SÁNCHEZ VIDAL HABLA DE 'VIÑETAS'
Agustín Sánchez Vidal acaba de publicar su novela más personal, 'Viñetas', en Harper Collins. En esta conversación da algunas claves sobre un libro que indaga en la familia, en el peso del pasado, en los vínculos con la tierra y en los valores del arte como el elemento de conocimiento y de transformación. La foto es de José Miguel Marco, fotógrafo de Heraldo, donde apareció una amplia selección del texto.
-¿Qué novela te habías planteado: una novela sobre la tierra, sobre la memoria o sobre la familia?
--No tenía una idea deliberada en la temática o en el tratamiento que iba a darle. Si acaso, recrear cómo era este país en el momento en que empezó a cambiar en los años 1960. Lo que más pesó es lo agotado que quedé por la documentación que me habían exigido las tres novelas anteriores. Lo que buscaba era no distraer energías en esa parte preparatoria, sino sacarlo todo o casi todo de mi memoria o de aquello que conocía
-¿O quizá sobre la presencia del arte en nuestra vida: el cómic, la fotografía y el cine?
--Es que una historia como esta --que trata de las gentes de a pie, y de una España donde casi todo escaseaba-- había que contarla en sus propios términos, con materiales pobres. Y lo que normalmente tenías a mano eran los tebeos, la radio y el cine. Las fotografías no eran tan de diario, sólo se hacían en momentos especiales.
¿No puede leerse como una novela de formación: la de Miguel, sin duda, la de Toño, su hermana, la de Candela, la de otros como el Ceuta, el Carioco, el infausto Salva…?
--Aunque no me lo propuse, al final creo que ha quedado así. Casi todos esos personajes están entre la infancia y la adolescencia, que es una edad muy inestable. Y supongo que todo deriva del hecho de que la propia España se encontraba en uno de esos procesos de cambio.
-¿De qué imágenes o percepciones u obsesiones ha nacido este texto?
--Traté de hacer aflorar todas esas sensaciones que se te quedan grabadas cuando las tienes por primera vez, y que luego se desgastan por la costumbre. Tienen que ver con la vida en el campo, con el descubrimiento de las primeras escaramuzas de todo tipo, cómo empieza a entreverse de un modo nebuloso la amistad, el sexo, el mundo adulto…
-Me resulta difícil leer 'Viñetas' al margen de tu propia vida y de tu propia formación. Sé que es una pregunta absurda y tópica, pero ¿qué habría por aquí vinculado a tu propia vida, a tu biografía?
--Más que una novela autobiográfica, trata sobre todos nosotros. He recogido cosas que me han pasado o que he visto a mi alrededor, u otras que me han contado.
-Hablemos de los protagonistas: por lo regular, están envueltos en el misterio, en la intriga. ¿Sería la novela en el fondo un viaje hacia la luz?
--Seguramente, pero tras haber ahondado primero en lo más oscuro, todo lo que hay de opaco en la tierra, en la ciénaga de ese barrio y sus personajes.
Llama la atención la estructura del libro: las voces y los flash backs, ¿Qué estructura buscabas?
--Supongo que el libro terminó teniendo esa forma porque no me quedó otra. Es una estructura fragmentaria, llena de elipsis y sobreentendidos, porque trabaja en los intersticios. El lector debía sentirse obligado a implicarse para completar la historia, haciendo aflorar sus propios recuerdos. He tratado en todo momento de rehuir las identificaciones de tipo melodramático, que son casi inevitables cuando hablas de la familia. Quería un tono sobrio, seco y preciso. Pero, claro, el que lo lee tiene que tener alicientes para seguir pasando las páginas, debe sentir que aquello le concierne.
Una de las frases que explica los equívocos del libro podría ser: “pueblo pequeño, infierno grande”.
--Si, es un detonante que termina disparando, a su vez, otros mecanismos, como las fichas de un dominó.
Uno de los grandes personajes del libro es Toño. ¿Como lo definirías, qué representa? Esa pasión por el cómic, por el cine…
--Es un manitas, alguien que hereda del padre su capacidad de expresarse, más que a través de las palabras, a través de las imágenes y las cosas. Le cuesta arrancarse, pero es muy tenaz y de largo recorrido.
El gran personaje femenino, más que Julia o la misteriosa madre de Miguel y Toño, ¿sería Candela, esa chica explosiva que acaba regentando un prostíbulo?
--Candela quizá sea el personaje más fascinante, el más turbio e imprevisible y con mayor capacidad de hacer gravitar todo en torno suyo.
¿En qué medida has querido hacer arquetipos?
--En los personajes, desde luego, no. Lo que sí hay es un trasfondo ambiental que desde otra óptica podría considerarse “telúrico”. Y digo desde otra óptica porque no es la mía. Lo que yo percibo en la tierra es la riqueza inagotable de la cultura agraria, que para mí es algo muy concreto y tangible, surco a surco.
Me encanta ese fotógrafo don Godo. Es quizá la historia más fantástica y poética del libro…
--El personaje procede del mundo de Rafael Azcona, es hijo suyo, y por eso lleva su apellido. Está inspirado en uno real, que nunca terminaba de hacer su gran foto porque la ciudad y el paisaje no acababan de estar bien compuestos. Lo he emparejado con un barquero manco, Paco, que también era un personaje real, y en más de una ocasión Rafael Azcona y yo hablamos de lo que había en ellos de leyenda.
¿Por qué has dado, de manera tan decidida, un salto hacia lo contemporáneo, que estaba en una de las historias de ‘La llave maestra’?
--Es que lo que se cuenta en Viñetas sólo tenía sentido en las épocas en las que transcurre, y vistas desde la óptica actual, de ahora mismo.
También hay en la novela un componente telúrico, de lirismo seco. ¿Te has sentido cómodo en este nuevo registro?
--Totalmente cómodo. En otras novelas anteriores era mucho más complicado porque tenía que recrear el castellano del siglo XVI o del XVIII, mientras que aquí puedo escribir tal cual.
Nunca se dice donde sucede la historia... Parece deliberado y citas Zaragoza... ¿Debe pensar que sucede cerca de Zaragoza, que has pensado en un pueblo de Logroño tal vez?
--Es deliberado. Puede deducirse que la parte que transcurre en el pueblo está cerca de la frontera con Portugal y tiene que ver con Salamanca. La del barrio y la ciudad está situada a orillas del Ebro y he tenido presentes lugares de mi infancia y adolescencia en Logroño. Pero podría ser cualquier otro lugar.
¿Cómo va tu libro sobre Orson Welles en España?
--Es una novela y ya está acabada la primera versión. En el fondo habla de lo mismo que Viñetas, del cambio de todo un país que es el nuestro, pero desde un punto de vista totalmente diferente.
*Agustín Sánchez Vidal acaba de publicar su novela más personal, 'Viñetas', en Harper Collins.
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