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Antón Castro

Escritores

FELISA FERRAZ. I FESTIVAL PIRINEO LITERARIO

FELISA FERRAZ. I FESTIVAL PIRINEO LITERARIO

Felisa Ferraz: “Mi Pirineo es belleza y compromiso”

 

La profesora e investigadora es la directora del Festival Pirineo Literario que se celebrará en Benasque del 8 al 10 de septiembre

 

¿Por qué el Festival Pirineo Literario, qué buscan y qué quieren contar?

-El Festival es un escaparate del proyecto Pirineo Literario y se inaugura el día 8 de septiembre con Luz Gabás y el músico José María Ciria. Nuestro objetivo es crear una cartografía lectora que recoge a todo tipo de agentes (libreros, bibliotecarios, gestores, autores, lectores) vinculados a la lectura para tejer una red de prácticas lectoras en las que el Pirineo es paisaje, territorio literario y motivo cultural. A través del Festival damos a conocer el proyecto y visibilizamos nuestro trabajo, que tiene vocación de unir toda la cordillera, de mar a mar, a través de la literatura; nuestra intención es que sea una propuesta que se consolide como una fiesta de la literatura.

 

Ese es el tema de un trabajo suyo publicado en Prames. ¿Cuál sería su campo base o área de influencia?

-Nace en el valle de Benasque, desde el impulso de la Asociación Guayente y con el apoyo del ayuntamiento y de la comarca de Ribagorza; ojalá en próximas citas podamos extenderlo a otras sedes en otros valles y comarcas. Tiene por sede el Palacio de los Condes de la Ribagorza y se prolongará desde el 8 al 10 de septiembre; se cerrará con la proyección de la película ‘La luz de septiembre’ de Lola García. Colaboran el Ayuntamiento de Benasque y la Diputación de Huesca.

 

¿Qué tiene de esencial y literario el Pirineo?

-El Pirineo tiene una gran historia literaria, desde la tradición oral -plagada de mitos y leyendas- pasando por la obra de los pirineístas clásicos de la Ilustración y el Romanticismo, hasta llegar a nuestra época en la que sigue siendo escenario de relatos que abordan tramas costumbristas, mágicas, históricas, policíacas... Uno de nuestros empeños es mostrar un Pirineo contemporáneo que sigue vivo, aportando una cultura propia que no solo mira al pasado sino al presente y al futuro de las vidas de los que allí habitan.

 

¿Cuáles serían algunos libros decisivos?

desde el mito de Pirene y el cantar de Roldán hasta la novela de Irene Solá, ‘Canto yo y la montaña baila’ hay un sinfín de obras magníficas en las que el Pirineo tiene un papel protagonista. Me gusta el Hemingway que va a pescar a Irati en ‘Fiesta’, Marta Iturralde poniendo voz a las mujeres pirineístas en ‘Mujeres y montañas’ o Sender evocando su infancia en ‘Crónica del alba’. Me resulta difícil elegir un libro decisivo porque creo que tenemos la suerte de tener muchas voces singulares que han recorrido este Pirineo literario, algunas ya clásicas como Severino Pallaruelo o Julio Llamazares y otras que pueden sorprender al lector como Carmen de Burgos, Juan Ramón Jiménez o Josep Plá.

 

¿Quién es, para usted, el personaje pirenaico por excelencia, ya sea hombre o mujer?

Es alguien que tiene muy arraigados unos valores ancestrales que son un código de comportamiento, una forma de vida, es alguien que debe hacer frente a la adversidad en forma de catástrofe natural, soledad, necesidad de superar las dificultades materiales de la vida, en un entorno de magnífica belleza pero también hostil. Un personaje pirenaico es el último habitante de un pueblo, la mujer que emigra a servir en la ciudad, el neorrural que busca encontrarse a sí mismo volviendo a sus raíces…

 

¿Qué le da a usted el Pirineo? Ha escrito mucho sobre ello.

El Pirineo es mi raíz y mi vocación. A través del paisaje me he entendido a mi misma y me he encontrado con gentes estupenda con la que recorrer el camino. Mi Pirineo es belleza y compromiso.

 

A la luz del programa, esencialmente femenino este año, ¿es el Pirineo un escenario de mujeres y contado por mujeres?

-La mujer tradicional en el Pirineo era la guardiana del relato de la Casa y sus habitantes, la que transmitía las leyendas y las historias familiares, la que cuidaba de todo y de todos, pero no tenía una voz pública. Los últimos veinte años han visto cómo las voces femeninas en el Pirineo se multiplican: desde las más populares como Luz Gabás o Rosario Raro; las jóvenes como Irene Solá o Sandra Araguás; las clásicas como Carmen Castán o María Pilar Benítez; las montañeras como Marta Iturralde o Nuria García Quera… Y esto es solo el principio.

 

*La foto es de Oliver Duch, fotógrafo de Heraldo.

 

ÁNGEL PETISME. 45 AÑOS DE POESÍA

ÁNGEL PETISME. 45 AÑOS DE POESÍA

Ángel Petisme: “La poesía es la canción

de nuestra madre que nos arrulla el alma”

 

El escritor y cantautor compendia 45 años de escritura lírica en el volumen ‘Avanza el desierto’, que publica Los Libros del Gato Negro.

 

Ángel Petisme es cantautor y poeta. Publica una antología de su lírica de 45 años dedicados a la escritura en el volumen ‘El desierto avanza’, donde resume treinta libros publicados desde 1976 hasta ahora. Edita Libros del Gato Negro, de Zaragoza, y realizará una gira de presentaciones por Zaragoza, Barcelona y Madrid, entre otros lugares.

¿Cómo han sido estos 45 años de poesía? ¿Cuál sería su balance?

Buff, han pasado en un chasquido. Hace nada estaba con 15-16 años en el Paseo Independencia vendiendo la revista ‘Narra’ donde publiqué mi primer librito ‘Aliento del pronombre en la geografía desolada’. Pero no me puedo quejar, he sido muy afortunado. Me incluyeron en una antología de poesía a nivel nacional como ‘Postnovísimos’, que me abrió muchas puertas, he ganado premios internacionales importantes como el Claudio Rodríguez o el Antonio Machado de Collioure, y siempre que tenía un libro escrito o en proceso, pasaba un editor y me lo publicaba. No he tenido que esperar ni buscar. Ahora, sin embargo, tengo cuatro libros inéditos armados y otro en construcción, y no hay prisa alguna por publicarlos.

¿A qué lo atribuye?

Quizás no estoy en las listas del canon literario que juzga por la fama o los premios pero he hecho siempre lo que quería hacer, con total libertad, sin peajes ni clientelismos. Y además he podido mantener una trayectoria musical paralela y fecunda y viajar por el mundo. 

Si tuviera que hablar de períodos y épocas de su evolución, ¿cuáles serían?

He intentado plasmarlo en el libro con varias partes y títulos: ‘El manantial eléctrico’ (1976-1996), desde los comienzos hasta la publicación de ‘Constelaciones al abrir la nevera’, que es un libro cardinal y de agitación que será una constante en mis libros posteriores,  según me dijeron en su momento poetas de diferentes sensibilidades, desde García Montero a Fernando Beltrán o Juan Carlos Mestre. ‘Cierzo en la sangre’ incluye los 25 poemas que aparecían en el libro disco ‘Cierzo’, que estaba agotado y descatalogado. ‘La hora de los mejillones cebra’(1997-2008) abarca desde ‘Buenos días, colesterol’ a ‘Demolición del arco iris’. Libros ya de plenitud e irracionalismo controlado. ‘Un bumerán prendido en gasolina’ (2008-2019) recorre desde ‘Cinta transportadora’, ‘La noche 351’, ‘El faro de Dakar’ hasta ‘La camisa de Machado’. Es un periodo maduro, existencial, de fermentación y lecciones de vida de los viajes realizados.

Entonces, ¿podemos extraer conclusiones?

