Se muestran los artículos pertenecientes a Mayo de 2004.
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13/05/2004 11:39 Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.
Albarracin
Estamos en la Toledo de Aragón organizando los V Encuentros Literarios de Albarracín. Es una maravilla ver los adelantos de los chavales. Son, con su maestro Mariano Gistaín, unos auténticos magos de las nuevas tecnologías. Un gran abrazo ameguicos. Me encanta estar aquí con vosotros. Un abrazo. Antón.
13/05/2004 11:43 Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.
Periodismo en Teruel
Los chavales de la Eso están aprendiendo a hacer cine en los talleres de los V Encuentros Literarios de Albarracín. Mariano Gistaín les enseña a navegar; Fernando García Mongay les ha preparado un periódio "Albarracín news"; Miriam Reyes les enseña a escribir poesía; Alberto Gámez les enseña a hacer un programa de televisión; Ángel Gonzalvo y Carmen Pérez les orienta hacia los cortos de vídeo y cine; y Pedro Rújula les ha introducido en los caminos de la historia y de la memoria.
José Luis Cano les ha traído, a los niños de 3, 4 y 5 años, unos enanitos y con ellos les cuenta historias y cuentos. Y Daniel Gascón les enseña a escribir cuentos.
Quiero dar las gracias a Roberto Abizanda -al que admiro con auténtica locura- por esta maravillosa herramienta que permite publicar en un segundo y acceder a la plaza universal de la comunicación. Un abrazo infinito, maestro.
José Luis Cano les ha traído, a los niños de 3, 4 y 5 años, unos enanitos y con ellos les cuenta historias y cuentos. Y Daniel Gascón les enseña a escribir cuentos.
Quiero dar las gracias a Roberto Abizanda -al que admiro con auténtica locura- por esta maravillosa herramienta que permite publicar en un segundo y acceder a la plaza universal de la comunicación. Un abrazo infinito, maestro.
13/05/2004 11:49 Enlace permanente. sin tema Hay 4 comentarios.
Sensaciones a la vuelta de Albarracín
Con su ironía habitual, seca y my bien interpretada, el maestro Arcadi Espada recordó la importancia de google (él se siente un hombre desarraigado, sin identidad), cómo internet ha cambiado el concepto del periódico y como el único lugar, su territorio íntimo es su portátil, por el cual se asoma al mundo e interpreta el mundo. Dijo muchas más cosas, pero yo sólo pensaba en la gente que encuentra en la red un pasadizo constante de libertad.
Hubo algo que dijo luego, durante la grabación de una entrevista. Dijo que sus mejores amigos, sus mejores relaciones, habían nacido de la red.
Antonina Rodrigo no parece una entusiasta todavía de Internet, pero ha trabajado con paciencia de infinita en esclarecer los enigmas y los silencios de las mujeres. Habló de Amparo Poch, contó numerosas anécdotas, y recordó las bellas cartas que se cruzó con la anarquista Gloria Prades, que, andando el tiempo, se ha convertido en su suegra.
Javier Rioyo -que será nombrado jefe de programas de televisión española- recordó a dos grandes tipos: Luis Buñuel, una pura y constante paradoja en acción, y Rafael Alberti, el gran seductor, el poeta en calle, aquel caballero galante al cual los dedos se le hacían huéspedes y no había mujer alguna que no fue pellizcada o sobada por él.
Estuvo Javier Torres, y se quedó fascinado con todos: Pons Prades, Antonina, Arcadi, Eloy Fernández Clemente... Quizá lo más bonito fue un paseo, acompañando el cauce del Guadalaviar, bajo un sol de primavera. Javier explicó a Pepe Melero algunos secretos de la telefonía móvil. Luego subimos a ver a Cano, sus trabajos sobre Odón de Buen y Sender, y el arte parecía superar a la naturaleza.
Hubo algo que dijo luego, durante la grabación de una entrevista. Dijo que sus mejores amigos, sus mejores relaciones, habían nacido de la red.
Antonina Rodrigo no parece una entusiasta todavía de Internet, pero ha trabajado con paciencia de infinita en esclarecer los enigmas y los silencios de las mujeres. Habló de Amparo Poch, contó numerosas anécdotas, y recordó las bellas cartas que se cruzó con la anarquista Gloria Prades, que, andando el tiempo, se ha convertido en su suegra.
Javier Rioyo -que será nombrado jefe de programas de televisión española- recordó a dos grandes tipos: Luis Buñuel, una pura y constante paradoja en acción, y Rafael Alberti, el gran seductor, el poeta en calle, aquel caballero galante al cual los dedos se le hacían huéspedes y no había mujer alguna que no fue pellizcada o sobada por él.
Estuvo Javier Torres, y se quedó fascinado con todos: Pons Prades, Antonina, Arcadi, Eloy Fernández Clemente... Quizá lo más bonito fue un paseo, acompañando el cauce del Guadalaviar, bajo un sol de primavera. Javier explicó a Pepe Melero algunos secretos de la telefonía móvil. Luego subimos a ver a Cano, sus trabajos sobre Odón de Buen y Sender, y el arte parecía superar a la naturaleza.
17/05/2004 01:00 Enlace permanente. sin tema Hay 2 comentarios.
Internet y los afectos
"Internet es el lugar donde se producen relaciones intelectuales y de enormes afectos que no se producen en ningún lugar. El trabajo hoy es nuestro portátil", dijo Arcadi Espada en Albarracín y subrayó que gracias a la red tiene la sensación de "estamos en el mejor mundo de los posibles".
17/05/2004 10:31 Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.
"Man" y la perra Noa
Casi todas las mañanas me encuentro con Manolo, el cartero de Garrapinillos y entrenador del Arenas, aquel equipo que viste como el Milan y del cual es forofo el cineasta Antonio Artero. Manolo, que está a punto de ascender con su equipo, es un fanático de Internet: me ha dicho que está bajando "La pasión" de Mel Gibson y viaja a diario por todo tipo de páginas. Es un entusiasta de la obra musical de Paco Aguarod y un gran lector de libros. Lo veo muchos días antes de sacar a pasear a mi mastina Noa. En este día radiante de primavera,Manolo siempre contagia alegría. Y Noa, triscando entre las hierbas amarillas, va y viene a su antojo con su inmensa mata de pelo. Bajo este sol que invita a vivir, me he puesto a leer (hojear y ojear) el número 200 de la revista "Man": otra invitación a la alegría en medio del diseño, el couché y un montón de cuerpos bonitos, de ellas y de ellos. Os recomiendo los retratos de Naomi Campbell, que es un axioma de belleza oscura, claro, la selección de fotos de Liv Tyler, Duran Duran, Uma Thurman, Sarah Jessica Parker, y sobre todo lo que más me ha gustado es el reportaje de Antón Losada y Xurxo Lobato sobre Galicia. Es otra forma de voluptuosidad.
Hacía años, muchos años, que no compraba yo "Man". A veces, veía los números atrasados en casa de Luis Alegre, que las conservaba todos como yo el viejo "El europeo" de Milagros Valdés y Borja Casani, luego. El formato es grande, más grande que nunca, y además hay una camiseta para señores tan gorditos como yo.
Por cierto, esta tarde, hay dos cosas que son muy recomendables: el escritor y periodista Pedro Corral presenta en Ámbito cultural su libro "Si me quieres escribir", la historia de la 84 Brigada Mixta del Ejército Popular que combatió en la batalla de Teruel, y la pianista Adela Martín -pura sensibilidad, embrujo puro- ofrece un concierto en las Cortes de Aragón en honor de Pilar Bayona; ha compuesto una pieza para ella.
Hacía años, muchos años, que no compraba yo "Man". A veces, veía los números atrasados en casa de Luis Alegre, que las conservaba todos como yo el viejo "El europeo" de Milagros Valdés y Borja Casani, luego. El formato es grande, más grande que nunca, y además hay una camiseta para señores tan gorditos como yo.
Por cierto, esta tarde, hay dos cosas que son muy recomendables: el escritor y periodista Pedro Corral presenta en Ámbito cultural su libro "Si me quieres escribir", la historia de la 84 Brigada Mixta del Ejército Popular que combatió en la batalla de Teruel, y la pianista Adela Martín -pura sensibilidad, embrujo puro- ofrece un concierto en las Cortes de Aragón en honor de Pilar Bayona; ha compuesto una pieza para ella.
18/05/2004 11:29 Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.
Para Fernando, sobre el tiempo
Querido Fernando: Me pregunta usted por el tiempo. Sólo le revelaré parte del enigma. Conozco al menos tres Antón Castro con cierta actividad pública.
Uno es Antón Castro, de Muxía, crítico de arte, ensayista, experto en escultura y autor de bastantes libros y artículos. Muxía, curiosamente, está cerca de mi pueblo, Arteixo, y es uno de mis lugares de visita en verano.
Otro Antón Castro es de Lugo, es un cuentacuentos, formó parte del grupo gallego Fuxan os Ventos y también es profesor e investigador.
Y el otro soy yo, que soy un hombre errante en busca de sí mismo como un personaje de Pirandello. Ya ve qué misterio: supongo que a veces nos suplantaremos sin saberlo. Un gran abrazo y gracias por su ad-miración. Le escribo desde aquí porque soy muy torpe y no sé entrar en su página ni acceder a su e-mail.
Uno es Antón Castro, de Muxía, crítico de arte, ensayista, experto en escultura y autor de bastantes libros y artículos. Muxía, curiosamente, está cerca de mi pueblo, Arteixo, y es uno de mis lugares de visita en verano.
Otro Antón Castro es de Lugo, es un cuentacuentos, formó parte del grupo gallego Fuxan os Ventos y también es profesor e investigador.
Y el otro soy yo, que soy un hombre errante en busca de sí mismo como un personaje de Pirandello. Ya ve qué misterio: supongo que a veces nos suplantaremos sin saberlo. Un gran abrazo y gracias por su ad-miración. Le escribo desde aquí porque soy muy torpe y no sé entrar en su página ni acceder a su e-mail.
18/05/2004 11:38 Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.
Adela, Pedro Corral y los 46 fusilados
Me encuentro con Pedro Corral, periodista y viejo amigo de "ABC", autor de un precioso y dramático libro sobre la 84ª Brigada Mixta del Ejército Popular, donde narra la historia de un puñado de hombres que pasó del heroísmo y del reconocimiento unánime a la ejecución por su propio mando. 46 hombres fueron ejecutados, acusados de insubordinación, en Rubielos de Mora el 20 de enero de 1938, 13 días después de haber conquistado Teruel al coronel Rey d'Harcourt (objeto de un libro de Eloy Fernández Clemente). Pedro Corral dio con algunos supervivientes, que le contaron su aventura increíble, y visitó los lugares de la batalla. Y lo más bonito fue lo que sucedió cuando apareció el libro "Si me quieres escribir" (Debate): algunos ya no podían leer. Y a uno de ellos su hija le leía el libro, noche tras noche para que se no se cansase, y al terminarlo se quedó conmovido. En realidad, estaba conmovido día a día: creía oír "Las mil y una noches" de su propia vida. Esta brigada fue elogiada por Hemingway y Herbert Mathews, y captada por la cámara de Robert Capa, aunque parece ser que ninguno de los tres supo de su aciaga suerte.
Hace 20 años, cuando yo trabajaba de camarero y de cajero de bingo y escribía en gallego poemas para Alfonsina Storni, conocí a una joven pianista en la calle Espoz y Mina. Se llamaba Adela Martín. Ayer volví a oírla en el Salón del Trono de la Aljafería en un concierto en honor a la concertista Pilar Bayona. Le dedicó una pieza muy bonita y teatral y se entregó con absoluta emoción. Por allí andaban, entre otros, Miriam Monterde, que se mueve por la ciudad bellamente en moto, Lola Durán, que está a punto de viajar a Argentina a dar una conferencia sobre Joaquín Torres García, los diseñadores Alberto Salas y Fernando Lasheras, el pintor Mayayo, ese gran escritor de diarios que es Fernando Sanmartín, el pianista Rubén Lorenzo, el crítico musical y narrador de la vida de Florentino Ballesteros Javier Aguirre. Y también estaban los jardines. Miriam y Lola, al pasar, dijeron que les gustaría que las albercas estuviesen llenas para refrescar sus pies en el aire tibio de la noche, bajo los olorosos naranjos. Ellas son así. Adela Martín es una pianista y compositora estupenda. Colaboró hace años en "Trágala perro" de Antonio Artero, ese seguidor del Arenas, nuestro Milan doméstico. Paco Aguarod, el ángel de la música que no soporta el humo de los cigarrillos, le ha grabado sus dos últimos compactos en Coda.
Y ahora salgo al campo con mi perra Noa... Por cierto, espectacular artículo-compendio de Mariano Gistaín. Jordi Sevilla llegó, vio y no trajo nada. Mal empezamos...
