'SEDUCCIÓN': UN DIÁLOGO
[El pasado viernes, en compañía de José Luis Melero Rivas, presenté el libro 'Seducción' (Olifante, 2014) en la Feria de Huesca. Myriam Martínez, jefa de cultura, me mandó esta entrevista que ha publicado hoy en el 'Diario del Altoaragón'.]
¿Qué es la seducción y qué es su poemario 'Seducción'?
Cautivar, hechizar, conquistar, deslumbrar, sojuzgar el ánimo de alguien con buenas artes y ponerlo de tu parte para lo que se tercie: conversar hasta el fin de noche, pasear, cantar, bailar y también lo otro, si los cuerpos se inclinan hacia la tentación más más hermosa. Seducir es enamorar un poco con la vista, con la palabra, con la alegría. Y para mí seducir también es embellecer el paso del tiempo y someterlo un poco a tu antojo. Seducir aquí es vivir con emoción lo que has soñado alguna vez. Pensar, por ejemplo, que Debra Winger te hace caso por un instante.
¿Es usted seductor, le gusta seducir?
A todos nos encanta seducir, pero no tengo conciencia de ser un seductor. En todo caso, quizá sea a veces un seductor a través del lenguaje y la cordialidad. Y quizá la búsqueda de la felicidad, en las pequeñas cosas.
Destaque tres aspectos de su libro
Es un libro donde hablo de historias de amor propias, historias de amor ajenas, donde rindo homenaje a algunos amigos y maestros inolvidables: Javier Tomeo, Félix Romeo, Julio Antonio Gómez, Ana María Matute, José Angel Valente. Es un libro sobre la huella insobornable de los afectos; entre ellos, mi madre tiene un protagonismo especial, aunque ella no lo sabe y sospecho que no se creería lo que digo. Es un libro de texturas, de olores, de mujeres hermosas a las que has esperado y sigues esperando en las regiones de mi imaginación.
Indíqueme, por favor, si ha publicado algún otro libro este "curso" ...
Mi último libro publicado fue ‘El dibujante de relatos’ (Pregunta), un libro de amor a la ciudad, a los amigos, a los paisajes, a la memoria, a un dibujante como Juan Tudela y al cuento como género literario. Y también al poema en prosa.
Qué es lo más curioso o bonito que te ha pasado en relación con este libro
Me han pasado algunas cosas realmente bonitas. Por ejemplo, José Luis Melero lo recibió y no pudo abandonarlo en toda la noche; dos días después volvió a leerlo. Luis Alegre me dijo que no me había leído nunca nada tan emotivo como el poema ‘Amor de madre’ y ayer el cantante y compositor David Angulo me escribió, vencida la medianoche, para decirme algo parecido.
Usted es poeta hasta en sus libros de narrativa, ya lo dice José Luis Melero, que además le prologa el libro. ¿Se reconoce así?
Probablemente. Pepe me conoce muy bien. No he escrito poemas hasta los 50 años, de manera específica, y creo que la poesía está en todos mis libros de narrativa. La poesía, el poder de la palabra, amasada con imágenes, atmósferas y sensaciones, está presente en todos mi libros, incluso los de periodismo. Un libro como ‘Veneno en la boca’, de entrevistas con escritores aragoneses, está lleno de poesía, sobre todo en el retrato de cada autor.
También dice Melero que en este poemario nos abre su corazón y nos hace confidentes. ¿Qué no nos había contado aún?
Algunas cosas. El arsenal de la memoria y de los recuerdos inventados es casi infinito. Aquí cuento una de las historias de amor más bellas, por imposibles (es una historia que solo existió en mi cabeza), hacia una joven a la que nunca le dije nada. Solo la miraba y la perseguía por los pasillos de las aulas en los días de lluvia.
¿Puede ser éste uno de los libros en los que más se ha desnudado?
Probablemente. Hablo de los meandros del corazón y de los sentimientos a través de las vidas de otras personas, como sucede en la primera parte del libro, ‘Una historia de amor’, nueve poemas, o en algunos homenajes. A veces, a través de la ficción, creo que hago inequívocas declaraciones de amor, de deseo y de sueño. El amor, como casi todo, nace en el cerebro, esa esponja tan enigmática como la pasión.
Por cierto, usted ha prologado el libro de Luz Rodríguez, otro poemario que se presentó hace unos días en la feria. Dígame algo de él.
Me gustó mucho. Conozco a Luz Rodríguez desde hace años, aunque apenas había leído sus poemas o sus relatos, y cuando leí ‘El pez de la despedida’ me pareció conmovedor. Es una historia de amor que participa de sus ingredientes habituales: el embeleso, la complicidad, el erotismo, la amenaza de la ruptura. Es un libro con música del alma, compuesto con palabras cargadas de sentido. También he prologado ‘La mirada del esparvel’ de Ángela Abós: un libro que resume una vida y una forma de estar en el mundo a través de artículos –muchos se han publicado en el ‘Diario del Altoaragón’- cargados de memoria, de sensibilidad, de conocimiento, de evocación y de compromiso.
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