En realidad, no hay cortes abruptos de abandonar o abrazar nuevas estéticas. Todo ha fluido y me parece bastante coherente. Lo que he intentado es no repetirme y no quedarme en la zona de confort. Al final cualquier etiqueta, como al increíble Hulk, me ha venido pequeña. No me disgusta sentirme marginal pero jamás un maldito.      

¿Cómo has construido y ordenado la antología?

Iba a editarse a finales de 2021-primavera de 2022 y al final se fue retrasando por causas ajenas, así que me dio tiempo a darle muchas vueltas. Primero la armé por temas: la infancia, los paisajes, los amores, las personas, amigos y referentes y paisanajes, el humor, nuestra idiosincrasia y carácter, costumbres, los viajes, las guerras, el cine y finalmente, la muerte. Ahí el libro llevaba el título ‘Salí del seminario y me encontré con los Sex Pistols’, que era una tontadica mía que le encantaba a Félix Romeo y me retrataba con humor. Al final opté por darle un criterio cronológico y ponerle el título actual porque también el libro era una forma de celebrar los 25 años del disco libro ‘Cierzo’ y mis 45 años en la música. Y por supuesto decidí incluir un buen número de inéditos. 

¿Han sido el amor, el deseo y el sexo sus temas capitales, o su tema vertebral, o cree que también lo sería esa veta social permanente de defensa de los desfavorecidos, de denuncia y de acudir allá donde la injusticia se hacía más palpitante?

En realidad, el protagonista del libro es Aragón, todos esos temas y pasiones muy variadas sobre los que he escrito tenían como telón de fondo en muchos casos a mi tierra amada y odiada como buen hijo de Aragón. Esos son los poemas que elegí para esta antología que se lee de esta manera como un libro nuevo, con una versión muy contemporánea del tiempo que vivimos. Narcisismo, simplicidad, miedo y un cóctel de ignorancia y chulería de una sociedad que se jacta de que no ha leído un libro en su vida. Esto nos arroja a los brazos del fascismo.

¿Para quién se escribe poesía?

Podría darte una respuesta diferente o contradictoria cada cinco minutos. Supongo que para quien la necesita. En mi caso con 12 años, cuando empecé a escribir, necesitaba conocer y entender el mundo que me rodeaba. La poesía desde entonces siempre me ayudó a tener una mirada más tierna y prismática, y quizás a poseer en secreto un diccionario invisible para nombrar las cosas.

Un diccionario invisible para nombrar las cosas”. Podría ser el deseo de cualquier escritor o de cualquier ciudadano.

Mi amigo el poeta David González, que ahora está muy enfermo, escribió “que la poesía es una campana que te avisa del peligro”. Quizá por eso recurrimos a ella porque vivimos sin respuestas frente a tanta incertidumbre y avalanchas diarias. Frente a la  intemperie y el desierto que lo devora todo, la poesía nos abriga el alma, es la canción de nuestra madre que nos arrulla el alma. 

¿Cuáles han sido los cinco libros y los cinco poetas que le han marcado?

Los soliloquios’ y ‘Obras completas’ de Miguel Labordeta en la edición en la colección Fuendetodos. ‘Claro interior’ o ‘Rigor Vitae’ de Ángel Guinda en Olifante. ‘Ed è subito sera’ de Salvatore Quasimodo. ‘The Cantos’ de Ezra Pound y ‘Poesías completas’ de Constantino Kavafis en Hiperión.

 

 

DIÁLOGO CON FÉLIX TEIRA. 2022.

DIÁLOGO CON FÉLIX TEIRA. 2022.

Félix Teira: "La guerra es la amarga ramera que nos roba a todos la sensatez"

 

Félix Teira Cubel recibió el jueves 24 el premio Imán de la Asociación Aragonesa de Escritores en la sede de la Fundación Caja Rural. Con ese motivo conversamos con él.

-¿Se ha puesto de moda Félix Teira? Premio Imán, artículo extenso en ‘Turia’…

No he tenido mucho trato con la moda, pero si esa señora desea mantener relaciones conmigo, encantado. Ja, ja, ja.

-¿Cómo se enfrenta a los premios, no remunerados por lo regular, son estimulantes, sirven para promover la obra, son ejercicios de cariño?

Sería un hipócrita si dijera que desprecio el dinero, pero un premio honorífico votado por colegas que comparten afición, me anima y me conforta.

¿Desde cuándo quiere ser escritor? ¿Y cómo ha sido la travesía del desierto?

Las aficiones que acaban en vocación suelen comenzar en la adolescencia. Al libro de Lengua de 5º de bachiller lo acompañaba una antología con versos mágicos: "polvo serán, mas polvo enamorado…". Cuando estudiaba en la facultad el Imperio Español, leí ‘El Lazarillo’. Mientras los tercios conquistaban Europa, la gente pasaba hambre y consentía el deshonor a cambio de comer diariamente. Aquel libro contaba la verdad esencial de su tiempo. Eso haría yo, narraría las verdades de mi sociedad. Tenía 20 años, era iluso y prepotente. ¿Quién no lo es a esa edad?

-Hace algún tiempo, no demasiado, fallecía el editor Mario Muchnik. ¿Qué le debe, qué quería haberle dicho y no ha llegado a tiempo?

Una llamada de Mario Muchnik, cuando coleccionaba rechazos editoriales, alivió la travesía del desierto. Le debo todo. Mario fue un gran editor, más preocupado por la literatura que por el dinero. Cuando viajé a Barcelona para firmar el contrato de ‘Brisa de asfalto’, Muchnik no estaba en su despacho. Me volvió a llamar para decirme que había ampliado el capital y los nuevos dueños lo habían echado de su propia editorial. Me sugirió que publicara con los nuevos... o que lo esperara. Lo esperé y eso fortaleció un vínculo entre nosotros. A los meses fundó una nueva editorial con el capital de Anaya. Publiqué con él hasta que vendieron Anaya y lo volvieron a echar. Nunca le dije una verdad dolorosa, que él daba por supuesta porque la había padecido en sus carnes: en el mundo literario importan más los dividendos que la calidad.

-Ha publicado muchos libros, novelas sobre todo, pero también cuentos. ¿Qué mensaje, si me permites decir eso, has querido dar en sus ficciones?

He pretendido que mi literatura reflejara esta sociedad en perpetua mutación. ‘La violencia de las violetas’ narraba la guerra de la exYugoslavia, ‘La ciudad libre’ se hacía eco del auge de Le Pen, novelaba una sociedad sin libertades... Hasta la última publicación, ‘Fuego frío’, donde hablo de la ambición, quizá la más común de las pasiones humanas.

 

Tiene fama de ser un autor directo, sin ornato, que avanza con la verdad por delante. ¿Es así, ha sido tan corajinoso, o más de una vez se ha mordido la lengua?

En la vida cotidiana prefiero el trato afable, un lubricante que facilita la vida, y soy tolerante con la discrepancia; puedo morderme la lengua. En la literatura, no. Sería un impostor conmigo mismo.

La escritura se hace con una forma de mirar, con palabras, con personajes. ¿Cómo han sido, cómo son los tuyos?

Espero que mis "criaturas" sean profundamente humanas. Somos un barro de diversas arcillas, donde se mezcla la bondad con la perversión, la crueldad con acciones magnánimas. Esa extraña mixtura es la que aporta verosimilitud al personaje.

-¿Qué le preocupa al escritor que es en relación con la lengua?

Con la edad he comprendido que mi patria es la lengua, cada vez pongo más celo al elegir un vocablo, uno entre decenas que defina una emoción o que describa un paisaje.

-En uno de sus libros, recuerda que fuiste pintor. ¿Ha querido emular a Goya, acercarse a él?

Me encanta la pintura, especialmente la contemporánea, pero en absoluto domino la técnica. Reconozco que fui iluso, pero no tanto para intentar emular a Goya. Acepto que el acercamiento al pintor ha sido muy positivo. Me agrada la actitud vitalista, práctica, que lo llevó a enriquecerse en la primera parte de su vida. Igualmente es seductora su mentalidad abierta, el contacto con el círculo de Jovellanos modificó su ideología y su pintura.