Hace 20 años, cuando yo trabajaba de camarero y de cajero de bingo y escribía en gallego poemas para Alfonsina Storni, conocí a una joven pianista en la calle Espoz y Mina. Se llamaba Adela Martín. Ayer volví a oírla en el Salón del Trono de la Aljafería en un concierto en honor a la concertista Pilar Bayona. Le dedicó una pieza muy bonita y teatral y se entregó con absoluta emoción. Por allí andaban, entre otros, Miriam Monterde, que se mueve por la ciudad bellamente en moto, Lola Durán, que está a punto de viajar a Argentina a dar una conferencia sobre Joaquín Torres García, los diseñadores Alberto Salas y Fernando Lasheras, el pintor Mayayo, ese gran escritor de diarios que es Fernando Sanmartín, el pianista Rubén Lorenzo, el crítico musical y narrador de la vida de Florentino Ballesteros Javier Aguirre. Y también estaban los jardines. Miriam y Lola, al pasar, dijeron que les gustaría que las albercas estuviesen llenas para refrescar sus pies en el aire tibio de la noche, bajo los olorosos naranjos. Ellas son así. Adela Martín es una pianista y compositora estupenda. Colaboró hace años en "Trágala perro" de Antonio Artero, ese seguidor del Arenas, nuestro Milan doméstico. Paco Aguarod, el ángel de la música que no soporta el humo de los cigarrillos, le ha grabado sus dos últimos compactos en Coda.
Y ahora salgo al campo con mi perra Noa... Por cierto, espectacular artículo-compendio de Mariano Gistaín. Jordi Sevilla llegó, vio y no trajo nada. Mal empezamos...
19/05/2004 09:56 Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.
Dos poetas y un narrador atormentado
Fernando Ferreró, que es un enamorado del arte bruto y un poeta de esencias, de gestos mínimos, de palabra precisa como un dardo de luz, acaba de publicar "Entre Paréntesis" (Lola Editorial): 17 poemas de amor, cosa más bien infrecuente en él, limpios, esculpidos con el buril del corazón y la inteligencia. "Te ocupa la pasión desolada // el deseo de ser en otro // que, irremediablemente, // te ignora". Todo el libro, hondo y terso, cabalga a lomos de lo cotidiano y de los objetos.
José Antonio Conde, en la misma colección, publica una hermosa colección de aforismos. Los hay realmente magníficos. Como greguerías. Anoto algunos:
"La dulzura es un descenso de violetas por el surco de un párpado".
"El amor perjudica seriamente la razón".
"Cambio un adjetivo por dos besos clandestinos".
"La soga es una corbata para valientes".
Hoy ha estado en Zaragoza el escritor albanés Baskhim Shehu, autor de un admirable libro autobiográfico: "Confesiones junto a una tumba", el relato de su padre humillado, ejecutado y extraviado bajo tierra. Ha venido para organizar encuentros entre escritores europeos en Zaragoza siguiendo el modelo "Café Europa" que se organiza en Barcelona.
José Antonio Conde, en la misma colección, publica una hermosa colección de aforismos. Los hay realmente magníficos. Como greguerías. Anoto algunos:
"La dulzura es un descenso de violetas por el surco de un párpado".
"El amor perjudica seriamente la razón".
"Cambio un adjetivo por dos besos clandestinos".
"La soga es una corbata para valientes".
Hoy ha estado en Zaragoza el escritor albanés Baskhim Shehu, autor de un admirable libro autobiográfico: "Confesiones junto a una tumba", el relato de su padre humillado, ejecutado y extraviado bajo tierra. Ha venido para organizar encuentros entre escritores europeos en Zaragoza siguiendo el modelo "Café Europa" que se organiza en Barcelona.
19/05/2004 22:54 Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.
Campo con perra
Cuando llegué a Garrapinillos, el barrio era muy diferente. Había una plaza de toros portátil de la peña "Jesús Millán", que es el torero de aquí, el héroe local, y yo paseaba por sus alrededores. Al fondo está la magnífica iglesia, afrancesada, del joven Ricardo Magdalena. Ahora la iluminan por la noche y parece acariciar un campo celeste de estrellas. Es preciosa. Suelo pasear de madrugada a mi perra Noa: hacia las dos de la mañana. Ahora han levantado la plaza y están construyendo adosados y urbanizaciones. Es bonito ver cómo se alzan día a día. A veces creo estar en un poblado norteamericano o en una ficción de Patricia Highsmith. Siempre que ando por ahí, entre margaritas gigantescas y amapolas, pienso en Mariano Gistaín. Siempre pienso en él porque le apasiona lo nuevo, el ensanchamiento de la ciudad, los impulsos de modernidad imparable. He estado hace un rato en este día de luminosa furia solar. Preparo con Gervasio Sánchez dos programas sobre la figura del reportero de guerra -uno dedicado a Robert Capa, y otro a él mismo-, y estoy repasando la vida y las fotos del enamorado de Gerda Taro -aquella muchacha promiscua que murió aplastada por una tanqueta en Brunete mientras coqueteaba con otro hombre- y de Ingrid Bergman.
Capa quiso ser fotógrafo. Estaba con los de abajo, con los perdedores, con los humillados y ofendidos, aunque fueran aquellos cachorros alemanes a los que Hitler sacó de las granjas y las escuelas y los mandó a combatir, sin saber nada de las guerras, sin saber siquiera como se empuña un fusil. A su amigo del alma Henri Cartier-Bresson, Capa le dijo una vez: "Si te dices artista, no te encargarán ningún reportaje. Preséntate como periodista y luego haces lo que quieras".
Capa también dijo aquello de "si tus fotos no son lo suficientemente buenas es que no te has acercado lo suficiente".
Capa quiso ser fotógrafo. Estaba con los de abajo, con los perdedores, con los humillados y ofendidos, aunque fueran aquellos cachorros alemanes a los que Hitler sacó de las granjas y las escuelas y los mandó a combatir, sin saber nada de las guerras, sin saber siquiera como se empuña un fusil. A su amigo del alma Henri Cartier-Bresson, Capa le dijo una vez: "Si te dices artista, no te encargarán ningún reportaje. Preséntate como periodista y luego haces lo que quieras".
Capa también dijo aquello de "si tus fotos no son lo suficientemente buenas es que no te has acercado lo suficiente".
20/05/2004 11:59 Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.
Dos mujeres y un poeta
Uno de mis poetas favoritos es Xosé María Alvarez Cáccamo. Es gallego, vive en las afueras de Vigo y ha construido un Museo de arte contemporáneo de formatos ínfimos. Cabe encima de una mesa y lo diseñó un arquitecto. Se llama MUGAFOI (Museo Galego de Formatos Ínfimos) y tiene obras originales de Ánxel Huete, Antón Patiño, Antón Goyanes, Isaa Pérez Vicente o Berta Cáccamo, su hermana, con la cual Pepe Cáccamo -que es su nombre coloquial- realizó el libro de artista "Fragmentos de mar". Cáccamo también es artista. Vive frente al mar de Vigo y tiene un taller inmenso donde hace sus collages, sus fantasías de poeta que vive en el arte. Una de sus pasiones son las conchas: esos retazos de nácar que el mar esconde en la arena. Otra son sus hijos: Pedro y Antón, a los que les gustan los castillos.
Pepe Cáccamo acaba de publicar en Olifante su primera antología en castellano: "La habitación del mar". Sus poemas hablan del océano y sus mitos, de la memoria, de la sombra de la Guerra Civil, de su increíble familia (su padre fue poeta y estudioso de la lírica medieval, editor y profesor) y de sus recuerdos de infancia en un paisaje de tormentas y de olas.
En uno de sus poemas, dedicado a Beatriz, escribe:
"Nadadora del túnel de plata, la que huye
de las hélices de espuma en los espejos rotos y se pierde
por el centro de la cruz de un río doble, altiva
sobre el alero violeta de las cotas que los mapas no señalan,
centinela de los pájaros, tú que ordenas
los fardos abisales de la fuerza pétrea,
señora de las alturas y de las mínimas dimensiones
y de la sed interior y de la locura inteligente...".
Por cierto, Beatriz fue nadadora y campeona en A Coruña.
La editora de este poemario es Trinidad Ruiz-Marcellán, que está enferma, ingresada en el Hospital Provincial. Desde aquí le mandamos un beso. La sorprendió un dolor intenso mientras preparaba la recepción de Cáccamo, que vendrá a Zaragoza y a Tarazona el próximo 3 de junio, y el Festival de Poesía del Moncayo, que se celebrará en el final del verano en Veruela. Trinidad es infatigable: pronto se recuperará y volverá a la poesía, al combate, a la alegría, a llevar la palabra iluminada a la calle y a pasear con Miguel y Daniel Mena por Litago.
Ana Latorre, la mujer incansable que preparó el gran homenaje a George Orwell en los Monegros, también está enferma. Se cayó en Albarracín y se rompió una muñeca, la de la mano izquierda, y una vértebra. Hablamos cada mañana y dice, con una voz de ultratumba, "hoy he dormido mejor". La calle Cádiz, a cualquier hora, nota que no está y los bares han dejado de poner a mediodía algunos cafés americanos. Percibo que la calle Cádiz está incompleta, como inacabada, a cada instante. Y no sólo yo, sino muchos amigos y el aire cálido que no encuentra acomodo en ese paseo peatonal. Trinidad, Ana: hay ausencias que pesan como un sinvivir.
Pepe Cáccamo acaba de publicar en Olifante su primera antología en castellano: "La habitación del mar". Sus poemas hablan del océano y sus mitos, de la memoria, de la sombra de la Guerra Civil, de su increíble familia (su padre fue poeta y estudioso de la lírica medieval, editor y profesor) y de sus recuerdos de infancia en un paisaje de tormentas y de olas.
En uno de sus poemas, dedicado a Beatriz, escribe:
"Nadadora del túnel de plata, la que huye
de las hélices de espuma en los espejos rotos y se pierde
por el centro de la cruz de un río doble, altiva
sobre el alero violeta de las cotas que los mapas no señalan,
centinela de los pájaros, tú que ordenas
los fardos abisales de la fuerza pétrea,
señora de las alturas y de las mínimas dimensiones
y de la sed interior y de la locura inteligente...".
Por cierto, Beatriz fue nadadora y campeona en A Coruña.
La editora de este poemario es Trinidad Ruiz-Marcellán, que está enferma, ingresada en el Hospital Provincial. Desde aquí le mandamos un beso. La sorprendió un dolor intenso mientras preparaba la recepción de Cáccamo, que vendrá a Zaragoza y a Tarazona el próximo 3 de junio, y el Festival de Poesía del Moncayo, que se celebrará en el final del verano en Veruela. Trinidad es infatigable: pronto se recuperará y volverá a la poesía, al combate, a la alegría, a llevar la palabra iluminada a la calle y a pasear con Miguel y Daniel Mena por Litago.
Ana Latorre, la mujer incansable que preparó el gran homenaje a George Orwell en los Monegros, también está enferma. Se cayó en Albarracín y se rompió una muñeca, la de la mano izquierda, y una vértebra. Hablamos cada mañana y dice, con una voz de ultratumba, "hoy he dormido mejor". La calle Cádiz, a cualquier hora, nota que no está y los bares han dejado de poner a mediodía algunos cafés americanos. Percibo que la calle Cádiz está incompleta, como inacabada, a cada instante. Y no sólo yo, sino muchos amigos y el aire cálido que no encuentra acomodo en ese paseo peatonal. Trinidad, Ana: hay ausencias que pesan como un sinvivir.
21/05/2004 01:35 Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.
Futbolistas de la nueva Zaragoza
Zaragoza es una ciudad cada vez más cosmopolita. Cabe hablar de los nuevos aragoneses, de los nuevos zaragozanos. Esta mañana -confieso que la boda no me emociona nada. Hay algo que se les ha ido de las mano, y no me refiero a su majestad la lluvia- he ido a los campos de Delicias a ver el fútbol infantil. Los niños de Garrapinillos, que por cierto tienen un búlgaro y un portugués en sus filas, se enfrentaban a los ecuatorianos y africanos del Racing Delicias, un equipo disciplinado, rápido, hambriento de balón. Poseen una especie de madurez incipiente. Había tres jugadores de color que corrían como lebreles o como gamos salteadores: largas piernas, fibrosos, rápidos y astutos. Atrás, los niños ecuatorianos jugaban sin desmayo, como veteranos. Sin complejo alguno: ese estado de normalidad y de aceptación emociona al más insensible. Ellos no se acordaban de la boda: jugaban como si en cada lance se les fuera la vida y el destino. Precioso. Al final ganaron los jóvenes de Delicias, 2-1.
Si el fútbol sigue siendo un deporte bonito es aquí: en estos campos de tierra, que anteayer captó el tierno Antonio Calvo Pedrós. Aquí los niños son reyes, príncipes oscuros, campeones de la ilusión.
