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Antón Castro

JULIO CRISTELLYS: UN CUENTO

JULIO CRISTELLYS: UN CUENTO

CONCIERTO DE PRIMAVERA

 

Por Julio CRISTELLYS

De su nuevo libro ‘Rasgueos’. Ayer, muy de mañana, helaba, mas hoy es tibia la tarde y cuando después de la medianoche entre en mi casa, los acordes de un piano acariciando aún mi memoria, insomne me aguardará la primavera, acaso haya brotado una tierna yema en la rama que araña la vidriera de mi despacho.

Oscurece, pronto se abrirán las puertas del Auditorio, enseguida un pianista venido de Oriente inaugurará la temporada de conciertos de la nueva estación, luego, todavía fundida en un tenso silencio la última nota del recital, se abrirá la sima de un arrebatado aplauso y una mujer aderezada con un zafiro, el cabello rubio, de ámbar sus ojos y un aroma de jazmín en la garganta, tomará el brazo de su distinguido y canoso galán, ahora abriendo a su pareja la puerta de un coche de carrocería dorada, pues, embrujados por la música, huyen hacia una dorada aventura entre los arbustos de un escondido jardín, a la vera de un río, astros y constelaciones son sus aguas.

El pianista es joven, distante, qué largos parecen sus dedos cuando saja los más velados secretos de su instrumento, primero una antigua sonata y, como fin del programa, un nocturno, una atrevida composición de este muchacho de mirada álgida, con brasas en el corazón.

Calló la melodía, se han apagado las lámparas del liceo y frente a la puerta de un camerino aguardo al virtuoso oriental, quiero su autógrafo en la cubierta de uno de sus discos, tal vez me atreva a pedirle una foto dedicada. Sin el frac, el rostro limpio de maquillaje, vestido con unos tejanos y una descolorida camiseta, es su aire el de un estudiante, no el de un genio que habla mi lengua y me cuenta cómo allí, en su tierra, durante este mes, florecen los árboles en las laderas de una cumbre ceñida por una eterna nevada, un pico tan gélido como el roce de su mano cuando me saluda, cuando se despide en un adiós rumbo a otra ciudad, a otro teatro, al encuentro de otros admiradores.

De casa estoy lejos, prisa no tengo, mi mujer y mis hijos se encuentran de viaje, y escogiendo las palabras con las que, a su regreso, les desvelaré el hechizo de esta noche, paseo muy despacio por recónditas calles, cuánta es la oscuridad y un súbito aunque no violento golpe sacude mi espalda.

-Pero, papá, ¿se puede saber en qué piensas?, ¿no me has visto llegar? Perdona, me he retrasado…¡Vamos, date prisa, ya han avisado para entrar en la sala!

Es Juan, mi hijo pequeño. Toca la guitarra, a ratos la armónica, y es creador de sentidas baladas. Insiste en que, a la salida, de camino a casa, tiene algo que contarme, pero yo, su padre, antes de que mi hijo despegue los labios, habré de confesarle mi envidia por la fuga de unos amantes y mi emoción por una recién estrenada amistad con un pianista venido de un país donde nace el sol.

Han dado el último aviso cuando, frente a la puerta del Auditorio, se ha detenido un automóvil de chapa dorada del que se apea una bella dama perfumada con fragancias de jazmín. A Juan le sorprende mi zozobra por no distinguir entre la gente del vestíbulo el altivo perfil de un hombre vestido con un elegante terno de seda azul marino. Por fuerza, blanco como un torrente de nata ha de ser su cabello.

El pianista ha posado sus manos sobre el teclado y en un abandonado parque ha germinado una espina en el tallo de un rosal.

 

*Julio Cristellys presentará el próximo martes, día 20, en Zentrum, su nuevo libro de relatos: ‘Rasgueos’ (Huerga & Fierro)

Presentarán el acto D. Jesús Barreiro, Secretario General de Ibercaja, el escritor D. Ricardo Serna y el editor D. Antonio J. Huerga.

El acto contará con la actuación del violinista Hugo Sahuquillo y del guitarrista Juan Cristellys.




Los veintiún relatos recogidos en este volumen fueron inspirados –así lo ha confesado su autor– durante esos momentos en los que, distraídos por una inesperada y anónima melodía, a menudo interpretada por un desconocido músico, nos abandonamos a cuantas sensaciones invadan nuestros oídos. (En la foto un pianista oriental: Lang Lang).

4 comentarios

Papelbit -

Bonita simbiosis de piano y realidad¡
Saludos¡

gonzalo villar -

La notas son como alfileres

en el alma.

Montserrat -

Esta pianista oriental, es en le momento actual el mejor intéprete de Chopin, de Meldelson, de Chaikosky i de casi todos los grandes compositores de solistas de piano. Un fenómeno. Me gustaria saber su agenda para este país. Gracias annticipadas

Celebes -

Hay cuentos en los que deseas, de puro gozo, que nunca suene la última nota.

Como este.