-Le ha dedicado ya dos libros bien distintos al pintor. ¿Por qué Goya aún, qué quiere contar, no estamos demasiado obsesionados con su posteridad y muy poco por aproximar el arte de nuestro tiempo a la sociedad?

Considero que Goya es un pintor modernísimo, actual. A partir de los cincuenta años intuyó que el arte podía contribuir al cambio social. El dilema de la Guerra de la Independencia lo aproxima a la encrucijada de Orwell, un izquierdista que dinamita el comunismo. Goya creía en los ideales ilustrados, sus amigos participaban en el gobierno de José I. Qué difícil resulta estar en contra de tus amigos. Pero el ejército francés, representante de la libertad, la igualdad y la fraternidad, fusilaba al pueblo llano. Le repugnó la guerra, los ‘Desastres’ condenan la crueldad francesa y española. Al respecto, es paradójica la Historia, en Bucha se repiten las escenas que dibujó el de Fuendetodos.

 

-En varios libros se ha comprometido contra la guerra. Seguimos en pie de guerra. ¿Qué le gustaría decirnos?

Cualquier guerra degrada a la Humanidad, es un retroceso hacia la barbarie. La Razón, el gran principio ilustrado, parecía que lentamente se iba abriendo camino... Pero siempre aparecen la religión y los nacionalismos invasores: En Irán y Afganistán se pisotea a la mujer y no se comprende la invasión de Ucrania. La guerra es la amarga ramera que nos roba a todos la sensatez.

¿Qué le debe a Belchite?

Tengo un fuego en el pueblo con quien converso. El fuego es un conversador amable, casi nunca te lleva la contraria. Le cuento mi infancia feliz y los paseos por el hermoso olivar, que han inspirado mi obra.

-Ahora es abuelo por partida doble y durante años fue profesor. ¿Qué ha aprendido en el aula y qué ha aprendido con sus libros para jóvenes?

Durante los últimos veinte años de docencia trabajé, ayudado por un gran equipo, con jóvenes de 16 a 20 años a los que no les habían ido bien los estudios. Les quedaba toda la vida por delante para labrarse un porvenir. No sé qué les enseñé, pero aprendí muchísimo. Parte de lo que aprendí lo volqué en mis novelas juveniles, duras, abiertas, tan amargas como esperanzadoras. Mi ideal educativo es parecerme al señor Germain, el maestro de primeras letras de Camus. El escritor le dedicó el discurso al recibir el Nobel y le escribió diciéndole que todo se lo debía a él.

¿Podría elegir cinco libros aragoneses del siglo XXI que le parezcan importantes y susceptibles de recomendar?

¿Cinco? ¡Una cifra bajísima para la abundancia actual! En fin, ahí van sin orden predeterminado. ‘El día de mañana’, de Ignacio Martínez de Pisón; ‘El médico hereje’, de José Luis Corral; ‘El golpe posmoderno’ y ‘La vida cotidiana’, de Daniel Gascón; ‘Siempre quedará París’, de Ramón Acín, y ‘Piedad’, de Miguel Mena.

 

DIÁLOGO CON CARMEN RUIZ FLETA



Tras su libro anterior, ‘Vida doméstica’ (PUZ, 2017), Carmen Ruiz Fleta (Zaragoza, 1978) publica un nuevo poemario: ‘Los secretos de los demás’ (PUZ, 2022).
¿Qué puede suceder en la vida de una poeta durante cinco años, que es el tiempo que se ha tomado para redactar ‘Los secretos de los demás’?
En un lustro caben muchas cosas. En el mío han cabido mi segundo hijo, la enfermedad y muerte de mi padre, una sacudida profesional, la frustración, la rebeldía, la celebración, la nostalgia y la constatación de lo infinitamente pequeños que solemos ser. Todos repetimos los mismos errores y  tropezamos en las mismas piedras que lo hicieron nuestros mayores. Aunque a veces nos creamos la fantasía de ser originales.
¿Por qué titula así el libro, por una parte que, en apariencia, no es la más sustancial?
Hay ironía en el título. Claro que es un libro muy personal y anclado en mis vivencias. Pero no hay tanta exposición como aparenta. Mis secretos, los tuyos, los del que tenemos enfrente son siempre los mismos, aunque se vistan de historias y personajes distintos. Y también porque desde pequeña me fascina la pieza que falta en el puzle, la razón oculta que explica comportamientos y actitudes, y que no se muestra por vergüenza, decoro o convención social.
En cierto modo, retoma el poemario donde habías dejado el anterior: en un homenaje y en un diálogo, ya imposible, con su padre…, en la sección ‘Una manera de no decir adiós’, que hace pensar en el poemario de Ildefonso-Manuel Gil.
La certeza de la proximidad de la muerte es un tema recurrente en la poesía. Yo he sido consciente de la intensidad de la vida en las dos orillas: cuando he dado a luz a mis hijos y cuando, junto a mi madre y mis hermanas, acompañaba a mi padre en su adiós. Y esa intensidad es la materia prima a partir de la que escribo.
¿Hasta cuándo podemos o debemos contar cuentos a los hijos?
En el poemario hay un texto que hace referencia a eso. Al deseo de detener el tiempo en ese momento cuando acaba el día y le leo cuentos a mis hijos (aunque ahora ya es mi hija mayor la que me los cuenta a mí). Ojalá pudiéramos encontrar siempre, a cualquier edad, espacios de complicidad entre padres e hijos que recordaran a ese instante del cuento infantil antes de dormir. Hay que contar cuentos siempre. La vida es mucho más entretenida y llevadera si se tejen historias con ella.
¿Qué le inspira de la intimidad familiar y sus pequeñas cosas?
Hago literatura de lo cotidiano no tanto porque me inspire, sino como un intento de comprensión. Voy saltando de asombro en asombro y la poesía me ayuda a ordenar la vida.
Otro polo muy claro del libro es la identidad. ¿Se pregunta Carmen Ruiz Fleta, con dolor, sobre quién es, qué desea, qué busca?
Sonrío con esta pregunta porque depende de lo que te conteste puedo parecer pesadísima. Y eso es de las peores cosas que se pueden ser en la vida... Ahora en serio. Creo que moriré buscando parecerme lo más posible a quien creo ser, pero imagino que no lograré encontrarme nunca. Esa especie de desacompasamiento fluye en los poemas, pero, afortunadamente, soy mucho más doliente en la poesía que en la vida, que la disfruto mucho.
¿Ser poeta es también un modo de sentirse una inadaptada?
Tiene que ver con lo que antes te comentaba. Sí, en mi caso la poesía nace de la inadaptación. No ahora, desde siempre. Inadaptación a una identidad, a un cuerpo, a una realidad, a un adiós. No me adapto, no lo acepto y lo escribo. Intento hacer de ese desasosiego algo bello.
¿Cabría hablar de un clima de pesimismo, de desolación existencial? ¿Ha querido hacer un libro sobre las heridas de la vida?
No he pretendido hacer un catálogo de heridas. Pero escribo sobre la vida, y la vida pincha, ensucia, raspa y, a veces, duele. Dice la poeta gallega Olga Novo en un verso que cito y que me encanta: "A veces no sé si escribo o es que ando descalza sobre las brasas". Me parece una definición fabulosa de lo que es escribir poesía.
Otro asunto clave, tentador para una lectura superficial, se centra en el desamor. ¿Conocemos de verdad a quién amamos o esa es una tarea constante y misteriosa que también revela nuestra vulnerabilidad?
Si conocerse a uno mismo ya es una tarea compleja no me parece posible conocer del todo al otro, por muy cerca que el otro esté. Somos seres vulnerables, cambiantes y contradictorios. No decepcionas a quien no te ama, solo puedes fallar a quien espera algo de ti. Y como creo que el desamor más agudo es la indiferencia no diría en absoluto que este sea un libro de desamor.
Habla a veces del juego de hacer versos. ¿Se atreve, por ello, a redactar un soneto?
Me gusta jugar con las palabras, retorcer el lenguaje, encontrar significados. Ese soneto es un juego por el que me sometí a la métrica, algo que no hacía desde los ejercicios de lengua de BUP. Estaba leyendo en ese momento sonetos de Benedetti y me dije "voy a probar". Y probé.
Quizá el texto más vitalista sea ‘Celebremos’. ¿Qué debemos festejar, exaltar, cantar? ¿Qué quieres cantar usted?
Hay que celebrarlo todo siempre. Ya está la poesía para sacar nuestro lado doliente. Pero no podemos desperdiciar ni una sola oportunidad de disfrutar de la familia, el amor o la amistad. Ni de entusiasmarnos con la música, la danza o los libros. Hay que celebrar las mañanas de primavera y las tormentas de verano.
En el texto ‘A modo de poética’ habla de la poeta urbana y posmoderna que ha querido ser. ¿En qué ha cambiado?
Creo que hay quien vive con conciencia poética las 24 horas del día. Y yo no. Ni de lejos. Yo la mayoría de los días no soy poeta, bastante tengo con acordarme de lo que hay que comprar en el supermercado o de que los niños tienen tal o cual actividad. Yo nunca me he sentido poeta. Pero es cierto que cuando éramos jóvenes y recitábamos en los bares nos creíamos estar haciendo algo importante. Era muy divertido. Ahora lo miro con mucha ternura y con esa ironía que se ve en el poema que citas.
¿Qué le debe a Mario Benedetti?
Le debo algunos de los sonetos más hermosos que he leído. Me gusta leérmelos en voz baja, recitándolos para mí. Hace bailar las palabras en la boca.  
Da la sensación de que la poesía para usted está ligada a la autenticidad, a la confesión y en cierto modo a la insatisfacción. ¿Es así?
En buena parte es así. En términos administrativos y, si me permites la ironía, sería una especie de "externalización": es la poesía la que gestiona mi cara B, con sus miserias, aristas y desacoples. La cara A, la de las celebraciones y la vida, prefiero gestionarla yo directamente. Y aunque disfruto muchísimo escribiendo, aún disfruto más viviendo, por eso pasa tanto tiempo entre libro y libro.
También es un libro repleto de hermosos instantes de la memoria. ¿Vivir es recordar, habitar momentos de felicidad? Pienso en esos veranos en que se empiezan a escribir obscenidades, a las amigas inolvidables, a ciertos paisajes…
Me gustaría poder observar los momentos pasados sin el tamiz de la memoria, que siempre nos engaña y redibuja las cosas para dejarnos en buen lugar. Una no puede vivir asida al pasado, ni recreando tiempos que probablemente no fueron tan felices. Pero, indudablemente, lo que los años destilan y dejan en el recuerdo explica lo que somos en el presente. Me asusta perder la memoria, no solo de los hechos, sino de lo que sentía o pensaba en un momento dado del pasado.
¿Qué poetas le han acompañado o le acompañan en la redacción de estos versos, qué ha descubierto en este lustro?
Ya he nombrado a Olga Novo, que me parece la mejor poeta española en la actualidad. Y hay voces que me llegan de siempre y de lejos, como Lorca o Joan Margarit, a quienes acudo de manera recurrente, a veces como quien va a la farmacia.