Una nota cultural. Hace unos 16 años, cuando trabajaba en "El día de Aragón" y era feliz e indocumentado, conversé por primera vez con Luis del Val. Acababa de ganar el Premio Café Gijón con "Buenos días, señor Ministro", que publicó Plaza & Janés. Luis del Val se confesaba entonces un "escritor de fin de semana" que resumía en esa novela parte de sus experiencias como diputado, desde el humor y la ironía. Algaida acaba de reeditar ese libro,la historia del funcionario gris Deucalión al cual un braguetazo convierte en azaroso ministro de Agricultura, pero no dice que ya estaba editado y además omite la fecha de la primera edición. Luis del Val, que es un tipo extraordinario, cosechó un importante éxito con "Las amigas imperfectas", una oblicua historia de España, que también apareció en el sello sevillano Algaida.
Si el fútbol sigue siendo un deporte bonito es aquí: en estos campos de tierra, que anteayer captó el tierno Antonio Calvo Pedrós. Aquí los niños son reyes, príncipes oscuros, campeones de la ilusión.
Una nota cultural. Hace unos 16 años, cuando trabajaba en "El día de Aragón" y era feliz e indocumentado, conversé por primera vez con Luis del Val. Acababa de ganar el Premio Café Gijón con "Buenos días, señor Ministro", que publicó Plaza & Janés. Luis del Val se confesaba entonces un "escritor de fin de semana" que resumía en esa novela parte de sus experiencias como diputado, desde el humor y la ironía. Algaida acaba de reeditar ese libro,la historia del funcionario gris Deucalión al cual un braguetazo convierte en azaroso ministro de Agricultura, pero no dice que ya estaba editado y además omite la fecha de la primera edición. Luis del Val, que es un tipo extraordinario, cosechó un importante éxito con "Las amigas imperfectas", una oblicua historia de España, que también apareció en el sello sevillano Algaida.
22/05/2004 14:28 Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.
Domingo de primavera con Lagunas
Es una delicia ir a la casa de las hijas de Santiago Lagunas. El arte del maestro sigue allí, cuadro a cuadro, en la atmósfera. Era, fue, un pintor inmenso. Lo era ya en los años 30, cuando parecía un pintor vanguardista que se autorretraba con apenas 20 años en los tiempos en que Dalí, Barradas, Ángeles Santos o Maruja Mallo parecían comerse el mundo. Él, entonces, anónimo estudiante de arquitectura, ya tenía una mano primorosa, sentido de la untuosidad, oficio de la luz y de la sombra.
Más tarde se afirmó en un arte figurativo esencial. Retrató a su padre, a su esposa Marichu, la gran mujer de su vida, a su hermano Manuel, que acaba de fallecer. Y luego dio el salto hacia la abstracción: potencia de sombra, asombro del gesto, pirotecnia del alma atormentada que se expande en gestos, en desgarro, en noche más allá de la noche.
Ver sus cuadros de los 50, paisajes de San Sebastián, marinas y caseríos entrevistos, poco antes de entrar en crisis, sigue resultando conmovedor. Qué oficio hay ahí, qué adivinación del paisaje, qué herida de sombra en los dedos y en los ojos.
Ana María y María Pilar miman su legado, miman los objetos, los dibujos, las caricaturas. Se deleitan despaciosamente en esos pisos encantados. Si el visitante ocasional mira en las estanterías puede encontrarse con un libro del siglo XVIII impreso por Ibarra. Santiago Lagunas, el maestro, el rebelde, el místico, el rebelde revenido y recuperado, era así: irreductible y talentoso. Así lo he visto, así lo hemos visto con Félix Romeo, una mañana de domingo.
PD. Gana el Zaragoza al Barcelona y culmina una temporada esperanzadora. Vuelve a Europa, ganó la Copa del Rey, encuentra un entrenador para el futuro y consumó la fiesta del fútbol, la alegría. El que viene será un gran año. Y si Soláns fichase a Luccin, por ejemplo, mejor...
Más tarde se afirmó en un arte figurativo esencial. Retrató a su padre, a su esposa Marichu, la gran mujer de su vida, a su hermano Manuel, que acaba de fallecer. Y luego dio el salto hacia la abstracción: potencia de sombra, asombro del gesto, pirotecnia del alma atormentada que se expande en gestos, en desgarro, en noche más allá de la noche.
Ver sus cuadros de los 50, paisajes de San Sebastián, marinas y caseríos entrevistos, poco antes de entrar en crisis, sigue resultando conmovedor. Qué oficio hay ahí, qué adivinación del paisaje, qué herida de sombra en los dedos y en los ojos.
Ana María y María Pilar miman su legado, miman los objetos, los dibujos, las caricaturas. Se deleitan despaciosamente en esos pisos encantados. Si el visitante ocasional mira en las estanterías puede encontrarse con un libro del siglo XVIII impreso por Ibarra. Santiago Lagunas, el maestro, el rebelde, el místico, el rebelde revenido y recuperado, era así: irreductible y talentoso. Así lo he visto, así lo hemos visto con Félix Romeo, una mañana de domingo.
PD. Gana el Zaragoza al Barcelona y culmina una temporada esperanzadora. Vuelve a Europa, ganó la Copa del Rey, encuentra un entrenador para el futuro y consumó la fiesta del fútbol, la alegría. El que viene será un gran año. Y si Soláns fichase a Luccin, por ejemplo, mejor...
23/05/2004 22:53 Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.
Conferencia sobre Pablo Serrano
Esta tarde, a las 20 horas, en el Museo Pablo Serrano, dentro de un ciclo de homenaje al escultor de Crivillén, Antón Castro -o uno de los Antón Castro que andan por el mundo- dará una conferencia sobre el artista. El ciclo se inició con José Antonio Labordeta y Emilio Gastón. Hoy hablo yo, y el miércoles lo hará Eloy Fernández Clemente. Si os queréis pasar, habrá tertulia y luego cervezas en el bar de al lado.
24/05/2004 13:26 Enlace permanente. sin tema Hay 1 comentario.
Palmira Pla y Serrano
Produce una emoción especial hablar de Pablo Serrano en su Museo. Qué fuerza tiene su obra, qué variedad, qué sentido de la experimentación, que humanidad transformada en escultura. Con su cabeza clásica de sabio eterno nos miraba Antonio Machado, entre el tormento y el éxtasis crece José Luis Aranguren, ahí, tendido con su vocación de acostado perpetuo, fuma dulcemente Juan Carlos Onetti, aquel señor taciturno que reunía "Juntacadáveres".
Pablo Serrano es un artista formidable y humanísimo. Cuando era niño, en Crivillén, vio como apuñalaban a un hombre; luego, durante su travesía hacia Rosario de Santa Fe, asistió a una escena increíble, casi un cuento cruel: vio una pareja de enamorados, de locos amantes; de repente, la mujer bajo una escarelilla, resbaló y se cayó al mar. Pereció en el fondo. Más tarde, un once de agosto de 1955, Pablo Serrano volvió a su pueblo y recordó su niñez de monaguillo, de bribón de ranas, de niño que se imaginaba bandolero en la sierra. Su abuelo paterno fue oficial de carpintería en los talleres del Hospicio donde se ha instalado ahora el Museo...
Me acaba de llegar un libro que esperaba, después de haber oído una y mil veces, hablar a ese sabio que es Víctor Juan Borroy. Hablo del libro "Memorias de una vida", las memorias de Palmira Plá Pechovierto, una maestra turolense que se exilió en Venezuela, donde fundó el "Instituto Escuela Calicanto". Palmira vive en Benicassim y tiene 90 años. Esta es una voz del exilio recuperada por Enrique Satué Oliván y el director de la colección Isidoro Achón de la Fundación Bernardo Aladrén, hablamos de Herminio Lafoz. Es una pena que no se cuiden los márgenes de la colección, agobian, obligan a abrir casi hasta el infinito los libros. Esta es una tara menor ante la calidad de los textos, ante este patrimonio contra el olvido. Enhorabuena.
Pablo Serrano es un artista formidable y humanísimo. Cuando era niño, en Crivillén, vio como apuñalaban a un hombre; luego, durante su travesía hacia Rosario de Santa Fe, asistió a una escena increíble, casi un cuento cruel: vio una pareja de enamorados, de locos amantes; de repente, la mujer bajo una escarelilla, resbaló y se cayó al mar. Pereció en el fondo. Más tarde, un once de agosto de 1955, Pablo Serrano volvió a su pueblo y recordó su niñez de monaguillo, de bribón de ranas, de niño que se imaginaba bandolero en la sierra. Su abuelo paterno fue oficial de carpintería en los talleres del Hospicio donde se ha instalado ahora el Museo...
Me acaba de llegar un libro que esperaba, después de haber oído una y mil veces, hablar a ese sabio que es Víctor Juan Borroy. Hablo del libro "Memorias de una vida", las memorias de Palmira Plá Pechovierto, una maestra turolense que se exilió en Venezuela, donde fundó el "Instituto Escuela Calicanto". Palmira vive en Benicassim y tiene 90 años. Esta es una voz del exilio recuperada por Enrique Satué Oliván y el director de la colección Isidoro Achón de la Fundación Bernardo Aladrén, hablamos de Herminio Lafoz. Es una pena que no se cuiden los márgenes de la colección, agobian, obligan a abrir casi hasta el infinito los libros. Esta es una tara menor ante la calidad de los textos, ante este patrimonio contra el olvido. Enhorabuena.
24/05/2004 23:28 Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.
Ruben Lorenzo y Pilar Bayona
Esta tarde, a las ocho, en el Salón del Trono de la Aljafería, el pianita Rubén Lorenzo ofrece un concierto de piano en homenaje a Pilar Bayona (1897-1979), con el mismo programa que dio la concertista un siete de noviembre de 1979 en el salón de la CAI, apenas un mes antes de que fuese arrollada por un coche. Fue su último concierto. Rubén Lorenzo, que alterna las actividades pedagógicas con la interpretación, estudió con Pilar y con su hermana Carmen Bayona, y además tiene el piano en que tocaba en sus últimos años aquella mujer menuda que deslumbró en la Residencia de Estudiantes a Adolfo Salazar, Federico García Lorca y Gerardo Diego.
Y esta noche, si hay alguien que quiera hacer boca, "EL Paseo" de RTVA ofrece un monográfico sobre Robert Capa, que falleció tal día como hoy, en 1954, en Indochina. Gervasio Sánchez comenta, explica y disfruta con la vida y la obra de este hombre maravilloso que enamoró a Gerda Taro, Ingrid Bergman o Hedy Lamarr. Además, amaba el juego, las apuestas en las carreras, el alcohol y la mirada profunda de los desamparados. Se emite a las once de la noche.
Trinidad Ruiz Marcellán ya se ha ido a casa, a Litago. Ana Latorre no puede leer apenas, pero escribe notas y ha llenado el bloc que le han regalado sus sobrinas con un montón de preguntas para los médicos. Una de ellas dice: "¿Qué voy a poder hacer durante el mes que voy a estar en mi cama, completamente horizontal, con un corsé?". Pronto sabremos la respuesta.
Han ido los "Príncipes del pueblo" a Albarracín. Unos días antes, muchos asistimos a otra conmovedora historia de amor: la de Antonina Rodrigo y la Eduardo Pons Prades, él se movía con dificultad, pero no le desalentó el empedrado. Ese hombre tierno y afable que es Eloy Fernández Clemente lo llevaba de aquí para allá en su coche en un homenaje del discípulo ilustre al ilustre maestro de la vida y la historia. Y en el Centro de la Tercera Edad dos señoras distintas me contaban su historia de amor:
-Una, que tenía cinco hijos, me decía que no podía soportar la vejez porque su marido, que antes había sido un roble y que le hacía un hijo cada vez que volvía de Francia, lloraba por las esquinas. Ella intentaba consolar la ansiedad comiendo galletas María. Me ofreció una.
-Otra señora me dijo, con su marido al lado, que se habían casado tarde, que ella era cuatro años mayor que él, que no habían tenido hijos (la mujer se casó con 48 años), pero que el suyo fue un noviazgo muy decente y que no habían llegado a la vicaría en pecado mortal. "No piense que había pasado nada raro entre nosotros, señor", explicó. Viva el amor, aunque no sea real.
Y esta noche, si hay alguien que quiera hacer boca, "EL Paseo" de RTVA ofrece un monográfico sobre Robert Capa, que falleció tal día como hoy, en 1954, en Indochina. Gervasio Sánchez comenta, explica y disfruta con la vida y la obra de este hombre maravilloso que enamoró a Gerda Taro, Ingrid Bergman o Hedy Lamarr. Además, amaba el juego, las apuestas en las carreras, el alcohol y la mirada profunda de los desamparados. Se emite a las once de la noche.
Trinidad Ruiz Marcellán ya se ha ido a casa, a Litago. Ana Latorre no puede leer apenas, pero escribe notas y ha llenado el bloc que le han regalado sus sobrinas con un montón de preguntas para los médicos. Una de ellas dice: "¿Qué voy a poder hacer durante el mes que voy a estar en mi cama, completamente horizontal, con un corsé?". Pronto sabremos la respuesta.
