritu de sus libros?

Redacto libros de cuentos con una poética común. Y aquí la poética específica es la de las promesas que nos ofrece la vida. También me gusta usar una mirada directa y sensible sobre la compleja realidad contemporánea, y hablo de los hechos infinitos de la realidad, de sus matices. Creo que todo eso se percibe en un libro variado, donde habla de la figura del escritor, de la maestra a la que sorprende el destino, de los secretos de una familia, de la política.

¿Cómo definiría su estilo?

La mía es una prosa contaminada por la poesía, delicada y meticulosa. Mis cuentos tienen sorpresas pero no golpes de efecto. Y a mí me gusta cuidar el lenguaje: la patria del escritor es el lenguaje, que es un protagonista más, y en el fondo un escritor es un ladrón de voces y de vidas humanas que busca el mejor lenguaje.


¿Por qué hay personajes que se apellidan Proust, Gide, Poe?

Me gusta mucho crear personajes, darles una psicología. Los nombres son importantes. Pero, además, este es un libro de homenajes, a los autores que ha citado, pero también a James Joyce.

1 comentario

santi -

Un libro maravilloso el de Busutil y lo arropó muy bien en Portadores con félx.