 

 

EL GRAN DÍA DE LAS MADRES

EL GRAN DÍA DE LAS MADRES

El mismo sábado por la mañana me lo contaba una amiga. Su suegra, que había sido una suegra-madre de la que solo podía decir maravillas, se dejó morir. Durante algunos años tuvo una cuidadora que también era su compañera con la que hablaba, cocinaba, escuchaba la radio o conversaba antes de ir a dormir. Un día, la asistenta le dijo que tenía que dejarlo, que se iban a trasladar a otro lugar con su marido. Su familia contrató a otra joven, algo más parca, y la cosa no fue bien. Y aún contrataron a una segunda, que era fantástica, cariñosa, divertida, le cantaba, bailaba sus canciones favoritas, le leía, le contaba cuentos, pero no había manera. La anciana, nonagenaria, como si hubiera tomado una brutal determinación, dejó de tomar las pastillas, y en poco menos de quince días falleció. Es una vieja historia: quieres a quien no puede quererte y te resistes a quien te ofrece una bella pasión o amistad incondicional. Ya lo dice Rosa Montero en ‘El peligro de estar cuerda’: el mayor misterio del mundo anida en el interior de nuestro cerebro.

En las últimas semanas, he convivido con muchas madres, que también son abuelas, en la Universidad de la Experiencia. Resultan conmovedoras sus ganas de aprender, lo felices que son en clase, cómo quieren aprovechar el tiempo recibiendo lecciones de todo: historia de la ópera, aragoneses ilustres, ilustrados e iluminados, civilizaciones antiguas. Acuden siempre, con puntualidad, miran apuntes de los personajes, entrevistas, aportan sus recuerdos, y les gusta sentirse vivas leyendo un texto de Irene Vallejo, una carta de Cajal, o recorriendo sin pereza alguna las cuatro plantas del Museo Pablo Serrano. Una tarde, una de ellas se me acercó y con todo el dolor de la tierra me dijo: “No podré venir el miércoles. Y no sabe cuánto lo siento. Soy madre de una madre y me necesitan mis nietos”.

Hace unos días, una compañera que trabaja ahora en Madrid y se bate el cobre con Díaz Ayuso y sus pupilos, regresó a ver a sus amigos de HERALDO. Me conmovió la huella maravillosa que había dejado: nos conmovió el afecto que sentía por todos sus años en la redacción. Esa actitud fue una lección directa y conmovedora de gratidud. Con los ojos acuosos de lágrimas, contó cómo vivía y cómo trabajaba. Y reveló un bonito detalle: su madre, que también vive en Madrid, no hace más que buscar alguna oferta de un piso asequible en Zaragoza.

DIEZ PROFESIONALES HABLAN DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA LIJ

LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL. OCIO Y CULTURA

Leer para vivir, jugar y soñar: diez expertos recomiendan tesoros para todos los niños

Se celebra el Día de la Literatura Infantil y Juvenil y se recuerda a Andersen. Autores, editores, ilustradores y bibliotecarios celebran la fecha.

El narrador danés Hans Christian AndersenEl narrador danés Hans Christian AndersenArchivo Heraldo.es

El día 2 de abril se celebra desde hace algunos años el Día Internacional de la Literatura Infantil y Juvenil. Coincide con el día de nacimiento de unos de los grandes autores para niños y jóvenes: el escritor danés Hans Christian Andersen (Odense, 1805-Copenhague, 1875), quien, dicho sea de paso, realizó un viaje por España, aunque no estuvo en Aragón. Heraldo.es ha conectado con escritores, ilustradores, editores, bibliotecarios y les ha formulado cuatro preguntas. Ellos son Ana Alcolea (escritora. Premio de las Letras Aragonesas), Raquel Garrido y Edu Flores de Apila (editores), Mariela Cisneros e Israel Gómez de Hola Monstruo (editores) María Frisa (escritora), Patricia Gayán (escritora), David Guirao (ilustrador), Daniel Nesquens (escritor), Daniel Pinilla (bibliotecario de Morata de Jalón), Pepe Serrano (escritor) y Amalia Sesma (bibliotecaria de Peralta de Alfocea).

Las cuatro preguntas son:

1. -¿Qué les apetece reivindicar, defender o exaltar en el Día Mundial de la Literatura Infantil y Juvenil?

2. -¿Las lecturas que marcan más son la de la infancia? ¿Qué leían ustedes?

3. -¿Cuál es el secreto o qué virtudes deben tener los libros para los más pequeños? ¿Qué les piden o que les incomoda?

4. -¿Cuáles serían sus recomendaciones de libros propios, si los hubiera, o ajenos?

ANA ALCOLEA EN EL PRINCIPAL / 03-10-2018 / FOTO: GUILLERMO MESTRE [[[FOTOGRAFOS]]]Ana Alcolea en uno de sus escenarios favoritos: el Teatro Principal.Guillermo Mestre.

ANA ALCOLEA. Escritora y profesora.