Han ido los "Príncipes del pueblo" a Albarracín. Unos días antes, muchos asistimos a otra conmovedora historia de amor: la de Antonina Rodrigo y la Eduardo Pons Prades, él se movía con dificultad, pero no le desalentó el empedrado. Ese hombre tierno y afable que es Eloy Fernández Clemente lo llevaba de aquí para allá en su coche en un homenaje del discípulo ilustre al ilustre maestro de la vida y la historia. Y en el Centro de la Tercera Edad dos señoras distintas me contaban su historia de amor:
-Una, que tenía cinco hijos, me decía que no podía soportar la vejez porque su marido, que antes había sido un roble y que le hacía un hijo cada vez que volvía de Francia, lloraba por las esquinas. Ella intentaba consolar la ansiedad comiendo galletas María. Me ofreció una.
-Otra señora me dijo, con su marido al lado, que se habían casado tarde, que ella era cuatro años mayor que él, que no habían tenido hijos (la mujer se casó con 48 años), pero que el suyo fue un noviazgo muy decente y que no habían llegado a la vicaría en pecado mortal. "No piense que había pasado nada raro entre nosotros, señor", explicó. Viva el amor, aunque no sea real.
25/05/2004 11:21 Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.
Xordica cumple diez años
Xordica cumple diez años. Y lo celebra con muchos libros Chusé Raúl Usón. Cano está a punto de publicar un ambicioso Goya (antes hizo aquel "Paquico Goya" que desvelaba a los niños), Ánchel Conte acaba de presentar una colección de relatos en aragonés y Fernando Martín Pescador publica "Hamburguesas", una novela que narra la historia de un profesor de español en California. Parece un texto fragmentario, al modo de Alessandro Baricco, pero tiene un enorme potencia: es una revisión del mundo universitario norteamericano y las precisas visiones -en algún caso desternillantes o surrealistas- de un español en Estados Unidos.
25/05/2004 13:54 Enlace permanente. sin tema No hay comentarios. Comentar.
Pablo Serrano visto por Eloy Fernández
Cuarta conferencia sobre Pablo Serrano en su museo, en el lugar donde su abuelo paterno ejerció de carpintero del Hogar Pignatelli. La imparte el catedrático Eloy Fernández Clemente esta tarde a las ocho. Marisa Cancela está empeñada en que ese espacio se convierta en un lugar vivo de creación, debate y de tentativas constantes en torno al universo del escultor de Crivillén. Ha dispuesto una especie de sala de conferencias entre las esculturas del artista. Detrás del conferenciante, es decir de Eloy, están varias esculturas: la de José Luis López Aranguren y la de Juana Francés, tan delicada, tan bella, tan enigmática. Eloy hablará de sus encuentros con Serrano, de una fecunda amistad, de la obra de un artista que se sentía artesano -como el campesino o el labrador- y un filósofo humanista, inspirado en Unamuno, de su vida en Uruguay, de su regreso a Madrid y a Aragón y de su compromiso constante con la Comunidad, con "Andalán" o con el periódico "El día". Asiste muy poca gente a estos encuentros con coloquio, a este espacio mágico lleno de fuerza, de belleza. Antonio Machado mira a la gente desde su retrato imponente. Serrano dijo en 1977 al periodista José Hernández Polo: "No me gusta retratar a nadie hasta que no me lo sé como un libro". Eloy Fernández, Pablo Serrano y Marisa Cancela -una gallega de Betanzos- se merecen mucho más: todo nuestro cariño. José Antonio Labordeta le ha prometido que en un par de años como máximo el retrato de su hermano Miguel, realizado en 1957, podrá verse también en el Museo Pablo Serrano.
Eloy Fernández, además, está de enhorabuena: la colección de la Biblioteca Aragonesa de Cultura llega a su número 25 con el libro de Mari Sancho sobre Jánovas...
Otra noticia de interés: María Pilar Biel acaba de publicar un impresionante libro: "Zaragoza y la industrialización: la arquitectura industrial en la capital aragonesa entre 1875 y 1936" (Institución Fernando el Católico). Nada más y nada menos que 862 páginas. Impresionante también es el libro disco de Javier Barreiro sobre el maestro Montorio (LCD Prames), aunque Javier nos tiene tan bien acostumbrados que no nos sorprenden sus investigaciones. Mañana jueves, en el Teatro Romano, se presenta el nuevo semanario "Qriterio": habrá que verlo y leerlo. Gonzalo Borrás, entre otros, es uno de sus grandes animadores... Es insaciable. Dirige la Institución Fernando el Católico, el Centro de Estudios Islámicos, es una de las máximas autoridades del mudéjar y de Pórtico, y aun le restan agallas y albedrío para buscar nuevos espacios de libertad. Menos mal que ha dejado de fumar...
Eloy Fernández, además, está de enhorabuena: la colección de la Biblioteca Aragonesa de Cultura llega a su número 25 con el libro de Mari Sancho sobre Jánovas...
Otra noticia de interés: María Pilar Biel acaba de publicar un impresionante libro: "Zaragoza y la industrialización: la arquitectura industrial en la capital aragonesa entre 1875 y 1936" (Institución Fernando el Católico). Nada más y nada menos que 862 páginas. Impresionante también es el libro disco de Javier Barreiro sobre el maestro Montorio (LCD Prames), aunque Javier nos tiene tan bien acostumbrados que no nos sorprenden sus investigaciones. Mañana jueves, en el Teatro Romano, se presenta el nuevo semanario "Qriterio": habrá que verlo y leerlo. Gonzalo Borrás, entre otros, es uno de sus grandes animadores... Es insaciable. Dirige la Institución Fernando el Católico, el Centro de Estudios Islámicos, es una de las máximas autoridades del mudéjar y de Pórtico, y aun le restan agallas y albedrío para buscar nuevos espacios de libertad. Menos mal que ha dejado de fumar...
26/05/2004 00:41 Enlace permanente. sin tema Hay 3 comentarios.
Mujeres: Pilar Biel, Aurora Charlo, Unica Zürn...
Pilar Biel ha invertido más de diez años en estudiar el patrimonito industrial de Zaragoza. Su libro, que abarca de 1875 a 1936, es una maravilla: analiza el proceso de industrialización de la ciudad, la llegada de la modernidad a Zaragoza a través del ferrocarril, de los nuevos puentes carreteros, como el imponente sobre el río Gállego, las harineras (sospecha que la harinera de los Soláns fue iniciada por el gran Félix Navarro y culminada por su hijo Miguel Ángel, el que hizo el chalet de los Soláns) y sobre todo las Azucareras, con su tipología maravillosa de nave, horno de cal, chimenea, silo y almacenes. Recuerda la importancia de personajes claves como el alcalde Burriel o Basilio Paraíso, que tenía una fábrica de espejos, o los arquitectos Félix y Miguel Ángel Navarro, Ricardo Magdalena, obsesionado en la formación del obrero, y Francisco Albiñana, que acabó realizando edificios racionalistas. Dedica páginas estupendas a Averly, fundada por metalúrgicos franceses. Pilar habla de eso y de mucho más y contó con la ayuda de su marido Carlos, que es fotógrafo. Cree que en Aragón debemos hacer el Museo de la Industria y propone la Azucarera de Alagón, que sigue siendo una de las más bonitas dentro de su arquitectura funcional.
Aurora Charlo es una acuarelista impresionante. Todo lo hace con gusto y con audacia: el paisaje en sus manos es delicado, envolvente, como una región reinventada. Expone estos días en la galería Salduba (Amar y Borbón, 5). Hay una obra de Zaragoza, una visión del Pilar desde una playa del Ebro, que impresiona por la tensión de luces, por la contención de la pintura y el agua, por la desmayada lontananza que propone. Aunque maneja el color a su antojo, es prodigiosa la tensión que administra al blanco y negro y a una exuberante gama de grises, y es admirable la rapidez con que hace su obra. No le importa "maltratar" el papel: arañarlo, rascarlo, extirparle nuevas gamas o una textura inesperada. Me encuentro con uno de los artistas más bondadosos y laboriosos de la ciudad, Eduardo Salavera (aun conserva en la retina sus paisajes coloristas del Ebro) y vemos juntos la muestra. Eduardo, sin estridencia y con una sabiduría que no agota, por honda e imperceptible, me comenta cada cuadro y explica donde está el don de la mano, del pincel seguro y vehemente, la audacia de Aurora Charlo, que es probablemente nuestra mejor acuarelista o coleccionista de paisajes imposibles.
Acabo de pasear a mi perra Noa. Son casi la una. La noche es perfecta y serena. Pero no estoy solo bajo el cielo constelado y la brisa acariciadora. Llevo una colección de cuentos de una escritora inquietante, Unica Zürn, una mujer que acabó loca, que amó con frenesí y dolor al escultor Hans Bellmer, un tipo fascinado por el fetiche erótico. Uniza Zürn, que parece un personaje de Borges, publicó novelas como "Primavera sombría" o "El hombre jazmín", aunque ninguno de esos títulos es el que yo leía casi a oscuras. Leía "El trapecio del destino" (Siruela. Libros del tiempo), una colección de relatos que aparecieron en distintos periódicos alemanes en plena posguerra que parecen inspirados en los cuentos de hadas, en amores candorosos, en apariciones amables, aunque siempre hay un latigazo final, estremecedor, que instala al lector en un páramo, en un espacio inquietante y a la vez seductor. Unica Zürn sedujo con su personalidad arrolladora y enfermiza a los surrealistas: a Hans Arp, a André Breton, a Marcel Duchamp o a Henri Michaux, que era un gran escritor y un magnífico dibujante. Unica atravesó por fases delirantes, por periodos de esquizofrenia, viajaba al infierno de sí misma y en él encontraba respuestas. Respuestas que aparecen en sus cuentos. Al final, herida por todo, vulnerable al aire de todas las noches, se suicidó en 1970. Tenía poco más de 50 años.
Mariano García, el redactor jefe de la sección de Galería de Heraldo de Aragón, continúa sus pesquisas sobre el payaso Marcelino, nacido en Jaca, admirado por Chaplin y Cary Grant, entre otros. Mariano ha logrado toda la documentación mediante internet: ha recibido correos de Estados Unidos e Inglaterra, alrededor de mil, en un trabajo de más de dos meses. Ahora posee nuevas fotos, nuevos documentos, y ha encontrado una entrevista a Buster Keaton en la que el autor de "El maquinista de la General" elogia a Marcelino. No creo que exista en el periodismo reciente un trabajo que revele como éste las posibilidades casi infinitas de Internet.
Dos buenas noticias: Trinidad Ruiz-Marcellán, que creyó morir, ya está en casa. Y el jueves próximo presentará en Tarazona a Álvarez Cáccamo y "Habitación del mar"; el viernes hará lo propio en el Centro Gallego. Y Ana Latorre (nuestra enferma de Albarracín: quiso estrenar su cámara digital y se fue al suelo), que ya se ha probado el corsé, acaba de anunciar que el viernes la envían a casa. Ya ha hecho sus primeras tablas de gimnasia. Cada noche, como un ángel tutelar, acude a verla su compañero Luis Franco, el arquitecto, y lo primero que le pide es uno de esos bombones sabrosos que ella guarda para las mejores visitas. Si eso no es felicidad...
Aurora Charlo es una acuarelista impresionante. Todo lo hace con gusto y con audacia: el paisaje en sus manos es delicado, envolvente, como una región reinventada. Expone estos días en la galería Salduba (Amar y Borbón, 5). Hay una obra de Zaragoza, una visión del Pilar desde una playa del Ebro, que impresiona por la tensión de luces, por la contención de la pintura y el agua, por la desmayada lontananza que propone. Aunque maneja el color a su antojo, es prodigiosa la tensión que administra al blanco y negro y a una exuberante gama de grises, y es admirable la rapidez con que hace su obra. No le importa "maltratar" el papel: arañarlo, rascarlo, extirparle nuevas gamas o una textura inesperada. Me encuentro con uno de los artistas más bondadosos y laboriosos de la ciudad, Eduardo Salavera (aun conserva en la retina sus paisajes coloristas del Ebro) y vemos juntos la muestra. Eduardo, sin estridencia y con una sabiduría que no agota, por honda e imperceptible, me comenta cada cuadro y explica donde está el don de la mano, del pincel seguro y vehemente, la audacia de Aurora Charlo, que es probablemente nuestra mejor acuarelista o coleccionista de paisajes imposibles.
Acabo de pasear a mi perra Noa. Son casi la una. La noche es perfecta y serena. Pero no estoy solo bajo el cielo constelado y la brisa acariciadora. Llevo una colección de cuentos de una escritora inquietante, Unica Zürn, una mujer que acabó loca, que amó con frenesí y dolor al escultor Hans Bellmer, un tipo fascinado por el fetiche erótico. Uniza Zürn, que parece un personaje de Borges, publicó novelas como "Primavera sombría" o "El hombre jazmín", aunque ninguno de esos títulos es el que yo leía casi a oscuras. Leía "El trapecio del destino" (Siruela. Libros del tiempo), una colección de relatos que aparecieron en distintos periódicos alemanes en plena posguerra que parecen inspirados en los cuentos de hadas, en amores candorosos, en apariciones amables, aunque siempre hay un latigazo final, estremecedor, que instala al lector en un páramo, en un espacio inquietante y a la vez seductor. Unica Zürn sedujo con su personalidad arrolladora y enfermiza a los surrealistas: a Hans Arp, a André Breton, a Marcel Duchamp o a Henri Michaux, que era un gran escritor y un magnífico dibujante. Unica atravesó por fases delirantes, por periodos de esquizofrenia, viajaba al infierno de sí misma y en él encontraba respuestas. Respuestas que aparecen en sus cuentos. Al final, herida por todo, vulnerable al aire de todas las noches, se suicidó en 1970. Tenía poco más de 50 años.
