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Antón Castro

PEDRO UGARTE: UN MICRORRELATO GENIAL

PEDRO UGARTE: UN MICRORRELATO GENIAL

 

 

Los libros, los cigarrillos, tu hijo y sus juguetes, el rostro de tu esposa.

Estás en casa, y es de noche, y apagas la última luz. Qué extraño: de pronto todo desaparece.

 

PEDRO UGARTE. De Materiales para una expedición.

 

[Llevo algunos días leyendo el libro Soplando vidrio y otros estudios sobre el microrrelato español de Fernando Valls, aparecido en Páginas de Espuma. Me encuentro con esta deliciosa pieza, y me alegra el despertar. Esta de Augusto Monterroso quizá no sea inferior al del dinosaurio: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí". La foto de Lupita es de Adrián Mendoza.]

Hoy me siento bien, un Balzac, estoy terminando esta línea.

13 comentarios

Carlos de la Fe -

Sobre la "moda terminológica", comentar (para macrocerebros) que el término lo acuñó por primera vez en 1981 Dolore M. Koch en la revista Hispamérica (X, 30, pp. 123-130) en lo que fue su tesis doctoral titulada “El microrrelato en México: Torri, Arreola y Monterroso”.
Digamos que tiene unos añitos más que la compilación de Fernández Ferrer.

Pedro -

Estimado Antón.
Gracias por la gentileza de haberme citado.
No ha conmovido a tus comentaristas, pero a mí sí, por circunstancias tan egoístas como obvias.
Un fuerte abrazo.

Manchas de tinta -

Gracias por la recomendación. Me gustaría mencionar una compilación realizada por David Lagmanovich titulada "La otra mirada" (Menoscuarto, 2005) Un saludo a todos.

Dalton Bert -

Buenas tardes a casi todos.

Para los interesados en los llamados 'microrrelatos' (llamados así habitualmente por microcerebros) hay un libro muy recomendable: 'La mano de la hormiga', compilación de Antonio Fernández Ferrer, autor además de una (iba a decir imprescindible) muy buena introducción.

Se publicó hace ya unos cuantos años, tantos que ni siquiera habla de microrrelatos, dejando en evidencia la moda terminológica.

Por supuesto, un lector avezado no tendrá excesivo problema en encontrarlo rastreando emules o, si prefiere el método tradicional, bibliotecas.

Niggerman -

Imaginaba algo del estilo de lo que aquí, apresuradamente, bosquejas (y te agradezco, Fernando). Va de suyo. Leeré tu libro (pero ¡cuándo, ah!), que a buen seguro aportará claridades que no sé si todo el mundo querrá ver. Pues el problema lo veo yo, más bien, en los listos y relistos que se suben al carro de la mínima expresión. Salvando distancias, y simplificando bastante, algo análogo ha sucedido en poesía. Al final, todo quisque decía escribir jaicus, cuando, en realidad, lo que hacían era escribir corto (y, a menudo, poco y malo).

Saludos renovados.

Fernando -

Gracias, Antón, y espero que el libro no te decepcione, aunque no me ocupe de todo lo que le gustaría a Niggerman. Pero, en suma, puedo decirle que el microrrelato debe contar una historia, cosa que no ocurre en el aforismo, la sentencia o la greguería. Con el relato, o cuento, las relaciones son más peliagudas. Saludos.

Niggerman -

Hola de nuevo. Están muy bien los que vais sacando a las tablas. Pero ojo-ojo, que vamos a acabar llamándole microrrelato al simple chiste. O a lo que, de toda la vida, era la cita sacada de textos más amplios. La continuidad es, muy a menudo, requisito de la Literatura (sí, con mayúscula).

Manchas de tinta -

Quisiera escribir el microrrelato de Edmundo Valadés titulado "La búsqueda": "Esas sirenas enloquecidas que aúllan recorriendo la ciudad en busca de Ulises". Una delicia. Saludos.

OSCAR SIPÁN -

Pues a mí, el microcuento que más me gusta de Monterroso es el siguiente:
"Los enanos tienen una especie de sexto sentido que les permite reconocerse a primera vista".
Oscar

Niggerman -

¡Ja, ja, ja! Sr. Bert, no se inquiete: Antón Castro ya ha incorporado la corrección.

Antón: en el Oeste serías un duelista terrible. ¡Qué rapidez desenfundando!

Saludos muy cordiales. También a la Sra. Patro, por su estupendo aporte arreoliano.

Niggerman -

El micro-mini-relatín de Monterroso es, efectivamente, muy bueno, pero sobre todo y ante todo si se encuadra en su contexto (y aun en su libro). De todas formas, y aunque no logro centrar ahora un vago recuerdo que me ronda por la neurona, hubo alguien que expresaba algo parecido respecto a la tarea acutísima de corregir: el día se iba en poner una coma y, al final, quitarla.

Y es que mucho ojo con eso que ahora se llama microrrelato. Los hay que son un verdadero fogonazo de ingenio. Pero... ¡ay de los otros! ¡Cuántas cosillas de poca monta se nos están colando bajo la dichosa etiqueta! ¡Pero cuántas!

Por eso justamente tengo ganas de ojear el libro de Fernando Valls. A ver qué nos explica. Y a ver si aborda la espinosa cuestión de los límites: entre microrrelato y, por ejemplo, aforismo. O greguería. O sentencia. O relato, sin más, que siempre los ha habido (muy) cortos y no se ha sentido la necesidad de buscarles un nuevo nombre.

Y de paso: a ver si es posible que el personal deje de escudar bajo el dichoso nombrecillo lo que de toda la vida se ha llamado "ocurrencia a la buena de Dios". Que se agradecería.

Saludos a todos.

Dalton Bert -

Hola, Antón.

Si no me falla la memoria, el cuento de Monterroso dice "Hoy me siento bien, un Balzac; estoy terminando ESTA línea".

Me parece una corrección muy pertinente.

Un saludo
Dalton Bert

patro -

A mí me encanta Cuento de horror, de Arreola, gran gran escritor de joyas mínimas: La mujer que amé se ha convertido en un fantasma. Yo soy el lugar de sus apariciones.