-1. Que lo que leen los niños está forjando su pensamiento presente y futuro. Que los escritores mimamos y limamos el lenguaje de los libros infantiles como el diamante que es. Que no es fácil escribir para niños, aunque algunos frivolicen con ello y escriban para niños como si fuera un género menor al que descienden. No lo es.

-2. Todo lo que sucede en la infancia se queda en la memoria para convivir con el adulto toda su vida. Marcan en el hecho de que te das cuenta de que el mundo no es tu ombligo, y en que el lenguaje te va sustentando. Yo leía lo que había en casa, las aventuras de los Cinco, pero también La Ilíada y la Odisea. O Crimen y castigo, que leí con doce años y nunca me dio por matar ancianitas.

3. Tienen que estar escritos con verdad. Independientemente de que sean o no realistas, tienen que tener verdad. A un niño no hay que tomarle el pelo. A los adultos tampoco, pero los adultos se dejan a veces tomar el pelo con gusto. Allá cada cual, pero al niño hay que cuidarlo y respetarlo mucho. No tomarlo por tonto. Me incomodan las adaptaciones edulcoradas  y falsas de los cuentos tradicionales, por ejemplo. Hay mucha hipocresía en ello. (No respondió a la cuarta pregunta).

Ana Alcolea: "A un niño no hay que tomarle el pelo. A los adultos tampoco, pero los adultos se dejan a veces tomar el pelo con gusto. Allá cada cual, pero al niño hay que cuidarlo y respetarlo mucho"
Edu Flores y Raquel Garrido en una feria.Edu Flores y Raquel Garrido en una feria.Archivo Apila.

APILA. EDU FLORES Y RAQUEL GARRIDO. Editores.

-1. Hoy, y siempre, nos gusta reivindicar el derecho de los niños y niñas a coger y escoger un libro por placer, sin necesidad de aprender nada. El derecho a divertirse, a disfrutar con historias que les atrapen y con imágenes que les fascinen. Y la obligación de los editores infantiles de darles lo mejor, los textos más sorprendentes y las ilustraciones más sugerentes. Los editores debemos tomarnos muy en serio el papel que cumplimos como mediadores acercando a los niños a la lectura y al arte. No vale todo, no vale lo aceptable, solo lo mejor. Porque los niños y niñas de hoy son los adultos y las adultas del mañana.

-2. Las lecturas de nuestra infancia muchas veces nos dejan un recuerdo imborrable. A veces porque vienen de la mano del cariño de las personas que nos compraban los libros, los cuentos o los tebeos, como los padres o los abuelos. De pequeños éramos asiduos clientes de los quioscos. En aquella época no había álbumes ilustrados con la calidad y en la cantidad que hoy se producen, pero gozábamos de la época dorada del tebeo en España y de los clásicos ilustrados.

-3. No nos gusta que al coger un libro, solo leyendo el título ya sepas lo que va a pasar, esos libros que son obvios, a los que se les ve venir de lejos. Un libro para niños tiene que sorprender, que llevarnos a un final inesperado. Esa es una virtud importante y si, además, a lo largo de la historia ha conseguido generar su interés y ha despertado su curiosidad, ya tienes la clave de un buen argumento. Ahora busca el ilustrador adecuado, que consiga darle el tono que la historia necesita y que añada significados desde las imágenes. En un álbum texto e imagen tiene que necesitarse y complementarse ese es el secreto de un buen álbum.

Aplila: "Un libro para niños tiene que sorprender, que llevarnos a un final inesperado. Esa es una virtud importante y si, además, a lo largo de la historia ha conseguido generar su interés y ha despertado su curiosidad, ya tienes la clave de un buen argumento"

-4. Recomendamos ‘Buenas noches a todos’ de Chris Haugton, un libro con un historia muy sencilla para leer a los peques antes de dormir, pero contado a través de unas ilustraciones fantásticas, una explosión de color y con gran sentido del humor. ‘La página de arriba’, de Canizales, un libro que tiene sorprendentes giros argumentales, y que de una forma divertida y desde la ironía nos llama la atención sobre las situaciones de abuso de poder, lo que significa estar arriba o abajo. Es un libro con el que juegas, te ríes y encima, si quieres, reflexionas. Y ‘Pequeñas historias’ de Miguel Tanco, a la delicadeza de sus dibujos se une la inteligencia y el ingenio para contar historias en solo tres viñetas, sin palabras o con muy pocas. Delicado, poético, fantástico. Te arranca una sonrisa y te inspira ternura sin ñoñerías. Nos hubiera gustado editarlo nosotros.

María Frisa ha tenido grandes éxitos con sus libros.María Frisa ha tenido grandes éxitos con sus libros.Guillermo Mestre.

MARÍA FRISA. Escritora y pedagoga.

-1. La importancia de que los niños lean. Por mi experiencia como psicóloga y escritora sé que, salvo contadas excepciones, nadie se hace lector a los cuarenta años. La lectura es un veneno que se inocula en la infancia. 

-2. Recuerdo los Miniclásicos de María Pascual, ‘Un saco de canicas’ de Joseph Joffo, ‘Juan Salvador Gaviota’ de Richard Bach y ‘Mujercitas’ de Louisa May Alcott con el personaje de Jo March que nos ha inspirado a tantas escritoras de mi generación. 

-3. En esta época en que los niños viven pendientes de las pantallas y, a menudo, sobre estimulados, es fundamental que disfruten, que descubran que leer también es divertido. Que los padres y los profesores se olviden del tópico de la lectura como didactismo, de que en cada libro tienen que aprender algo. Dejarlos disfrutar. 

-4. Dado que en Aragón tenemos una cantera muy potente, recomendaría: ‘Caballeros de Exea’ de Agustín Ubieto y Xcar Malavida, ‘Mi familia’ de Daniel Nesquens y Elisa Arguilé, y ‘San Juan de la Peña’ de Pepe Serrano y David Guirao 

María Frisa: "En esta época en que los niños viven pendientes de las pantallas y, a menudo, sobre estimulados, es fundamental que disfruten, que descubran que leer también es divertido"
Patricia Gayán.Patricia Gayán.Archivo P. Gayán.

PATRICIA GAYÁN. Escritora.

-1. La LIJ como algo valioso cuya calidad debemos cuidar. Es una puerta abierta y un refugio. Reivindico el humor, aprender a reírnos de nosotros mismos es fundamental. 

-2. Sin duda, las lecturas de mi infancia me moldearon. Son en buena parte responsables de mi humor y alentaron mi imaginación. ‘El pequeño Nicolás’, Guillermo Brown, Roald Dahl, Gerald Durrell, Carmen Kurtz, Michael Ende…y ¡Mafalda! Sin olvidar los cómics de Goscinny, Ibáñez y Jan. Y la poesía de Gloria Fuertes. 

-3. A los libros infantiles les pido ingenio, que me hagan sonreír o desee vivir en ese mundo (como ‘La Historia Interminable’ de Michael Ende). Aprecio los textos con ritmo. Los juegos de palabras, los objetos parlantes y lo inesperado. El humor. Me gusta un buen nudo aunque hay libros con poco texto muy potentes. Las intrahistorias que guardan secretos que los lectores deben descubrir. La fusión de álbum ilustrado y cómic que incluso interactúan con el lector. Me incomodan muy aleccionadores o pueriles que no impulsan el espíritu crítico. 

-4. La colección de ‘Mitología’ de Ricardo Gómez, ‘Los clásicos revisados’ de Editorial Alma, ‘Destronada’ de Pedro Mañas, ‘El Peor Libro del Mundo’, de Elise Gravel, ‘La Oruga impaciente’, Ross Burach. 

Patricia Gayán: "Aprecio los textos con ritmo. Los juegos de palabras, los objetos parlantes y lo inesperado. El humor. Me gusta un buen nudo aunque hay libros con poco texto muy potentes"
[[[HA REDACCION]]] david guirao.jpgEl ilustrador David Guirao en acción.D. Guirao.

DAVID GUIRAO. Ilustrador.

-1. Los libros son una magnífica herramienta para potenciar la imaginación. Una cualidad que los adultos vamos perdiendo con la edad, por eso considero que es tan importante la LIJ, reivindiquemos la literatura infantil pero no solo un día al año.  