Mariano García, el redactor jefe de la sección de Galería de Heraldo de Aragón, continúa sus pesquisas sobre el payaso Marcelino, nacido en Jaca, admirado por Chaplin y Cary Grant, entre otros. Mariano ha logrado toda la documentación mediante internet: ha recibido correos de Estados Unidos e Inglaterra, alrededor de mil, en un trabajo de más de dos meses. Ahora posee nuevas fotos, nuevos documentos, y ha encontrado una entrevista a Buster Keaton en la que el autor de "El maquinista de la General" elogia a Marcelino. No creo que exista en el periodismo reciente un trabajo que revele como éste las posibilidades casi infinitas de Internet.
Dos buenas noticias: Trinidad Ruiz-Marcellán, que creyó morir, ya está en casa. Y el jueves próximo presentará en Tarazona a Álvarez Cáccamo y "Habitación del mar"; el viernes hará lo propio en el Centro Gallego. Y Ana Latorre (nuestra enferma de Albarracín: quiso estrenar su cámara digital y se fue al suelo), que ya se ha probado el corsé, acaba de anunciar que el viernes la envían a casa. Ya ha hecho sus primeras tablas de gimnasia. Cada noche, como un ángel tutelar, acude a verla su compañero Luis Franco, el arquitecto, y lo primero que le pide es uno de esos bombones sabrosos que ella guarda para las mejores visitas. Si eso no es felicidad...
27/05/2004 00:52 Enlace permanente. sin tema Hay 2 comentarios.
Ya está en la calle el tercer número de la revista "Actum", que coordina ese cinéfilo incorregible que es Roberto Sánchez. Hay de todo: repaso crítico a la programación de "En la Frontera", una mirada a Huesca-Imagen, los viajes de Isabel Yeste, los textos de música de Luis Lles, un puñado inmenso de colaboradores de todo tipo: jóvenes, entusiastas, modernos. Sorprende -como decía hace poco Pedro Pablo Azpeitia- la gran cantidad de talentos que pululan en Zaragoza. La revista, que me llega con una nota breve nota: "Y sigue ... Actum", ha tenido el gusto de recuperar a Desirée Orús para la crítica de artes, y potencia la reseña de libros con Javier Lahoz, Fernando Rivarés (con sección fija desde el primer número) o la locutora Lorena Ruano, que conduce con Mónica Farré, el programa "Hoy por hoy" en FM de Radio Zaragoza. Lorena y Mónica, Mónica y Lorena, hacen un tándem perfecto: cálido, entusiasta y muy activo. En "Actum" hay muchas más cosas: gastronomía, arquitectura, crítica de discos, paseos por el territorio, críticas y reportajes de cine, diseño, internet. Y ahí sigue, ya en su tercer número, en esta ocasión menos guadianesco.
Ayer también se presentó la revista semanal "Qriterio aragonés", de la que nada puedo decir todavía, pero la apadrinaron dos jóvenes veteranos: Gonzalo Borrás y Eloy Fernández Clemente. La dirige Enrique Mainé y cuenta con muchos apoyos. Quieren que sea, dicen, un bálsamo de libertad. También ayer Prames hizo una fiesta grande en el Auditorio: es un proyecto cada vez más cuajado, con revistas, sello discográfico, editorial, empresa de señalización. Felicitamos desde aquí a todo su equipo y mandamos un abrazo solidario y cariñoso a Modesto Pascau, que ha perdido a una hermana. Y deseamos larga vida al proyecto que nos ha regalado algunos libros de cabecera como "José" y "Guía turística de Aragón" de Severino Pallaruelo; "Tras las huellas de Briet" de José Luis Acín, "El silbido del cierzo" de varios autores, o esa cada vez más estupenda colección musical LCD Prames, por poner algunos ejemplos que nos vienen de súbito a la cabeza.
No sé si se puede decir que el cortometraje -en vídeo y cine- está viviendo una edad de oro. Quizá afirmar eso puede parecer una paradoja y una desmesura, pero algo grande está ocurriendo. "Inventario. I Muestra del Audiovisual aragonés", como lo fue antes "Travesía", indica que hay mucha gente que trabaja, que imagina historias, que analiza la potencia de la imagen. Ayer vi cosas preciosas de Luis Zamora, un oscense que reside en Londres, como "The Family", un estupendo corto de animación con mensaje social; "Luz y perro. Visiones alrededor de Buñuel" de Nacho Blasco, un trabajo que fusiona el mundo de Buñuel con el de Pedro Avellaned, que es el protagonista de la obra; vi fragmentos de "La niña y el unicornio" de Javier Estella y José Manuel Fandos, realizador también de "Marcianos y rinocerontes", inspirado en la obra de Óscar Sanmartín Vargas. Y también vi "Lección de anatomía" y "Una buena obra" de Ángel Gonzalvo, un veterano joven y sin prisa que espera un fogonazo de inspiración para enfrentarse a un largo. Y por ver también vi fragmentos de la obra "Bonanza" de Eduardo Laborda, pintor y cinéfilo que lleva algún tiempo pintando cuadros mitológicos de gran formato. Paco Algaba hace "haikus" cinematográficos y reinvidica el cine como instrumento de poesía, el fulgor de la imagen en sí misma, con su código íntimo al margen de la vinculación a una historia o a un argumento específico. Por cierto, Paco Algaba también escribe en "Actum".
La lista de nombres podría ser casi infinita. Eso sí, quien me ayuda a ver todo este material, además de Vicky Calavia, es Alberto Gámez, un fotógrafo y realizador de televisión nacido en Barcelona pero afincado en Aragón que me da continuas lecciones de casi todo. Hemos hecho juntos más de una cincuentena de programas para RTVA, y me enseña a diario algo nuevo. Maneja la informática como pocos y no le hace ascos a nada: ni a un monográfico sobre Gargallo, Dalí, Pórtico, el audiovisual aragonés, un reportaje extenso sobre el exilio, o trabajos sobre "Los reporteros de guerra". Con él en control, estoy tranquilo: es como un ángel tutelar rodeado siempre de mujeres bonitas: Patricia, Elisa, Natalia, Inmaculada, María José, aunque su gran corazón se lo arrebató una pedagoga musical de Las Cinco Villas, Sandra Almárcegui. Qué bello es el amor, que se afirma en una mujer y se expande luego, con serenidad, en mil direcciones. El joven escritor Daniel Gascón ha definido así a Alberto Gámez: "Es tan buena persona como grande".
También anoche salí a pasear a mi perra. Había una medialuna perfecta que se colaba entre los pinos. Mi hijo Jorge, que acaba de recomenzar una novela del oeste de la que ya llevaba 50 páginas escritas, regresó de Madrid: camino del Museo del Prado se desató una terrible tormenta que empapó a todos los colegiales de once y doce años de Garrapinillos. Hubo que suspender la visita, y los muchachos se conformaron con el Museo Arqueológico Nacional, que no es lo mismo. Jorge, con su amigo Aitor, ha escrito una especie de diario por horas anotando todo lo que les había ocurrido y porque han dejado de ir al Prado. Se me ha colado aquí esta digresión sobre Jorge porque en el perfecto silencio nocturno me acordé de la lluvia sobre Madrid y de los cuadros de Goya y Velázquez que quería ver y no vio. Como casi siempre llevaba un libro entre las manos: "Agua viva" (Siruela, 2004) de la escritora brasileña, nacida en Ucrania, Clarice Lispector, que se suicidó a los 57 años. Ya es casualidad, si alguien recuerda que ayer andaba con otra suicida entre las manos: Unica Zürn. Este es un libro intenso, complejo, un viaje a la conciencia y al desgarro, y a par un libro de elevado amor a la vida. Ni es novela, ni diario, ni conjunto de cartas, parece una catarsis constante, un relato híbrido de pasión, lucidez y poesía, donde el lector sosegado puede encontrar auténticos tesoros. Selecciono algunas frases y transcribo:
-"El coraje de vivir; dejo oculto lo que necesita estar oculto y necesita propagarse en secreto".
-"Ahora tengo miedo. Porque voy a decirte una cosa. Espera que se me pase el miedo".
-"Te escribo en desorden, ya lo sé. Pero es como vivo. Yo sólo trabajo con encuentros y pérdidas".
Y como hoy también he escuchado un disco de música de cámara de Teresa Catalán, catedrática de composición y compositora, "Música de cámara" (piano, flauta y voz; incluye textos suyos en vasco, dos poemas de César Vallejo y otro de Aussias March), me ha cautivado esta cita de la página trece:
-"Veo que nunca te he dicho cómo escucho música: apoyo levemente la mano en el fonógrafo y la mano vibra y transmite ondas a todo el cuerpo: así oigo la electricidad de la vibración, sustrato último en el dominio de la realidad, y el mundo tiembla en mis manos·. Me fascina eso de "Y el mundo tiembla en mis manos" (Si alguien tiene curiosidad: Clarice Lispector, posiblemente la mejor escritora brasileña del siglo XX, nació en 1920 y se suicidó en 1977. Su obra está muy difundida en España).
P. D. Si alguien siguiese alguna vez este blog le pido disculpas por haberme alargado tanto. Me he prometido a mí mismo escribir una novela, pero como no me atrevo escribo aquí. Miguel Mena me dice casi siempre: "Así nunca llegarás a nada..."
Ayer también se presentó la revista semanal "Qriterio aragonés", de la que nada puedo decir todavía, pero la apadrinaron dos jóvenes veteranos: Gonzalo Borrás y Eloy Fernández Clemente. La dirige Enrique Mainé y cuenta con muchos apoyos. Quieren que sea, dicen, un bálsamo de libertad. También ayer Prames hizo una fiesta grande en el Auditorio: es un proyecto cada vez más cuajado, con revistas, sello discográfico, editorial, empresa de señalización. Felicitamos desde aquí a todo su equipo y mandamos un abrazo solidario y cariñoso a Modesto Pascau, que ha perdido a una hermana. Y deseamos larga vida al proyecto que nos ha regalado algunos libros de cabecera como "José" y "Guía turística de Aragón" de Severino Pallaruelo; "Tras las huellas de Briet" de José Luis Acín, "El silbido del cierzo" de varios autores, o esa cada vez más estupenda colección musical LCD Prames, por poner algunos ejemplos que nos vienen de súbito a la cabeza.
No sé si se puede decir que el cortometraje -en vídeo y cine- está viviendo una edad de oro. Quizá afirmar eso puede parecer una paradoja y una desmesura, pero algo grande está ocurriendo. "Inventario. I Muestra del Audiovisual aragonés", como lo fue antes "Travesía", indica que hay mucha gente que trabaja, que imagina historias, que analiza la potencia de la imagen. Ayer vi cosas preciosas de Luis Zamora, un oscense que reside en Londres, como "The Family", un estupendo corto de animación con mensaje social; "Luz y perro. Visiones alrededor de Buñuel" de Nacho Blasco, un trabajo que fusiona el mundo de Buñuel con el de Pedro Avellaned, que es el protagonista de la obra; vi fragmentos de "La niña y el unicornio" de Javier Estella y José Manuel Fandos, realizador también de "Marcianos y rinocerontes", inspirado en la obra de Óscar Sanmartín Vargas. Y también vi "Lección de anatomía" y "Una buena obra" de Ángel Gonzalvo, un veterano joven y sin prisa que espera un fogonazo de inspiración para enfrentarse a un largo. Y por ver también vi fragmentos de la obra "Bonanza" de Eduardo Laborda, pintor y cinéfilo que lleva algún tiempo pintando cuadros mitológicos de gran formato. Paco Algaba hace "haikus" cinematográficos y reinvidica el cine como instrumento de poesía, el fulgor de la imagen en sí misma, con su código íntimo al margen de la vinculación a una historia o a un argumento específico. Por cierto, Paco Algaba también escribe en "Actum".
La lista de nombres podría ser casi infinita. Eso sí, quien me ayuda a ver todo este material, además de Vicky Calavia, es Alberto Gámez, un fotógrafo y realizador de televisión nacido en Barcelona pero afincado en Aragón que me da continuas lecciones de casi todo. Hemos hecho juntos más de una cincuentena de programas para RTVA, y me enseña a diario algo nuevo. Maneja la informática como pocos y no le hace ascos a nada: ni a un monográfico sobre Gargallo, Dalí, Pórtico, el audiovisual aragonés, un reportaje extenso sobre el exilio, o trabajos sobre "Los reporteros de guerra". Con él en control, estoy tranquilo: es como un ángel tutelar rodeado siempre de mujeres bonitas: Patricia, Elisa, Natalia, Inmaculada, María José, aunque su gran corazón se lo arrebató una pedagoga musical de Las Cinco Villas, Sandra Almárcegui. Qué bello es el amor, que se afirma en una mujer y se expande luego, con serenidad, en mil direcciones. El joven escritor Daniel Gascón ha definido así a Alberto Gámez: "Es tan buena persona como grande".
