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Antón Castro

FERNANDO LALANA: UN DIÁLOGO

FERNANDO LALANA: UN DIÁLOGO

A Fernando Lalana (Zaragoza, 1958), Premio Cervantes Chico, le gusta experimentar con los géneros narrativos. Publica ‘Kansay city’ (Bambú / Casals), del oeste, y ‘A contraluz’ (Mira editores), de erotismo para jóvenes.

 

“El verano es un tiempo

 de euforia y la estación

del amor y el ligue”

 

-En este primer semestre del año ha publicado tres libros.

-Sí. A veces se concentran en torno al Día del Libro, que resulta maravilloso, y la Feria del Libro, que fue decepcionante. Vender un libro ha sido más costoso que nunca y, además, había poca gente.

-Aparece en el volumen coral: ‘Diez miradas. Para quienes nos enseñan a leer’ (Loqueleo). ¿Quién le enseñó a leer?

- Mi padre, que era constructor, tenía un cuarto con biblioteca. Era socio de Aguilar, pagaba una cuota y cada cierto tiempo aparecía por casa un comercial para ofrecerle las novedades y era un buen cliente de la librería Universal. Mi pasión por la literatura, y por la lectura, se la debo a él.

-A sus padres les dedicó su primera novela del oeste, y acaba de publicar la segunda: ‘Kansas City’.

-Es cierto. Aparece en Bambú/ Casals, de nuevo. Y nació de una especie de proyecto al que llevaba dándole vueltas algún tiempo. Quería escribir subgéneros que no había abordado: el terror, la novela empalagosamente romántica, el western y la novela erótica para jóvenes.

-Quedémonos un instante en el western.

- Un día mi editor Jordi Martín me dijo: “Empieza por el western. He soñado que se ponía de moda”. Y así nació ‘Una bala perdida’, que es una historia detectivesca que transcurre en Nebraska, protagonizada por George Macallan. Allí moría la mujer de su vida, Alicia Camarasa. ‘Kansas City’ es la continuación de su historia ocho años después. Es una novela más crepuscular, llena de aventuras y de acción, clásica, aunque también hay detectives a través de la agencia Pinkerton.

-¿Qué le interesa del oeste?

-Es un género que no había tocado. Me apasiona la tarea de documentarme: investigar para escribir de algo que no sabes me parece un privilegio. Y hay otro factor casi sentimental: yo soy muy admirador de Francisco González Ledesma, que empezó escribiendo novelas del oeste, bajo el seudónimo de Silver Kane. Decía que ahí había aprendido a escribir. Ya de mayor, recordó aquella época y publicó una novela deliciosa: ‘La dama y el recuerdo’. Cuando la leí, me entró el gusanillo.

-A la vez que ‘Kansas City’ también aparece en Mira editores ‘A Contraluz’, que es su novela de erotismo para jóvenes.

-No era fácil que les interesase a mis editores habituales. Poligone Education de Pamplona hizo una edición digital. Joaquín Casanova siempre me había pedido un libro y pensé que este podía ser el idóneo. Y aquí  está.

-¿Qué dificultades ha tenido?

-Escribir erotismo para jóvenes entraña sus riesgos. No puedes ni irte por la tangente, ni ser blando o irreal, tienes que interesarle. Y a la vez los jóvenes son más bien románticos y les gustan que los libros acaben bien, que las historias de amor se cierren. Aquí he contado la historia de un joven, Eduardo, enamorado de una chica, Elisa, pero todo se complica un poco más.

-¿Se dan esas ‘nude partys’ de las que habla en el libro?

-Sé que existen, claro, aunque esta es inventada. Recuerdo perfectamente que en los años 70, poco antes de la muerte de Franco, en Zaragoza yo participé en una de ellas. Una o dos veces, en una de esas casas con piscina, rodeado de amigos y todos desnudos, de 16, 17, 18 años. Aunque allí no sucedían las cosas que pasan aquí, donde hay un muerto.

-¿Qué vínculo existe entre el verano y el amor?

-Yo creo que el verano es la estación del amor, del ligue. Mis primeros amores fueron en verano: es un período de euforia, de entusiasmo, de las salidas de casa y es el tiempo de la playa, que también es un buen escenario para el amor.

-Se ha encontrado, en sus visitas a colegios e institutos, en chicos tan leídos como los de ‘A contraluz’.

-La verdad es que no mucho. Eso sí, cuando alguien te pregunta por Stanley Kubrick, es maravilloso.

-¿Qué libros nos recomendaría para este verano?

-‘Veinte poemas de amor y una canción desesperada’ de Pablo Neruda, que me sigue pareciendo un libro deslumbrante y que contiene todo el amor. Recomendaría un autor, Pierre Lemaitre, del que recomiendo ‘Nos vemos allá arriba’, sensacional, y ‘Camille, y ‘La isla de Bowen’ de César Mallorquí, con quien me siento muy identificado.

 

*Este texto ha aparecido en la contraportada de HERALDO. La fotografía es de Oliver Duch.

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