-2. Si las letras estaban asociadas a los dibujos yo siempre en ese equipo, disfrutaba mucho leyendo Superlópez o Astérix, y recuerdo las muchas risas leyendo ‘Las brujas’ de Dahl y Blake.  

-3. Equilibrio entre el humor y la fantasía, no es fácil encontrarlo pero si un libro lo tiene, estoy seguro que el lector o lectora entrará dentro de él. Me incomoda el paternalismo o ese empeño por parte de los adultos en que los pequeños tengan necesariamente que aprender algo en cada lectura, yo prefiero primero que se diviertan y luego ya…

-4. Recomendaría 'Despistado' de Pepe Serrano y Álvaro Ortiz, 'Imbatible' de Pascal Jousselin y 'Sirenas, vikingos, ballenas… y una escalera' de Carmela Trujillo y Pam López. 

Daniel Pinilla: "Me incomoda el paternalismo o ese empeño por parte de los adultos en que los pequeños tengan necesariamente que aprender algo en cada lectura, yo prefiero primero que se diviertan y luego ya…"
El bibliotecario Daniel Pinilla.El bibliotecario Daniel Pinilla.Laura Uranga.

DANIEL PINILLA. Bibliotecario de Morata.

-1. El Día Mundial del libro infantil y juvenil es una buena oportunidad para ir a visitar una librería con nuestros hijos, para ver o leer un libro con ellos, o para visitar cualquier biblioteca, para este día hay organizadas multitud de actividades para niños y niñas. Es un día para reivindicar la importancia de inculcar el hábito de lectura desde los primeros niños y para reivindicar a escritores, ilustradores, editores y narradores, a los grandes creadores de literatura infantil y juvenil.  

-2. Sí, las primeras lecturas de la infancia son importantes porque nos dan las claves de lo que nos proporciona la lectura: nos informa, nos entretiene, nos educa, nos invita a la reflexión y el análisis, nos va a exigir esfuerzo y concentración, y, sobre todo, es un estímulo para la imaginación y la curiosidad. Mis lecturas infantiles y juveniles las recuerdo con mucho cariño y suelo releerlas y redisfrutarlas, son comodines que no defraudan. Roald Dahl, Michael Ende, Jack London, Conan Doyle, Poe, pero especialmente los cómics, siempre había alguno en la mesilla de noche, bien de Astérix, Tintin, Lucky Luke o Mortadelo.  

-3. Que sea adecuado para la edad, buenas ilustraciones, que potencie la capacidad para imaginar y les cree curiosidad sobre un tema.  

 -4. 'Monstruo rosa' de Olga de Dios, 'Las brujas' de Roald Dahl, y 'Seres fantásticos de tierra, aire, fuego, agua y más allá' de Ana Alcolea. 

Israel y Mariela.Israel y Mariela.Archivo Hola Monstruo.

HOLA MONSTRUO. MARIELA CISNEROS E ISRAEL GÓMEZ. Editores.

-1. Pedimos a las librerías que nos apoyen más a las editoriales pequeñas, a los gobernantes que hayan más actividades relacionadas con la literatura infantil y que los padres y madres se animen a crear un ambiente de lectura familiar para que inculquen el amor a la literatura a los niños desde muy pequeños. 

-2. Israel. “Principalmente leía libros de aventuras como 'La isla del tesoro', 'Viaje al centro de la tierra', 'El principito', 'El hobbit' y cómics de JAN, Vázquez, Ibáñez, Manga”. 

Mariela: “Yo leía mucho de pequeña cuentos de Hans Cristhian Andersen. Me encantaban, también leía muchos cuentos populares”. 

-3. Israel: “Un libro infantil debería tener valores como el amor, amistad, familia, arte, inocencia entre otros para poder crear una historia original y que sorprenda a los más pequeños”. 

Mariela: “Soy partidaria de que los libros tengan una buena pizca de humor. Historias que atrapen al pequeño lector desde la portada hasta la guarda final. Cuentos con valores, pero a la vez divertidos”. 

-4. Israel Gómez: ‘Un elefante caminaba’ es un libro tierno e inocente de un elefante que busca amigos para jugar y ‘Un mundo sin libros’ que hice con Mariela, un viaje por la literatura y la historia de la humanidad para niños. También recomiendo ‘Maquillaje, je’ el álbum ilustrado sobre arte que hice para los más pequeños. Recomendaría la saga Blacksad de Canales y Guarnido aunque esto ya es para público adulto. Infantil voy a recomendar ‘El sombrero de Bruno’ de Canizales que trata el acoso desde una perspectiva infantil en forma de álbum ilustrado.  

Mariela Cisneros: En el mundo de la literatura infantil siempre recomiendo al gran Roald Dahl, pero hay un libro que me encanta y lo hemos descubierto hace poco que es ‘Mi hermano es un pez’ de Roberto Malo y Daniel Tejero. 

Pepe Serrano alterna la invención con el humor.Pepe Serrano alterna la invención con el humor.Eva Navarro Brun.

PEPE SERRANO. Escritor y profesor.

-1. Las buenas historias que hacen sonreír, imaginar, pensar, emocionarse, desconectar, perder la noción del tiempo…

-2. Recuerdo con especial cariño dos libros: ‘Loco por el fútbol’ de Colin McNaughton y ‘Las aventuras de la Mano Negra’ de Hans Jürgen Press.

-3. Para mí es imprescindible el humor. Darle una vuelta de tuerca a lo más común para convertirlo en algo extraordinario. Cambiar la mirada sobre lo cotidiano.

-4. Recomiendo: ‘Casas con historias’ de Seiji Yoshida; ‘Manual para espías’ de Daniel Nesquens y ‘Los Diarios de Cereza’ de Joris Chamblain y Aurélie Neyret, tan ilustrado que es cómic.

Pepe Serrano: "Para mí es imprescindible el humor. Darle una vuelta de tuerca a lo más común para convertirlo en algo extraordinario. Cambiar la mirada sobre lo cotidiano"
[[[HA REDACCION]]] img-20200331-wa0008.jpgDaniel Nesquens publica varios libros al año. Archivo D. N.

DANIEL NESQUENS. Escritor.

-1. Por mi parte me gustaría exaltar la L de literatura. No estaría mal que el cartelito con la L de novatos en la conducción se suprimiese y se pusiera un libro en cuenta. Uno de Nesquens, claro. O de Serrano Pepe.

-2. Sí. Yo leía ‘Robinson Crusoe’, ‘La isla del tesoro’, ‘Miguel Strogoff’, ‘Ivanhoe’, ‘Hombrecitos’... O sea, clásicos adaptados.

-3. El secreto lo sabe la Coca Cola y pocos más. Yo solo les pido que tengan chispa y honradez a la hora de escribir una historia. Nada de tratar al lector como una persona como poco entendimiento y capacidad.

-4. Libros míos: ‘Dieciséis cuentos y tres tigres’, edit. Anaya. ‘Manual para espías’, edit. Flamboyant. Y un tercero: ‘Mi familia’, edit Nordica: la de Diego Moreno y olé.

Daniel Nesquens: "Yo solo les pido que tengan chispa y honradez a la hora de escribir una historia. Nada de tratar al lector como una persona como poco entendimiento y capacidad"
Amalia Sesma Nuez. Bibliotecaria de Peralta de Alfocea.Amalia Sesma Nuez. Bibliotecaria de Peralta de Alfocea.Archivo Amalia Sesma.

AMELIA SESMA NUEZ. Bibliotecaria.