También anoche salí a pasear a mi perra. Había una medialuna perfecta que se colaba entre los pinos. Mi hijo Jorge, que acaba de recomenzar una novela del oeste de la que ya llevaba 50 páginas escritas, regresó de Madrid: camino del Museo del Prado se desató una terrible tormenta que empapó a todos los colegiales de once y doce años de Garrapinillos. Hubo que suspender la visita, y los muchachos se conformaron con el Museo Arqueológico Nacional, que no es lo mismo. Jorge, con su amigo Aitor, ha escrito una especie de diario por horas anotando todo lo que les había ocurrido y porque han dejado de ir al Prado. Se me ha colado aquí esta digresión sobre Jorge porque en el perfecto silencio nocturno me acordé de la lluvia sobre Madrid y de los cuadros de Goya y Velázquez que quería ver y no vio. Como casi siempre llevaba un libro entre las manos: "Agua viva" (Siruela, 2004) de la escritora brasileña, nacida en Ucrania, Clarice Lispector, que se suicidó a los 57 años. Ya es casualidad, si alguien recuerda que ayer andaba con otra suicida entre las manos: Unica Zürn. Este es un libro intenso, complejo, un viaje a la conciencia y al desgarro, y a par un libro de elevado amor a la vida. Ni es novela, ni diario, ni conjunto de cartas, parece una catarsis constante, un relato híbrido de pasión, lucidez y poesía, donde el lector sosegado puede encontrar auténticos tesoros. Selecciono algunas frases y transcribo:
-"El coraje de vivir; dejo oculto lo que necesita estar oculto y necesita propagarse en secreto".
-"Ahora tengo miedo. Porque voy a decirte una cosa. Espera que se me pase el miedo".
-"Te escribo en desorden, ya lo sé. Pero es como vivo. Yo sólo trabajo con encuentros y pérdidas".
Y como hoy también he escuchado un disco de música de cámara de Teresa Catalán, catedrática de composición y compositora, "Música de cámara" (piano, flauta y voz; incluye textos suyos en vasco, dos poemas de César Vallejo y otro de Aussias March), me ha cautivado esta cita de la página trece:
-"Veo que nunca te he dicho cómo escucho música: apoyo levemente la mano en el fonógrafo y la mano vibra y transmite ondas a todo el cuerpo: así oigo la electricidad de la vibración, sustrato último en el dominio de la realidad, y el mundo tiembla en mis manos·. Me fascina eso de "Y el mundo tiembla en mis manos" (Si alguien tiene curiosidad: Clarice Lispector, posiblemente la mejor escritora brasileña del siglo XX, nació en 1920 y se suicidó en 1977. Su obra está muy difundida en España).
P. D. Si alguien siguiese alguna vez este blog le pido disculpas por haberme alargado tanto. Me he prometido a mí mismo escribir una novela, pero como no me atrevo escribo aquí. Miguel Mena me dice casi siempre: "Así nunca llegarás a nada..."
28/05/2004 01:41 Enlace permanente. sin tema Hay 4 comentarios.
Ya está en la calle el tercer número de la revista "Actum", que coordina ese cinéfilo incorregible que es Roberto Sánchez. Hay de todo: repaso crítico a la programación de "En la Frontera", una mirada a Huesca-Imagen, los viajes de Isabel Yeste, los textos de música de Luis Lles, un puñado inmenso de colaboradores de todo tipo: jóvenes, entusiastas, modernos. Sorprende -como decía hace poco Pedro Pablo Azpeitia- la gran cantidad de talentos que pululan en Zaragoza. La revista, que me llega con una nota breve nota: "Y sigue ... Actum", ha tenido el gusto de recuperar a Desirée Orús para la crítica de artes, y potencia la reseña de libros con Javier Lahoz, Fernando Rivarés (con sección fija desde el primer número) o la locutora Lorena Ruano, que conduce con Mónica Farré, el programa "Hoy por hoy" en FM de Radio Zaragoza. Lorena y Mónica, Mónica y Lorena, hacen un tándem perfecto: cálido, entusiasta y muy activo. En "Actum" hay muchas más cosas: gastronomía, arquitectura, crítica de discos, paseos por el territorio, críticas y reportajes de cine, diseño, internet. Y ahí sigue, ya en su tercer número, en esta ocasión menos guadianesco.
Ayer también se presentó la revista semanal "Qriterio aragonés", de la que nada puedo decir todavía, pero la apadrinaron dos jóvenes veteranos: Gonzalo Borrás y Eloy Fernández Clemente. La dirige Enrique Mainé y cuenta con muchos apoyos. Quieren que sea, dicen, un bálsamo de libertad. También ayer Prames hizo una fiesta grande en el Auditorio: es un proyecto cada vez más cuajado, con revistas, sello discográfico, editorial, empresa de señalización. Felicitamos desde aquí a todo su equipo y mandamos un abrazo solidario y cariñoso a Modesto Pascau, que ha perdido a una hermana. Y deseamos larga vida al proyecto que nos ha regalado algunos libros de cabecera como "José" y "Guía turística de Aragón" de Severino Pallaruelo; "Tras las huellas de Briet" de José Luis Acín, "El silbido del cierzo" de varios autores, o esa cada vez más estupenda colección musical LCD Prames, por poner algunos ejemplos que nos vienen de súbito a la cabeza.
No sé si se puede decir que el cortometraje -en vídeo y cine- está viviendo una edad de oro. Quizá afirmar eso puede parecer una paradoja y una desmesura, pero algo grande está ocurriendo. "Inventario. I Muestra del Audiovisual aragonés", como lo fue antes "Travesía", indica que hay mucha gente que trabaja, que imagina historias, que analiza la potencia de la imagen. Ayer vi cosas preciosas de Luis Zamora, un oscense que reside en Londres, como "The Family", un estupendo corto de animación con mensaje social; "Luz y perro. Visiones alrededor de Buñuel" de Nacho Blasco, un trabajo que fusiona el mundo de Buñuel con el de Pedro Avellaned, que es el protagonista de la obra; vi fragmentos de "La niña y el unicornio" de Javier Estella y José Manuel Fandos, realizador también de "Marcianos y rinocerontes", inspirado en la obra de Óscar Sanmartín Vargas. Y también vi "Lección de anatomía" y "Una buena obra" de Ángel Gonzalvo, un veterano joven y sin prisa que espera un fogonazo de inspiración para enfrentarse a un largo. Y por ver también vi fragmentos de la obra "Bonanza" de Eduardo Laborda, pintor y cinéfilo que lleva algún tiempo pintando cuadros mitológicos de gran formato. Paco Algaba hace "haikus" cinematográficos y reinvidica el cine como instrumento de poesía, el fulgor de la imagen en sí misma, con su código íntimo al margen de la vinculación a una historia o a un argumento específico. Por cierto, Paco Algaba también escribe en "Actum".
La lista de nombres podría ser casi infinita. Eso sí, quien me ayuda a ver todo este material, además de Vicky Calavia, es Alberto Gámez, un fotógrafo y realizador de televisión nacido en Barcelona pero afincado en Aragón que me da continuas lecciones de casi todo. Hemos hecho juntos más de una cincuentena de programas para RTVA, y me enseña a diario algo nuevo. Maneja la informática como pocos y no le hace ascos a nada: ni a un monográfico sobre Gargallo, Dalí, Pórtico, el audiovisual aragonés, un reportaje extenso sobre el exilio, o trabajos sobre "Los reporteros de guerra". Con él en control, estoy tranquilo: es como un ángel tutelar rodeado siempre de mujeres bonitas: Patricia, Elisa, Natalia, Inmaculada, María José, aunque su gran corazón se lo arrebató una pedagoga musical de Las Cinco Villas, Sandra Almárcegui. Qué bello es el amor, que se afirma en una mujer y se expande luego, con serenidad, en mil direcciones. El joven escritor Daniel Gascón ha definido así a Alberto Gámez: "Es tan buena persona como grande".
También anoche salí a pasear a mi perra. Había una medialuna perfecta que se colaba entre los pinos. Mi hijo Jorge, que acaba de recomenzar una novela del oeste de la que ya llevaba 50 páginas escritas, regresó de Madrid: camino del Museo del Prado se desató una terrible tormenta que empapó a todos los colegiales de once y doce años de Garrapinillos. Hubo que suspender la visita, y los muchachos se conformaron con el Museo Arqueológico Nacional, que no es lo mismo. Jorge, con su amigo Aitor, ha escrito una especie de diario por horas anotando todo lo que les había ocurrido y porque han dejado de ir al Prado. Se me ha colado aquí esta digresión sobre Jorge porque en el perfecto silencio nocturno me acordé de la lluvia sobre Madrid y de los cuadros de Goya y Velázquez que quería ver y no vio. Como casi siempre llevaba un libro entre las manos: "Agua viva" (Siruela, 2004) de la escritora brasileña, nacida en Ucrania, Clarice Lispector, que se suicidó a los 57 años. Ya es casualidad, si alguien recuerda que ayer andaba con otra suicida entre las manos: Unica Zürn. Este es un libro intenso, complejo, un viaje a la conciencia y al desgarro, y a par un libro de elevado amor a la vida. Ni es novela, ni diario, ni conjunto de cartas, parece una catarsis constante, un relato híbrido de pasión, lucidez y poesía, donde el lector sosegado puede encontrar auténticos tesoros. Selecciono algunas frases y transcribo:
-"El coraje de vivir; dejo oculto lo que necesita estar oculto y necesita propagarse en secreto".
-"Ahora tengo miedo. Porque voy a decirte una cosa. Espera que se me pase el miedo".
-"Te escribo en desorden, ya lo sé. Pero es como vivo. Yo sólo trabajo con encuentros y pérdidas".
Y como hoy también he escuchado un disco de música de cámara de Teresa Catalán, catedrática de composición y compositora, "Música de cámara" (piano, flauta y voz; incluye textos suyos en vasco, dos poemas de César Vallejo y otro de Aussias March), me ha cautivado esta cita de la página trece:
-"Veo que nunca te he dicho cómo escucho música: apoyo levemente la mano en el fonógrafo y la mano vibra y transmite ondas a todo el cuerpo: así oigo la electricidad de la vibración, sustrato último en el dominio de la realidad, y el mundo tiembla en mis manos·. Me fascina eso de "Y el mundo tiembla en mis manos" (Si alguien tiene curiosidad: Clarice Lispector, posiblemente la mejor escritora brasileña del siglo XX, nació en 1920 y se suicidó en 1977. Su obra está muy difundida en España).
P. D. Si alguien siguiese alguna vez este blog le pido disculpas por haberme alargado tanto. Me he prometido a mí mismo escribir una novela, pero como no me atrevo escribo aquí. Miguel Mena me dice casi siempre: "Así nunca llegarás a nada..."
Ayer también se presentó la revista semanal "Qriterio aragonés", de la que nada puedo decir todavía, pero la apadrinaron dos jóvenes veteranos: Gonzalo Borrás y Eloy Fernández Clemente. La dirige Enrique Mainé y cuenta con muchos apoyos. Quieren que sea, dicen, un bálsamo de libertad. También ayer Prames hizo una fiesta grande en el Auditorio: es un proyecto cada vez más cuajado, con revistas, sello discográfico, editorial, empresa de señalización. Felicitamos desde aquí a todo su equipo y mandamos un abrazo solidario y cariñoso a Modesto Pascau, que ha perdido a una hermana. Y deseamos larga vida al proyecto que nos ha regalado algunos libros de cabecera como "José" y "Guía turística de Aragón" de Severino Pallaruelo; "Tras las huellas de Briet" de José Luis Acín, "El silbido del cierzo" de varios autores, o esa cada vez más estupenda colección musical LCD Prames, por poner algunos ejemplos que nos vienen de súbito a la cabeza.
No sé si se puede decir que el cortometraje -en vídeo y cine- está viviendo una edad de oro. Quizá afirmar eso puede parecer una paradoja y una desmesura, pero algo grande está ocurriendo. "Inventario. I Muestra del Audiovisual aragonés", como lo fue antes "Travesía", indica que hay mucha gente que trabaja, que imagina historias, que analiza la potencia de la imagen. Ayer vi cosas preciosas de Luis Zamora, un oscense que reside en Londres, como "The Family", un estupendo corto de animación con mensaje social; "Luz y perro. Visiones alrededor de Buñuel" de Nacho Blasco, un trabajo que fusiona el mundo de Buñuel con el de Pedro Avellaned, que es el protagonista de la obra; vi fragmentos de "La niña y el unicornio" de Javier Estella y José Manuel Fandos, realizador también de "Marcianos y rinocerontes", inspirado en la obra de Óscar Sanmartín Vargas. Y también vi "Lección de anatomía" y "Una buena obra" de Ángel Gonzalvo, un veterano joven y sin prisa que espera un fogonazo de inspiración para enfrentarse a un largo. Y por ver también vi fragmentos de la obra "Bonanza" de Eduardo Laborda, pintor y cinéfilo que lleva algún tiempo pintando cuadros mitológicos de gran formato. Paco Algaba hace "haikus" cinematográficos y reinvidica el cine como instrumento de poesía, el fulgor de la imagen en sí misma, con su código íntimo al margen de la vinculación a una historia o a un argumento específico. Por cierto, Paco Algaba también escribe en "Actum".
