MERCEDES CORRAL: "TRADUCIR ES UNA PASIÓN"
Hoy se celebra el Día Internacional de la Traducción. Mercedes Corral, madrileña, es traductora del italiano y del francés. Dirigió varios años la Casa del Traductor de Tarazona. Con gentileza, responde a algunas preguntas sobre el oficio.
-¿Qué supone traducir?
Supone meterte en la piel del autor y desentrañar su universo para recrearlo en el idioma del lector con la máxima fidelidad posible al propósito del escritor.
-¿Cómo vive este oficio?
Para mí, como para la mayoría de los traductores literarios profesionales, es una pasión, por eso podemos dedicarle tantas horas de nuestra vida, la pasión de construir meticulosamente cada día un puente para que los lectores puedan transitar por él y contemplar otros mundos. Y, como toda pasión, tiene su precio, que en nuestro caso sigue siendo bajo. Somos muy pocos los que, mal que bien, podemos vivir de ello, aunque con dificultad.
-¿Ha cambiado en algo la consideración del profesional?
Menos mal que el panorama empieza a cambiar un poco a este respecto. Algunas editoriales de reciente creación llegan al mercado con esta conciencia de que hay que cuidar al máximo la traducción, lo que significa que hay que tratar al traductor en consonancia con el importante valor de su trabajo. De hecho, cuántas obras de éxito entre los lectores, deben este a una buena traducción.
-¿Qué celebramos y reivindicamos hoy?
Celebramos que siga habiendo un gran número de personas, los traductores, que consagran su vida a que los seres humanos se entiendan sin que los idiomas no sean fronteras, sino puentes. Reivindicamos un mayor respeto social y laboral hacia nuestra figura.
-¿Dos o tres traducciones, propias, que la sigan haciendo feliz?
-Me sigue haciendo feliz mi traducción de ‘Léxico familiar’, de Natalia Ginzburg, mi primer trabajo como traductora. Un libro que sigue cosechando un gran éxito entre los lectores. Lo hice poniendo mi vida en ello, quería ser traductora y empezar con buen pie, y creo que lo conseguí. Como recompensa a ese esfuerzo, tuve el enorme privilegio de conocer a Natalia Guinzburg en su casa de Roma.
-¿Alguno más?
También ‘El secreto del bosque viejo’, de Dino Buzzati, escrita para los niños y para los adultos que siguen tratando de ver las cosas con ojos de niño, me sigue animando desde mi librería a vivir la vida de la forma más mágica posible. Me entusiasmó, entre otros muchos, el pasaje de la lucha entre los dos vientos. De hecho, cada vez que el viento sopla con fuerza, pienso que esos dos han vuelto a las andadas…
-¿Se reconoce en alguien, en algún maestro o modelo?
Todos los colegas comprometidos en este oficio son mis maestros y mis modelos. Los veo seguir con ilusión en el tajo, a pesar de todos los pesares, y eso me anima a continuar. A veces les pido que me ayuden con alguna frase que se me resiste y ellos lo hacen con mil amores, lo cual es muy de agradecer. Lo que demuestra una vez más que todos vivimos en este oficio con una verdadera vocación.
*La foto de Mercedes Corral es por cortesía de la traductora.
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