-1. La literatura infantil significa mucho más que la lectura de libros, es poder desarrollar la imaginación y las emociones del niño. Un desarrollo emocional y cognitivo que, desde la infancia, padres, maestros y mediadores, como somos los Bibliotecarios, debemos inculcarles ya que supone un primer paso para una formación crítica y responsable que le llevará a ser partícipe de la sociedad a la que se enfrentará en el futuro. Aborda, habitualmente, valores y sentimientos como la compasión, generosidad, amistad, solidaridad… por lo que nos lleva a reflexionar acerca de la condición humana, la vida, la muerte y nuestro paso por el mundo, sensibiliza a las personas hacia otros seres vivos, nutre nuestras conciencias ofreciéndonos elementos de reflexión para nuestro desarrollo personal. En el Somontano de Barbastro contamos con la Comunidad Lectora de El Rey Rojo, en la que mediadores compartimos experiencias a la hora de formar a los nuevos lectores.

-2. Personalmente, al haber crecido rodeada de cierta adicción familiar hacia la lectura, pude disfrutar desde los clásicos que me facilitaban mis abuelos hasta lo más nuevo de aquella lejana época de mi vida. Desde la ‘Ilíada’ de tapas enteladas hasta autores como Ende, con ‘Momo’ o Fulghum con su ‘Todo lo que realmente necesito saber lo aprendí en el parvulario’, del que aún recuerdo su ‘Credo del cuentista’. Historias que, no sólo hicieron mis días más amenos, sino que me hicieron viajar con la imaginación y crecer como persona.

-3. Hoy en día se puede disfrutar de publicaciones de gran calidad, buena narrativa e ilustraciones cuidadas. Publicaciones que van más allá de un simple texto para convertirse en obras de arte que, no sólo disfrutan los más pequeños, también atraen nuestra atención.

-4. Dos son mis recomendaciones. ‘El ladrón de palabras’ de Nathalie Minnie y la ‘Filosofía visual para niños’ de Ellen Duthie. Belleza y pensamiento crítico.  

Amalia Sesma: "Hoy en día se puede disfrutar de publicaciones de gran calidad, buena narrativa e ilustraciones cuidadas. Publicaciones que van más allá de un simple texto para convertirse en obras de arte"

UN DIÁLOGO CON JOSIAN PASTOR

UN DIÁLOGO CON JOSIAN PASTOR

DIÁLOGO CON JOSIAN PASTOR.

Con motivo del libro 'Lucía y las estrellas'

 

 

¿Qué eres tú, en realidad, poeta, narrador, cineasta, fotógrafo?

 

Buena pregunta. E imposible de contestar a día de hoy. Todavía no lo tengo claro, sabiéndome partícipe de todas esas artes más bien como un observador dispuesto a dar un paso atrás, como «intentólogo practicante» que nuca va a llegar a jefe de obra. Con el cine me he arruinado, con la poesía me he salvado, con la narrativa se me ha abierto un nuevo horizonte y la fotografía (incluyo el vídeo) me da de comer, además de alimentar mi alma abocada al Síndrome de Stendhal.

No podría vivir sin todas estas artes, aunque sea desde mi puesto en el burladero, tomado notas de los que saben, aprendiendo a esperar, a encontrar mi propia voz, que se resiste a llegar.

 

¿Cómo se da el salto del cementerio a un algo «Lucía y las estrellas»?

 

Una de las cosas que he aprendido últimamente es a centrarte en los encargos, por pequeños que éstos sean, como el concurso de EPITAFIOS O RELATOS ÁNGEL SANZ-BRIZ del Cementerio de Torrero, de los que me siento muy orgulloso (sin haber participado en ellos sino como coordinador). Y me parece un paso importante, puesto que uno es uno mismo sin importar el contexto ni el escenario donde tengas que «actuar». Tus propias herramientas intelectuales (por limitadas que sean) siempre son las mismas y se hacen indispensables para enfrentarte a cualquier faceta de la vida y, si es posible, salir airoso. Pero siempre detrás de tu propia verdad. Es el eterno dilema, caer bien o ser tú mismo. Pero no nos queda otra. No podemos ser lo que no somos, aunque aspiremos a ello. Nuestra visión es única y es lo más valioso de cada uno.

Tener llenos de notas los cajones de mi escritorio, cientos de poemas desperdigados por servilletas y algún que otro apunte sin sentido facilita la tarea de recolección de viejas promesas que crecen como racimos de uva y te miran directamente a los ojos cada vez que caen en tus manos. De ahí salió LUCÍA Y LAS ESTRELLAS. De cientos de notas desperdigadas durante años por aciagos escondites de mi escritorio y mis discos duros; puesto que el proyecto ya nació en mí como idea (y no como libro) hace ya mucho, mucho tiempo…

 

¿Cuándo surge como tal este libro, desde el nacimiento de la niña o mucho después?

 

La idea primigenia ya existía como un proyecto imposible de realizar. Y como todas mis ideas (con vida propia), intentan hacerse hueco en mi mente caótica y desfragmentada pisoteándose unas a otras, con violencia y subterfugios. Un buen día vio la luz como tarea imprescindible y no tuve más que obedecer a mi instinto, que me obligó a llevarla a cabo. Una especie de reconocimiento a mi existencia junto al ser que más quiero en este mundo (aunque alguna vez tengamos discusiones sin sentido sin llegar a solucionar nada en concreto).

Cuando reuní el material desperdigado le di un título provisional y el trabajo de su ejecución pasó a ser una necesidad vital. Desde entonces hasta hoy me obligué a mirar al pasado, a recordar las cosas buenas y más graciosas de nuestras vidas y cómo no, dilucidar un poemario de amor eterno hacia mi hija que ahora puede no llegar a entender (y que creo puede llegar a molestarle) hasta que ella tenga el privilegio de ser madre dentro de unos años.

 

De modo genérico, ¿qué has querido contar?

 

Todos sabemos, o hemos oído a los mayores, que nadie muere de pena (excepto algunas raras situaciones que se dan, sobre todo, en animales enjaulados). Todo el mundo suele salir de ese pozo de soledad, depresión y falta de seres queridos olvidando poco a poco los malos recuerdos y todo aquello que produce un gran dolor. Por eso mismo encaminé el libro hacia aquellos momentos intrascendentes que germinaron como recuerdo en nuestras vidas, quizá demasiado normales, vulgares en algunos casos, pero que nos hicieron crecer juntos y descubrir que formábamos parte de un mundo compartido y complejo al que no hay que darle demasiadas vueltas si de verdad queremos ser felices.

Estos recuerdos, aderezados como no podía ser de otra forma, con unos poemas que he personificado en mi hija Lucía (aunque cualquier padre podría recitárselos a sus propias hijas haciéndolos suyos). Cuando un poema sale a la luz editado ya deja de ser del autor y pasa a pertenecer a todo aquel que lo lee y lo particulariza.

 

¿Cómo se ha ido gestando el libro, cómo es ese equilibrio entre el verso y la prosa, cómo se elude la cursilería o lo excesivamente sentimental?

 

Ahí has dado en el clavo. No lo he eludido, aun a sabiendas de que era peligroso desde el punto de vista crítico-literario. Me he desnudado por completo en lo sentimental, aunque he evitado por todos los medios la cursilería (no sé si lo he conseguido). No he utilizado demasiados artificios ni figuras retóricas, ni nada que pudiera entorpecer lo que significaba para mí este libro: una especie de epistolario, un poemario vital, una necesidad de decirle a mi hija que la quiero (aunque insisto, discutimos mucho). Dejar constancia de un recordatorio de lo que fuimos en otros tiempos para reencontrarnos en un futuro próximo. Sin ínfulas de grandeza. La unión filial de un padre y su hija, sus momentos, sus incursiones en la vida, sus chascarrillos de familia. El verso da consistencia al relato de carta de amor, lo materializa en algo que está por encima de lo simplemente narrativo. Un poema de amor nunca es vergonzante, y menos si va dirigido a la persona que amas. Es el sello de oro que adorna y da valor a cualquier misiva dirigida al ser amado. Lo que hace posible imaginarnos a la persona a quien va dirigida, aunque no sepamos nada de ella.

 

¿Tenías claro que querías hacer una declaración de amor a tu hija?