La lista de nombres podría ser casi infinita. Eso sí, quien me ayuda a ver todo este material, además de Vicky Calavia, es Alberto Gámez, un fotógrafo y realizador de televisión nacido en Barcelona pero afincado en Aragón que me da continuas lecciones de casi todo. Hemos hecho juntos más de una cincuentena de programas para RTVA, y me enseña a diario algo nuevo. Maneja la informática como pocos y no le hace ascos a nada: ni a un monográfico sobre Gargallo, Dalí, Pórtico, el audiovisual aragonés, un reportaje extenso sobre el exilio, o trabajos sobre "Los reporteros de guerra". Con él en control, estoy tranquilo: es como un ángel tutelar rodeado siempre de mujeres bonitas: Patricia, Elisa, Natalia, Inmaculada, María José, aunque su gran corazón se lo arrebató una pedagoga musical de Las Cinco Villas, Sandra Almárcegui. Qué bello es el amor, que se afirma en una mujer y se expande luego, con serenidad, en mil direcciones. El joven escritor Daniel Gascón ha definido así a Alberto Gámez: "Es tan buena persona como grande".
También anoche salí a pasear a mi perra. Había una medialuna perfecta que se colaba entre los pinos. Mi hijo Jorge, que acaba de recomenzar una novela del oeste de la que ya llevaba 50 páginas escritas, regresó de Madrid: camino del Museo del Prado se desató una terrible tormenta que empapó a todos los colegiales de once y doce años de Garrapinillos. Hubo que suspender la visita, y los muchachos se conformaron con el Museo Arqueológico Nacional, que no es lo mismo. Jorge, con su amigo Aitor, ha escrito una especie de diario por horas anotando todo lo que les había ocurrido y porque han dejado de ir al Prado. Se me ha colado aquí esta digresión sobre Jorge porque en el perfecto silencio nocturno me acordé de la lluvia sobre Madrid y de los cuadros de Goya y Velázquez que quería ver y no vio. Como casi siempre llevaba un libro entre las manos: "Agua viva" (Siruela, 2004) de la escritora brasileña, nacida en Ucrania, Clarice Lispector, que se suicidó a los 57 años. Ya es casualidad, si alguien recuerda que ayer andaba con otra suicida entre las manos: Unica Zürn. Este es un libro intenso, complejo, un viaje a la conciencia y al desgarro, y a par un libro de elevado amor a la vida. Ni es novela, ni diario, ni conjunto de cartas, parece una catarsis constante, un relato híbrido de pasión, lucidez y poesía, donde el lector sosegado puede encontrar auténticos tesoros. Selecciono algunas frases y transcribo:
-"El coraje de vivir; dejo oculto lo que necesita estar oculto y necesita propagarse en secreto".
-"Ahora tengo miedo. Porque voy a decirte una cosa. Espera que se me pase el miedo".
-"Te escribo en desorden, ya lo sé. Pero es como vivo. Yo sólo trabajo con encuentros y pérdidas".
Y como hoy también he escuchado un disco de música de cámara de Teresa Catalán, catedrática de composición y compositora, "Música de cámara" (piano, flauta y voz; incluye textos suyos en vasco, dos poemas de César Vallejo y otro de Aussias March), me ha cautivado esta cita de la página trece:
-"Veo que nunca te he dicho cómo escucho música: apoyo levemente la mano en el fonógrafo y la mano vibra y transmite ondas a todo el cuerpo: así oigo la electricidad de la vibración, sustrato último en el dominio de la realidad, y el mundo tiembla en mis manos·. Me fascina eso de "Y el mundo tiembla en mis manos" (Si alguien tiene curiosidad: Clarice Lispector, posiblemente la mejor escritora brasileña del siglo XX, nació en 1920 y se suicidó en 1977. Su obra está muy difundida en España).
P. D. Si alguien siguiese alguna vez este blog le pido disculpas por haberme alargado tanto. Me he prometido a mí mismo escribir una novela, pero como no me atrevo escribo aquí. Miguel Mena me dice casi siempre: "Así nunca llegarás a nada..."
28/05/2004 01:41 Enlace permanente. sin tema Hay 2 comentarios.
"Hamburguesas", Sándor Márai y Miriam Reyes
Los sábados por la mañana son días de sol y fútbol. Y hoy también de Matemáticas. Diego Rodríguez, que hace oposiciones constantes para ser un buen centrocampista de creación en cadetes, participó en la olimpiada que organiza la Asociación "Pedro Sánchez Ciruelo", y hubo de dejarle su camiseta del diez a su hermano Jorge, un zurdito empeñado en hacerse fuerte, crecer y perfeccionar su carrera y su toque. Sin Diego, sin Pirri, sin Mario y sin el gran búlgaro Laser, el Garrapinillos venció por la mínima. Para entonces, Jorge ya no estaba en el campo: le habían pisado en la mandíbula y en un dedo y acababa de dejar a su equipo con diez. Diego, finalista en la olimpiada, pensaba más en el fútbol que en las Matemáticas y no sacó el pasaporte para ir a Melilla. Sólo de pensar que tenía que perderse algún partido, se le aflojó la razón y el ingenio.
Eso sí, tuvo tiempo para ir a la librería Antígona y comprarse "La guerra de los botones" de Louis Pergaud. En la librería de Pepito Fernández se entera uno de muchas cosas: a Julia le ha encantado la novela "Hamburguesas" de Fernando Martín Pescador (Xordica) y va a presentarla con Félix el próximo viernes a las ocho. [A la misma hora, en el Centro Gallego, presentaremos a Xosé María Álvarez Cáccamo, recién llegado de Vigo, autor de "Habitación del mar" (Olifante)]. La leyó de un tirón con gusto y agradable perplejidad. La historia de un profesor en Estados Unidos da mucho de sí: da para contar, con un estilo aparentemente fragmentario por muy sólido, un montón de historias de seres humanos y para trazar un retrato nada complaciente y gracioso de Estados Unidos. En algún momento, por aquello de las afinidades, el lector puede pensar en la novela de campus como "El inquilino" de Javier Cercas, pero pronto comprueba que Martín Pescador tiene talento de sobras y un gran aliento narrativo.
Pepio Fernández Moreno es un librero cómplice desde hace más de 20 años. Desde los tiempos de la legendaria Muriel. Compro algunas cosas que me interesan como "Confesiones de un burgués" de Sándor Márai y descubro sus pasiones, sus viajes e incluso la indiferencia de un seductor. Su historia de pasión tranquila con una actriz ocupa dos de las páginas más bonitas del libro. Amor sin amor pero con confianza y cariño. Y como ya andaba yo por Hungría -por cierto, Márai nació en 1900 en Kassa (Hungría entonces; hoy Eslovaquia) y se suicidó en San Diego en 1989. En San Diego también murió Sender en 1982-, adquiero un vasto catálogo de fotografía de los grandes maestros húngaros: Robert y Cornell Capa, Brassaï, Nicolás Müller, y tantos otros. ¿Qué tendría Hungría para producir maestros tan necesarios?
Miriam Reyes fue finalista del Premio Hiperión con su libro "Bella durmiente", que ya está en librerías. Se trata de un poemario muy bonito, de enorme fuerza, casi de catarsis personal, que se inicia con su propio nacimiento, en Orense, en una madrugada del 29 de diciembre de 1974. A partir de ahí, nos zambullimos en una especie de autobiografía lírica, que nos lleva a Caracas, donde vivió algunos años, y nos lleva por un mundo de sensualidad desarbolada, de sensaciones y de una autoironía explícita. "Bella durmiente" mejora y ahonda en muchas de sus constantes a su anterior poemario, "Espejo negro" (DVD, 2001). Conserva parejo desgarro en distintos instantes, una mirada un tanto perturbadora y adquiere otra delicadeza, nada complaciente ni fácil, en esa exploración de su propio cuerpo, en los latidos del sentir.
El nivel de sugerencia y de misterio es constante. Por ejemplo dice, en un poema:
A lo mejor era tu cuerpo
lo que me unía a ti
y no algo más abstracto.
A lo mejor imaginé todo lo demás.
O éste:
Yo que soy tierra
como tierra tiemblo bajo tu pecho
te como te escupo me
trago tus huesos.
Tiene que ser así,
fuera de mí eres un extraño
duermas los años que duermas a mi lado.
Esa furia de amor y desamor, reaparece constantemente:
Si me lo pides me pongo en cuatro patas
en dos, en una
meneo la cola
doy vueltas
me hago la muerta
salto por una galleta
le lamo los pies.
Y es que me muero de gusto cuando me rasca panza arriba.
Soy la perra más perra
que jamás nadie haya abandonado.
Su poemas, intensos y cálidos, nos hacen recordar a menudo los mundos heridos de Frida Kahlo o Diane Arbus, la gran fotógrafa norteamericana. (Félix Romeo, a quien no le gusta que hable de mi perra Noa, me llamará para reñirme y recordarme que Diane Arbus -hay una biografía excelente en Circe- también se suicidó. Os prometo que tantos suicidios aquí son pura casualidad. Me gusta la vida con locura. Casi tanto como a Miriam Reyes. O como la propia Diane Arbus durante algún tiempo; cuando era adolescente se masturbaba en el baño mientras las luces de sus vecinos de Nueva York se iluminaban con el espectáculo).
Eso sí, tuvo tiempo para ir a la librería Antígona y comprarse "La guerra de los botones" de Louis Pergaud. En la librería de Pepito Fernández se entera uno de muchas cosas: a Julia le ha encantado la novela "Hamburguesas" de Fernando Martín Pescador (Xordica) y va a presentarla con Félix el próximo viernes a las ocho. [A la misma hora, en el Centro Gallego, presentaremos a Xosé María Álvarez Cáccamo, recién llegado de Vigo, autor de "Habitación del mar" (Olifante)]. La leyó de un tirón con gusto y agradable perplejidad. La historia de un profesor en Estados Unidos da mucho de sí: da para contar, con un estilo aparentemente fragmentario por muy sólido, un montón de historias de seres humanos y para trazar un retrato nada complaciente y gracioso de Estados Unidos. En algún momento, por aquello de las afinidades, el lector puede pensar en la novela de campus como "El inquilino" de Javier Cercas, pero pronto comprueba que Martín Pescador tiene talento de sobras y un gran aliento narrativo.
Pepio Fernández Moreno es un librero cómplice desde hace más de 20 años. Desde los tiempos de la legendaria Muriel. Compro algunas cosas que me interesan como "Confesiones de un burgués" de Sándor Márai y descubro sus pasiones, sus viajes e incluso la indiferencia de un seductor. Su historia de pasión tranquila con una actriz ocupa dos de las páginas más bonitas del libro. Amor sin amor pero con confianza y cariño. Y como ya andaba yo por Hungría -por cierto, Márai nació en 1900 en Kassa (Hungría entonces; hoy Eslovaquia) y se suicidó en San Diego en 1989. En San Diego también murió Sender en 1982-, adquiero un vasto catálogo de fotografía de los grandes maestros húngaros: Robert y Cornell Capa, Brassaï, Nicolás Müller, y tantos otros. ¿Qué tendría Hungría para producir maestros tan necesarios?
Miriam Reyes fue finalista del Premio Hiperión con su libro "Bella durmiente", que ya está en librerías. Se trata de un poemario muy bonito, de enorme fuerza, casi de catarsis personal, que se inicia con su propio nacimiento, en Orense, en una madrugada del 29 de diciembre de 1974. A partir de ahí, nos zambullimos en una especie de autobiografía lírica, que nos lleva a Caracas, donde vivió algunos años, y nos lleva por un mundo de sensualidad desarbolada, de sensaciones y de una autoironía explícita. "Bella durmiente" mejora y ahonda en muchas de sus constantes a su anterior poemario, "Espejo negro" (DVD, 2001). Conserva parejo desgarro en distintos instantes, una mirada un tanto perturbadora y adquiere otra delicadeza, nada complaciente ni fácil, en esa exploración de su propio cuerpo, en los latidos del sentir.
El nivel de sugerencia y de misterio es constante. Por ejemplo dice, en un poema:
A lo mejor era tu cuerpo
lo que me unía a ti
y no algo más abstracto.
A lo mejor imaginé todo lo demás.
O éste:
Yo que soy tierra
como tierra tiemblo bajo tu pecho
te como te escupo me
trago tus huesos.
Tiene que ser así,
fuera de mí eres un extraño
duermas los años que duermas a mi lado.
