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Antón Castro

'EL OJO DE LA CERRADURA', UN CUENTO DE ISABEL SEVILLA

'EL OJO DE LA CERRADURA', UN CUENTO DE ISABEL SEVILLA
"No existen más que dos reglas para escribir: Tener algo que contar y decirlo".  Oscar Wilde
 
Isabel Sevilla en su pequeño libro de relatos nos cuenta esas cosas de la vida que a la mayoría nos pasan desapercibidas, aquí tenéis un breve relato de su libro, sobre un tema muy actual: El maltrato. La foto es de Sonia Sieff: Natalie Portman.
 
EL OJO DE LA CERRADURA
Por Isabel SEVILLA
Soy el ojo de la cerradura de una puerta,que para cualquiera es un objeto útil y nada más, pero están equivocados, yo escucho y sobre todo veo... En la casa que me "ha tocado estar” veo muchas cosas y no todas buenas, escucho gritos, lloros, reproches, amenazas y me duele. Si pudiera elegir hubiera querido “vivir” en una puerta de entrada a una casa donde reinaran las risas, la educación, los niños, sobre todo ellos, dan tanta alegría. Yo sé que otros compañeros míos, llevan una vida más ajetreada que la mía, los niños entran y sacan sin parar las llaves a través de nosotros, cuando llegan del cole, van a jugar, salen a divertirse, vienen a verlos amigos, familia, y cada vez, entran y salen las llaves de ese hogar por el ojo de la cerradura. Tengo miedo por ella, la mujer que vive en casa, la que tan apenas usa la llave, muchos días, demasiados los pasa en casa, yo la veo...de la cama, al sofá, habla por teléfono, casi siempre miente, le dice a alguien al otro lado de la línea: estoy bien, muy bien, él es bueno conmigo. Miente, yo sé que miente, él no es nada de lo que ella dice. Por las mañana cuando él mete la llave en mi cerradura y cierra la puerta, sé que ella respira profundamente y piensa: se ha ido, voy a estar unas horas “tranquila”, no me gritará, no me reprochará, puedo hacer lo que quiera, oír música, leer, pero mejor no salgo de casa, si salgo y él se entera, se enfadará mucho más. Y ella y yo sabemos que cuando se enfada grita y mucho; a ella le duelen sus palabras y a mi me duele lo que le dice y como se lo dice.
Un día sé que ella, la mujer que vive en la casa que yo “guardo”, se llenará de valor y se irá, dejará la llave que entra en mi ojo, en el mueble que esta al lado de la puerta, sí, ese con figuras de cristal y velas de olor, esas velas que cuando él se va, ella enciende y se llena toda la casa de olor y el fuego de las llamas de las velas juegan con las sombras del piso, y que yo veo, huelo y me gusta, y me gusta más porque se que a ella le gusta.

Me quedaré con un hombre solo que tan apenas me usará y siempre lo hará con brusquedad, cuando se va de casa y pega un portazo que hace que me duelan todos los tornillos que me sujetan y cuando vuelva a casa, a esa casa que estará vacía, no tendrá calor ni olor de hogar, algo que ella siempre a querido tener y que él no ha sabido ni sentir ni conservar.

Pero estaré feliz por ella, porque quiero pensar que habrá encontrado otro ojo de cerradura en una puerta, que al abrirse entrará a un remanso de paz y amor, ella volverá a sonreír y sobre todo, algo muy importante, dejará de sentir miedo cuando oiga la llave atravesando la cerradura.
*Texto de Isabel Sevilla. 
  

1 comentario

Isabel Sevilla Moreno -

Muchas gracias Antón por publicar uno de mis pequeños relatos.
Te dejo la URL de mi blog por si tú o tus lectores queréis conocer las razones, inquietudes, los motivos o sentimientos que me han llevado a publicar estos "Momentos de vida"

http://voyaescribir55.blogspot.com.es