 

Tuve momentos en los que quise incluir momentos negativos de nuestra relación (que también los hubo), dándoles un toque de humor, claro está. Las cosas de casa se quedan en casa. Pero esa idea tan descabellada y fugaz pronto despareció de mi cabeza. Cuando se quiere homenajear a alguien, y más a una hija que va a cumplir dieciocho años (con lo que eso conlleva para ella, al ser mayor de edad y todas esas disposiciones legales), supuso para mí un reto; siempre pensando en que ella podría leer el libro con otros ojos dentro de veinte o treinta años, cuando yo no esté a punto de abandonar este mundo.

Para hacer una declaración de amor, ésta tiene que ser sincera, desnuda, simple y concisa. No tiene que generar dudas al interlocutor a quien va dirigida. No hay otro camino. ¡Cuántas novias habrá perdido Góngora o Quevedo (tan amigos ellos) por no haber sabido expresar con especial claridad y sencillez sus deseos de amor!

 

¿Es un libro a contrapelo, en tiempos de feminismo?

 

Por definición racional y al ser padre de una sola hija me considero feminista de profesión. Defensor a ultranza de los derechos de la mujer y por supuesto de la igualdad de oportunidades. Es algo tan obvio como el no estigmatizar al hombre, al padre, al hijo (y al Espíritu Santo) por el mero hecho de ser lo que son, por ser lo que somos, guardianes de nuestras hijas hasta que vuelen del nido y mucho más allá.

No olvidemos que la sociedad se construye con amor y no con odio. Y dentro del amor entramos nosotros, los hombres (espero no molestar a nadie). Libre te quiero pero no mía… Grande te quiero pero no mía… Ni de Dios ni de nadie, ni tuya siquiera.

Decía mi querido y admirado poeta Agustín García Calvo.

 

En el fondo, también es un libro sobre la literatura, ¿no?

 

Qué menos que intentar ser parte del barrio de los escritores a los que alguien lee alguna vez. Puede sonar a sueño imposible pero el esfuerzo que dedicamos los «escribidores» a nuestras obras, por pequeñas que sean es, al menos, perturbador. Lo más difícil es intentar caernos bien a nosotros mismos. Y no siempre lo conseguimos.

Por supuesto que hay que revisar hasta la extenuación cualquier texto que se precie, pero el saber parar a tiempo evita muchos ictus innecesarios. Me viene a la mente el libro sobre Berna que Mi estimado Manuel M. Forega le escribiera también a su hija creo que en el noventa y seis del siglo pasado. Y todos sabemos que los escritores, al menos algunos, siempre se arrepienten de haber sacado a la luz según qué libro, casi siempre en sus comienzos. Pues bien, estoy seguro de que este libro dedicado a mi hija, así como el de Forega, siempre tendrá su pequeño rincón en nuestro maltrecho corazón de poetas desahuciados (y aquí sí que he querido ser algo cursi).

 

¿Para quién has pensado este libro, porque está claro que no es sólo un libro para ella, sino que quieres presentarlo y promocionarlo y todo eso?

 

Es una pequeñísima edición para la familia, amigos y conocidos. Un best-seller de pedanía. Claro que me enorgullece que forme parte de mi obra literaria, y por supuesto me encantaría que fuera leído por mucha gente. Pero sé a ciencia cierta que no va a poder ser posible por sus escasos ejemplares y nula distribución. Podríamos decir que va a convertirse en un libro «raro» e inaccesible incluso antes de nacer. Uno de esos libros de viejo que busca con fruición nuestro admirado José Luis Melero (quien por cierto ya tiene su ejemplar).

 

 

 

¿Cómo es Lucía, qué te conmueve de ella?

 

Qué decir de nuestras hijas, querido Antón. Pues que nos tienen rendidos, subyugados a sus deseos, por incomprensibles que sean. Siempre me he preguntado cómo de un ser vulgar y rudimentario como yo (así me define mi mujer muy de vez en cuando) ha salido tal maquinaria de precisión suiza, de tal belleza y tan llena de ternura que ha destruido en cierto modo la terrible adolescencia. Un punto y seguido a tener en cuenta después de este libro, dedicado a su infancia y crecimiento personal.

Lo que más me conmueve de ella es que a veces me escucha. Incluso piensa en las mamarrachadas que le digo, cuando hago de padre. Eso siempre me ha fascinado, puesto que nadie me ha escuchado nunca y nadie te enseña a ser padre, siendo la profesión más difícil y tediosa que he conocido. Sólo espero que mantenga un recuerdo grato del que intentó ser un buen progenitor sin tener idea de cómo hacerlo, bregando con cosas inentendibles de las que saldría corriendo sin mirar atrás si yo tuviera sus dieciocho años. Su virtud tocando el piano, su bagaje académico… Todo eso me fascina, pues yo siempre fui un bala perdida. La admiro sin decírselo, no sea que quiera imitarme y todo se vaya al garete.

 

¿Estás invitando a los demás padres a que hagan libros como el tuyo?

 

Qué bonito sería. Qué maravillosos recuerdos se guardarían con una especie de transmisión  genético-literaria en todas las familias. Conoceríamos cómo pensaban nuestros bisabuelos, nuestros abuelos, nuestros padres, a veces auténticos desconocidos para nosotros. Desde luego podrían contar con algo muy importante: el recuerdo imperecedero de lo que fueron, su visión local del mundo, sus interacciones con la familia. En definitiva, literatura de andar por casa con algún exceso de verdad. Un viaje iniciático por los arrabales de nuestros seres queridos que sólo queda en eso, un simple paseo por nuestros recuerdos cotidianos, que son los que germinan.

 

RECUERDO DE FÉLIX ROMEO (1968-2011)

Tal día como hoy, 7 de octubre, entre las seis y las ocho de la mañana, en casa de la escritora Aloma Rodríguez, en Madrid, fallecía Félix Romeo Pescador. Cuando se dio la noticia, y el desfibrilador no llegó a tiempo, empezaron a llegar amigos: el escritor Marcos Giralt Torrente, la jefa de prensa Carlota del Amo, el actor Jorge Sanz, que quería a Félix como a un hermano, cómplices más jóvenes como Daniel Gascón y Jonás Trueba. Todos parecían habitar un alucinado despertar de tinieblas y un inesperado lago de lágrimas. Félix, uno de los intelectuales más completos y complejos que ha dado Aragón en el último cuarto de siglo, era ante todo un sabio curioso, querido, arrollador, deslumbrante en los detalles y a veces en la ira (que se esfumaba de súbito como los vapores de la gaseosa), y era el ciudadano dialéctico, aquejado de una oscura y casi secreta melancolía, al que nada le era ajeno. Leyó, desde joven, más de lo que parecía razonable e incluso verosímil; tuvo siempre un metrónomo propio para estirar el tiempo, una voracidad infinita por todo: por los libros, por el cine, por los viajes, por las relaciones humanas y por el amor, por la comida, por el arte, por la música y por las ciudades, y entre ellas, su amada y carnal Zaragoza, y de ella, su metafísico barrio de Las Fuentes.

La vida breve de Félix (Zaragoza, 1968-Madrid, 2011) compendia muchas existencias, muchos desvelos, quimeras y sueños: regalaba, como mínimo, una docena de ideas graciosas o atrabiliarias o centelleantes cada día. Se sentía cómodo con los niños (recuperaba su almario gigante de niño de barrio), adoraba a las mujeres (Carmen, su madre; Cristina, Lina, sus amores, y tantas y tantas amigas), era feliz en la charleta y escribió con lucidez, compromiso, búsqueda y un espíritu tumultuoso de verdad. De boquilla decía que tenía razón en todo; hacia dentro, pensaba y sentía que dudaba hasta de su sombra. Y se sentía profundamente inseguro de sus libros: ‘Dibujos animados’, ‘Discothèque’, ‘Amarillo’ y ‘Noche de los enamorados’, y su obsesión por la palabra y la creación dedicó uno de sus mejores textos: ‘Por qué escribo’, que daría título luego a un libro homónimo de artículos, muchos de ellos aparecidos en HERALDO, que publicó Xordica. Félix Romeo buscaba, a cualquier hora, todo el amor posible, todos los besos del mundo. Y a menudo, de misteriosa manera, los daba y los recibía. Todos los besos del mundo.