JAVIER VÁZQUEZ Y MAR VILLAR
Javier Vázquez es, ante todo, un hiperactivo. Le apasionan los viajes, la fotografía, el teatro (como dramaturgo y como actor) y, por supuesto, la radio. Conduce desde hace casi una década en Aragón Radio el programa vespertino ‘Escúchate’. En él ha dado muestras de su interés por las letras: ha grabado poemas y textos con la voz de los autores, ha creado premios literarios, especialmente de microrrelato en colaboración con Julio Espinosa y su Escuela de escritores, y está siempre atento a fenómenos como la literatura infantil y juvenil. De ahí que no sorprenda que también dé el salto a ese universo con un libro deliciosos, suspenso en la imaginación y en la desmesura deli berada: ‘Cuatro cuentos rusos’ (Nalvay. Ilustraciones de Mar Villar), que en realidad no son exactamente historias aisladas sino que con humor y fantasía ofrecen un hilo de continuidad. Los personajes entran y salen en todas las historias: desde esa mujer inmensamente gorda Gretzen Grotzen hasta la cocinera Feodorovna Topolinova que lleva casada catorce años con su marido Anatoli, cosmonauta, que anda por ahí dando vueltas alrededor del espacio, hasta que un día logra acercarse a la mujer con la que se había casado por poderes y le estampa uno de esos besos inolvidables. Inolvidables y largos. Y también está la rubia Monna Limoncelli, actriz y musa y organizadora de eventos, que será determinante en el cuento final, dedicado a un extravagante director de cine, Olegario Bedemille, que, de golpe, decide hacer una película convencional, cuyo título bien podría ser ‘El planeta Grotzen’. El mundo ruso, y quizá Afganesiev y sus cuentos tradicionales, es muy visible, pero también la huella de Andersen, de las ficciones de Hoffman y un universo un tanto austrohúngaro. ‘Cuatro cuentos rusos’ es, en el fondo, una pequeña novela donde todo ha sido medido, sobre todo su desbordante imaginación, la sensación de felicidad y el hilván que enlaza todas las historias, todos los personajes. Mar Villar realiza unas ilustraciones espléndidas, masas de color, estampas muy narrativas con ironía, gracia y poesía; destaca su cuidadoso sentido de la composición, la acumulación de detalles y algunos homenajes: uno a René Magritte y otro, quizá más visible, al mundo mágico de Marc Chagall, un torbellino de cromatismo y de personajes. El volumen, para todos los públicos, contiene en códigos informáticos, la grabación de todos los cuentos por parte de Javier Vázquez.
*La ilustración es de Gretzel Grotzen, realizada por Mar Villar.
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