Esa furia de amor y desamor, reaparece constantemente:
Si me lo pides me pongo en cuatro patas
en dos, en una
meneo la cola
doy vueltas
me hago la muerta
salto por una galleta
le lamo los pies.
Y es que me muero de gusto cuando me rasca panza arriba.
Soy la perra más perra
que jamás nadie haya abandonado.
Su poemas, intensos y cálidos, nos hacen recordar a menudo los mundos heridos de Frida Kahlo o Diane Arbus, la gran fotógrafa norteamericana. (Félix Romeo, a quien no le gusta que hable de mi perra Noa, me llamará para reñirme y recordarme que Diane Arbus -hay una biografía excelente en Circe- también se suicidó. Os prometo que tantos suicidios aquí son pura casualidad. Me gusta la vida con locura. Casi tanto como a Miriam Reyes. O como la propia Diane Arbus durante algún tiempo; cuando era adolescente se masturbaba en el baño mientras las luces de sus vecinos de Nueva York se iluminaban con el espectáculo).
29/05/2004 16:08 Enlace permanente. sin tema Hay 3 comentarios.
En Huesca
Me apena la marcha de Manuel Pizarro de Ibercaja. Sin ira y con una elegancia exquisita, intentó cambiar las viejas estructuras de la entidad bancaria. Conciliador y afable, casi sin molestar ni hacer jamás ostentación de poder, este admirador turolense de Ramón Carande y lector entusiasta de Antoine de Saint-Exupery deja muchos amigos en todas las orillas de la vida. Lo que más le gusta es reírse de las pequeñas cosas de la existencia: reírse, contar anécdotas, recontarlas y hacer posible lo imposible. Además, es un hombre siempre atento, preocupado de las historias menudas del existir, de los detalles imperceptibles, de los amigos. A lo mejor está sobrevolando Chile o un país africano y tiene un momento para hacerte una llamada y decir simplemente: "¿Cómo va todo? Que no me llamas, que me llamas poco". Le gusta definirse un "coleccionista de atardeceres". Confiesa entonces que camino a Teruel, donde tiene su morada predilecta, algún día tendrá también una especie de rancho en Tronchón, se queda pasmado con los celajes de la provincia, con las tierras llanas del Salobral, con la luz nítida de esos paisajes. Siempre recordaré la primera entrevista que le hice una tarde en Teruel. Vivía yo en La Iglesuela del Cid y fui a verlo a su casa, que es como un gran mirador melancólico sobre las torres mudéjares y el laberinto de tejados. Le hice muchas fotos, me enseñó su perro gigantesco (¿O era perra?), sus libros. Al final, me permitió hacerle unas fotos con su mujer Adela Buñuel, que era la primera vez que salía en un periódico. Cuando salió, a la semana siguiente, pocos repararon en su perfil de hombre próximo, nada sectario, capaz de enamorarse de nuevo de Aragón. Acababan de matar a Miguel Ángel Blanco y esa era la gran noticia del país.
Volví a hacerle otra extensa entrevista ya en Ibercaja. Y empezamos recordando aquel combate casi legendario de Perico Fernández ante Sansak Muangsurin y la frase de "La puta calor". Ahora, cuando se desordena la primavera, Manuel Pizarro anuncia que se va tras casi diez años de entusiasmo y de buenas maneras. Se va pero se queda, en Endesa, que ya es una de las grandes empresas patrocinadoras de casi todos los suplementos literarios de España. Algo querrá decir... ¡Qué gran señor que nunca necesitó vasallos!
Ayer sábado cumplimos con un viejo ritual: ver las exposiciones de Huesca-Imagen. Comenzamos con la muestra de los grandes fotógrafos extranjeros fascinados por el país: Kati Horna, Tina Modotti, su amante y maestro Edward Weston, Paul Strand o el gran Cartier-Bresson, que fotografía a dos prostitutas en una puerta, ells invitan a pasar al curioso o al galanteador de placeres efímeros. También en el Matadero está la muestra de nuevos trabajos de vanguardia: la incorporación de las máquinas, de los contrapicados, de los osados encuadres, de los desnudos a la manera surrealista, las revistas fotográficas de entonces.
Y en la Diputación de Huesca estaban el pictorialismo de Márquez, el gusto por el desnudo y sus máscaras de Juan Crisóstomo, y en la parte de abajo un antológica de la gran Lola Álvarez Bravo, una de las mejores muestras de Huesca-Imagen. Orozco, Siqueiros, Frida Kahlo, el libro de Acapulco, estampas populares, la visión de la arquitectura moderna. Un gran trabajo de una mujer que ya empieza a ocupar el lugar que le corresponde en la historia de la fotografía.
Huesca ayer era una fiesta. La gente había tomado las terrazas y las calles; la gente se había dejado caer por la Feria del Libro. Muchos vibraron con la conferencia de Gustavo Martín Garzo, "La literatura como fascinación", entre ellos la profesora y librera Pepa Sánchez.
Cuando caía la noche, una medialuna crecida asomó entre la arboleda y el cielo constelado. Un niña lloriqué de falso miedo porque la acababan de amenazar con arrojarla a la fuente. Una joven mejoraba su gimnasia con cinta. Y alguien, quizá Ismael Grasa, dijo al pasar: "Aquí, en este parque, veníamos a aprender a montar en bicicleta de niños". Ese parque siempre me evoca a Vicencio Juan de Lastanosa y a Ramón Acín. En una librería anarquista, compré un libro de textos de Felipe Alaiz, que contiene la primera biografía de Ramón Acín...
Hoy es la gran tarde de Xavi Aguado. Soy tan inútil que no he sabido conseguir entradas. Me apena no ir al estadio porque Xabi fue uno de mis jugadores favoritos. Encarnó al hombre de equipo, tan sólido y profesional que podía parecer menos brillante. Jugó aquí catorce temporadas, marcó 29 goles y estableció siempre un puente íntimo entre el equipo sobre el césped y los espectadores en la grada. Enhorabuena para él y para los forofos del Zaragoza.
Volví a hacerle otra extensa entrevista ya en Ibercaja. Y empezamos recordando aquel combate casi legendario de Perico Fernández ante Sansak Muangsurin y la frase de "La puta calor". Ahora, cuando se desordena la primavera, Manuel Pizarro anuncia que se va tras casi diez años de entusiasmo y de buenas maneras. Se va pero se queda, en Endesa, que ya es una de las grandes empresas patrocinadoras de casi todos los suplementos literarios de España. Algo querrá decir... ¡Qué gran señor que nunca necesitó vasallos!
Ayer sábado cumplimos con un viejo ritual: ver las exposiciones de Huesca-Imagen. Comenzamos con la muestra de los grandes fotógrafos extranjeros fascinados por el país: Kati Horna, Tina Modotti, su amante y maestro Edward Weston, Paul Strand o el gran Cartier-Bresson, que fotografía a dos prostitutas en una puerta, ells invitan a pasar al curioso o al galanteador de placeres efímeros. También en el Matadero está la muestra de nuevos trabajos de vanguardia: la incorporación de las máquinas, de los contrapicados, de los osados encuadres, de los desnudos a la manera surrealista, las revistas fotográficas de entonces.
Y en la Diputación de Huesca estaban el pictorialismo de Márquez, el gusto por el desnudo y sus máscaras de Juan Crisóstomo, y en la parte de abajo un antológica de la gran Lola Álvarez Bravo, una de las mejores muestras de Huesca-Imagen. Orozco, Siqueiros, Frida Kahlo, el libro de Acapulco, estampas populares, la visión de la arquitectura moderna. Un gran trabajo de una mujer que ya empieza a ocupar el lugar que le corresponde en la historia de la fotografía.
Huesca ayer era una fiesta. La gente había tomado las terrazas y las calles; la gente se había dejado caer por la Feria del Libro. Muchos vibraron con la conferencia de Gustavo Martín Garzo, "La literatura como fascinación", entre ellos la profesora y librera Pepa Sánchez.
Cuando caía la noche, una medialuna crecida asomó entre la arboleda y el cielo constelado. Un niña lloriqué de falso miedo porque la acababan de amenazar con arrojarla a la fuente. Una joven mejoraba su gimnasia con cinta. Y alguien, quizá Ismael Grasa, dijo al pasar: "Aquí, en este parque, veníamos a aprender a montar en bicicleta de niños". Ese parque siempre me evoca a Vicencio Juan de Lastanosa y a Ramón Acín. En una librería anarquista, compré un libro de textos de Felipe Alaiz, que contiene la primera biografía de Ramón Acín...
Hoy es la gran tarde de Xavi Aguado. Soy tan inútil que no he sabido conseguir entradas. Me apena no ir al estadio porque Xabi fue uno de mis jugadores favoritos. Encarnó al hombre de equipo, tan sólido y profesional que podía parecer menos brillante. Jugó aquí catorce temporadas, marcó 29 goles y estableció siempre un puente íntimo entre el equipo sobre el césped y los espectadores en la grada. Enhorabuena para él y para los forofos del Zaragoza.
30/05/2004 14:29 Enlace permanente. sin tema Hay 2 comentarios.
Pilar Lorengar y Ricardo Vila
Con Mónica Farré y Lorena Ruano, en FM de Radio Zaragoza, recordamos la vida y la obra de Pilar Lorengar, la gran cantante aragonesa que se inició en "Ondas infantiles" de Radio Zaragoza, aquel programa que conducía Ángel López Soba. En cuanto descubrió que tenía buena voz, se marchó a Madrid, pero antes cantó con el nombre de Loren Garcy en los café Ambos Mundos y Avenida, en salas como Alaska y el Oasis, o en el Teatro Argensola. En Madrid, perfeccionó su estilo -que ya había atemperado junto a Margarita Martínez: se conocieron el día que Pilar entró a su tienda a comprar organza- con Ángeles Ottein. Casi de inmediato se cruzó con el inolvidable Ataúlfo Argenta y grabó con él numerosas zarzuelas. De ahí dio el salto a la ópera y llegó a actuar y a grabar bajo las órdenes de Georg Solti o Lorin Maazel, ya como titular del Teatro de la Ópera de Berlín. Instalada ya en Berlín, durante una visita al odontólogo, descubrió al gran amor de su vida: Jürgen Schaff. Grabó muchas piezas de Mozart -"Las bodas de Fígaro", "Don Giovanni", "Cosi fan futte"- y Puccini, que eran sus favoritos, y alternó sus dotes de soprano lírica con su pasión por el recital, sobre todo de "lied". En 1991, tras recibir el Premio Príncipe de Asturias, después de haber recorrido medio mundo, todos los lugares emblemáticos de la ópera, incluso el mismo Liceo (al que llegó tarde, en 1986), decidió retirarse sin hacer ruido. Con elegancia y garbo, con la discreción de la diva apacible que nunca levantó una polvareda. Dijo que había llegado sin molestar, sin hacer ruido, y se fue del mismo modo. Casi no tuvo tiempo de disfrutar del descanso: un cáncer que no reveló a nadie le malbarató el solaz. Falleció en 1996.
Contamos más cosas, muchas más. Pero lo más bonito era ver cómo ese personaje, esa mujer que volvió para cantar en el Pilar el "Ave María" de Gounod con un suave acento alemán, fascinaba por completo a Mónica Farré: una de esas voces que acarician en las ondas. Manuel Ortas, que es de Huesca y cazador y técnico de sonido, tiembla alguna mañana. Con ella y con Lorena. Yo lo veo...
Y también vi al fotógrafo Ricardo Vila, que dio una fiesta en La Mar para algunos de los amigos que le ayudaron a materializar el proyecto "Colores", ese libro que es una exploración del paisaje, una medida de la luz del mundo. Ricardo Vila está lleno de proyectos: acaba de capturar al urogallo en el claro del bosque y ultima un nuevo libro Prepirineo. Y está a punto a punto de obtener el más difícil todavía: encerrar la fauna de Aragón en uno de sus libros, que son muestrario del alma, espejo de la tierra, laberinto de la vida en el campo.
Contamos más cosas, muchas más. Pero lo más bonito era ver cómo ese personaje, esa mujer que volvió para cantar en el Pilar el "Ave María" de Gounod con un suave acento alemán, fascinaba por completo a Mónica Farré: una de esas voces que acarician en las ondas. Manuel Ortas, que es de Huesca y cazador y técnico de sonido, tiembla alguna mañana. Con ella y con Lorena. Yo lo veo...
Y también vi al fotógrafo Ricardo Vila, que dio una fiesta en La Mar para algunos de los amigos que le ayudaron a materializar el proyecto "Colores", ese libro que es una exploración del paisaje, una medida de la luz del mundo. Ricardo Vila está lleno de proyectos: acaba de capturar al urogallo en el claro del bosque y ultima un nuevo libro Prepirineo. Y está a punto a punto de obtener el más difícil todavía: encerrar la fauna de Aragón en uno de sus libros, que son muestrario del alma, espejo de la tierra, laberinto de la vida en el campo.
31/05/2004 23:08 Enlace permanente. sin tema Hay 4 comentarios.